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viernes, 29 de abril de 2011

Virginia Oviedo, una mente creativa en constante expansión

La autora orgullosa muestra su obra

Manifiesta que no tiene edad, y yo le creo, porque sólo así se explica que haya incursionado en tantos campos del arte y la literatura sin tener preparación previa. “Debe ser un alma vieja”,  afirmo observándola detenidamente. Es decir,  alguna refinada reencarnación que vino adoptar la apariencia de esta inquieta mujer para llevar a cabo su misión en esta existencia. “Sí- reitero-, es una niña índiga que ha acumulado sabiduría y que viene a mostrarnos una nueva forma de expresión; otra manera de comunicar emociones y sentimientos. Esa tiene que ser la explicación. Pues su método es natural y sencillo: se lo propone y lo hace; y para colmo bien. Como lo hubiese hecho una  experimentada profesional.
Refiere que su inquietud por el dibujo y la pintura van de la mano con su necesidad de escribir. Sintió el llamado del arte y la literatura a muy corta edad. Quizá a los 6 ó 7 años. Le gustaba plasmar en colores las expresiones de los rostros que veía a su alrededor. No discriminaba, pues ya le había dicho su madre que la vida no era un escenario donde sólo primaban los tonos rosas; que la gente estaba expuesta a experimentar tanto la alegría como la tristeza; que la escala musical también tenía notas graves como agudas; que el veneno se podía convertir en remedio. Interiorizó estos conceptos básicos, y su alma se preparó para emprender la gran aventura que es vivir.
Los cuentos eran su pasión, pero no se contentaba con el trillado “colorín colorado esta historia se ha terminado”, ni con el “vivieron por siempre felices”, pues, ella,  la pequeña Vicki,  iba más allá. La vida de un personaje no culminaba tras un matrimonio ni  creía que la felicidad era eterna. Su madre ya se lo había advertido. Era, entonces, que  ampliaba  o,  mejor dicho, le ponía argumento a ese después. Las segundas partes, no eran bonitas, ni buenas, como dice el refrán. A Cenicienta le costaba adaptarse al estilo de vida de la realeza, y peleaba con su esposo, el Príncipe, por su desatención o el escaso tiempo que le dedicaba; Blanca Nieves se negaba a tener hijos tan pronto, quería descansar del arduo trabajo que le había significado atender a tantos ‘pequeños’ de porrazo. No, ella deseaba antes realizarse como persona, buscar un empleo o tal vez, estudiar alguna carrera. Conclusión: abundaban las separaciones y divorcios, y tras una etapa de dolor y sensación de fracaso, reiniciaban sus vidas con una visión más realista, pero llenas de ilusión. Tal y como lo hizo ella, en la vida real. Aunque su amor no había sido un capricho juvenil ni una mala elección. Amó y la amaron. Solo que un día se despertó con otra sensación, y se dio cuenta que era menester decir adiós. A excepción de sus heroínas de cuento, tuvo herramientas para salir adelante. Sus tres niños fueron su combustible inagotable y se lanzó a devorarse el mundo. Con su título de Administradora de Empresas montó una peluquería, y no contenta con eso, estudió Decoración de exteriores, y se convirtió no más al salir al mercado laboral en la artista responsable  de los más bellos y creativos escaparates del país. Los centros comerciales más importantes, de ese entonces, pugnaban por contratarla.
Su espíritu creativo era efervescente y no le ponía freno. Dio varios pasos más. Se involucró en el mundo de la belleza con Unique y comenzó a interesarse por la cocina. No lo hacía mal como aficionada, pero inquieta como es, quiso saber más. Ese es su mérito. La curiosidad. La búsqueda constante de conocimiento, y por supuesto, de expresión.
En la época de los ochenta, observó –con su visión empresarial, que la tiene muy desarrollada, por cierto- que la gente no contaba con salas de baile de cierto nivel. Lo comprobaba cada vez que quedaba con amigos o conocidos para disfrutar de unas horas de esparcimiento. Comenzó junto a unos socios alquilando espacios y vendiendo entradas entre sus allegados. La cosa funcionó desde el inicio. Llenos totales y gente haciendo cola en la puerta. Tuvo que rentar un local, y administrarlo dándole otro enfoque. Esa fue la primera  de muchas discotecas que marcaron época y, que hasta hoy, muchos nostálgicos recuerdan. No damos nombres, porque no queremos hacer publicidad. Eso tiene otro precio.
Tiempo después,  en los 90, Vicki y sus socios incursionaron en el teatro y en las revistas musicales. Pero esa ya es otra historia.
Le pregunté,  en la entrevista que hice para esta nota, si alguna vez se atrevió a vestir plumas y lentejuelas, y me contestó rotundamente que no. La verdad, no sé si creerle. Sobre todo, después de que me aseguró que se metía en todo. En el vestuario, la coreografía, las canciones y todo lo relativo al espectáculo. Su visto bueno era imprescindible. Vaya, señora, ¿no?
En ese período, nunca dejó de escribir sus historias. Es que lo hace de una forma con estilo muy peculiar: les da forma en la mente. Hasta ahí, nada raro, ustedes dirán. Pero es que estas  empiezan, se desarrollan, y culminan,  cual películas, unas detrás de otras. Siempre hay un personaje- o muchos- viviendo en su cerebro; en el bullicio infatigable que es su imaginación. Me lo contó, y les juro, me cansé. Porque  yo escribiendo en mi ordenador una y sola una, tengo más que suficiente.
Vicki me dice que es autodidacta, y también, le creo. Su voluntad es de diamante, ya ni de hierro. Claro que no. Esta señora con sus dones le basta y le sobra, pero se da el lujo de prepararse. Lee manuales de redacción y escritura creativa en su tiempo libre. “Para aprender”, me confiesa con esa modestia que la caracteriza.
Ahora está escribiendo dos novelas en simultáneo, y yo evidencio sin pudor mi perplejidad. “¿Dos”?, exclamo. Y ella con suma sencillez me manifiesta que lo hace como ejercicio mental, y yo señalo “ese par más los que se monta en la cabeza, ya casi suman varios millones de habitantes chinos, ¿no?”.
Vicki es así, hiperactiva, soñadora y con una enorme capacidad para imaginar mundos paralelos, donde ella es la diosa que crea y decide los destinos de sus personajes y a ellos, al  igual que a nosotros, no les asiste el derecho a reclamar.   
*Virginia Oviedo realizará una nueva presentación de su novela "Bernardina, del cielo al infierno", el  viernes 6 de mayo, a las 19:30 horas, en la librería "Primado", ubicada en la C/. Primado Reig, 102 (Valencia). ¡No se lo pierdan!




 De venta en: "Bibliocafé", Calle Amadeo de Saboya 17, Valencia,
 Librería "Primado", Avenida Primado Reig 102 Valencia.
Por internet: http://www.lafrabricadellibro.com/,
 http://www.librosbajodemanda.elcorteingles.es/ 
 y fuera de España en http://www.amazon.com/

miércoles, 27 de abril de 2011

Rosetta Forner: “No me gustan los gurús ni gurusas de la autoayuda”

Cuando Rosetta Forner abre la boca las ranas vuelven a su charco dando grandes saltos y a las damiselas se les termina de caer la diadema floja. Es que su filosofía a nadie deja indiferente. Con ella la cosa está clara: o se la admira o rechaza.
La invitamos a someterse a nuestro indiscreto test y aceptó gustosa. Estos son los resultados: 

¿Qué es en lo primero que piensa cuando se despierta?
En las sorpresas que me traerá ese día y en el rico desayuno que me tomaré incluido el capuchino.

¿Cuál es el rasgo su personalidad que valora?
Ser hada, y con ello la gratitud o agradecimiento para disfrutar hadadamente de la vida.

¿Qué talento le hubiera gustado tener?
Estoy contenta con los que tengo, hubiera podido tener otros pero en ese caso no habría venido a ejercer de hada madrina (mi misión vital). Ergo, ya tengo los que hubiera querido tener para esta vida en específico.

¿Cuál es su mayor temor?
Mmm… que el mundo explote de miedo y odio.
¿Qué idea tiene de la felicidad completa?
Esto da para un libro… pero pongamos que cuento mucho de ello en Alas de luz , o en Cuentos de hadas para aprender a vivir.

¿Qué es lo que menos le gusta de usted?
Me gusta todo todo en Rosetta… por eso soy el hada madrina Rosetta. Como hada estoy en paz conmigo misma, por eso soy hada.

Este es su último libro
¿Qué rasgo deplora más en los demás?
Que hayan cerrado los ojos al alma; así no pueden ver la luz, no sienten el amor y  viven en el miedo y en la inopia redilera.

¿Cuál es su mayor extravagancia?
Ser hada madrina

¿Con qué figura histórica se identifica?
Me gusta, que es distinto a identificarme, varios, a saber: Jesucristo, Da Vinci, Ramsés II, Chaplin, madre Teresa de Calcuta, Lancelot,

¿Cuál fue su viaje favorito?
Aún no lo he hecho (una de risas hadadas), porque en verdad todos son mis favoritos por una razón u otra.
¿Cuál considera la mayor virtud?
¿De quién? Si es en general, la autenticidad.

¿Qué detesta de su apariencia?
¿Por qué tengo que detestar algo? Recuerde que soy hada.

¿Cuál es la persona que más desprecia?
Nadie tiene ese privilegio. Hay humanoides que no me gustan por su proceder, pero de ahí a darles el rango de ‘el que más desprecio’, ni hablar de la varita.

¿Qué palabra o frase usa con más frecuencia?
Supongo que hay varias, a saber: alma, haz lo que te pase por la varita, amor, esfuerzo, conciencia, atrévete…
¿El mayor amor de su vida?
Tengo varios.

¿Qué busca en sus amigos?
Nada. No busco, porque todo está en mí. Ergo, en la gente no busco nada, solo me gusta que compartan su alma conmigo como yo hago con los demás. Ahora bien, me gusta que la gente sea auténtica, que vaya de frente y muestre su luz.
¿Cuándo miente?
¡¡¡Respondiendo a este test¡¡¡ (una de risas hadadas). Es una manera de salirme por la varita. Perdón, ¡¡¡tangente¡¡¡¡

¿Su héroe de ficción favorito?
No tengo.

¿Cuál considera su mayor éxito?
Vivir mi vida humana y no sucumbir al club del redil.

¿Cuál es su tesoro más preciado?
Mi alma, mi familia, mi risa, mi vida humana, mis varitas, mis flores…

¿Su ocupación favorita?
Hadadear y hacer rosetthadas.
¿Cualidad que prefiere en un hombre?
Ninguna.

¿Y en una mujer?
Tampoco. Esa más, no creo en los cuerpos si no en las almas que pueblan esos cuerpos humanos. Por consiguiente, la cualidad que prefiero es la autenticidad del alma.

¿Los defectos que no soporta de ambos?
No me gustan los humanoides del club del redil.

¿Su mayor desgracia?
De eso, no tengo. Afortun(H)adamente.

¿El color que prefiere?
Rosa, para ver la vida de color ídem.
Azul para ver el cielo de color ídem.
Verde para ver el campo de color ídem.
Fucsia, magenta, blanco, esmeralda… y todos para ver la vida en todos y cada uno de sus colores.

¿Su flor favorita?
Rosas amarillas, y todas las flores. ¡¡¡ Cualquier flor me apasiona¡¡¡
¿Un olor que recuerde?
El del alma… A veces el aire me huele muy especial…

¿Un animal que sea de su agrado?
Mariposas, leones, camaleones, ballenas, delfines, gatos, pájaros, águilas…

¿Dónde le gustaría vivir?
En el olimpo de las hadas

¿Qué libro nunca debe faltar en una biblioteca personal?
Lo cierto es que yo no soy de eso de ‘nunca faltar’. Simplemente es lo que necesito en un momento.

¿Con qué película lloró?
Con muchas, pero especialmente viendo City of angels

¿Qué titular le gustaría leer en un periódico?
Que la estupidez redilera se ha terminado, y la gente es auténtica se ama por sí misma y se acabó la pobreza en el mundo en todos los sentidos.

¿Cuál es su lema?
Haz lo que te pase por la varita, la corona… Porque yo soy lo mejor que me ha pasHado (con H de hada), y nadie te amará como tú te amas.

¿En qué no cree?
No me gustan los redileros, los gurús y gurusas de la ‘autoayuda’ y todos los humanoides falsos y trepas sea en el sector que sea.

¿Sus escritores preferidos?
No tengo. Aunque me gustan varios.
¿Músicos o compositores de su agrado?
Bach, Tchaikovsky, Albinoni…

¿Pintores u otras bellas artes?
Magrit, Klimt, Van Gogh… y muchos más.

¿Tiene héroes de carne y hueso?
No.


¿Cómo le gustaría morir?
Envuelta en alas de luz.

¿En qué o quién le gustaría reencarnarse?
No creo que me vaya a reencarnar en nadie (tipo de persona) que no me guste.

¿Qué don sobrenatural desearía tener?
Ya lo tengo.

¿Su mayor aversión? Mmm… No tengo ni idea.

¿De qué se arrepiente?
De nada, y es verdad. Porque arrepentirse es una tarea francamente inútil.

¿Tiene alguna pasión?
Hadadear, vivir…

¿Estado actual de su espíritu?
      Hadado, afortunadamente.

¿Qué se suele preguntarse con frecuencia?
¿Cómo es que aún hay tanta mujer con la diadema tan floja como para seguir dos pasos por detrás de los hombres y dándoles tanto poder sobre ellas?





martes, 26 de abril de 2011

Advertencia: No lea este libro

Portada edición peruana

"Y si alguien leyese o poseyese libros de herejía
o escritos de cualquier autor condenado y prohibido por razón de herejía
o sospechoso de falsas enseñanzas,
sufrirá inmediatamente la sentencia de excomunión"
Concilio de Trento: Reglas de libros prohibidos

                                                               

Si usted es de los que creen que los sacerdotes son seres etéreos e impolutos, encarnación purificada de dios en la tierra, debe dejar de leer este libro.
Se lo advertimos por el bien de su alma inmortal y eterna, que está en peligro de ser contaminada con este sacrílego relato de Elga Reátegui.
Hacemos de su conocimiento que, con toda seguridad, este texto habría sido incluido en el Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum, lista de libros prohibidos por nuestra Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, en la que se incluía también la obra completa de autores tan blasfemos como:
- André Gide
- Denis Diderot
- Emile Zola
- Honoré de Balzac
- Jean-Paul Sartre
Y también algunos librejos nauseabundos como:
- El contrato social y Emilio o De la educación de Jean-Jacques Rousseau
- Justine y Juliete del Marqués de Sade
- Los miserables y Nuestra Señora de París de Victor Hugo (en 1864)
- Madame Bovary de Gustave Flaubert
- Gran Diccionario Universal de Pierre Athanase Larousse
- Algunas obras de Alejandro Dumas y Alexandre Dumas, hijo
- Las novelas de Stendhal (en 1828)
Y hasta algunos textos ruines, de autor incierto, como el Lazarillo de Tormes
Si usted, hombre (o mujer) de poca fe, duda de nuestro reconvención, le recomendamos una confesión inmediata de sus culpas ante el sacerdote más cercano y una lectura detallada de la última versión en castellano del Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum, conservada por la Universidad de Sevilla en la siguiente página web:
http://fondosdigitales.us.es/books/digitalbook_view?oid_page=217788
No tome esta advertencia a la broma. No por gusto el Papa Pío V, ordenó en 1571 la creación de la Sagrada Congregación del Índice, cuyo importantísimo trabajo era revisar, uno por uno, cada libro publicado en busca de herejías, sexo explícito, deficiencias morales, inexactitudes políticas entre otras cosas.
Era el mismo Papa, en persona, su santidad infalible, quien aprobaba que libros ingresaban al Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum y cuales salían de él. Llegando a constituirse un listado de más de 4,000 títulos, en su trigésima segunda edición publicada en 1948, entre los cuales, sin lugar a dudas, estaría “El Santo cura”, este impío texto de Elga Reátegui.
Si usted teme por su alma, cierre este libro. Si no lo hace, Elga Reátegui lo llevará por el bullicio de las calles de Lima, por el laberinto de sus dependencias públicas y eclesiásticas, le hará escuchar voces que lo atontarán con lo descarnado de sus ambiciones y será empujado sin piedad dentro de las enredadas mentes de los que sólo respiran por el poder.
¿Va a seguir leyendo? ¡Que las maldiciones del Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum caigan sobre usted!
Y disfrute de la lectura.
Carlos Chávez Toro

Portada edición española


"En mi piel", destilando sensualidad

Por Fernando Villarreal

La primera presentación del poemario En mi piel se efectuó en noviembre de 2010, tomando como escenario la sede social de Fundar de Valencia.
El evento literario contó con la conducción de Cecilia Calderón, ex reportera de Panamericana Televisión de Perú, y las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de Karim Bottoni, representante de la Asociación Cultural Peruana Ollantay, anfitriona del evento. En la mesa de comentaristas se alternaron José Díaz Lafuente, escritor y abogado, Fernando Villarreal Zavala, periodista y escritor, y Asun Perea Ferrer, diseñadora gráfica e infografista.

José Díaz destacó la capacidad creativa de Elga Reátegui como poeta, precisando que sus poesías revelan las emociones y las sensaciones más intensas que una mujer puede experimentar. También elogió el impecable registro narrativo que exhibe en su novela “El Santo cura”, en el que desvela los entresijos del poder. Fernando Villarreal, por su parte, hizo un conciso recuento de su prolífica trayectoria periodística en diversos medios de comunicación. Y Asun Perea trató sobre las razones que le motivaron el diseño de la portada y los dibujos interiores que ilustran el poemario En mi piel.
El momento más esperado fue el recital de Elga Reátegui. Demostrando un gran dominio escénico, recitó sus poesías: Heridas, Piel, No más, Soy y otras, acompañada del guitarrista Víctor Moreno. La poeta también se mostró coloquial, contó anécdotas y respondió preguntas formuladas por el público, que al final de su intervención le brindó estruendosos aplausos.

Lissette Nalvarte de Isasi, Cónsul General del Perú en Valencia, Luis Armando Monteagudo Pacheco, Cónsul Adscrito del Perú en Valencia, José María Savater, directora de la biblioteca del Hospital Universitari de Valencia, Adolfo Hermoza, secretario de la Asociación Cultural Peruana Ollantay y José Ramón Martínez, escritor valenciano, fueron algunas de las personalidades que resaltaron con su presencia el acto.


Cecilia Calderón, periodista y presentadora del acto

lunes, 25 de abril de 2011

"Bernardina, del cielo al infierno", una novela que conmoverá los corazones de una sociedad que sí ama a las mujeres

Han tenido que pasar muchos años para que la escritora y artista plástica, Virginia Oviedo se anime a publicar su obra  “Bernardina del cielo y al infierno (Anubis Editores), una historia que está ambientada en la Lima del siglo XIX  y que narra los padecimientos de una joven señora de sociedad a manos de su segundo marido, un hombre machista, celoso y violento, y su lucha por obtener su ansiada libertad durante una época en que la mujer no tenía voz ni leyes que respaldaran sus derechos como persona.
La novela también pone en debate un tema de actualidad: el de la violencia de género, el que no es exclusivo de una determinada sociedad, clase, cultura o etnia, y que afecta miles de mujeres sin distinción de edad u opción sexual. Porque, detengámonos a pensar un momento: Todos conocemos el drama de alguna hermana, prima, amiga, vecina o  conocida que ha experimentado en carne propia las agresiones de un novio, vecino, pretendiente o ex pareja. Es un problema que convive con nosotros, y que extrañamente nos negamos a verlo, y lo que es  peor, no hacemos nada por detener su avance.
La autora
Virginia Oviedo: Nació en Lima. Reside en Valencia (España). Es escritora, artista plástica y empresaria. Cursó estudios de Administración de Empresas en IPAE y Decoración de Interiores en un prestigioso instituto limeño. Fue coproductora de numerosas obras de teatro y revistas musicales en Lima y provincias. Asimismo, fue copropietaria de varias discotecas y restaurantes vanguardistas en  los años ochenta y  noventa en Perú.
Virginia tuvo la gentileza de invitarme a formar parte de la mesa de presentación de su obra

sábado, 23 de abril de 2011

El SUSURRO DE DON ALONSO CUETO

Poco antes de ingresar a su taller de narrativa en el Centro Cultural de la PUCP


Posee una estatura muy superior al promedio de peruanos. Eso es lo que más impacta al tenerlo cerca, además, claro está, su don de gente. Es amable, correcto y exhibe esa paciencia que tienen los buenos maestros.
Nos conocimos a través del correo electrónico y prometí ir a visitarlo cuando fuese a Perú. Nuestro encuentro ocurrió en setiembre del año pasado.  Sólo tuvimos unos minutos para 'conversar'-pues llegaba con las justas para dictar su clase-, pero bien había valido la espera.
El escritor Alonso Cueto es también periodista y profesor universitario, y a decir de sus colegas  se distingue por su disciplina, precisión y elegancia.
Es limeño y su infancia tuvo dos escenarios: Paris y Washington. Cumplidos los siete años volvió a residir en Lima. En 1977 se graduó en la facultad de literatura de la Universidad Católica del Perú con una tesis sobre la obra de Emilio Adolfo Westphalen. Ese mismo año, viajó a España con una beca del Instituto de Cultura Hispánica, para realizar un trabajo de investigación sobre la obra de Luis Cernuda. En 1979 reinició sus estudios en la Universidad de Texas en Austin, de donde se graduó con el título de PhD, en 1984, con una tesis sobre los relatos de Juan Carlos Onetti.
Se le considera un narrador prolífico debido a su frecuente producción literaria que abarca básicamente cuentos y novelas.
Sus obras más representativas son La hora azul que ganó el Premio Herralde de Novela en 2005 y El susurro de la mujer ballena, finalista del Premio Planeta-Casa de América en 2007.
También es autor de La batalla del pasado (1983), por el que se le consideró un adelantado discípulo de Henry James,  Cinco para las nueve y otros cuentos (1996), Juan Carlos Onetti. El soñador en la penumbra (2009) y La venganza del silencio (2010).
En la actualidad es catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Perú  y es miembro electo de la Real Academia de la Lengua desde 2009.

OSWALDO MEJÍA: “QUIERO SER UN CREADOR DEMENCIAL Y DELIRANTE”


El artista peruano Oswaldo Mejía

Vive totalmente entregado a su arte, pues no concibe un día un crear. Tiene demasiado por expresar y por eso lo hace mediante el dibujo, la escultura y la escritura e incluso la música. No tiene mayores pretensiones de fama y reconocimiento, pues para él mayor mérito es trabajar en lo que le gusta y no hacerlo mal.
¿Cuándo aflora en usted el deseo de comunicarse a través del dibujo?
Me cuenta mi madre que mucho antes de aprender a escribir, yo ya tenía la inquietud de dibujar. Pero dudo mucho  que en ese momento  fuese una necesidad de comunicarme. Creo, más bien, que fui precoz para aprender  el vocabulario del dibujo y su relación con la forma. Pero fue cuando cursaba mis estudios secundarios, y luego de años de estar tentando y practicando como ‘deletrear’ y ‘elaborar oraciones con trazos y pinceladas’, que recién sentí esa motivación de expresarme a través del idioma del dibujo y la forma. Logré ‘hablar’ en simultáneo a través del dibujo y la escultura.
 Tenemos entendido que comenzó su carrera haciendo dibujos infantiles en un diario, ¿cuéntenos?
Pues ese dato no es del todo exacto. Yo empecé publicando unos bocetos de esculturas surrealistas, con alto contenido erótico, en una revista para adultos, llamada “Z”. Esta oportunidad, me abrió un amplio espectro de contactos y relaciones que me llevó a realizar durante muchos años  historietas, carátulas y también tiras de humor erótico. En aquellos momentos casi la totalidad de la obra, era completamente de mi autoría, pero también había chistes que eran volteados y copiados de revistas extranjeras. Fue al extinguirse este tipo de revistas, allá por la década del 80, que buscando otros mercados, empiezo a armar y diseñar una revista infantil. Posteriormente,  con una numerosa cantidad de páginas educativas y de entretenimiento bajo el brazo, y en compañía de quien sería mi socio y gran amigo, el Sr. José Tello Flores tocamos las puertas del diario “El Comercio”. Aquí  fuimos rápidamente acogidos a sugerencia de quien fuese el Sr. Roberto Almandoz Ciurlizza y  al poco tiempo, sacamos adelante el suplemento infantil “El Mundo Encantado”, el cual se editó por varios años.
 
¿Cómo definiría su trabajo?  
 
No me resulta fácil definir mi trabajo, pues  este va evolucionando de una etapa y otra, lo cual hace que sea complicado hallar similitudes entre ellas. Muchas veces trabajo por encargo en proyectos que no dejan precedentes ni de forma, ni de diseño, ni de concepto. En lo personal, como lo es esta serie de ilustraciones surreal-fantásticas (las que acompañan la nota), mi labor creativa también experimenta una evolución muy violenta. Esto es así porque siempre estoy creando sobre mi estado de ánimo, el que va fácilmente desde la euforia hasta las más terribles depresiones.
 
¿Qué le ha aportado su arte?  
 
Desde vivir con dignidad, en lo material, hasta liberarme de mis demonios internos, en lo personal. Déjame comentar que con respecto a mi trabajo personal, cada vez que culminó uno de ellos, lo miro  y lo veo extraño. Debo extraerlos desde lugares muy recónditos de mi mente, pues me asombran; lo veo ajenos a mi situación conciente.
 
¿Cuál su máxima aspiración en cuanto a su labor?  
 
Es seguir haciéndola cada día.  Es decir, continuar contando mis historias y fábulas oníricas a cuanto ser humano pueda… Y si en algún momento, lograra un reconocimiento a mi creatividad y esfuerzo, sería bueno, pero ello tampoco me quita el sueño. “Quiero ser… aunque no logre estar”. Traduciendo: Quiero ser un creador demencial y delirante, aunque nunca esté en las listas de los más cotizados o reconocidos
 
Nos dicen que es un maestro con el aerógrafo, explíquenos.  
 
Durante más de 30 años, he estado con un aerógrafo en la mano, día tras día. Por eso, mis amigos, que son muy considerados conmigo, dicen eso. Pero  hace más de cuatro años que ya no pinto con aerógrafo debido a una lesión en la columna que me ocasiona un temblor descontrolado en la mano derecha. Aunque ya me operé y estoy en camino a recuperar mis facultades.  A propósito, te comento que tengo el número de celular de Dios (la oración), y ya le conté mi caso. Él ya sabe lo que necesito.
 
 ¿Qué lo distingue de los otros?  
 
No creo que haya nada que me diferencie de mis colegas. En verdad, son muy pocos con los que me relaciono. Pero puedo decir de quienes me relaciono, entre ellos, Julio Barreto, Karry, Luis Fernández, Javier Prado, Carlos Campos, etc.,  que son  una banda de locos geniales.
 
¿Se podría decir que su arte es poesía visual?  
 
De eso no tengo ninguna duda. No solo mi arte, sino que mi vida misma, está pletórica de ribetes poéticos. Siempre trato de que mi arte, mis acciones, mis amistades, mi forma de amar y mi relación con Dios y toda mi creación rimen y tengan un verso muy armónico.
 
¿Ha realizado exposiciones? ¿Cuántas y en dónde?  

 
Sí. He realizado muchísimas exposiciones. Te contaré de las que vienen a mi memoria en este instante: Exposiciones anuales durante mi época de estudiante en la Escuela de Artes Plásticas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, colectivas de esculturas en la galería “Equus” y “Perú Art”; también una individual de dibujos y esculturas semi monumentales en la galería “Pancho Fierro”, entre muchas otras.
 
¿Es seguidor o tiene especial admiración por algún artista plástico? ¿Alguien que especialmente lo haya inspirado?  
 
En artes plásticas me gusta muchísimo las pinturas de Dalí y las esculturas de Giacometti .En ilustración, me encanta Frazetta.
  ¿Se siente realizado?
Vaya que sí. Siento que nací con el encargo de hacer esto, y gracias a Dios puedo hacerlo, y creo que no lo hago mal.
 
Finalmente, ¿cuéntenos con es un día en la vida de un artista como usted cuando no está creando?
El problema es que no recuerdo haber tenido ningún día de mi vida en que me haya privado de crear. Tengo tantas facetas artísticas que atender, que no me puedo permitir la libertad de dejar de crear. Dibujo, pinto, hago escultura, escribo cuentos,  y compongo música y toco la guitarra  en una banda legendaria en el ambiente del hard rock y el metal.



Convidados de medianoche

Rumor bohemio
 














El talentoso maestro espera sus comunicaciones en las siguientes direcciones electrónicas:
omejiachumpitaz@gmail.com
 omejiachumpitaz@yahoo.es
omejiaillust@hotmail.com

viernes, 22 de abril de 2011

Encuentro con mi Hada Madrina Rosetta Forner

Es cálida y entusiasta por donde se le mire. Tuvimos la ocasión de 'conectar espiritualmente' en el marco de la Feria del libro de Valencia. Desde hace tiempo sigo su carrera y en mi biblioteca tengo muchos de sus libros. Ahora, precisamente estoy leyendo su última publicación, la cual se titula Que no te la den con queso (Editorial Zenith).
Su misión en esta vida-dice-es la de ser la Hada Madrina de todas las mujeres; de ahí su empeño por darnos a través de sus escritos un par de alas, una corona y las herramientas necesarias para redescubrinos; recuperar nuestros dones y talentos; en suma, ser una misma. 
Gracias Rosetta. Yo, tu ahijada,  renuncio a formar parte del CdR (Club del Redil) y prometo luchar cada día por mis sueños y metas. Dejo atrás al grupo de mujeres de diadema floja y a las que les gusta besar sapos.
Fue una experiencia muy agradable intercambiar ideas y correos, compartir libros (con la respectiva dedicatoria, por supuesto), y que me transmitieras tu buena vibra con un suave golpe de tu varita mágica.
Rosetta Forner es autora también de los libros "Alas de luz", "En busca del hombre metroemocional", La reina que dio calabazas al caballero de la armadura oxidada", "Espérame a las puertas del cielo", entre otros.

jueves, 21 de abril de 2011

"En mi piel", un poemario que no puedes dejar de leer



En plena lectura poética junto al maestro Víctor Moreno


Es un lugar común señalar la ascendente producción bibliográfica correspondiente a la poesía de mujeres en el Perú en las dos últimas décadas, y que éstas oscilan entre la audacia en la exploración del lenguaje erótico y la introspección en el mundo individual marcado por la experiencia de género. Sin embargo, pocas veces como En mi piel, se entrelazan de manera notable todos los mundos que pueda vivir una mujer, desde el dolor sentimental y social, hasta las huellas de la comunión de los cuerpos, revelados por un lenguaje pleno de equilibrio y control, que al tiempo que deslumbra, conmueve y enriquece la condición humana. Así, con esta entrega, Elga Reátegui refresca y enriquece de la mejor manera la expresión poética femenina en el concierto de las letras hispanas.
Jorge Luis Roncal
Editor Arteidea

ELOGIO A EL SANTO CURA





 Escribe: Rafael Herrera Robles
(Sociólogo y escritor)
Portada de la edición peruana
                                                                 )

Elga Reátegui Zumaeta: "El Santo Cura" (novela)
Primera edición (española), Madrid, 2007.
Primera edición (peruana), arteidea editores, Lima, 2009.


No tenía nada de santo. "Santo Cura" era el apelativo de Ignacio Nemesio Fernández Maldonado Ninahuanca desde su época de seminarista indisciplinado, cuando en una discusión frente al salón de clase, el padre Fritz lo llamó "cucaracha", "rastrero", "bicho digno de lástima", que se quiere mezclar con la "gente bien", dejando entrever que conocía el secreto de su procedencia. El seminarista no se quedó atrás y dijo que en el Instituto existían "asesinos" disfrazados de religiosos piadosos. La réplica, llena de furia, en el idioma materno -el alemán-, del padre Fritz, fue: "¡Deje de jugar conmigo muchacho! Me debe respeto ¿Quién se cree Ud.? ¿El Santo Cura?". Gracias a su principal protector, el sacerdote Giorgio Zanetti, amigo de su padre, el "Santo Cura" no fue echado del seminario.
El seminarista conocía que el padre Fritz había sido miembro de las hordas hitlerianas durante la segunda guerra mundial y el padre Fritz conocía la procedencia del seminarista, fruto de una relación extra matrimonial de Fico Fernández Maldonado en un alejado poblado andino, de modo que cada uno conocía el secreto del otro.
Fico había deseado tener hijos varones, pero su esposa, Concepción Valle Riestra solamente le dio dos niñas (Elizabeth y Moniquita), motivo por el cual Fico envió a uno de sus familiares para recoger a su hijo varón, con el consentimiento de su madre. Apenas llegado, pese a sus protestas, el niño fue internado en el seminario, con la mejor intención de su padre, para que se vaya acostumbrando a la capital.
A la muerte de Fico, Nemesio contaba apenas con doce años de edad, quedando al cuidado de Concepción, que se convirtió en una verdadera madre, cosa que el seminarista nunca olvidaría. Pasaron los años, ya anciana y sola, pues sus hijas (concepción y Moniquita) vivían en el extranjero, doña Concepción quedó inválida y el Santo Cura pidió permiso a su congregación para vivir con ella y así poder cuidarla. Un amigo desde los tiempos del colegio, el Dr. Bernales, Director del "Organismo Público Descentralizado", -una dependencia "autónoma" del Ministerio-, lo introdujo como asesor, comenzando así el Santo Cura, -sacando provecho de su condición de religioso y de los contactos de su familia-, abrirse camino en el ámbito personal y de los negocios, no importa si por medios legales o ilegales. En su vida más íntima entra en relación con Ana, una discapacitada que por un tiempo fue su secretaria de confianza, a la que poco a poco lo fue relegando, hasta que a la final lo hecha, al enterarse que iban a tener un hijo, que se niega a reconocer porque podía ser un obstáculo en su carrera.
Ana compartía un departamento con tres amigas: Jenny, Luz y Amparo, ayudándose y cuidándose mutuamente. De todas ellas, Ana, a su condición de discapacitada, agregaba una vida misteriosa. Tulio, que llegó a ser chofer del Santo Cura, se convierte en su novio o enamorado, pero Ana abandona a todos y por un tiempo no se sabe nada de ella. Había estado conviviendo con el Santo Cura. Un día regresa desconsolada y triste, pero no cuenta la historia de su vida. Tulio por compasión funge quererla y Ana también funge corresponderla intentando reanudar su relación que no se concreta porque Tulio se ha enamorado de Amparo, que también le corresponde. En esas circunstancias surge la noticia del embarazo de Ana, fruto de su relación con el Santo Cura, quien no reconoce a su hijo y presiona a Tulio para que funja ser el padre.
El Santo Cura se ha ganado contactos al más alto nivel y es requerido como asesor de diversos negocios. Conoce así al Ingeniero Frisancho, un empresario provinciano, honrado y honorable, que comenzó amasar fortuna con una academia pre universitaria para luego aumentar sus inversiones, surgiendo la Corporación, adquiriendo prestigio en el ámbito económico y social del país. Tiene dos hermanos, Rómulo y Paco, que ambicionan hacer dinero a como dé lugar, y una hija, Angie, cuya única ambición de hija mimada, es tener su canal de televisión propio.
Por mediación de sus dos hermanos, el Ingeniero Frisancho se contacta con el Santo Cura que les asesora en la fundación de una universidad, (sin pasar por todas las formalidades), que  desea lo dirija su hija Angie como rectora, y lo administren sus hermanos. Angie, confabulada con sus tíos, que le ofrecen crear su canal de televisión, acepta. El Ingeniero Frisancho junto a su esposa viajan al extranjero pretendiendo vivir un futuro lleno de tranquilidad. Por mediación del Santo Cura, Angie logra tener su canal propio, aunque usando una frecuencia de manera ilegal. Sus tíos desvalijan los fondos de la universidad y la Corporación, para luego desvincularse por completo. La universidad colapsa por falta de fondos para pagar a trabajadores y profesores. Los padres de familia denuncian a Angie que, además, tiene que afrontar otros cargos, entre ellos, haber utilizado de manera ilegal una frecuencia para su canal de televisión. Lo espera la cárcel.
El Ministerio, es una muestra de una sede administrativa del estado, con sus funcionarios y asesores, hombres de confianza del poder político; con sus empleados, unos, nombrados por concurso público, son los que se sienten más seguros en su puesto, al contrario de los que han ingresado por "vara" que pueden ser removidos. El ministro Mijail Villa Stein se ha puesto de meta seguir la carrera diplomática como embajador en algún país extranjero. Al igual que todos los funcionarios de alta jerarquía, cuida que su imagen resalte ante la opinión pública. Para evitar verse envuelto en los pleitos que a diario suceden y para hacer el trabajo "sucio", se ha creado la Oficina Pública Descentralizada (supuestamente autónoma) que tiene de Director al Dr. Bernales, que no bien fue nombrado, se vio obligado a despedir personal, que a la postre acarrearían grandes problemas, pues conjuntamente a despedidos de administraciones anteriores, se encadenaban en la puerta del ministerio y hasta vivían en carpas en un parque. El Dr. Bernales fue sacrificado como el "chivo" expiatorio de todos los problemas y el Santo Cura fue el encargado de "solucionarlos" mediante artimañas, con ofrecimientos que no se cumplirían. Sólo sirvieron para calmar el temporal para que el ministro no vea afectada su imagen y su carrera.
El Santo Cura, con ayuda de parlamentarios, entre ellos el presidente del congreso y otras gentes sin escrúpulos, utilizando a las fuerzas del orden, hacen desalojar a miles de familias de un asentamiento humano ("Cerro Camote"), -conformado por desplazados del interior andino amenazados por el terrorismo-, argumentando que está ubicado en un terreno considerado patrimonio cultural, por haber encontrado resquicios de antiguas culturas. Pero es solamente una estratagema para quedarse con el terreno, que a la final, es repartido entre el Santo Cura, el presidente del congreso, el "partido" y Chuman.
Los méritos del Santo Cura lo llevan a ocupar los más altos rangos de la política oficial, logrando ser elegido parlamentario en las filas del "partido". No reconoce a su hijo con Ana. Su chofer, Tulio, que ama a otra joven (Amparo), amiga de Ana, por presión del Santo Cura, funge de padre.
Un sacerdote, en un lejano poblado andino, se ve arrinconado, al igual que la mayoría de la población, entre dos fuegos: de las fuerzas del orden y del terrorismo. Intenta llevarse bien con unos y otros. No se llega a conocer cual de los dos bandos lo dio muerte, acusado de colaborar con el enemigo. Si bien no hay mayor adentramiento en el tema, simboliza el drama del Perú por cerca de dos décadas.

Los personajes de la novela tienen cada cual su propia historia, elevándose por encima de todos la figura del Santo Cura, por el contraste de su investidura religiosa supuestamente portador de las más altas virtudes de la moral y  buenas costumbres, con su accionar cotidiano que dista de cumplirlas, tanto en el ámbito de sus necesidades biológicas más íntimas, como en el mundo de los negocios y de la política.
Con El Santo Cura, Elga Reátegui hace su ingreso a la gran narrativa hispano americana. Su rebeldía no proviene de ningún discurso social o político, sino de su sensibilidad y de su amor por la humanidad, en un mundo cada día más inhumano. En cada episodio, con una técnica "cinematográfica" impecable, patrimonio de los grandes narradores modernos, sin mayores alardes verbales, desfilan los personajes del ámbito público, religioso, político, económico..., y si no están aureolados de las más excelsas virtudes, -salvo algunas excepciones, entre ellas el dirigente barrial Hilario, el padre Zanetti o el Ingeniero Frisancho-, no es su culpa de que el mundo actual, al igual que las civilizaciones de la antigüedad que llegaron a su decadencia, vean como sus más emblemáticos organismos públicos y privados, son copados por la corrupción en todas sus formas.
La sensibilidad, la intuición, la destreza narrativa cinematográfica, ágil, sin artificios, de una gran artista como Elga Reátegui, ha sido capaz de reinventar las lacras del sistema inmerso en la normalidad de la democracia, dentro de un gobierno legalmente establecido. Resalta la manera cándida, de la primera a la última página en que el lector es atrapado por lo hechos, hablados por los mismos personajes. Un libro eminentemente rebelde y subversivo que no parece serlo. Atributo que ya lo encontramos en su poesía donde el dolor y la esperanza, el amor y el desamor, la explosión de todas las potencialidades, es presentado con la mayor normalidad, con la mayor candidez, porque están dentro de lo humano, cuestión que lo diferencia de otras poetas mujeres que al reivindicar que nada de lo humano les es ajeno, gritan en alto su rebeldía. 
El surgimiento del mundo moderno, con sus grandezas y miserias, tuvo la bendición de las religiones oficiales, entre ellas el catolicismo y el protestantismo, que se constituyeron en pilares del nuevo orden bajo relaciones capitalistas. Pero si bien la modernidad surge con el capitalismo, lo trasciende, porque los intereses de la burguesía europea solamente pudieron confluir en parte con los grandes ideales libertarios de la modernidad, y son las clases populares subalternas quienes las reivindican, surgiendo la prédica socialista.
En los albores del capitalismo en Europa, al margen de las religiones oficiales, surgieron una serie de versiones cristianas, conocidas despectivamente como "sectas" encarnadas principalmente en los campesinos, que reivindicando el cristianismo libertario primigenio, intentaban construir el paraíso bíblico en la tierra. La historia oficial oculta que el advenimiento del capitalismo se realizó aplastando a sangre y fuego a esa vertiente de cristianos libertarios conformado por millares de seres humanos.
El Santo Cura pertenece al mundo de las religiones oficiales, representado principalmente por sus altas jerarquías, que son capaces de perdonar los peores pecados capitales, de unirse y apoyar a regímenes corruptos y represivos que violentan los más elementales derechos humanos, pero no perdonan se les prive en lo más mínimo de sus ingresos pecuniarios.
Lo más polémico en el catolicismo es el celibato, que no tiene ningún asidero en las "sagradas escrituras", sino que fue (y es) una imposición de las altas jerarquías eclesiásticas para evitar que los sacerdotes tengan familia y se apoderen de las riquezas de la iglesia para su descendencia. Pero ningún supuesto mandado divino, menos terrenal, ha podido frenar la naturaleza humana. Muchas historias de amor han nacido bajo el confesionario y las más de las veces las necesidades biológicas primarias (sexuales) de los sacerdotes (y monjas) afloran en su forma pecaminosa. Elga Reátegui presenta al Santo Cura, junto a otros sacerdotes, demostrando que nada de lo humano les es ajeno, e incluso algunos, como en el caso del padre Carloncho, sacerdote gay, lo ostenta públicamente. Por sus dotes histriónicas, tiene su programa televisivo. Un ex seminarista, condiscípulo del Santo Cura, Villanueva (o "Villenueve" cuando se afrancesó), un pintor consumado, también gay, pinta el cuadro de la Ultima Cena con un Jesucristo afeminado, de piel suave y tersa, que contrasta con sus discípulos presentados musculosos y varoniles.
El entretenimiento y la diversión desde épocas remotas, bajo diversa modalidad, se han convertido en parte del engranaje de determinado orden que, cuando confluye con bastas aspiraciones sociales, existe mayor amplitud y tolerancia, pero cuando ese orden social declina, porque los intereses de las clases dominantes han dejado de coincidir con el progreso, convirtiéndose en clases sin historia, los espacios se van cerrando y son los más adocenados que se ponen a su servicio, convirtiéndose los demás, la mayor parte de veces al margen de su voluntad, en "subversivos". En los últimos tiempos en el Perú, se ha visto a "payasos" y "chistosos" alquilar su talento para ridiculizar y hasta difamar a los adversarios. Elga Reátegui olvidó en su novela adentrarse en la vida de ellos, pero no importa, como símbolo nos presenta a la "Cuerva", a Carloncho, sacerdote gay, igual que el periodista Tete Quijano, cuyos únicos méritos para tener un programa en la televisión son hacer escándalos, siempre que no dañen la imagen del orden imperante en su conjunto.
Cuenta la leyenda que el Rey Midas todo lo que tocaba lo convertía en oro, el capitalismo, lo convierte todo en mercancía, incluyendo a los más altos valores celestiales, una veces para bien y otras para mal. En el caso del catolicismo (oficial) se tuvo que autoreformar para ponerse al día con los nuevos cambios, conservando en parte sus privilegios materiales y espirituales del pasado, y adquiriendo otros, acordes al nuevo régimen. Posee una gran autonomía, comparable sólo a las grandes transnacionales, entre ellas del fútbol (FIFA), con la diferencia que a su poder terrenal se agrega su poder espiritual, encarnando a los ojos de las mayorías, los más altos valores de la moral y las buenas costumbres. Sin embargo, nada profano les es ajeno, incluyendo entrar en negocios turbios por parte de su más alta jerarquía, para sacar adelante sus empresas y entrar en contubernios con políticos corruptos.
El Santo Cura saca provecho del poder terrenal y celestial de la iglesia, encarnado en la religión oficial de las altas jerarquías, sostenes de un orden social que despoja a los seres humanos de los más primordiales valores de solidaridad y amor al prójimo. La "cosificación" (mercantilización) conforme denunciaron eminentes filósofos, llega a sus extremos más degradantes e inhumanos.
El Ingeniero Frisancho, con toda su honestidad, en el ámbito de los negocios, no permite que su esposa, hija o hermanos, menos sus amigos y extraños, lo traten con familiaridad, sino usando todas las formalidades del mundo de los negocios, como el "Ingeniero Frisancho". Sus hermanos, Rómulo y Paco, aprovechando el viaje del Ingeniero Frisancho, dejando de lado todo sentimiento de filiación familiar, imbuidos de la mentalidad (capitalista) del lucro, desvalijan la Corporación. Han hecho las cosas tan bien, que nadie los puede acusar y a quien espera la cárcel es a su sobrina Angie. El Santo Cura, inmerso en ese mundo, ya lo había predicho, pero no hace nada por detener su marcha, ni siquiera intenta defender a Angie que termina como un personaje digno de compasión.
El presidente del congreso, el Santo Cura, el "partido" y Chuman, se reparten los terrenos del Asentamiento Humano "Cerro Camote", haciendo desalojar a miles de familias usando el poder político y militar. El oficial encargado del desalojo intenta hacer entrar en razones a los pobladores indicándoles que toda resistencia es vana, ya que las ordenes han sido dadas desde las más altas jerarquías y no se discuten si están en el reino del bien o del mal. Cuando se estaba retirando luego de un infructuoso diálogo, una piedra lanzada por un joven ("Pitufo") le cayó en la cabeza dejándolo inconsciente, iniciándose la violencia abierta. Aquí el oficial solamente cumplía órdenes, resultando, al igual que los pobladores, ser una víctima más.
En el ámbito político, los ideales, los principios, no cuentan, sino las influencias y la imagen que los personajes irradien ante la opinión pública por mediación de la radio, televisión y prensa escrita, que se convierten así en un componente esencial en la novela. Para promover o remover gente al interior del "partido" (gobernante), no es necesario una convención, un plenario, una asamblea, sino el día del cumpleaños del Patriarca (del partido), oriundo de un poblado lejano y pobre, enclavado en los andes, lo cual le suma réditos políticos. En medio de brindis con Whisky "etiqueta azul", las melodías de una cotizada cantante italiana, públicamente se promueven a los "favoritos" y también se sabe de los que caen en desgracia. El Dr. Bernales no fue invitado al cumpleaños, señal que ha caído en desgracia y quién se llevó los máximos lauros fue el ministro Mijail Villa Stein.
Las acciones de ayuda social y todo acto "piadoso" no se realizan sino están presentes los medios de comunicación. La opinión pública no se forma sobre la base de ideales o principios, en las virtudes, en la moral, menos en el amor al prójimo. Los programas y escritos de espectáculos, entre ellos de Tete Quijano (periodista gay), del padre Carloncho o de la "cuerva", son los escogidos para promocionar y mejorar la imagen de los políticos y también para intentar mejorar las relaciones de algunas familias. El Santo Cura, que al inicio no veía bien al padre Carloncho, se acerca a él porque lo puede promocionar. A la final se hacen amigos y el Santo Cura le confiesa su "opción" bisexual. Los méritos del Santo Cura para ser electo congresista por el "partido", están en las argucias y acomodos en las altas esferas de la política.
El ministro Villa Stein fue echado de su casa por su esposa Soraya, hasta que no despida a Carmen, -secretaria y amante del Dr. Bernales-, que ante la imposibilidad de hacer tal cosa, porque ninguna norma prohibe ser amantes, Andy Freundt, asesor y amigo del ministro lo aconseja recurrir a Sophy (la "Cuerva") para que lo promocione en su revista y programa de televisión como uno de los hombres más codiciados por las mujeres, para así salvar su matrimonio haciendo surgir los celos en Soraya. Pero el ministro, que antes era un marido ejemplar, tiene un breve romance con la "Cuerva" para luego dejar el ministerio y ser nombrado embajador, cumpliendo así su meta. Soraya, su esposa, ya no le sirve y se divorcia.
Al margen de lo que hubiese o no buscado la autora, desde los baluartes indigenistas más radicales que denunciaban al conjunto del sistema simbolizado en la trinidad explotadora del indio formado por el prefecto, el gamonal (hacendado) y el cura, ninguna novela peruana ha mostrado una crítica tan feroz contra el conjunto del orden imperante. Suficiente mérito para que los críticos literarios que fungen de orientadores de la cultura oficial lo releguen.
Existe la narrativa de denuncia contra la corrupción y las tiranías que tienen de escenario coyunturas especiales, presentadas como fuera de la normalidad, mayormente ajenos a la democracia. Y los personajes corruptos, represivos, genocidas, se pueden señalar con el dedo, con nombre y apellidos, presentándoles como anomalías. Contrariamente a todo eso, en El Santo Cura, el escenario es la normalidad, la democracia, la vigencia de las libertades y del orden, inmerso en la corrupción que reproduce a su democracia, a sus políticos, a sus funcionarios, a sus religiosos... de todas las jerarquías del mundo oficial.
HIlario, dirigente del Asentamiento humano "Cerro Camote" que intenta conseguir los títulos de propiedad mediante la vía legal, junto a su esposa Zarina, tiene una familia honrada, honesta, que sale adelante mediante el trabajo de cooperación familiar y vecinal, comenzando por vender comida, incluyendo en el Ministerio, lugar donde Mara, la hija de Hilario y Zarina, que a diferencia de sus hermanos decide salirse del negocio familiar para buscar nuevos horizontes, tiene conocimiento de la existencia del Santo Cura, que a la final lo contrata como su secretaria, pero cuando Mara llega a descubrir involuntariamente escuchando una conversación, de la repartición del terreno de Cerro Camote, lo increpa al Santo Cura, decidiendo renunciar a su puesto. El Santo Cura sin perder la compostura le dice que en ningún otro lugar lo pagarán igual y que además, "Pitufo", novio de Mara, podría quedar encarcelado por mucho tiempo por apedrear al oficial encargado de desalojar a los habitantes de Cerro Camote. Así es como Mara es retenida en el engranaje de un sistema que se reproduce.
La falta de ideales, de principios, de un derrotero que sirva de meta, no es sino un signo de la decadencia de un sistema que no ha logrado solucionar los más elementales  problemas humanos, a pesar de contar con los inventos más increíbles, entre ellos, las naves que oradan espacios inter siderales, de la sabiduría que no tiene fronteras, capaz hoy en día de descifrar el genoma humano y de crear vida en probeta.
Mariátegui decía que la primera guerra mundial (1914-1919) marca el inicio de la decadencia del capitalismo, donde se podrá encontrar paliativos para la crisis económica, pero la crisis moral cultural es irreversible. En el mismo sentido, hace algunos años el prestigioso intelectual norteamericano Noamy Chomsky, decía que el dominio de clase en su país y en el mundo, desde la primera guerra mundial, se basa en utilizar a los grandes medios de comunicación, sistema educativo oficial, iglesia oficial..., para moldear el cerebro de los ciudadanos de acuerdo a los intereses de las grandes transnacionales, por ejemplo, para desacreditar a personas, para legitimar la represión al movimiento obrero, para derribar gobiernos extranjeros, para hacer guerras como las de Vietnam o el Golfo Pérsico...
Rosa Luxemburgo, esa valerosa mujer que pagó con su vida acaudillar junto a Carl Liebnecht la insurrección obrera popular en Alemania (1919), a inicios del siglo ya había alertado de los peligros que el capitalismo en decadencia significaría para la humanidad, poniendo como dilema: socialismo o barbarie, que mantiene plena actualidad. Del seno de los países más "civilizados" han surgido grandes ideales, pero también los peores lastres como el racismo, dos guerras mundiales con millones de víctimas. Son además, los principales vendedores y traficantes de armas, lo mismo que los primeros promotores de violencia y guerras. Todo en nombre de la democracia, de la libertad.
Cada país tiene sus peculiaridades dentro de ese esquema de declinación de un orden social, manifestado en todas sus formas. En el Perú, Sebastián Salazar Bondy, en su obra "Lima la Horrible" publicado por primera vez en 1964 (?) y silenciado en los últimos tiempos, hablaba del criollismo ingenuo, costumbrista, popular, evidenciado por ejemplo en obras literarias como la de José Diez Canseco; que contrasta con el criollismo que resalta el colonialismo, el perricholismo, promovido por las grandes familias que tienen el poder. En la "viveza criolla", escribía, se dan la mano el político profesional al servicio de las grandes familias que puede llegar con cinismo y mentiras a palacio de gobierno, con el más vulgar "trapacero" que con los mismos métodos pretende encubrir sus fechorías. Confluye con todo esto el "perricholismo", en alusión a la Perricholi (perra chola) una actriz limeña que se hizo amante de un Virrey recibiendo a cambio prebendas materiales, simbolizando el ascenso social a cómo de lugar, sin importar los métodos.
Al igual que la vida farsante del Santo Cura, una excursión por la política peruana oficial, -al igual que en el conjunto del sistema mundial-, demostrará toda una farsa, desde la proclamación de la independencia por San Martín en 1821, fruto de las componendas con los españoles para no tener enfrentamientos en Lima por el temor a ser desbordados por guerrilleros compuestos de indios, negros y patriotas consecuentes que tenían sitiada la capital, porque ponían en peligro la estructura colonial defendida por San Martín y los criollos. Vargas Llosa en el mismo sentido a fines del siglo veinte despotricaba contra los partidos políticos "tradicionales", pero se une a ellos intentando llegar a palacio de gobierno. Sin embargo, los medios de comunicación  lo presentan como el político ingenuo, sin tacha que no llegó a palacio de gobierno por su falta de astucia, porque supuestamente no sabía mentir. Vargas Llosa en su accionar político, es un personaje pintoresco, que supera con creces a los personajes por él inventados en sus novelas.
En el Perú los intereses de las clases dominantes desde la conquista, no han logrado confluir con los intereses del conjunto de la sociedad, constituyéndose en clases sin historia, porque no contribuyen a dignificar la condición humana. Manuel Scorza, el autor de "Redoble por Rancas", decía por esto que las clases dominantes peruanas, en vez de libertad, igualdad y fraternidad, impusieron sobre el pueblo: infantería, artillería y caballería.
Los Santos Curas cabalgan por el mundo, acorde a la globalización, en todos los credos y en todas las religiones, coludidos y formando parte de la normalidad en la política oficial, cuyos voceros, todos los días, condenan en nombre de sus gobiernos a la corrupción, pero para salvaguardar los intereses de las transnacionales de la corrupción, - tráfico de armas, tráfico de drogas, tráfico de personas, tráfico de bienes culturales, robos al erario público....-, crean los paraísos financieros, donde no es necesario la identificación del depositante de dinero, sino solamente una clave. El capitalismo colapsaría sin esos dineros mal habidos.
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Rafael Herrera Robles

Es sociólogo.
En 1980 publicó "Mariátegui o la Revolución Permanente".
Entre otras obras inéditas cuenta: "Barbarie y Modernidad: El Perú en la Globalización Capitalista". Dos capítulos de esta obra están publicados en Internet:
Capitulo I.- "Historia y anti historia" (Una recusación contra la prédica burguesa de que se ha llegado al final de la historia para la humanidad, demostrando que es la burguesía quién se ha convertido en una clase sin historia, pero no la humanidad que lucha por dignificar su existencia)
Capítulo V.- "Literatura y Modernidad: (El Indigenismo)”.
Se puede encontrar además: "Opinión de Mariátegui sobre la pugna entre Trotsky y Stalin".

En el terreno literario ha escrito la novela aún inédita: "Yo fui Angel".
Ha incursionado en el terreno de la composición de canciones populares.