¿Quién no conoce en el ambiente literario de Perú al incombustible Juanito Benavente? Ese hombre sencillo, apasionado y honesto que ha consagrado su vida a la promoción y difusión de la literatura, y que semana a semana, a través de sus populares y masivos Viernes Literarios presenta a autores consagrados, poco conocidos y jóvenes talentos que recién comienzan a dar sus primeros pasos.
Hace poco los Viernes Literarios cumplió 21 años y desde su creación tuvo una mística democrática, plural y libre de egoísmo. Su creador y conductor nunca vetó ni discriminó a ningún escritor, aunque expresa que hubo muchos que se autocensuraron. “Te cuento que el veto para mí no existe, más bien, lo veo como un reto. Jamás he mezclado mis problemas personales con alguien con quien los haya tenido. Ahora que haya gente que se autocensure, también la hay, porque pretende imponer caprichos que están fuera de lugar. ¡Ah! Eso sí, me costaría mucho programar a un delincuente”, subraya.
Su trabajo no estuvo exento de envidias, celos y ataques malintencionados, y hubo una época en que tuvo que reunir paciencia y seguir adelante en medio de un ambiente hostil. “Lo que ocurrió fue que en los primeros Viernes Literarios, apareció entre el público asistente ‘un grupo de francotiradores’ que por un período hizo difícil el desarrollo de la actividad”, refiere.
Conozcamos a este poeta, narrador, ensayista, dramaturgo, editor y articulista, que ha sabido ganarse el respeto y admiración de todos, incluidos sus enemigos.
Le ha entregado alma, vida y corazón a su trabajo de promotor cultural frente a los Viernes Literarios, y este 20 de enero, justamente, su espacio cumplió 21 años, ¿cuál es el balance de estos años, teniendo en cuenta, que en muchos casos estuvo solo y tuvo que luchar con todo y contra todos?
En estos 21 años que cumple los Viernes Literarios, debo decir que el balance es positivo porque se ha consolidado como un espacio de difusión permanente de la creación literaria, amén de una serie de actividades de las manifestaciones artísticas que antes no se veía. En realidad fue el 18 de enero de 1991. Lo que ocurre es que el viernes, día programado para el Recital General fue 20, Fiesta de la palabra bien escrita.
Junto a los poetas José Beltrán Peña, Julio Solórzano y Ulises Valencia) |
Usted en los Viernes Literarios hace de todo- porque hay que aclarar que carece de un equipo de producción y que nadie lo patrocina-: produce, conduce el acto, busca los invitados, hace la difusión de prensa, entre muchas otras actividades. E incluso, en más de una ocasión, se vio en la calle y tuvo que buscar de local donde llevar a cabo los actos.
Soy un convencido que el éxito no es producto del azar; sino del constante trabajo y efectivamente es lo que se impone, hay que agregar organización y responsabilidad. Tener la confianza que debe salir bien cada programa, que dicho sea de paso, cada viernes es diferente aunque aparentemente se dé casi en el mismo formato. La diferencia está en la presentación de diferentes actores de la poética, la narrativa o la dramaturgia.
Tenemos entendido que los Viernes Literarios, si bien es cierto es una idea suya, nació en el seno de la ANEA (Asociación Nacional de Escritores y Artistas), pero luego al fenecer ésta, usted se dio a la tarea de rescatarla y desarrollarla en otro ámbito. Cuéntenos ¿cómo ocurrieron los hechos?
Es cierto que nació en el seno de la fenecida ANEA y fue también con el narrador Luis Vargas Chirinos, quien me acompañó en esta tarea hasta 1993 porque luego asumió la responsabilidad dirigencial como Sub-Secretario General de la Federación de Empleados Bancarios (FEB), que por ese entonces existía, una emblemática organización gremial de los bancarios. Algunos años después el narrador Luis Vargas Chirinos, lamentablemente falleció.
En ese entonces, la anea (Asociación de Escritores) estaba viviendo un conflicto. No olvidemos que en su momento el presidente, el buen poeta Jorge Bacacorzo, no pudo manejar administrativa ni orgánicamente y en su desesperación cerró temporalmente la institución, lo que dio lugar a una inmediata reacción de los asociados que terminó con el adelanto de las elecciones. En medio de ese gris panorama llega una persona que aparentemente iba a solucionar los problemas y finalmente fue todo lo contrario. La institución sufrió una sus peores e irreversible crisis y a pesar del intento para superar esta situación a través de una Comisión Reorganizadora, finalmente no se consiguió. Idas y venidas, trajeron como consecuencia que hasta el año de 1996 funcionó formalmente. Curiosamente y como parte de la situación crítica aparecieron algunos tipos que autoproclamándose “presidentes de Anea” sorprendieron a incautos y distraídos e intentaron tomar la posta. A la corta o a la larga esta clase de ensayos o pretensiones meramente especulativas y recintos de ‘figurativismo’ cedió ante la realidad. Para 1996, ya estábamos en la Cooperativa Santa Elisa, mejor dicho, desde el año 1995 nos abrieron las puertas para continuar con la presentación de los poetas, narradores y dramaturgos en los sucesivos programas de los Viernes Literarios. Se ha continuado en diversos auditorios de diversas instituciones y siempre en el Cercado de Lima. Esta labor ha continuado gracias a la mágica presencia de los escritores y el asiduo público que nos acompaña desde 1991. Claro que con el correr del tiempo se ha ido renovando; así como en el caso de los escritores que también empiezan a aparecer. Lo cierto es que se cumple la dicotomía del porqué la existencia de los Viernes Literarios: escritores y público.
A nosotros nos consta lo mucho que batalló para mantener y consolidar los Viernes Literarios: lo vimos tocar las puertas de autoridades implicadas ‘supuestamente’ en la difusión de la cultura, gremios artísticos, entidades particulares, etc., lamentablemente en la mayoría de casos, escuchó promesas que luego fueron incumplidas, reiterados pretextos, rotundos no y respuestas ambiguas. Sin embargo, esto nunca lo amilanó. Es más, aprendió a poner de su bolsillo y recurrir a los buenos amigos, comparta con los lectores esas experiencias.
Cuando se inició esta hermosa, pero difícil aventura, jamás se nos pasó la idea que iba a durar más de tres meses. Estábamos acostumbrados a las actividades de este tipo mediante los llamados ciclos de poesía, de literatura, etc. que duraban por lo general uno o dos meses; además que se realizaban esporádicamente. Cuando llegó el Nro. 100, parecía que habíamos tocado el cielo y por esa misma razón, se realizó algo especial: La Muestra de Libros y Plaquetas recientemente publicados. Hubo gran respuesta, no sólo de participantes; sino también del público asistente. La gente se acercaba para ver con libertad las publicaciones y es así que de manera espontánea también surgió el Recital General. Se colocó una mesa relativamente pequeña y una silla. Inauguró el recital la poeta Cecilia Izquierdo Ríos, hermana del ya fallecido escritor Francisco Izquierdo Ríos, quien en su período había ejercido muy acertadamente la presidencia de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas (ANEA). Inclusive se llegó a pensar de manera ingenua que con lo que se había avanzado, íbamos a tener facilidades de parte de instituciones vinculadas al Estado. No pasó más allá de esa ilusión, aunque sí se dio el apoyo moral y las buenas intenciones de quienes como siempre al inicio ofrecen, nada más. Este trabajo nos acercó más a la realidad en el campo cultural y ante la indiferencia se asumió a modo de militancia como un proyecto que debe cumplir una misión definitivamente a favor del escritor, su producción y acercar mucho más al público las obras de sus autores preferidos.
Pero también fue blanco de muchas críticas. Se le acusó de no tener criterio a la hora de escoger a sus invitados, y es más, muchos deploraron la manera de estructurar sus programas, sobre todo, cuando se le ocurría incluir en una sola fecha a un escritor novel y otro de prestigio. Porque, déjeme decirle que algunos se lo tomaban muy a pecho y mostraban disgustados y ofendidos ¿De qué manera respondía a estos ataques?
En el fondo es cierto que la lucha frontal contra los enemigos de la sabiduría y la sensibilidad son aquellos que sueñan con la eternidad del statu quo. Las negras sombras que prefieren tener en la oscuridad al pueblo sobre todo a la mayoría para dominarlo, bajo el imperio de sus intereses creados. Soy consciente de ello y por eso el lema: “Sólo la cultura salvará al hombre”. Por supuesto que no faltan los amigos que creen en la acción visionaria y por iniciativa nos alcanzaron alguna vez un micrófono, en otro momento un pódium, la tela grabada con el logo, con la que se cubre la mesa y la costumbre que hasta hoy se da es el obsequio de algunos ejemplares de sus libros que se sortea entre el público asistente al final de la velada literaria. Otro hecho generoso es el caso de la donación de un hermoso cuadro de algún artista plástico para ser rifado con ocasión del aniversario. Esto ya se ha convertido una tradición, así como el Recital General, tan esperado por aquellos que desean dar a conocer uno de sus mejores poemas. Un agradecimiento público a los artistas plásticos: Jorge Galarza, Elva Navarro, Roberto Valle, Teófilo Villacorta, Godofredo Pajuelo Vidal, entre otros.
Con los escritores Gustavo Armijos e Isaac Díaz Cóndor |
En el Perú se hizo famoso un pensamiento popular donde se plasmaba que: “El enemigo de un peruano es otro peruano”. Afortunadamente eso está cambiando. Se da el caso que hagas lo que hagas, siempre habrá críticas a favor o en contra. Debo decir que en sus inicios hubo algo de eso y es que hasta 1991 la gente estaba acostumbrada a escuchar a un limitado número de escritores que eran publicitados por los medios de comunicación. Lo que más indigna es que éstos en su mayoría brindan sendos espacios a temas intrascendentes cuyos personajes, convertidos en ídolos populares son los impresentables, esperpentos y groseros que gracias a algún ‘escandalete’ son protagonistas. No es casual todo lo que se ve y se lee. Naturalmente obedece seguramente a una política de Estado que con mayor claridad se percibió durante el gobierno de la mafia fuji-montesinista, cuya intención era embrutecer colectivamente a la sociedad peruana para lograr el propósito de su soterrado proyecto de continuidad, gracias al fraude y la corrupción generada para controlar los aparatos del Estado. El reconocimiento a los estudiantes universitarios, a los trabajadores de Lima y provincias que aunaron esfuerzos y lograron ese gran movimiento de los Cuatro Suyos que puso fin a tamaña pretensión del gobierno más corrupto de la historia. Curiosamente con esta actividad, que dicho sea de paso es un granito de arena, ha dado la posibilidad de conocer a una buena cantidad de escritores, la mayoría con bajo perfil y que silenciosamente y sin aspaviento alguno escriben y publican sus obras. Muchos de ellos aún continúan bajo el manto del anonimato. Pues es la tarea de los Viernes Literarios, rescatar a esa clase de escritores. Podemos decir que a estas alturas se ha quebrado la argolla. Hoy da gusto que muchos de ellos volvieron a escribir y publicar sus obras e inclusive han obtenido premios en concursos importantes. Para estructurar un programa de cada viernes y con anticipación, porque rigurosamente se viene cumpliendo desde 1991, la entrega de la programación del siguiente mes en el último viernes del presente. Organizar cada viernes es como jugar ajedrez. Se toma en cuenta en primer lugar la afinidad entre los escritores, respecto a la generación, trayectoria, temática o estilo. La invitación fue siempre abierta. Más aún si se considera el carácter del Perú con sus manifestaciones pluriculturales y su limitada e interesada prensa, estúpida y mediática.
La estructura de cada programa se establece considerando varios aspectos, jamás se deja a la improvisación. Se toma en consideración básicamente la generación o trayectoria de los invitados. Afinidad temática o de estilo, en fin, en lo posible bajo criterios técnicos; de tal manera el invitado se sienta a gusto y asimismo, pueda ganar más el público asistente. Cada evento se inicia con la presentación donde se agradece al auditorio que acoge, el número de la edición y recordar que la velada estará dedicada en homenaje a tal o cual escritor o personaje importante que haya dejado profundamente huella en el campo cultural del país. En seguida, luego de una breve reseña bibliográfica del invitado empieza con la lectura de poesía, narrativa o dramaturgia, según el caso. Cada escritor tiene en su haber un promedio de quince minutos para su lectura y breve fundamentación de lo ofrecido. A continuación el espacio Recordando a los Inmortales donde se desarrolla entre anuncios de actividades próximas, la participación de cantautores, o instrumentalistas, declamadores, corto teatral entre otros en homenaje al personaje ilustre que haya llegado o marchado durante esa semana; es decir a modo de efemérides; de tal manera recordar frecuentemente a quienes merecen estar presentes en nuestra memoria por su obra desarrollada en beneficio de su comunidad o país. Inmediatamente después se realiza la participación del público, quienes pueden intervenir con sus preguntas para conocer más a los invitados de la noche. Para tal efecto se desarrolla en dos rondas. Este espacio cumple un importante y eficaz rol para actualizarnos en el campo cultural. En oportunidades contadas por supuesto se da casi como una suerte de debate que finalmente cumple su cometido de esclarecimiento. Finalmente y antes de la despedida, se realiza el sorteo de los libros que esa noche han entregado algunos escritores para dar a conocer su nueva publicación y se reitera la invitación para el siguiente viernes. Por supuesto que se tomó en cuenta desde sus inicios que los participantes necesariamente hayan publicado por lo menos un libro. Fue bajo el criterio que cualquier persona puede escribir algunos versos y luego jamás lo vuelva hacer o de repente de manera esporádica que finalmente viene a ser una suerte de hobby; sin embargo, la persona que publica un libro a sabiendas que no es fácil por razones fundamentalmente económicas, refleja un espíritu más entregado a la literatura que se convierte definitivamente en un oficio. Desde varios años atrás ya ese criterio quedó al margen porque ante el avance de la tecnología (Internet) fácilmente se puede conocer la producción de los autores. Asimismo, se toma en cuenta presentaciones previas que haya tenido, habida cuenta que buen porcentaje del público, directa o indirectamente está involucrada con la literatura y/o arte. Alguna vez se ha experimentado la presentación de varias generaciones juntas en un recital, que yo sepa jamás he recibido una muestra de disconformidad; además que se tiene mucho cuidado al momento de su respectiva presentación. Si ha sucedido alguna vez pues ha sido por razones de vínculos de algo que cuenta como afinidad, seguramente la temática.
El prestigioso escritor Oswaldo Reynoso también fue uno de sus invitados |
Es raro que un escritor, sea narrador o poeta, no haya leído o presentado su obra en los Viernes Literarios, pues me atrevo a afirmar - sin temor a equivocarme- que por ese escenario han desfilado casi todos los escritores del Perú, incluyendo cientos de entusiastas principiantes, igual número de gente con trayectoria y por supuesto, los habitantes del Olimpo literario nacional. ¿Me da la razón? Y si alguno no fue, ¿quiénes son esos escritores y por qué causas no pudieron asistir hasta la fecha?
Los que no fueron, algunos porque consideraron una suerte de emboscada para desprestigiarlo. Lo que ocurrió fue que en los primeros Viernes Literarios, apareció entre el público asistente ‘un grupo de francotiradores’ que por un período hizo difícil el desarrollo de la actividad. No olvidemos que en ese entonces aún se daba el caso de los apagones, explosiones y por protestar ante la Embajada de Estados Unidos contra la guerra del Golfo Pérsico que se dio con papá Bush, entre otras cosas, la prensa mal intencionada se dio el trabajo de satanizar; de tal manera tendenciosa se hablaba de vínculos con el terrorismo. Así era respecto a los espacios donde se desarrollaban actividades culturales. Otros por prejuicios y otros que estaban programados y que lamentablemente la parca ganó la partida. Así también por mi negligencia y circunstancias que no ha permitido su invitación, lo cual tenemos la obligación de subsanar. Guardo gratos recuerdos de los poetas con gran trayectoria y por lo general mostraron su don de gente y sencillez. Conscientes de ser grandes maestros que dejan una muestra de su sapiencia a las nuevas generaciones.
Fueron muchos los afamados y reconocidos escritores peruanos que pasaron por los Viernes Literarios, ¿de quién o quiénes guarda un particular recuerdo y por qué razón?
De buena impresión recuerdo al poeta Mario Florián, quien también desde sus inicios estaba al tanto de lo que ocurría en los Viernes Literarios. Muchas veces me acogió en su casa-biblioteca para estar al día sobre el movimiento cultural a nivel nacional. Recogí sus recomendaciones y sugerencias, tal como en su momento también de Marco Martos, Juan Cristóbal, el legendario Leoncio Bueno, Oswaldo Reynoso, entre otros. Aun cuando la muerte se adelantó a la invitación del narrador Eleodoro Vargas Vicuña, quien al conocer la actividad me citó a una reunión para tratar sobre la actividad, pues con mucha seriedad me dio importantes consejos.
Su espacio es muy democrático y siempre hubo cabida para todos, pero, ¿se vio en la obligación de vetar a algún escritor?
Te cuento que el veto para mí no existe, mas bien lo veo como un reto. Jamás he mezclado mis problemas personales con alguien con quien los haya tenido, porque a decir verdad alguna vez sí los tuve y sin embargo se le comunicaba para su presentación formal según correspondía. Ahora que haya gente que se autocensure, también los hay, porque pretende imponer caprichos que están fuera de lugar. ¡Ah! eso sí, me costaría mucho programar a un delincuente.
Celebrando los 21 años de los "Viernes Literarios" |
Seguramente, conserva en la memoria innumerables anécdotas de los participantes ¿puede compartir alguna en especial?
En realidad a partir de esta entrevista voy a retomar los textos para continuar trabajándolo. Me refiero a un libro de anécdotas en los Viernes Literarios que se dieron durante estos 21 años.
Por lo pronto comparto una:
“Cuando se iba a iniciar un programa más de los Viernes Literarios, aún estábamos en el Jr. Puno, un directivo de aquel entonces, Anea, se acercó para decirme que había llegado un poeta chileno de la SECH , y que deseaba dar un saludo a los escritores de su par institucional. Previa aceptación y esperar el momento oportuno de los saludos, se dio inicio a la actividad, no sin antes haber invitado en primera fila al ilustre visitante. Se presentaba un poeta y un narrador. El narrador que se caracterizaba por escribir mitos y leyendas de su tierra, hizo lectura de un relato cuyo contenido coincidentemente era relacionado con la guerra del Pacífico. Escribe un pasaje sobre la proeza de Cáceres. Lo curioso de todo esto fue la cargada batería de adjetivos contra los chilenos y de manera reiterativa. Un agregado era la forma enfática de lectura que le imponía el narrador. Por supuesto que me encontraba en una posición incómoda y esto porque podría interpretarse que todo eso estaba premeditadamente planeado. De reojo percibía al poeta chileno que parecía no inmutarse de todo lo que escuchaba. No sabía si hacer presente sobre su petición, cierto que empecé a dudar, pero al finalizar y escuchar los aplausos del respetable, me di cuenta que había terminado de leer. Claro que me costó buscar la fórmula para dirigirme al público. Luego de las indicaciones para la siguiente semana, invité al poeta chileno para el saludo correspondiente. Apenas mencioné su nombre y nacionalidad, no se hizo esperar la carcajada del público al ver a Plighio, el narrador, levantarse como un resorte y todo colorado invitándolo y casi rogándole y cederle su asiento. La gente no cesaba de reír al ver este cuadro. El poeta chileno agradeció el gesto y se dirigió al pódium para el saludo respectivo, dejando claro su madurez sobre su posición de la historia y nuestros antepasados. Seguramente un sentimiento compartido por todos los presentes cuando alguna manifestación artística está por encima de todo eso”.
Hace poco recibió un importante homenaje en la Casa de la Literatura Peruana y dicen sus amigos y colegas que tal reconocimiento lo cogió por sorpresa, ¿fue realmente así?
Casi, casi. Hace dos meses atrás la gestora cultural Mavi Márquez, anunció el propósito. Después pasaron varias semanas y no se percibió nada al respecto.
Un sábado que programé ir al hospital Almenara y que en el camino encontré al periodista Américo Acevedo, a quien le hice saber el propósito, inmediatamente aceptó acompañarme a visitar al teatrista peruano Tomás Temoche (ya fallecido). Ya no se encontraba, aunque hicimos un barrido de piso a piso. Recordé que doña Mavi fue quien me informó sobre el asunto y por esa misma razón la llamé para saber exactamente el número de cama, etc. pues ya había sido trasladado a otro nosocomio. De inmediato de esa llamada me informó que estaba en pie el homenaje. Por supuesto desde este espacio el agradecimiento a todos quienes participaron ese día y que como dije, sólo me queda continuar desarrollando con mayor responsabilidad y esmero.
A propósito incluyo un texto de Julio Solórzano que publicó en el boletín de la Sociedad de Poetas y Escritores de Huacho:
“La comunidad intelectual del Perú se dio cita el pasado miércoles 7 de diciembre al auditorio central de la Casa de la Literatura Peruana , para ser actores presenciales del bien merecido homenaje que se le tributó al artífice de los Viernes Literarios en nuestra capital.
Fueron 20 largos años ininterrumpidos como promotor y conductor de los Viernes Literarios con más de 890 recitales acuesta sin faltar a uno solo de ellos, su generosidad y donde guía y maestro, permitió la participación de noveles y connotados escritores, decimistas, poetas y novelistas, que viernes a viernes entregaban a los presentes lo mejor de su creación literaria.
Juan Benavente Díaz, recibió el afecto y el reconocimiento de la talentosa Gestora cultural Mavi Márquez Alcalde, organizadora del evento, Samuel Cavero Galimidi.- Presidente del AEADO, Julio Solórzano Murga.- Presidente de la Sociedad de Poetas y Narradores de Huacho, Mariano Molleda.- Presidente de SIPEA Juniors, Áureo Sotelo Huertas.- AEPA, Armando Azcuña Niño de Guzmán.-SUAL y de los destacados poetas Luis Yáñez Pacheco y Raúl Gálvez Cuéllar, contando con la acertada conducción del poeta Carlos Castro”.
Merecido reconocimiento |
Los Viernes Literarios y su labor de docente en una escuela colma la totalidad de su tiempo, sin embargo, cuenta con una prolífica producción literaria, ¿en qué momento escribe? E incluso se da el lujo de compartir un cuento mensual de su autoría con sus amigos y conocidos a través del correo electrónico.
Siempre hay tiempo para todo lo que nos apasiona. Escribo cada vez que me encuentro libre de toda actividad que me permite sobrevivir. Varios de los trabajos que entrego mensualmente son de larga data y que siguen esperando la mágica varita para publicarse de una vez por todas.
Cultiva varios géneros, pero sus colegas y lectores lo ven más como poeta, ¿le importa?
Es cierto, lo importante es que te sientas involucrado en este hermoso, pero difícil oficio de la literatura. He desarrollado cuentos, novelas, poesía, teatro, ensayo y artículos para diversas publicaciones.
Otra de sus actividades es la edición de libros bajo el sello de los Viernes Literarios, ¿cuántos libros viene produciendo su editorial?
Mediante el sello VL, se han publicado más de una treintena de títulos. Y se continúa, por la confianza y responsabilidad conquistada.
El escritor Miguel Ildefonso participando en los "Viernes Literarios" |
Por ahora, los Viernes Literarios tiene lugar en uno de los ambientes de la Casa Museo José Carlos Mariátegui”, ¿sueña con el local propio?
La vorágine y la cercanía de un viernes al otro me ha llevado a una labor que por rutina o de manera casi mecánica, lo desarrollo. Claro que actualmente nos encontramos en la histórica Casa Museo José Carlos Mariátegui y desde ya la gratitud a los directivos que permiten el desarrollo de la difusión de la creación literaria a través de los Viernes Literarios. Por supuesto que es un sueño respecto al local propio de los Viernes Literarios y que por una u otra razón no se ha desarrollado en serio la gestión para tal efecto. Creo que ha llegado el momento propicio para realizar una seria gestión al respecto. Será pues ante las autoridades pertinentes y ojalá pueda hacerse realidad para el beneplácito de los escritores y continuar con la presentación con la libertad e independencia caracterizada y dar a conocer su producción y contribuir de manera eficaz con la Literatura Peruana.
El escritor Juan Benavente ha llevado a cabo muchos proyectos en beneficio del colectivo de escritores, pero, por un instante, le pedimos que sea egoísta, y piense en usted, ¿cuáles son los anhelos del escritor y el hombre?
Jalón de orejas que recibo frecuentemente respecto a mi producción literaria y vida personal. Mi autocrítica por fallar en este campo. Qué te puedo decir, a estas alturas con 21 años transcurridos de los Viernes Literarios, ha pasado como un rayo el tiempo que al despertar, te confío que me desespero y trato en lo posible de tener tiempo sin tiempo para hacer una y mil cosas más. Ojalá me alcance (aunque lo dudo) para lograr todo lo que deseo.
Si desean saber más del autor, su obra o sus actividades pueden pinchar: http://viernesliterarios.blogspot.com/ |