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miércoles, 6 de julio de 2016

Montserrat Cano:"Los jóvenes son de todo menos simples"




Afirma que se ha enamorado de casi todos los lugares que ha visitado, y que le gustaría vivir lo suficiente para conocer todo el mundo.  Aprendió a leer a los cuatro años, y cuando empezó a escribir no hubo nadie que pudiera detenerla. Con ella aprendimos a ver la novela histórica bajo otro prisma, pues desde el primer instante, nos aclaró que no sirve para entender la historia sino para despertar curiosidad sobre ella. Esta es a grandes pinceladas, Montserrat  Cano, una escritora que se estrena con lo que se suele llamar hoy en día novela juvenil, clasificación con la que discrepa porque considera que  Los Hijos del Ocaso es una novela de aventuras apta para todos los públicos. 

Retornas con  Los Hijos del Ocaso, novela que por criterios de identificación debe decirse que está dirigido al público juvenil, entiendo que no te gusta este tipo de clasificaciones, ¿por qué? ¿Te resulta artificial? 

Afirma que los libros le han concedido incalculables momentos
de felicidad
En efecto, no me gustan las clasificaciones en literatura, excepto cuando se trata de didáctica y, obviamente, es necesario sistematizar de alguna manera. La lectura no tiene edad o, al menos, no una edad impuesta. Creo que para los jóvenes, más que para nadie, leer ha de tener algo de transgresión, ha de ser una acercamiento a lo desconocido y prohibido, una especie de rebelión en busca de lo que no se encuentra en las escuelas, ni en las familias, ni en otros medios de comunicación, ni en la calle. Sin eso, se convierte en una obligación y pierde todo atractivo. En cuanto a mi novela, y partiendo de este principio, me gusta considerarla una novela de aventuras, apta para todos los públicos. 

Hay algunos escritores, como Víctor del Árbol, que creen en el mestizaje narrativo, incluir varios géneros en una misma historia, ¿algo parecido se podría hacer con los lectores, en este caso, unir al público juvenil con el adulto?  

Estoy absolutamente de acuerdo con Víctor del Árbol. Es más, creo que el mestizaje es tan indispensable para la creación literaria como para cualquier otro arte y para la vida. Por otra parte, la división entre lectores adultos y jóvenes nunca había existido de una manera radical hasta que el mercado editorial la impuso. El sentido común siempre ha señalado que algunos temas y algunas formas de narrar no podían ser comprendidos por niños pero de ahí a compartimentar las lecturas en función de la edad, hay una enorme diferencia. Y sobre todo, no podemos olvidar que joven no es sinónimo de tonto -más bien todo lo contrario- y que la exagerada simplicidad que parece que hoy se quiere imponer en esa literatura llamada juvenil no hace lectores sino que aburre.  

¿Concebiste este proyecto por tu cuenta o responde a una solicitud expresa? ¿Por qué buscaste como
Apuesta por la existencia  plenamente vivida
marco histórico el tiempo de los visigodos? ¿Qué de atractivo o ventajoso te aportaba escenificarlo en esa época? 
 

Hijos del ocaso parte de un acuerdo entre Micomicona Ediciones y yo. Ellos querían una novela para distribuir en institutos y yo me comprometí a escribirla pero advirtiendo que sería un poco diferente a la mayoría. Ellos la leyeron, les gustó y me han apoyado en todo. Quizá es una apuesta arriesgada puesto que tanto en el tema como en las dimensiones se salen un poco de la norma pero ese puede ser también el mayor atractivo. En cuanto al marco histórico, responde, en primer lugar, a una preferencia personal, porque soy una amante de la literatura medieval, y en segundo, a la idea de que, ya que va destinada principalmente a estudiantes, puede ser interesante despertar su curiosidad acerca de una época apasionante que aparece muy someramente en los libros de texto. 

Sé que realizaste una investigación minuciosa sobre el terreno, fauna y flora de ese entonces, dijiste en la presentación de tu libro "Para no meter tanto la pata". Es común, por ejemplo,  que muchos escritores describan usos y costumbres actuales haciéndolos pasar como de tiempos remotos, como si todo hubiese sido siempre igual, negando por completo al paso de los años, el cambio... 

Me parece que, en lo que refiere a usos y costumbres, todos los autores suelen ser cuidadosos. Donde a menudo aparece un problema en es la atribución de conductas o ideas de nuestra época a personajes de otra. Esto se da mucho, sobre todo, en los personajes femeninos, a los que, por razones muy legítimas, se presenta con reivindicaciones y actitudes imposibles en otros siglos. Es fácil que ocurra esto porque una de las cosas que hace la narrativa histórica es, precisamente, incorporar la visión del autor a los acontecimientos pasados. La novela histórica no es una crónica sino mirada crítica al pasado, de manera que hay que controlar mucho para mantener el equilibrio entre nuestra idiosincrasia, que no puede por menos que aparecer de algún modo, y la de los personajes de otro contexto temporal y cultural. 

Durante la presentación de su novela en Valencia junto a su
entrañable amiga Mila Villanueva
Tu preocupación ha sido siempre lograr un historia creíble, ¿con qué obstáculos tuviste que luchar teniendo en cuenta que sobre el pueblo visigodo se manejan varias teorías en cuanto a su origen y es escasa la información fidedigna referida a su idiosincrasia? 

La novela permite crear mundos imaginarios en los que lo único imprescindible es la verosimilitud. Partiendo de ahí, cuanta menos información hay acerca de una época más fácil es para quien escribe rellenar esos huecos con fantasía. Lo que yo he intentado es que todo el escenario histórico sea real y que el fantástico responda a otra verdad, a la verdad literaria que podemos encontrar en las leyendas, las tradiciones y la literatura medieval. No hay que olvidar que la novela histórica no sirve aprender historia sino para despertar la curiosidad sobre ella. 

El  argumento de Los Hijos del Ocaso se mueve entre la realidad y la ficción, y además de eso haces uso de una mitología propia de la  época sobre la cual efectuaste una recreación, hiciste uso de tu creatividad, ¿lo hiciste justo a la medida de lo pretendías contar o  un poco jugando con la imaginación para darle algo de magia al tema? 

La literatura se nutre, entre otras cosas pero mucho, de la propia literatura. En nuestra cultura occidental existen unos pocos mitos que se han reutilizado durante siglos y de los que seguimos valiéndonos para narrar. Elementos mágicos como la espada, el anillo, el dragón, la invisibilidad o la inmortalidad forman parte de la narrativa de todos los tiempos. Lo que cambia es la manera de darles forma, de modernizarlos. En Los Hijos del Ocaso se encuentran los temas y objetos de siempre pero expresados de otra manera para crear una aventura que sea totalmente diferente aunque esté construida con materiales eternos. Los lectores que carezcan de referentes pueden hallar interés en una historia nueva, mientras que a quienes los posean les puede divertir ir identificándolos. 

Le gusta hablar de mestizaje en la
literatura
Algunos lectores han hallado poesía en tu narrativa, ¿esto es algo hecho adrede o siempre ha estado, y que hoy con esta historia ha sido más evidente? 

Yo creo que el elemento poético es imprescindible en cualquier literatura que pretenda alcanzar un mínimo nivel de calidad, independiente de cuál sea el género. Cuando digo "elemento poético" me refiero a ese efecto sutil que tienen las palabras para conmovernos. No creo que en esta novela esté más presente que otros escritos míos pero quizá sí es más llamativo por lo inesperado, porque hay una cierta tendencia a reducir la narrativa de aventuras a la relación de hechos. 

La historia tiene muchos personajes con nombres raros, ¿consideras, como he escuchado comentar por ahí, que ese punto podría convertirse en una enorme desventaja a la hora de su lectura? A los jóvenes les gusta todo masticado, argumentan.  

Como dije antes, los jóvenes son de todo menos simples. En principio, muchos nombres y muy raros pueden ser un inconveniente, pero si la novela interesa o no, gusta o no gusta, será culpa mía por no haber sabido crear una trama y un mundo atractivos. No sé de dónde ha salido la máxima de que los jóvenes solo pueden leer libros que tengan pocos personajes y muy reconocibles por estar próximos a su realidad cotidiana. Además, la realidad nos dice lo contrario: las sagas literarias y cinematográficas que más éxito tienen entre los jóvenes son fantásticas y contienen decenas de personajes con nombres complicados. Si aceptáramos estas simplificaciones que el mercado de literatura juvenil intenta imponer, y que rebajan la inteligencia de los autores y los lectores hasta extremos ridículos, ningún chico de hoy en día podría leer El Señor de los Anillos, Cien años de soledad y Olvidado Rey Gudú, por poner solo algunos ejemplos. Y que conste que no me estoy comparando con ninguno de mis admiradísimos autores.

A cierto sector que cultiva literatura juvenil le interesa crear historias sencillas, fácilmente digeribles, con el vocabulario justo, y las polaridades bien establecidas, indudablemente, tú esto no lo has tomado en cuenta, has hecho lo tuyo, ¿ahora que tanto te repiten estas pautas has llegado a inquietarte ante la posibilidad de que no se entienda tu historia? 

Yo creo que mi novela no es nada complicada, más bien al contrario. Simplemente está escrita para personas de una inteligencia normal, como yo, y que tengan una curiosidad desarrollada, también como yo y como casi todos los jóvenes y mayores que conozco. Me parece que ese público incapaz de entender una simple novela de aventuras como esta no existe, es un invento del sistema como tantas otras cosas. Me preocuparía mucho vivir en un país en el que este libro pareciera complicado. 

Es admiradora de la obra de su amigo
Juan Ramón Barat
¿A quiénes hace alusión el título? ¿Quiénes son Los Hijos del Ocaso 

Los Hijos del Ocaso son un pueblo imaginario que reúne muchas de las características de los personajes mágicos de la literatura de todos los tiempos: duendes, hadas, ogros... Con esos materiales he intentado crear unos personajes y unas formas de vida que resulten originales, que resulten verosímiles y con los que sea fácil identificarse sentimentalmente. 

Se habla de una historia por entregas o trilogía, ¿ya tienes escritas las que completarán esta anunciada saga?  ¿Qué contarían las otras? 

Estoy trabajando ya en la segunda parte de la trilogía. La acción saldrá de Hispania y una parte de ella transcurrirá en los reinos francos de Austrasia y Neustria. Habrá amores, guerras y crímenes, porque en realidad los hubo, y también descubrimientos personales y sentimientos delicados. La historia verdadera de las reinas Brunequilda y Galsuinda servirá de marco para las aventuras de Valarico y Elia. 

Supongo que has leído a los autores más destacados de la literatura juvenil actual, ¿qué rescatas o condenas de aquellas historias tan populares? ¿Te gusta o valoras algo de lo que ha llegado a tus manos? 

Hay grandes autores que escriben para jóvenes. No daré nombres por si me olvido de alguno, aunque sí tengo que citar a mi gran amigo Juan Ramón Barat. Las únicas obras que no me gustan son aquellas en las que, supongo que por imposiciones editoriales, se rebaja el nivel literario en aras de esa supuesta ignorancia de los jóvenes a la que me he referido antes. 

La portada de su página oficial 
Una de tus preocupaciones ha sido y es  la lucha por los derechos de la mujer, tú que conoces mejor su vida y el trato que le han dado a través de los años, ¿qué puedes decir sobre su situación real en el pasado y se ha avanzado tanto, como queremos creer, en sus reivindicaciones sociales en los tiempos actuales? ¿Se la desprestigia más en la literatura que en la realidad o exactamente lo mismo? 

La literatura es siempre, por su propia naturaleza y se quiera o no, un reflejo de su época. No hay escritura que no sea contextual incluso si se pretende lo contrario, porque los autores somos producto de nuestro tiempo y no podemos evitarlo. Muchos tampoco querríamos aunque pudiéramos. Las imágenes literarias que se dan hoy de la mujer responden a las distintas maneras en que la sociedad de enfrenta a la revolución que las mujeres estamos llevando a cabo. Así, encontramos obras que, aunque parezcan muy diferentes, tienen en común hacer retratos reivindicativos del papel de la mujer; y otras en las que se potencia el rol tradicional de lo femenino. Es natural que así sea, porque en nuestra sociedad conviven las dos realidades. Lo que me parece peligroso y poco digno es que la opción conservadora se disfrace de modernidad con demasiada frecuencia, confundiendo precisamente a las personas más jóvenes. 

Pocos temas se te resisten, pero ¿ha habido alguno que no puedas llevarlo al papel por su crudeza o porque  las emociones te lo impidan? 
Creo que no hay temas crudos sino realidades reales, y las personas que escribimos sentimos casi siempre la necesidad de describir lo que vemos. Otra cosa es que lo hagamos con mayor o menor crudeza, pero el fondo siempre está ahí. En Los Hijos del Ocaso, el hecho de que me la planteara como novela de aventuras y destinada principalmente a estudiantes me ha obligado a adoptar un cierto tono pero aún así, los grandes asuntos, el poder, la ambición, la crueldad, la inocencia, la justicia, el amor, están presentes en el texto. 

Sé que te apasiona viajar, conocer territorios e interactuar con gente distinta, pero qué me cuentas de tus viajes internos, ¿has llegado a conocer todos los confines de Montse Cano? ¿Es aún una asignatura pendiente? 
 Supongo que una persona nunca se conoce del todo a sí misma. Quizá la gran aventura de la vida consista precisamente en eso, en intentar saber quiénes somos y de qué somos capaces. Me parece que mi vida sería muy aburrida si pudiera afirmar que he llegado a todos mis confines, que ya me conozco completamente. Afortunadamente no es así y espero que todos los viajes externos que espero poder hacer me abran nuevas puertas hacia todo lo que desconozco, fuera y dentro de mí. 

Si desean saber más de la autora y su obra
pueden pinchar
los siguientes enlaces:
http://www.montserratcano.es/
http://edicionesmicomicona.es/portfolio-item/los-hijos-del-ocaso/

2 comentarios:



  1. Debo de decir,,que admiro a esta señora autora por su,
    propia personalidad, y que estoy de acuerdo con lo que dice, que los jóvenes no son tontos..
    Y por otro lado su valentía de crear y publicar algo propio....
    Muy buena entrevista Elga...tanto las preguntas como respuestas...
    Un abrazo....

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    1. Gracias por estar ahí. Muchas gracias por tus comentarios. Saludos.

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