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lunes, 11 de septiembre de 2023

Desirée Ruiz: «Los secretos familiares son el eje fundamental de mis novelas»

 


La escritora Desirée Ruiz retorna a la publicación con una novela que narra la historia de una familia marcada por la misteriosa muerte de una mujer  y el empeño de una de sus descendientes por conocer la verdad. 

En  la novela Villa Melania podremos apreciar con nitidez cuán complejos somos de modo individual, así como cuando socializamos. No es fácil interactuar con el otro, sea cual sea el papel que nos ha tocado desempeñar, más aún, cuando albergamos inseguridades, traumas o baja autoestima.

Desde su inicios, Ruiz nos ha planteado desvelar secretos de familia, sin embargo, esta nueva propuesta de lectura nos invita a ser empáticos y tolerantes con aquel que falla, es malvado o egoísta.

Como bien apunta la autora: «…los monstruos no lo son tanto si los miramos con compasión». 

Los secretos familiares se preservan con mucho celo por muchos motivos, en tu novela Villa Melania, encierran la trama central de la historia, ¿crees, en este caso, que Cloe quedó satisfecha con su descubrimiento? ¿Qué realmente valió la pena?

Los secretos familiares son el eje fundamental de mis novelas; Villa Melania no es una excepción. Sin embargo, en este caso hay secretos del pasado que ninguno de los personajes llegará a conocer y que tan solo se desvelarán a los lectores.

Me preguntas en concreto por Cloe: indaga en la figura oculta de Melania y creo que lo que descubre es importante para ella, le da una visión nueva de su historia familiar e incluso le proporciona un vínculo estrecho con la villa.

Las enfermedades mentales, pese a que se les pretende dar visibilidad y quitarles el estigma que arrastran, aún no se ha conseguido, ¿por qué existe esa resistencia a afrontar dicha situación cuando el afectado es un ser querido? Tal como se observa en tu novela.

Muchos de los secretos de la historia sólo
 lo descubrirán los lectores

Es un tema muy complejo, supongo que múltiples factores explican esta resistencia. Desafortunadamente, como tú bien dices, a pesar de la tendencia a visibilizar las enfermedades mentales, se siguen callando y a menudo se ocultan cuando se dan en el ámbito familiar. Puede que exista el temor al estigma social y a la incomprensión, muchas veces acentuado por el desconocimiento o por una visión distorsionada de este tipo de enfermedades.

Otro aspecto a destacar en Villa Melania es el de las familias recicladas, cuando la nueva pareja se niega a aceptar a la criatura del compromiso anterior de la pareja y se desentiende de ella. En lo que respecta a la novela, hay muchas Camila padeciendo el rechazo de sus madrastras. Se eterniza el genio y figura de este arquetipo malvado, ¿no es así?

En este caso me temo que sí. Paloma es el prototipo de “madrastra malvada”, aunque esa sería una lectura superficial del personaje. En realidad, no sólo es mala madrastra, también es mala madre, es alguien destruido por unos celos exacerbados, con una autoestima enferma. Entiendo que resulte un personaje tremendamente antipático, pero también es digno de lástima.

En tu novela están representados casi la totalidad de tipos de madre: desde las disfuncionales hasta las, más o menos, entregadas, por tanto, podemos observar el resultado de su desempeño. Sin duda, existe mucha carencia de amor maternal en esos hijos de tu Villa Melania. ¿Que nos puedes contar, Desirée?

La relación materno-filial es una de las más importantes de la vida de una persona; la figura de la madre, su amor, su apoyo, resulta determinante en muchos aspectos. Sin embargo, no podemos olvidar que las madres son mujeres con sus limitaciones, sus miedos, imperfecciones y errores. Salvo en un caso del que no me gustaría hablar para no desvelar demasiado, yo no creo que haya carencia de amor maternal en Villa Melania, aunque sí madres obsesivas o egoístas, que no son capaces de soportar la frustración o de interactuar con sus hijas de un modo adecuado o de demostrarles su cariño.

Existe una frontera muy delgada entre la admiración y la envidia, y en función de lo que nos haga esa persona en cuestión, nuestras emociones o afectos pueden cambiar, como le pasó a Cecilia. ¿Estás de acuerdo?

La autora admite que se puede pasar de la admiración
a la envidia, y caer en el sufrimiento. 

Sin duda. Las personas somos seres muy complejos y nuestras emociones también lo son. A veces hablamos de envidia sana refiriéndonos a admiración, aunque son sentimientos muy distintos; sin embargo, igual que se puede pasar del amor al odio, se puede pasar de la admiración a la envidia, y caer en una espiral de sufrimiento y de emociones negativas.

Un personaje que destaca por su resiliencia es Lucas. No es nada fácil reponerse a una perdida tan grande y decidir un cambio radical en su forma de vivir.

Lucas es un personaje maravilloso, pero al mismo tiempo su forma de actuar puede resultar extraña para alguien de su edad. Lo que le ocurrió en el pasado explica esa decisión de vivir de un modo determinado, de disfrutar de cada uno de los momentos que la vida le brinda, pero con serenidad, mirando hacia lo alto cuando pasea, despacio…

Otro punto a destacar es el tema de la autoestima, la importancia de que las personas aprendan a quererse (y a valorarse), a pesar de su familia y sus circunstancias. Cloe logra salvarse de una forma casi intuitiva, ¿no crees?

Los celos y la envidia están muy presentes en Villa Melania y en la vida de casi todos los personajes que transitan por ella. Pero no de todos; uno de los que se libran de este tipo de emociones es precisamente Cloe. Ella, la más joven, es una persona luminosa, clara, el personaje que sirve de contrapunto a la oscuridad de la historia. Y esa forma de afrontar la vida resulta sanadora, superando todo lo externo, incluso la relación con su madre.

Los diarios casi no se estilan en la actualidad (o quizá me equivoque y solo hayan cambiado de formato), pero en Villa Melania cobran una vital importancia para que las personas arriben a descubrimientos relevantes.

Los diarios le parecen un recurso literario fantástico

Soy una gran amante de los diarios. Comencé muy pequeña a escribirlos y los fui guardando en un baúl hasta que fueron más de veinte. Continúo con esa costumbre, aunque con anotaciones más breves, más anecdóticas quizá, pero siempre en papel. Creo que es una terapia magnífica, se la recomiendo a todo el mundo. Ahora se habla mucho de los diarios de gratitud: sea como sea, ayudarte de la escritura (y si puede ser a mano, mejor) para detenerte, centrarte en el momento presente y dedicar un tiempo a trabajar tu interior y tus emociones resulta muy gratificante.

Como recurso literario los diarios me parecen un elemento fantástico. Me encanta todo aquello que permite desempolvar relaciones o historias familiares que de otro modo caerían en el olvido: diarios, cartas manuscritas, notas ocultas en escritorios antiguos o en desvanes polvorientos, pequeñas llaves que abren compartimentos secretos. Son enlaces entre los tiempos y poseen en halo romántico y antiguo fascinante. Además, cómo bien dices, en Villa Melania resultan decisivos para desvelar parte de los secretos silenciados.

Melania fue víctima y, a la vez, victimaria, sin duda un niño roto puede convertirse en un monstruo para su entorno.

No me gustaría desvelar demasiado del personaje de Melania. De todos modos, sin duda  lo que vivimos va configurando nuestra forma de ser, y que en ciertos casos los monstruos no lo son tanto si los miramos con compasión.

Si quieren saber más sobre la autora y su obra 
pueden pinchar 
en los siguientes enlaces. 
https://www.hanska.es/es/autores/desiree-ruiz/



 

 

 

 

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