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martes, 20 de abril de 2021

Antonio Arbeloa: «Si quieres que un secreto siga siéndolo, no lo digas»



Antonio Arbeloa espera con mucha impaciencia ver en escena a los personajes de su libro Los lunes se dan clases de tango. El autor confiesa que es la obra  dramática que mayor esfuerzo le ha significado como creador, pues sus páginas contienen parte de sus vivencias personales, por un lado, y una interpretación poco convencional  de Romeo y Julieta, por el otro.

Mientras tanto, el también actor,  disfruta de su nominación a los Premios de la Crítica Valenciana 2021 por este título. 

Los lunes se dan clases de tango es una obra donde confirmas que la información es poder. En tu obra Antonio aprovecha este conocimiento privilegiado con la intención de atemorizar y doblegar a Vicente. ¿En el amor como en muchos asuntos sigue valiendo todo?

Creo que en el amor vale casi todo, siempre que sea consensuado. Son las pasiones que el amor conlleva lo que conduce en ocasiones a conductas improcedentes. En mi obra, la información que Antonio tiene sobre Vicente le coloca en una posición privilegiada que le permite jugar con él durante hora y media como un actor con su títere. Estamos ante un auténtico thriller psicológico en el que dos personas enamoradas de una misma mujer traman un argumento que por momentos va tornándose asfixiante. Pretendo que el público sienta esa inquietud hasta el agobio, planteándose quién es Antonio y de dónde ha sacado esa información que tiene contra las cuerdas a Vicente. Nadie  es inocente, pero en el amor y los celos todo es posible, aunque no todo sea lícito. La trama teatral justifica ciertos comportamientos antisociales e incluso inhumanos. Son dos hombres en escena, pero no hay que olvidar a Cora, una mujer que no aparece pero que siempre está presente en el guión, y que es quien en verdad crea la historia.

Si  ya es inquietante que un desconocido sepa al dedillo detalles muy íntimos de tu vida, como le ocurre a Vicente, uno de los personajes principales tu libro, lo es mucho más enterarnos de la existencia de una organización que se ocupa de almacenar información privada de los ciudadanos. Antonio, otro de tus protagonistas, se refiere a ella y confiesa ser uno de los miembros en tu ficción, sin embargo, en la actualidad casi nadie descarta que pueda existir una o varias operando en la vida real, ¿no es así, Antonio?

Su libro es finalista de los Premios 
de la Crítica Valenciana 2021
Desde luego en la obra este tema se lleva al extremo, pero no te quepa duda de que estamos expuestos a ello. Muchas veces somos nosotros mismos los que colgamos en redes nuestra vida privada, la escribimos, la ilustramos con fotos, y no somos conscientes de que un día u otro esa información puede caer en manos de quienes la puedan utilizar, incluso en nuestra contra. Se llega al extremo de que nuestro propio móvil  parece leernos o escucharnos y nos informa más tarde de cosas que nosotros mismos hemos buscado o hablado. Es intrigante. Quién nos dice que no estamos viviendo en una especie de Gran Hermano, de Show de Truman, y que cuanto comentamos o hacemos no puede ser expuesto a la vista,  al escarnio inclusive, de una sociedad hambrienta de injuria y cotilleo. Todo lo que confidencialmente hablamos con amigos o conocidos, tarde o temprano sale a la luz cuando interesa a otros, o puede perjudicarnos en beneficio ajeno. Si quieres que un secreto siga siéndolo, no lo digas, no reveles jamás una intimidad bajo la cláusula, "te lo cuento si me juras que no se lo dirás a nadie", porque más  pronto que tarde el confidente incumplirá su juramento en su propio beneficio, o lo que es más triste, por simple ansia de notoriedad. Las guerras históricamente se han ganado antes por la eficacia de los servicios secretos que por la superioridad armamentística de los ejércitos confrontados. Todo lo que se dice ya no es solo tuyo, y se propaga, se manipula, y al transmitirse se tergiversa. Por eso exhibe tu vida pública, cuenta tu vida privada, y guarda celosamente tu vida íntima.

Antonio, luego de estudiar y vigilar a su víctima, no ha podido impedir que una parte suya geste algo de simpatía por Vicente, llegando incluso a admirarle. ¿Crees que mi percepción es correcta?

Totalmente de acuerdo. No puedo desvelar toda la trama, pero Antonio siente verdadera envidia por lo que Vicente representa en la vida de Cora. Un amor de juventud que ha sido capaz de trascender en el tiempo, un amor vivido en la Valencia universitaria de los ochenta entre un estudiante de Derecho y una estudiante de Bellas Artes que por las noches trabajan en un cabaret de la época. Antonio supone otras cosas mucho más materiales y sociales en la vida de Cora. Hay un momento en que le propone a Vicente interpretar Romeo y Julieta con Cora y afirma que no necesitarán interpretar demasiado porque ellos representan ese auténtico amor al que la obra de Shakespeare se refiere. Con más años y kilos pero ellos son Romeo y Julieta. No hay nadie que supere eso. Lo que ocurre que esa admiración se tamiza por efecto de los celos y conduce a la tragedia. Romeo y Julieta es tragedia, Los lunes se dan clases de tango también.

Las experiencias de la infancia marcan a los individuos, y Vicente es un niño herido y un adulto resignado a su suerte de perdedor, ¿crees que por eso a Antonio le dolía que Cora lo prefiriera?  ¿Su ego no pudo soportarlo?

El escritor recomienda guardar con celo nuestra intimidad
Antonio es un presunto triunfador. En comparación con Vicente sin duda lo es. Pero este último tiene el encanto de los perdedores que, sin embargo, sabe sintonizar con las inquietudes anímicas y culturales de Cora. Representa ese espíritu bohemio que nunca se pierde y subyace siempre en los corazones de la gente pese al paso del tiempo. Antonio lo reconoce. En medio de tanta mentira es capaz de sincerarse y confesar a Antonio que si Cora sigue con él es por su dinero, mientras que a quien de verdad ama es al pobre desgraciado de Vicente. Ese actor frustrado al que intentan engañar materializando unos sueños de juventud a los que él por sí mismo ha renunciado.
Efectivamente eso es lo que frustra a Antonio. No poder ofrecer a Cora ese romanticismo de la vida de Vicente. Solo quien está tan frustrado es capaz de urdir semejante trama de engaños y artificios. Es un enfermo que despliega una tremenda y peligrosa trampa psicológica con la que busca la confesión de una verdad que le atormenta. Es un maestro del psicoanálisis. Pero lo usa en aras de la tragedia a la que quiere conducir a su víctima.

La trama contiene  diálogos del libro Romeo y Julieta, ¿cómo se te ocurre que podrían funcionar en boca de los personajes  y en la historia en la general?

Antonio es el veneno y la daga. El veneno inoculado en la persona de Vicente para arrancar una confesión, y la daga final que precipita la tragedia. Romeo y Julieta es el subargumento idóneo. Vicente y Cora son Romeo y Julieta. Montesco y Capuleto. El amor ya imposible. Luego, en ese ejercicio de metateatro al que Juan Luis Bedins se refiere en su brillante prólogo, había que incardinar sin abusos fragmentos de la obra de Shakespeare. Unas veces lo hago para agudizar la vena trágica del texto, otras para darle tonos cómicos al mismo, como al principio del segundo acto, cuando Antonio y Vicente ensayan la escena del balcón. Teatro dentro del teatro al servicio del juego que siempre es el arte escénico, y una posibilidad de lucimiento para los actores cuando la interpretemos, teniendo en cuenta que ya de por sí Los lunes se dan clase de tango es un texto exigente. Espero que sobre el escenario funcione.

En la segunda parte de la obra, Vicente conoce la identidad de quién le retiene en contra de su voluntad, sin embargo Antonio sigue sin revelar sus reales intenciones. Mantienes la tensión hasta el final, ¿lo tenías planeado de ese modo o la historia se impuso?

Arbeloa conduce el programa cultural más longevo 
de la Comunidad Valenciana

Es un final absolutamente previsto por el autor. Me gusta jugar con el público y la confusión de identidades de los personajes hasta la última de las páginas del texto. Ya lo hice así en mi primera comedia dramática Viernes de octubre con vistas, y, más adelante, en El trastero. En Los lunes se dan clases de tango planifiqué esa vuelta de tuerca final también, que obviamente aquí no podemos descubrir.

El destino de Vicente ya estaba marcado desde el inicio, desde la visita de Antonio, ¿siempre estuvo en desventaja? ¿Demostró mayor vulnerabilidad sin pretenderlo?

 

Por supuesto que no. Vicente ha sido un perdedor toda su vida. Antonio lo es en el momento escénico. Su "secuestro" a Vicente, como tú le llamas, no es más que una manifestación de falta de autoestima y de su incapacidad para conseguir por sus méritos el amor de Cora. «La culpa es de uno cuando no enamora», dice Benedetti. La venganza nunca es un triunfo, sino un recurso que una vez se consuma no implica más éxito que la satisfacción inmediata de un déficit que tras ella seguirá existiendo. La traición de Cora y Vicente respecto a Antonio no es tal. Aún siendo Antonio una persona llena de sueños frustrados, tiene el amor de Cora, su mayor tesoro. Y eso, que conduce a la tragedia, es el mayor lastre en la vida de Antonio.

El juego psicológico que impone Antonio a Vicente es tan  intenso, tanto que por instantes la víctima es incapaz de decidir sobre si es real o ficción lo que cuenta su secuestrador. A veces eso resultante irrelevante frente a lo que sentimos, porque condiciona por completo nuestro ser, ¿no te parece?

Vicente es vulnerable en sí mismo, y eso lo sabe Antonio y lo aprovecha para su plan. Estamos ante un actor frustrado que mal satisface sus ínfulas de intérprete en un cabaret de mala muerte. Sus miedos de la infancia siguen vivos y mediatizan su vida, incluso la sexual. Cree haber perdido a Cora, y recurre al alcohol con frecuencia.

Por ello Antonio va metiendo los dedos en sus llagas a base de mentiras para, presuntamente, materializar sus sueños frustrados y procurarle el éxito con el que en su día soñaba. Efectivamente todo está controlado por Antonio en este sentido, y el destino de Vicente predeterminado por tanto.

¿Antonio se salió con la suya? ¿Hubo un vencedor en esta historia?

En efecto. Por eso insisto en la idea de que Los lunes se dan clases de tango es un drama psicológico. Verdad, mentira. Llega un momento en el que Vicente es desbordado por toda la información que de él se sabe, y por todos los planes que la presunta organización ha previsto. Vicente va trasladándose de la verdad de su mísera vida a esa otra existencia preparada por esa organización que encarna Antonio. El éxito del texto y de su futura representación residirá en trasladar al público esa misma sensación.

Prestaste muchos datos de tu historia personal a Vicente, ¿por qué?  ¿Cuál fue tu intención?

Arbeloa en su faceta de actor teatral 

Le presté a Vicente mis años de estudiante en Valencia, donde hice escarceos con el teatro en la Universidad, y en el cabaret Continental de Benimaclet, en el que poníamos copas, jugábamos al billar y me subía con una compañera al pequeño escenario a representar Matrimoniadas. Como él soy actor amateur, pero con una dilatada trayectoria sobre las tablas. También es real mi experiencia como hijo de militar amenazado por ETA en los años duros, y esa parte de la historia es totalmente autobiográfica. Creo que son partes que dotan a la trama de una veracidad especial, pues hablas por boca de tu personaje de algo con lo que has convivido, y que te ha hecho madurar

‘Los lunes se dan clases de tango’ sale solo una vez de la boca de Antonio, sin embargo da nombre a la obra, ¿cuál es la razón para escogerlo como título? ¿Qué concepto encierra?

Pues lo cierto es que la obra no tenía un título claro. Fue en la segunda de las revisiones cuando la frase me pareció dotada de una musicalidad excelente. Los lunes se dan clases de tango. En realidad, es una más de las mentiras de Antonio a Vicente dentro de la tremenda farsa que le hace vivir. Como mentira creo que refleja lo que la obra es, una trampa para arrancar una confesión con el ardid de la materialización tardía de los sueños de juventud. En ese local jamás se darán clases de tango ni de nada. Ni los lunes ni ningún otro día. Pero reconozco que el mensaje del cartel da para un buen título.

¿Cuánto de sí ha dejado Antonio Arbeloa en este thriller? ¿Qué opina de sus protagonistas, Antonio y Vicente?

Estoy deseando verles moverse por el escenario. Acosador y acosado formando un pequeño mundo en la atmósfera agobiante del sótano de un cabaret.  De entrada Antonio y Vicente me han dado la posibilidad de escribir un texto circular en cuanto a su desarrollo, en el que el juego teatral cobra especial importancia. Me han hecho revisitar el drama de Shakespeare, siempre maravilloso, e inclusive me han permitido asomarme a algunos miedos de mi pasado y a algunos de mis sueños frustrados. A cambio La pajarita Roja de mi editor Carlos Tosca les ha dado a ellos un libro precioso donde vivir, con las fotografías de Georgia Iordache, y los prólogos del propio Carlos y de Juan Luis Bedins. ¡Ah! Y una nominación a los Premios de la Crítica Valenciana en la modalidad de Literatura Dramática. No está mal la simbiosis.

Si quieren saber más del autor y su obra 
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