Dejó
atrás sus otras identidades, y se lanzó al ruedo literario con su propio
nombre. Miriam Alonso Rodrigues carece de expectativa en cuanto a fama o
dinero, aunque acepta de buena gana lo que pueda traer consigo la salida y
lectura de su “Sabor euforia”, obra que plantea las amplias diferencias que se
establecen entre lo que se anhela en los sueños y sus implicancias en la vida
real.
“Una
de las cosas que más me preocupaban de la publicación era que el mensaje de la
novela no resultara claro, pero estoy feliz viendo cómo ha reaccionado el
público”, revela.
Manifiesta que tenía prisas
por nacer y ponerse a escribir, pero hemos tenido que esperar un buen tiempito
para tener su libro al alcance de nuestros ojos y manos. Ahora, tras los intensos días de
presentación, y en estos días de descanso,
cuéntenos respecto a la ‘gestación’ y
‘parto’ de “Sabor euforia”, y, claro está, sobre los preparativos para
recibirlo.
En
realidad eso no lo manifesté yo, fue una amiga con mucho acierto (risas). La
gestación fue muy divertida, una fiesta de pelos despeinados, té a altas horas,
sueño y volverse muy loca. Todo rápido, y no porque hubiera prisa real,
sencillamente no podía parar de escribir. Lo que se hizo más pesado fueron las
revisiones, pasé de las diez, la leyeron mis testers (algunos
profesionales, otros amateur), recibí sus impresiones, revisé,
revisaron, pero somos humanos y siempre se queda algo colgando... Por ejemplo,
¿qué hace pie con acento? (más risas).
¿En qué o en quiénes pensó
cuando vio su libro por vez primera? ¿Se
dio un tiempo
para digerirlo o de inmediato fue a compartirlo con su familia y
amigos?
Junto a Medusa Dollmaker, destacada ilustradora española |
Va
a sonar mal, pero pensé en mí, en el tiempo invertido en una pasión que al
final tomaba cuerpo. Todo esto mientras se me quedaba esa cara de idiota que se
le queda a una teniendo en las manos el fruto de su esfuerzo. Lo compartí de
inmediato. Llevé a mis pequeñuelos a casa y abrí la primera caja rodeada de
gente sonriente. Fue una experiencia genial e irrepetible.
Sus seguidores en las redes
sociales tenían muchas expectativas respecto a la salida de su “Sabor euforia”, y, como es obvio, dejaban
patente sus inquietudes en persistentes preguntas y entusiastas comentarios. En
especial, recordamos lo expuesto por el escritor Shiro Dani. Decía más o menos
esto: “…hasta que se decida publicar, sólo se la puede calcular, entrever e
imaginar, charlando, escuchándola y sobre todo mirándose uno en sus brillantes
cristalinos”. Tenía a sus fans en vilo, ¿no lo cree así?
Sí
que había gente a la espera de algo, pero no creé expectativa por divismo:
sencillamente no estaba lista, precipitándome habría cometido un grave error
que marcaría todo lo que ha de venir. Respecto a Shiro Dani, gran amigo, amor
de persona, sufridor de abrazos rompe-costillas, poeta impecable... Que alguien
pruebe a perderse en sus ojos y después me cuente qué ha encontrado en ellos.
Hay pocas personas que escondan tantas sorpresas bajo un sombrero fedora.
Sus lectores demandaban la
obra para ya. Para cualquiera es angustioso escribir bajo presión, pero quizá
para usted sea la adrenalina que necesita para fluir a la hora de imaginar y
escribir. ¿Funciona así?
No
en realidad. Siento agobio si veo que se acerca la fecha autoimpuesta para que
un proyecto culmine, pero luego recuerdo que no tengo prisa, me puedo
entretener, y continúo escribiendo con calma. Ese es uno de los grandes lujos
que nos podemos dar los ‘escritorzuelos’.
Junto al poeta Shiro Dani en la Feria del Libro de Valencia |
Cuando pasamos por una
estantería de libros no podemos evitar detenernos frente a su libro, y no sólo
lo digo por su magnífica tapa, sino por el título de la obra: “Sabor euforia”.
Lo leemos de corrido varias veces, e incluso lo deletreamos pacientemente, y se nos viene a la mente y a los labios, la
inevitable pregunta: “¿a qué sabe la euforia? ¿Las emociones tienen un sabor
específico, definido y fácilmente reconocible?
Díganos, ¿es dulce, salada? O tal vez, ¿picante o agria?
Cada
sentimiento es percibido de modo distinto dependiendo de quién lo experimente.
Para mí estar un día en silencio leyendo un libro cautivador puede ser el mayor
de los placeres, sin embargo otros pensarían que estoy perdiendo el tiempo. Las
sensaciones son subjetivas, nadie siente igual que otro. “Sabor Euforia” tiene el suyo.
Hemos leído comentarios de
aquí y de allá sobre su obra, y todas coinciden en que es la lucha de una David
( en este caso, Gala Duarte) frente a un
gran Goliat o quizá debería decir, de un
terrible monstruo bicéfalo ( el mundo del espectáculo y las transnacionales).
La eterna lucha entre el bien y el mal, pero esta vez llevado a un discurso
mucho más introspectivo, íntimo, donde los enemigos están dentro y no en el
exterior. ¿Adónde quería llegar y qué es lo que sus lectores vieron o sacaron
en limpio de su novela?
En
esta novela quise acercar al lector a las dos caras del sueño, enfrentar a Gala
y todos los demás, con lo que siempre habían deseado, pero sin dejar de lado lo
distinto que es anhelar algo desde casa y después lidiar con ello de frente. Me
encanta hablar con los lectores, recoger sus impresiones, y que las palabras más
repetidas sean “realista”, “alegre”, “apasionada”, “superación”, “lucha”... Una
de las cosas que más me preocupaban de la publicación era que el mensaje de la
novela no resultara claro, pero estoy feliz viendo cómo ha reaccionado el
público.
Opina que una semana es hasta mucho para cambiarle la vida a alguien |
¿Gala Duarte, la heroína de su
novela, es un retrato aproximado de lo
que es su creadora, o alguien totalmente distinto? ¿Quién o quiénes fueron las personas de la
vida real que la ayudaron a construir este personaje?
Gala
y yo nos parecemos en el flequillo, quitando eso solo en algunos aspectos
muy sutiles, pero es un personaje
ficticio, la novela lo es por definición. Tiene guiños de personas normales, de
momentos, vive alguna situación que puede resultar cercana, pero no existe y
aquí es donde empieza la magia. Puedes seguir su historia pensando en ti mismo,
en alguien de tu familia, una amiga o la chica del supermercado, porque es
distinta pero familiar para cada lector. Me atrevería a decir que todos los
personajes lo son.
¿Considera que una semana es
más que suficiente para cambiarle toda la vida a alguien? ¿Realmente un lapso de tiempo tan corto como
ese puede marcar a sangre y fuego nuestra existencia?
Indudablemente,
una semana podría ser incluso demasiado tiempo. Un pestañeo es más que
suficiente para cambiarle la vida a alguien.
Su novela apela a la
sensualidad, a la exaltación de los sentidos, ¿es usted de esas personas que
asocian un perfume, una textura, una melodía a un momento o hecho de su vida?
Sí,
me ocurre sobre todo con los aromas y la música, más con los primeros. Soy de
las que se gastan dinerales en perfumes muy concretos (risas).
Adora estar en compañía de sus amigos |
¿Por qué decidió escenificar
su obra en Nueva York? Lo natural o
lógico hubiese sido apelar a lo conocido: su tierra (España), teniendo en
cuenta además, que se trataba de su primera obra.
Elegí
Manhattan porque no me gusta (risas); las grandes urbes y yo no nos llevamos
bien. En alguna presentación he dicho que en vez de Estados Unidos, pude
ambientarla en Tokio, por ejemplo, porque eso en realidad era lo de menos, lo
importante fue hacer que la protagonista dejara atrás todo lo conocido
enfrentándose sola “al asunto”. Madrid no era buena opción. Años atrás viajé
allí casi un fin de semana al mes, me hubiera resultado demasiado familiar y
cómodo para poder calzar los zapatos de Gala y sentir su misma inquietud en
determinados momentos.
¿Cuánto tiempo con exactitud
le demandó concebir “Sabor euforia” y
redactarla? ¿Cómo fue el trabajo con su editor?
¿Fue sencillo lidiar con su corrector?
Porque a veces él o ella no ve ni aprecia lo mismo que el escritor.
En
el proceso creativo transcurrieron dos meses escasos (días de locura y falta de
sueño, pero que no cambiaría por nada).
El trabajo con el editor fue grato y minucioso, estoy encantada habiendo caído
en sus manos. Los correctores fueron muchos, la sensación placentera y
agradecida. Sobre todo ¡agradecida!
Tenemos entendido que usted
solía compartir algunos capítulos con sus más íntimos nomás escribirlos. Muy
pocos escritores lo hacen. ¿Qué la conducía a ser tan abierta en ese
aspecto? ¿No temía confundirse o
bloquearse creativamente?
Lo
hice porque es divertido, y de eso se trata. Mi hábitat de trabajo se forma en
un círculo donde compartimos todo: las victorias, los fracasos, los avances,
los “y ahora ¿qué?”... No temía bloquearme como tal, considero que hay muchas
formas de escribir. Por poner un ejemplo: hace un tiempo la novela que me ocupa
pidió más lectura y meditación que tecleo frente al ordenador, me detuve, leí,
medité y tiempo después seguí escribiendo.
¿Qué significa o representa
Asunción Macián Ruíz, ampliamente conocida como
Medusa Dollmaker en el mundo de
la ilustración, en el peso de la obra que acaba de publicar?
Decidió publicar cuando se sintió realmente lista |
Tanto
ella como Beatriz González (Vhea), Ginés Vera, Ximo López, Rom Rodríguez y
otros que me dejo, son personas que adoro, grandes amigos y enormes
profesionales. Muchos compartieron
conmigo noches de insomnio, noches largas de risas y comentarios. Sin ellos
probablemente “Sabor Euforia”
no sería “Sabor Euforia”.
Dejó de lado a Mimi y a
Pandora. Al final, optó por ser usted misma: Miriam Alonso Rodrigues. La
mayoría pensó que Mimi se impondría. ¿Qué pasó?
Pasó
que Mimi es más íntimo, pero he de reconocer que dudé a la hora de firmar el
libro. Esto de los varios nombres al final es un lío (risas).
Usted empezó al revés a la
hora de apostar por la modalidad de publicación. Primero por el digital, y
luego, vino la edición física. Explíquenos sus razones.
Cuando
terminé la novela no tenía intención de salir en papel, había cumplido mi
objetivo y me di por satisfecha, pero resultó que el público no. Fui
sorprendida por lectores que no disponían de libro electrónico, no querían leer
en el ordenador o estar pendientes de si quedaba suficiente batería para
empezar el siguiente capítulo. Tras recibir varias quejas del estilo me lo
planteé, y bueno, salió bien.
Ha declarado que no busca ser
rica publicando ni tampoco ganar millones de lectores, eso quiere decir, que
pretende algo más espiritual…
Esta
novela nació a modo de carta de presentación. Esperé lo que creí conveniente,
al final me decidí a apostar por mi trabajo y saludar al mundo. Lo que se
encuentra entre las páginas de “Sabor
Euforia” se traduce en trabajo, pero no por los dos meses de escritura,
han sido años de preparación hasta lograr un producto, que pese a sus errores,
sea digno de ser mostrado, creo que eso es lo más importante. Lo que haya de
venir después será bien recibido, por supuesto.
Si desean comunicarse con la autora
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El estante olvidado http://pandoracc.blogspot.com.es/
Sabor Euforia http://saboreuforia.blogspot.com.es/
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