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martes, 29 de noviembre de 2011

Prólogo de la novela "De ternura y sexo"

Como lo sabe cualquier periodista lo más complicado de escribir es siempre la entrada del artículo Y resulta más difícil empezar un prólogo cuando se trata de una persona amiga a quien estimas desde el fondo del alma.
Soy testigo del crecimiento personal y profesional de Elga Reátegui Zumaeta. La conocí en las aulas de mi alma máter la Universidad Inca Garcilaso de la Vega cuando pasé a enseñar a la Facultad de Ciencias de la Comunicación.  Integraba la primera promoción de alumnos a quienes por primera vez en mi vida enseñaba Psicología de la Comunicación. ¡Qué tal aventura esa! Elga era una de las alumnas más dedicadas y nunca cesaba de preguntar, a partir de ese enorme afán por conocer que muestran las alumnas valiosas. En una de nuestras primeras conversaciones comentó ya me había conocido antes, pues siempre escuchaba un programa que por entonces conducía en una radio limeña.
El autor de la nota junto a Elga Reátegui
Fue la primera reportera de televisión de Garcilaso, muy escrupulosa y seria con su labor, y me consta porque alguna vez me entrevistó. Siguió trabajando en diversos medios y luego pude ver su crecimiento como escritora en poemarios y plaquetas, que fueron parte de sus primeras incursiones como escritora.
Pasados los años, cuando leí El santo cura me encantó su estilo. Sus personajes eran casi de carne y hueso. Quien leía podía conocerlos muy bien, pues la descripción de sus rasgos psicológicos era magistral. Creo haberle comentado que me recordaba a Dostoiewski, maestro del género. La trama de la novela era también muy interesante y mostraba esa cualidad de las buenas novelas: atrapa tu interés en tal medida que quieres continuarla y te la llevas bajo el brazo para leerla en cualquier intermedio durante trabajo. Era ya una Elga madura, una escritora con una prosa elegante, impecable y un estilo propio, quien trabajaba su obra al estilo de un guión de cine con sus flashbacks y los primeros planos de sus personajes pintados con fino pincel a lo largo de la narración. Sentí al leer su obra que gracias a su talento pronto la leerían en el mundo entero.                                                                                                                    
Cuando leí como primicia De ternura y sexo encontré a otra Elga, con sus dotes de escritora más pulidos y su estilo cada vez más diferenciado, describiendo con soltura los avatares sexuales de Mábela, una joven de casi cuatro décadas postmoderna, atrapada por sus indecisiones, que se muestran desgarradoramente cuando dice “ninguno de ellos, me convencía. El amor no se atrevía a brotar en mí”.
La protagonista procede de un entorno familiar desajustado, con una madre manipuladora y un padre permisivo que admite todos los caprichos de su cónyuge ― la cual vive insatisfecha consigo misma ―, pero que no tiene reparos en serle infiel. Una familia disfuncional que vive de apariencias de unidad y concordia para el consumo público, lo cual es tan solo un cascarón pues se desgarra por dentro de mil maneras, y su desintegración no espera al final de la novela.
Me acordé de aquellos finales de las novelas románticas de los 50 donde el happy end llegaba con el beso de los protagonistas, mencionado púdicamente, pero jamás descrito en sus detalles. Pues bien, Elga sigue la historia de los protagonistas hasta el lecho amoroso, describiendo los sentimientos encontrados de la protagonista y  los propios detalles de los escarceos de la pareja hasta llegar al clímax, con cierta crudeza en algunos casos, pero por cierto sin morbosidad ni vulgaridad.
Hay  momentos de ternura, de apasionamiento, pero también de drama y dolor en la obra que si bien tiene al sexo como componente constante, relata la agitada vida ficticia de los personajes, los avatares de la vida cotidiana del ser humano, donde conviven la generosidad del ser humano con odios y rencores muchas veces irracionales, que como en el caso de la familia Gómez ponen su particular sello a la existencia entera de los actores sociales. Vida cotidiana donde las visiones cerradas y los engaños a sí mismos de los protagonistas son un lastre que no los dejan salir adelante, tal como ocurre en la vida real.
Le auguro éxito por su talento ya demostrado
Amaro La Rosa Pinedo (*)
* Psicólogo, periodista y escritor

sábado, 19 de noviembre de 2011

Elvis García Morán: “En España encuentro mayores oportunidades de hacer arte”

Su Huarochirí querida lo recibió en su regazo, sonrió amorosa al notar su talento  y fue su primera fuente de inspiración, y hoy que pasado algún tiempo, la recuerda con nostalgia desde su nuevo hogar en España y nos cuenta sobre su trayectoria.
El pintor peruano Elvis García Morán dejó su tierra cuando se dio cuenta que su alma le reclamaba salir en busca de sus sueños y vivir otras experiencias. Ya había paseado su arte por toda América y ansiaba sentir en directo el hecho de ver sus cuadros exhibidos en importantes galerías de Europa, Asia y África. Su participación colectiva en más de 300 exposiciones, lo habían dejado con ganas de ser el protagonista principal.
Desde muy jovencito es un ganador, y no sólo lo fue de los estudios escolares, sino que logró ser el mejor de los alumnos de la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú. “A mí me tocó la Medalla de Oro y el Primer Premio “Popular y Porvenir- Compañía de Seguros” de la promoción 1984 “Tilsa Tsuchiya”, revela orgulloso.
En busca de la originalidad no dudó en buscar inspiración en el arte precolombino, y sin pensarlo dos veces, efectuó estudios por espacio de tres años en las ruinas de Chan Chan, Chavín de Huántar, en otras de igual importancia, asesorado  por reputados arqueólogos y antropólogos.  

¿En qué momento aflora  en usted el impulso de pintar? ¿Tuvo algo que algo que ver el paisaje de Huarochirí, el lugar donde nació y vivió sus primeros años?

No sé con exactitud cuando aflora ese impulso para pintar, pues cuando tuve uso de razón ya hacía dibujos o bosquejos en cualquier papel que encontraba. Mi padre contribuyó a fomentar aún más mi vocación. Él  por afición hacía dibujos al carboncillo en cartulinas, y me encantaba apreciar su trabajo. Luego, ya en el colegio secundario, comencé a sobresalir en artes plásticas y era el encargado de realizar el  ‘dibujo central’ del periódico mural en el curso de Lengua y Literatura. Recuerdo que  en el 3er. año de secundaria ya pintaba con colores al óleo, pese a que los profesores nos pedían que lo hiciéramos con témperas, tal como  se hace hasta ahora  en los colegios del Perú. Pero no sólo destaqué en las Artes plásticas, sino también en otras asignaturas, ya que egresé con una beca de aprovechamiento pedagógico.
 El paisaje y  el ambiente de Huarochirí fueron fundamentales en mis inicios, pues me ofrecieron la belleza de su geografía, su variado clima y el rico colorido de las vestimentas de sus habitantes.

 En sus años de estudio en la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú destacó notablemente por encima de sus compañeros, tanto que egresó con medalla de oro, ¿qué nos puede contar al respecto?

A los 16 años ingresé a la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima y también empecé a  destacar desde el primer año  -y todos los años-. Representaba a mi taller en las exposiciones anuales. El último año es cuando se hace el concurso entre los alumnos más sobresalientes de todos los talleres de pintura. Tras las difíciles evaluaciones de 12 maestros de Bellas Artes y de otros consagrados -que no son maestros de  la escuela- salen los premiados. A mí me tocó la Medalla de Oro y el Primer Premio “Popular y Porvenir- Compañía de Seguros” de la promoción 1984 “Tilsa Tsuchiya”.
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 ¿En qué momento realiza estudios sobre expresiones artísticas precolombinas? Tenemos entendido que para ello tuvo que trasladarse a Chan Chan, Chavín de Huántar, entre otros, lugares arqueológicos.

Cuando uno egresa de la escuela, se preocupa más que todo en ser original en sus creaciones. Esto me llevó a hacer estudios de expresiones artísticas precolombinas en diferentes ruinas de culturas ancestrales.  Quise conocer  ‘in situ’ como se expresaban artísticamente las personas de esos tiempos, ya sea en telares ´-que ya representaban figuras abstractas- o en cerámicas, huacos retratos e incluso las incisiones en las piedras que hacían los artistas de la cultura Chavín de Huántar (Ancash)  tal vez la más antigua -de 1500 a 2000 años AC-,  admirablemente bien hechas y con fuerza telúrica.


Buscó inspiración en el arte precolombino

 ¿Cuánto tiempo duraron estos estudios? ¿Los realizó por su cuenta o contó con la ayuda de expertos?

Durante tres años realicé estos estudios -para luego lanzarme a efectuar mi primera exposición individual con una base sólida de fundamento y técnica apropiada-, por supuesto que conté con la ayuda de expertos arqueólogos y abundante bibliografía y dibujos como los del antropólogo y descubridor de Chavín de Huántar: el Sabio Julio C. Tello.

 ¿Qué aportaron a su trabajo estos nuevos conocimientos?

Claro está  la base fundamental, pues con el afán de ser original  tomé esta simbología ancestral para realizar mis propias expresiones.

¿De qué manera están presentes en su arte?

Lo están siempre, ya que se convirtieron en el lenguaje plástico de mis obras. Tuve que estudiar la técnica apropiada para poder expresar lo que quiero representar.

 Ha efectuado 26 exposiciones individuales y más de 300 colectivas en América, Europa, Asia  y África, comparta su experiencia, por favor.

Para suerte mía, se me han dado las oportunidades para poder llevar mi arte por varios continentes. He estado presente en casi todos los países de América gracias a las invitaciones de numerosas galerías de arte y diversos  centros culturales. También he contado y cuento con el apoyo de las embajadas de mi país en el extranjero a través de los departamentos culturales.
 Quiero destacar, en especial,  mi participación en diferentes Bienales de Arte como la   “XLV Biennale di Venezia” en 1993,  en donde estuve representando a mi país. Así también hago referencia con gratitud a los grandes festivales y ferias de arte Internacionales de todo el mundo; los viajes y exposiciones son muy enriquecedores porque puedes intercambiar culturas, vivencias, experiencias y conocer muchas formas y maneras de expresiones artísticas.

 En la Feria de Arte Contemporáneo realizado el año pasado en Monzón, la prensa destacó su participación diciendo que sorprendió a todos por su ‘figuración y abstracción’, ¿nos puede ampliar estos conceptos?

Yo tengo estas dos formas de expresión, por un lado, el figurativo realista y, por el otro,  el abstracto; a veces combino los dos.  Me explico: los artistas que hemos pasado por una escuela de bellas artes, tenemos el conocimiento y expresión académica de las artes. O sea,  somos capaces de realizar un bodegón, un retrato, un desnudo, etc., -de manera realista-;  y luego, los que vamos más allá de esta expresión, hacemos lo que se llama ‘evolución, abstracción o sintetización’ de las formas. En mi caso, la pintura abstracta que realizo es producto de un proceso de simplificación o abstracción de las formas. Es decir que, de todas maneras,  proviene de un realismo; solo que  ahora está en una etapa de síntesis. Es un camino muy largo y luego va llegando el momento en que el tema es únicamente un pretexto para crear una ‘obra de arte’ camino a un simbolismo universal.

¿Cómo definiría su estilo en forma y fondo?  ¿Qué pretende comunicar?

 La crítica especializada me ubicó en  ‘Neofigurativo abstracto’ y creo que no está mal, pues ya no me preocupa  encasillarme en un estilo definido. El artista crea siendo lo más original posible y luego los críticos son quienes los ubican en un estilo. En cuanto a forma y fondo,  ya lo mencioné  anteriormente: lo que pretendo comunicar es la belleza de la naturaleza, de su gente y las cualidades positivas del ser humano.

¿Qué lo diferencia frente al resto?

Todos los artistas somos diferentes, tal como las personas.  Cada uno es un mundo con muchas vivencias, experiencias y diferentes formas de ver e interpretar la realidad. Cada quien busca su forma de expresión, su técnica, etc.

 Ha ganado muchos concursos importantes durante su trayectoria, ¿cuál es el que le falta obtener?

Creo que los premios, a parte de  ayudarnos a sobresalir, son un compromiso con uno mismo. Es tener mayor responsabilidad en lo que uno haciendo.  Para mí los premios más importantes son los que  se obtiene en una bienal de arte. Sin embargo, considero que ya es un premio vivir y poder admirar la belleza de este mundo y, más aún,  seguir haciendo arte en las circunstancias difíciles.

 ¿Qué artistas plásticos han sido sus referentes? ¿Siente especial admiración por alguno?

Mis artistas referentes son muchos. Cada uno tiene su genialidad y tuvo relevancia en determinadas épocas. No podemos decir tal o cual artista es el mejor. Admiro especialmente a Piet Mondrian por el proceso de abstracción que lo llevó, por ejemplo, a representar un paisaje realista,  después de mucha síntesis, en un cuadro de solamente cuadrados y rectángulos con sólo tres colores.
En mi tierra también hay maestros de mucha trayectoria y capacidad plástica. Entre ellos tenemos a  Milner Cajahuaringa, Enrique Galdós Rivas, Gerardo Chávez, etc., si queremos nombrar a  los contemporáneos.

 ¿Se reúne con sus colegas con cierta frecuencia para intercambiar opiniones sobre sus trabajos o proyectos?

Sí, me reúno esporádicamente con colegas en diferentes actividades culturales e intercambiamos ideas y conceptos sobre el arte -pintura, escultura, cine, poesía, videoarte, etc.-.  Cada uno tiene su forma de ver la realidad y de expresarla a su manera y  no siempre coincidimos en cuanto a la representación del arte abstracto o de las diferentes escuelas o estilos.

La crítica llama a su estilo:`Neofigurativo abstracto'
 ¿Cuál es su rutina? ¿Tiene un momento especial para ponerse a pintar?

Estamos pasando por una situación difícil en general,  y el arte y la cultura con más razón, en particular. Tiempo atrás, mi rutina para pintar era de todos los días y todo el día- me daba ese lujo,  ya q se podía vivir de la pintura-; pero  ahora tenemos que pensarlo dos veces para dedicarnos exclusivamente al arte.  Por ahora, me defiendo haciendo cuadros por encargo y algunos retratos; obviamente no dejo de lado las exposiciones individuales y colectivas en diferentes lugares de España.
Considero que cualquier momento es bueno para pintar. Uno siempre encuentra un tema o un  pretexto para pintar. Algunas veces,  se me ocurren unas ideas en la madrugada e inmediatamente me levanto a hacer unos bocetos al respecto y luego, en el día,  los voy resolviendo en los lienzos. Generalmente, aprovecho la luz del día para pintar porque la luz artificial no es igual.


¿Tiene algún cuadro que sea de su predilección y que no esté dispuesto a vender por nada del mundo?

Es muy difícil tener un cuadro en especial, ya que cada uno tiene su resolución correcta-composición, equilibrio, ritmo, armonía de color, etc.-, Quizá debería decir que se recuerdan más ciertas obras por un algún motivo específico, como por ejemplo, las que se hicieron acreedoras a algún premio. Más bien creo que las obras son como hijos para el que  los creó, por tanto, se los quiere igual a cada uno de ellos. Aunque claro está,  muchas veces el creador se  llega a encariñar con algunos cuadros y la complicación se presenta cuando tiene que venderlos.

¿Cuándo se decide a hacer las maletas y viajar a España?

Decido hacer el viaje a España en el año 2007 cumpliendo la invitación de una exposición individual y,  obviamente, por buscar nuevos horizontes para mi arte. Ya  en años anteriores había realizado exposiciones individuales en casi todos los países de América, desde Canadá hasta Chile, y fue entonces que me propuse hacer lo mismo en Europa, Asia y África. Aunque mis cuadros ya se expusieron en estos continentes de forma colectiva, quiero llegar a ellos, de manera independiente.

 ¿Cómo lo está tratando su nuevo hogar?

Yo creo de la mejor manera.  He conocido a muchas personas e instituciones que me apoyan en el sentido de promover las exposiciones y otras actividades culturales. Además encuentro muchas más oportunidades de hacer arte y seguir adelante con mis proyectos, aunque de forma más lenta por la situación de crisis que está atravesando el mundo.

¿Cuál es su proyecto a corto plazo?

En camino está mi proyecto de realizar unas exposiciones individuales en la ciudad de Valencia. Es casi un hecho, pues ya cuento con las invitaciones. Por otro lado,  me gustaría realizar algunas otras actividades culturales, tales como, danza, música, teatro, etc., pero ya veremos cómo se va presentando la situación más adelante.
Si desean saber más del artista o de su obra pueden pinchar:
http://egmoran.artelista.com/

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Nueva novela: De ternura y sexo de Elga Reátegui

De ternura y sexo es una novela que hay que leerla con cuidado, pues cuenta la historia Mábela,  una mujer de treinta tantos años que busca desesperadamente en sus relaciones -sea heterosexuales o lésbicas- algo de ternura, pero teniendo como medio los encuentros sexuales con extraños. No conoce otro medio de obtener una recompensa  afectiva más humana que aventurarse a compartir el lecho con alguien, pese a que la mayoría de  veces lo único que consigue es poseer y que la posean pero sin obtener ni una pizca de ternura antes, después o durante del acto amatorio.
La novela también es la historia una mujer que tiene que salir adelante recomponiendo su salud mental-emocional y reaprendiendo a tratar con el sexo opuesto, luego de haber sido abusada sexualmente de niña por su tío, quien pese a que no llegó a consumar la violación, la sometió a  largos períodos de tocamientos indebidos.
Pero, De ternura y sexo es una novela que muestra, además, los errores que suelen cometer los padres  a  la hora criar y educar a sus hijos,  sobre todo,  cuando el medio imperante es machista, se tiene en cuenta el qué dirán y se vive en un ambiente donde priman las apariencias.
* Ya está a la venta en España.