Rossana Arellano Guirao es una mujer resiliente al completo. Lo demuestra en su actitud hacia a la vida en todas sus facetas. Ha sabido aprender a reinventarse a partir del dolor de la pérdida una y otra vez, y sus escritos hablan de eso, de su libertad para sentir y la empatía que puede albergar un alma a la hora de compartir.
Llevas en tu ADN la escritura, un legado genético aportado no solo por
tu lado paterno sino también por el materno, ¿descubriste este tu talento nato
de un modo espontáneo o se te condujo adrede a esta actividad?
Desde muy niña sentía necesidad
de crear, inventar algo hecho por mí, que tuviese un sello propio; en eso mis
padres contribuyeron en gran medida. Se trataba solo de un desafío personal, al
ser la cuarta de cinco hermanos, pero considero que al inicio era una suerte de
competencia.
Sé que tu madre fue una buena contadora de historias, y que te animaba
a culminar los cuentos que ella inventaba, ¿crees que esa dinámica te ayudo a
desarrollar tu creatividad?
Absolutamente, toda vez que una
permanecía muy atenta, dado que ella podía contar el mismo cuento en más de
diez versiones y la historia narrada no quedaba así, sin más. Por ejemplo los típicos
cuentos clásicos, como El Soldadito de
Plomo de Hans Christian Andersen, tenía tantas versiones y debíamos (con
mis hermanos) incluir diálogos divertidos, sin perder el hilo del cuento. Esto
fue en la primera infancia, luego mis padres se separaron, quedando la familia
desperdigada, Sur, Centro y Norte del país. Quedé bajo el cuidado de mi padre,
comencé a inventar cuentos y canciones para mi hermano menor. De ese modo logré
sobrevivir a tanta tristeza.
Durante una actividad en un colegio de Iquique |
No, no tuvo nada que ver, quería estudiar alguna carrera relacionada con Biología, definitivamente, para ayudar al prójimo, el puntaje no fue suficiente y dije, estudiaré Asistencia Social. Mi madre se opuso, ella quería Odontología. Terminé en pleno norte, una sureña de 17 años, más sola que nunca. Extrañaba a mi padre. Estudié un par de años Pedagogía en Biología y Cs., en la Universidad de Chile. Sin embargo, una vez más, mi vida dio un giro. Durante una vacación de invierno, decidí que no regresaría. Me quedé trabajando en una empresa familiar. Nunca dejé de escribir, un relato, un poema, una frase o idea. El horario era largo y siempre hice horas extras. Los primeros años no abandonaba la idea de volver a estudiar. Cuando pude hacerlo, cedí mi lugar a mi hermano menor. (Creí que esto ya no dolía más)
En cuanto al Diplomado en
Literatura Infantil y Juvenil, esto fue un atreverme, luego de tantos
años. Quise mejorar mis escritos,
actualizarme, aprender acerca de cómo y qué están leyendo los jóvenes. Con los
niños he trabajado desde siempre, y la mediación lectora fluye sin
complicaciones. Con jóvenes que carecen de interés por la lectura obligada,
tenía que partir de cero. Hay grupos a los que les gusta el Rap, a otros los
comics; jovencitas a las que les agrada lo romántico, y otras a las que les fascina el género del
terror, etc.
Es importante para ellos que se les respete, conociendo sus gustos y preferencias, tomando conocimiento, en particular leyendo todo lo que podamos de lo actual. Hay que refrescar la memoria y releer lo clásico, dialogar y mostrar lo que a ellos les gusta. No está tan alejado de la historia universal, incluso con aquellos juegos en los que pueden pasar tardes enteras.
Al comienzo, durante mis visitas a colegios,
hogares de menores, hospitales, me causaba curiosidad que algunos
jóvenes se acercaran para oír un cuento o participar en las actividades que
realizo. Me he dado cuenta que la carencia afectiva es tan grande, los chicos
solo buscan afecto, una mano amiga, un par de oídos que atienda, una boca que
guarde silencio y una persona que si promete algo, lo cumpla. (Mi labor con los
jóvenes, en exclusiva, con novela, sigue pendiente).
Has trabajado muy duro por inculcar la lectura en esos sectores, ¿con qué obstáculos te has encontrado en ese
camino?La autora interactuando con niños de un colegio público
Mi labor es absolutamente
altruista, de modo que no he tenido problemas, yo programo y elijo dónde ir,
obviamente, si alguien solicita mi presencia en escuelas públicas o
subvencionadas, no me he negado. Lo que me hace sonreír es cuando los mismos
chicos, me cuentan a modo de confidencia, "sabe tía, el año pasado o hace
unos meses, nos visitó el escritor /a, ese que sale a cada rato en la TV o los diarios y no le entendíamos nada. Solo hablaba
de sí mismo /a, etc. (Debo confesar que cuando me despido, sin importar sean 50,
80, 100, 200 o más, cada uno recibe una atención, los que participan más
activamente, reciben un extra, libros, libros y más libros, de los míos y
también de otros autores) El obstáculo
no son los niños, tampoco los jóvenes, sino que el sistema, la dirección de los
organismos públicos. El riesgo que se corre al visitar sectores altamente
vulnerables. El abrazo de despedida o ese que surge espontáneo, hace que
regreses una y otra vez.
Eres narradora, cuentacuentos, promotora cultural e incluso agente
literario, sin embargo vibras con intensidad con la poesía, ¿qué razones te
conducen a elegirla siempre como tu medio de expresión?
Narradora, cuentacuentos, poeta,
continúo siéndolo, sin embargo, he dejado de lado otras actividades. El humano
adulto camina con un garrote, va siempre al acecho, no cree en la bondad,
siempre termina dañando todo lo bueno que haces y das con amor; ese amor
universal que es tan puro. Es entonces que me alejo y dejo salir ese dolor.
La escritura siempre será
refugio. La poesía es el canto del alma, ella es quien me hace libre. Es el
timón de mi existencia, a través de ella se logra armonía. Puede utilizar un
lenguaje tan breve y maravilloso como el Haiku; alcanzar ritmos, música y tonalidades; hacer fusión entre lo interno y
lo externo; elevarse y crecer en prosa poética, y seguir avanzando y llegar al relato, etc.
Tengo pendientes varios libros,
cuentos, novelas, ensayos. Tal vez me falta atreverme, dar ese salto épico y
sobrevivir.
Quiero aclarar que en los medios sociales solo publico poesía, cuando compartí cuentos, fragmentos de... tuve pésimas experiencias.
Tu primer libro Abróchame el alma
aparece recién en 2009, luego de intensa actividad literaria, ¿por qué
demoraste en publicar?Las labores que realiza la poeta son altruistas
No tenía intención de publicar,
cuando me lo planteaban encontraba que debía revisar, minuciosamente, lo que
sería adecuado. Abróchame el Alma, no
lo decidí yo, fue una hermosa sorpresa
regalo de una amiga de España. Un día llega a mi domicilio un paquete y al
abrirlo: guardé silencio y agradecí.
Después la vida me presentó a
Ingrid Odgers de Editorial Orlando, ella valora mis escritos y no ha soltado mi
mano. Constantemente me impulsa a
continuar creando,
¿Cuánto ha cambiado Rossana Arellano
en su expresión poética desde
Abróchame el alma, su opera prima, hasta Pequeña muerte?
Ha madurado, sin embargo no deja
de ser fiel a su esencia de sentirse libre, la poesía es la única capaz de
rasgar el velo de la razón, así se logra manifestar alegrías y tristezas,
expandirlas como un manifiesto hasta hallar el hilo de cordura nuevamente. Entre
Abróchame el alma hasta Pequeña muerte
existe largo proceso de estudio y aceptación a los cambios. En el primero no
existe trabajo de edición, sin embargo, en Pequeña
muerte, hubo selección de poemas,
sabiduría en el sentido de incluso cambiar el nombre al poemario, así
como también dar un giro a algunos poemas, para dar un sentido de unidad a la
obra.
Pequeña muerte, el poemario
que acabas de publicar, posee un contenido personal e íntimo respecto a la
muerte. Dedicaste a su escritura 28 años, ¿qué sentiste durante su redacción y
cuando lo culminaste? ¿Consideras que es un libro cuya lectura puede resultar
terapéutica?En compañía de unos jóvenes lectores
Pequeña
muerte, nace hace 28 años, luego de la pérdida de mi hijo "D",
con un contenido muy personal, luego tras el fallecimiento de familiares,
amigos, incluí poemas que nacían para ellos, sin embargo, no es hasta hace 3
años, tras la muerte de mi padre y luego
hace casi dos años el de una hermana,
que me decidí a recopilar, depurar, seleccionar. Sacar ese dolor aplastante,
ventilar tanta tristeza, asimilar lo que he sabido desde siempre,
vida-muerte-vida. Mi espíritu es fuerte y en su libre albedrío se aferra a su
temperamento, de tal modo que el lector se
encontrará con metáforas de toque
sensual, místicos, fatalistas y mucho más. En mi caso podría aseverar que sí.
En cuanto al futuro lector, quisiera que mis palabras mermaran más de un dolor.
Has declarado que la muerte puede contribuir a elevar nuestra espiritualidad, ¿piensas que si le damos una oportunidad de verla con ojos amables podríamos convertirnos en seres más presentes y empáticos?
Pienso que no debemos
considerarla como algo que se ha de ocultar,
cada vez que mencionamos la palabra muerte, las personas se asustan,
rehúyen, como si se tratase de algo que a ellos no les va a ocurrir. Cuando
aceptamos que la muerte nos pisa los talones, se sienta a la mesa con nosotros,
ella está siempre presente, es importante reconocerla. Apreciar entonces, cada
día de vida, vivir como si pudiese ser
el último de tus días, nos invita a ser mejores personas.
La imagen que se ve en tu portada, según entiendo, pertenece a un
artista que ya antes colaboró contigo en otro libro, ¿qué me puedes contar de
él y de este trabajo en particular?
Patricio Bruna Poblete, es un artista
visual, pintor, con estudios en la Escuela de Bellas Artes. Sus obras son muy
cotizadas. Ha expuesto tanto en Chile como en el extranjero. Es miembro
fundador del Centro de Investigaciones Poéticas Casa Azul de la ciudad de
Valparaíso.
Existe una conexión magnética y
psíquica, algunas de sus obras como esta en particular, me permiten percibir lo
más sagrado e íntimo de un artista: oscuridad, luz, deseo de poseer, fuego pasional, la mente que muestra sus
horas más negras, un alfabeto sagrado
cuya simbología posee conocimiento.
La obra se llama Pequeña muerte.
He allí el giro apropiado y selección de poemas.
Tú que trabajas en el fomento de la lectura, dirigiendo tus esfuerzos
en interesar a los jóvenes en esta actividad, ¿qué nos puedes compartir de
cuando les presentas un libro de poemas y das lectura a alguno en voz alta?
¿Prestan atención? ¿Les interesa?La poeta disfruta de sus actividades
Mi trabajo ha sido mayoritariamente
con niños de hasta 12 años. Los jóvenes
de 13, 14 y 15 años, con los que he
trabajado, conocen poemas de memoria, sin embargo no se interesan mucho por la poesía. Son muy
críticos, consideran que un escritor/a, debe conocer a la gran mayoría de los
autores y poseer gran conocimiento de sus obras, siempre encuentras al menos un
par que escribe. No es fácil para ellos, sus compañeros se burlan, sin embargo, si invitas a todo el curso a crear sus poemas,
relatos, o de forma libre expresar, todo
cambia. Ser un buen mediador de la
lectura, involucra que debes oír primero, conocer sus intereses. Es entonces que atienden y respetan. Si las instrucciones son claras, se interesan cuando
distribuyes el trabajo. Unos dibujan y otros realizan manualidades. Lo que más
les apasiona es fotografiar y grabar pequeños videos con los compañeros/as que, libremente, aceptan exponer sus
creaciones. Les encanta actuar y mi exigencia es respeto y colaboración para
todos.
Sé que te apasiona el arte, y disfrutas con la escultura, la pintura y
la fotografía. Sin embargo confiesas que
no eres muy dada a seguir la pauta de
los maestros cuando adoptas el papel de alumna, ¿eso demuestra de tu rebeldía
interna o simplemente habla de que necesitas ser libre a la hora de crear?
Respeto lo que me quieren enseñar, sin aprendizaje no hay avance. Mi espíritu tiene hambre de conocimientos. Siempre estoy buscando algo nuevo que me dé respuestas. Mi mente puede ser adiestrada y agradece, sin embargo, necesito ser libre en cuerpo y alma.
Si quieren saber más sobre la autora o su obra pueden pinchar los siguientes enlaces: https://es.wikipedia.org/wiki/Rossana_Arellano https://twitter.com/rossanaare?lang=es https://www.facebook.com/rossana.arellano |