La escritura ha aparecido y desaparecido de su vida por largos
períodos, pero nunca dejó de lado la lectura. Tanto es así que su amor por ella
le incentivó a crear más de 200 historias mucho antes de arribar a la adolescencia.
Eso es lo que nos cuenta, el psicólogo clínico y gerentólogo social, Antonio
Andújar, quien debuta de forma oficial en la literatura con su novela de gran contenido psicológico Bib-Rambla: El silencio de las casas.
Tu vida está vinculada a la
psicología clínica, la enseñanza y la atención sociosanitaria, ¿cómo alguien
con esa formación llega a la literatura, escribe una novela y se anima a
publicarla? ¿La escritura es algo que apareció de pronto o ya estaba contigo?
Es un placer para mí que alguien tan profesional como tú, y de tan
amplia trayectoria en los medios de comunicación, lleve a cabo la entrevista,
algo que agradezco sin ninguna duda.
Al hablar de mi formación, he de destacar la diplomatura en Magisterio
y la licenciatura en Psicología, además de la especialidad en Psicología
Clínica y la Gerontología Social a través de los correspondientes másteres.
Esta formación, en concreto los másteres citados, me dieron la seguridad que a
día de hoy puedo mostrar en mi trabajo como psicólogo clínico, o psicólogo
general sanitario, el nombre con el que se designa actualmente a la profesión
de terapeuta especializado en atención psicológica. También ambas carreras me
capacitan para ejercer mi profesión como docente ocupacional o universitario.
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Cada capítulo de su libro se define de sentimiento o estado
anímico |
Con todo ello, la escritura, una vocación dormida durante años,
decidió despertar. A pesar de haber escrito muchos cuentos infantiles cuando
era un adolescente y alguna que otra novela a nivel casero, no fue hasta el
2013 cuando la pasión por la escritura resurgió; posiblemente, al hilo de mi
formación y experiencia. Me sentía preparado para ello, y la sorpresa fue que
no me costaba hacerlo, y además me hacía sentir bien.
¿Tu pasión por la lectura fue
lo determinante para incursionar en la escritura? ¿No tuviste mayor preparación
para lanzarte como escritor que la de ser un lector empedernido?
La escritura apareció y desapareció a lo largo de mi vida. Mientras
tanto, leía sin cesar. Recuerdo toda mi vida leyendo. He devorado todo tipo de
libros, y lo sigo haciendo. Soy de los que se anotan los libros que leen al
año. Creo que la lectura ha sido también gran responsable de mi decisión a
escribir.
Más de doscientos escritos al principio de la adolescencia sentaron
una buena base para afirmar que la escritura sería vocacional. Pero después, la
lectura de todo tipo de libros desde mi niñez labró una trayectoria de vida
plagada de autores, de géneros, de estilos…
¿Qué tipo de lecturas nutrieron
tu formación como escritor? ¿En qué autores te apoyaste o quisiste emular?
Recuerdo que me inicié con libros como El diario de Ana Frank, Rebeca,
La casa de los espíritus, alguno que otro de Lovecraft, La plaza del diamante, En
busca del unicornio, Azteca… Tras
pasar la adolescencia, ya no podía dejar de leer.
No me he formado como escritor. Lecturas y más lecturas hasta el día
de hoy ha sido el arranque definitivo, y formación en las áreas citadas.
Con los años, he leído muchísimo sobre novela histórica. Decenas de
libros, mucho de ellos sobre Egipto, pero también sobre otras civilizaciones.
En los últimos años he leído más novela contemporánea, narrativa de viajes, y
recientemente, otros géneros que no solía tocar, como la ciencia ficción o la
novela juvenil, o el ensayo. Tenemos autores excelentes en nuestro país,
incluso en nuestra comunidad, como Marisol Sales, Rafa Mata Sanz, Maríaa Nieves
Michavila, Paco Arenas, Joaquín Sabater…
En cuanto a autores, hace unos años era un gran admirador de Christian
Jacq. Me contagió su pasión por Egipto, he leído casi todos sus libros; o de
Bernard Simonay. También admiro la forma de escribir de Almudena Grandes, de
Gabriel García Márquez, de Ángeles Caso, de Kenizé Mourad, de Julie Orringer.
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Muchos creyeron que por ser psicólogo escribiría una obra
de autoayuda |
¿Cómo concebiste Bib-Rambla: El silencio de las casas?
¿Tuviste claro desde el principio lo que querías contar?
En realidad, Bib-Rambla. El
silencio de las casas no fue el libro con el que arranqué hace unos años,
sino con otro muy diferente, histórico y de viajes, y mucho más personal, Estrellas y cedros sobre fondo blanco, del que hablaremos.
Bib-Rambla surgió impulsado
por este otro libro que cito, y llegó con fuerza. Había necesitado escribir el
primero para darme cuenta de que quería seguir escribiendo. Decidí hacerlo
sobre algunos temas relacionados con mi profesión. Lo lógico era quizás
escribir algún manual o libro de autoayuda, pues soy psicólogo y es a lo que me
dedico. Sin embargo, una vieja vocación resurgió con la suficiente fuerza como
para dejarme llevar por ella y combinar la psicología con la novela. En el
texto, pronto aparecían guiones, personajes que querían hablar, y la novela se
fue haciendo desde los primeros párrafos.
Quería escribir sobre psicología, sobre personajes que viven, sienten,
aman y, sobre todo, piensan y reflexionan. Todos mis personajes están plagados
de rasgos psicológicos en Bib-Rambla. Tienen todo tipo de
sentimientos; de hecho, cada capítulo del libro se define con un tipo de
sentimiento o estado anímico.
En cuanto a la historia, elegí un escenario de peso a nivel histórico.
Recientes viajes a Granada para impartir clases o de ocio me ofrecieron un
lugar maravillosamente literario para crear una novela. Así nació Bib-Rambla…, eligiendo una de las plazas
más emblemáticas de la ciudad y dejándome llevar por sus encantadores rincones.
Los protagonistas de la novela cobraron vida propia, no siendo difícil escribir
sobre ellos, sobre los hechos, sobre las relaciones y conexiones entre ellos;
así como sobre las calles, las plazas o la imponente Alhambra de Granada.
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Junto a Yolanda Gutiérrez tras una de sus más
significativas presentaciones |
¿Por qué escogiste la zona de Bib-Rambla para escenificar tu novela?
¿Qué condiciones te aportaba Granada para que la historia transcurra allí?
En mi mente surgió la idea de escribir sobre la vida de ciertas
personas que habitaban en un lugar muy concurrido, en una plaza importante de
alguna ciudad. Recientemente, había estado en Granada y, como tantos
visitantes, me había conquistado. La historia transcurriría, principalmente,
entre Valencia y otra ciudad. Elegí Granada porque la conocía bastante y porque
me fascina. Decidí que sería esta ciudad el lugar de referencia para el
desarrollo de la novela, aunque es cierto que aparecen otros lugares como
Valencia o Alicante.
Otra razón por la que elegí Granada es por la cantidad de aspectos que
la relacionan conmigo, o me relacionan con ella. Su historia, el ambiente árabe
de sus barrios, el arte de la Alhambra, la música antigua… He viajado por
países árabes y Granada reúne ingredientes para mí que la hacen admirable a mis
ojos.
Otra razón es que soy hijo de madre cordobesa y desde hace
generaciones. Andalucía siempre ha estado presente en casa, con todas sus
costumbres y recuerdos. Es fácil para mí viajar a Córdoba o Granada y además
sentirme como en casa.
¿Cuánto tiempo te demandó
escribir la historia? ¿Estuviste del todo satisfecho cuando la terminaste o te
viste obligado a revisarla una y otra vez?
La novela fue escrita en cinco meses, con un intervalo de quince días
en los que no escribí, pues estuve de vacaciones con mi pareja en parte de la
Ruta de la Seda, en concreto, en Uzbekistán. Sin embargo, como la acababa de
empezar en aquel verano de 2014, y tenía tiempo de sobra en el autobús en el
que recorrimos el país, fui anotando detalles, personajes y sus relaciones, así
como otros aspectos que no me hicieran perder el hilo de la historia. Cuando
regresé de aquel fascinante viaje, no cesé de escribir. Empezó el otoño y la
historia se mantenía totalmente viva, no podía dejar de seguir escribiendo. A
finales de noviembre de ese año la finalicé.
Después empezaron los numerosos repasos, ampliaciones, revisiones
gramaticales, etc., pero nunca se alteró la mayor parte de su contenido ni el
final de la obra, algo que justamente es muy llamativo para los lectores que ya
la han leído. Un final difícil de escribir, pero era lo que el transcurso de la
obra me iba indicando.
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"La mente humana es un complejo mundo que podemos
entender", asegura. |
La novela posee un alto
contenido psicológico, ¿la mayor batalla siempre se libra en la mente?
Es cierto que Bib-Rambla. El
silencio habitado de las casas posee un gran fondo psicológico. Quería que
fuera así. Soy psicólogo, me siento preparado para escribir sobre infinidad de
rasgos psicológicos después de tantos años dedicados a esta profesión. Me
interesaba que el lector tuviera la máxima información expuesta de cada
personaje, para entenderle, empatizar o no con él, pero conocer las causas de
sus problemas y de sus realidades.
La mente humana es un complejo mundo que podemos entender. La mayoría
de los problemas que las personas tenemos arrancan desde nuestra mente, de la
gestión de nuestros pensamientos. Cuando las personas pensamos “Esta noche he
quedado con amigos y tengo ganas de verles”, posiblemente estaremos contentos,
felices, con ganas de que llegue el momento, vestirnos para la ocasión,
motivados de quedar y contarnos nuestras cosas. Sin embargo, ante la misma
situación, muchas personas pensarían “Esta noche he quedado con amigos. Seguro
que viene tal persona que no me cae bien. Seguro que me van a preguntar y no sé
qué contar. Me molesta hablar con la gente. Hay temas de los que no quiero
hablar…”, empezaremos a sentirnos mal, con ansiedad, y posiblemente, en muchos
casos, anulemos la cita.
Es la mente la que suele iniciar el proceso. Dependemos de ella, pero
podemos ayudarla procurando que nuestros pensamientos sean más realistas,
adecuados a la situación, sin dramatizar los hechos antes de que ocurran.
Después del pensamiento, positivo o negativo, vienen nuestras sensaciones, y
cuando son negativas, lo pasamos realmente mal.
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Javier Andújar, hermano del autor, sosteniendo el cártel
promocional de la obra |
¿Cómo definirías tu novela y en
qué categoría la ubicarías?
A pesar de ser un gran lector de novela histórica, esta primera obra
editada es contemporánea, una novela actual que narra historias del presente,
aunque con el matiz de ser contada a dos tiempos. Son historias cotidianas,
muchas de ellas esconden fondos intensos y traumáticos, con escenas repletas de
silencios y de momentos difíciles de tratar por los personajes.
Es cierto que nos remontamos a otros hechos ocurridos hace treinta
años, pero la novela está contada, principalmente, desde la realidad
actual.
También es una novela en la que intervienen muchos personajes. Algunos
de ellos ocupan gran parte de la misma, son más centrales; pero muchos, aunque
con papeles menores, cuando intervienen, acaparan gran atención.
Muchos escritores al referirse
a sus obras dicen "he escrito la historia que me hubiese gustado
leer", ¿es eso lo que has conseguido?
Como gran lector, admiro a muchos escritores y escritoras. Leo una
media de veinte libros al año –no son tantos, comparados con otros lectores que
conozco–, y me han fascinado multitud de historias. Otras veces no logro
conectar con los argumentos o con el autor y termino abandonando la lectura. Bib-Rambla… es el tipo de novela con el
que yo me identifico en el momento en que la escribo. Hay más novelas
terminadas –una de ellas en proceso de edición–, y cada una tiene un estilo,
estructura y género diferente.
Pero reconozco que a mí también me hubiera gustado leer Bib-Rambla….
¿Hubo otras historias que
pasaron por tu mente antes de decidirte a escribir tu novela?
Sí, en concreto, hubo una historia que empecé, también novela con
fondo psicológico, que trataba un tema por el que siento cierta predilección, y
es la enfermedad de Alzheimer. Siete años impartiendo clases a auxiliares de
atención Sociosanitaria han sido suficiente para indagar en esta difícil
enfermedad de la que tanto podemos aprender.
Empecé la novela, pero cuando llevaba cincuenta páginas escritas, un
problema grave con el portátil destruyó todo el borrador. No logré recuperarlo
y, de momento, se ha quedado en mi memoria a la espera de que algún día pueda
cobrar forma de nuevo.
Una novela que sí está terminada y es previa a Bib-Rambla… es la mencionada de Estrellas
y cedros sobre fondo blanco,
basada en un viaje muy personal que yo mismo hice a los países de Siria y
Líbano, años previos al gran conflicto bélico que azota, especialmente, a Siria.
Es una novela que plasma un viaje y las vivencias de algunas de las personas
que realizamos aquel viaje. Imagino que no tardará mucho tiempo en ver la luz.
¿Quedaron otras para futuras
publicaciones?
Sí. En Bib-Rambla…hago
referencia a la violencia de género y ha sido una parte que ha llamado mucho la
atención en los lectores. Hay otra novela también escrita y participando en
concursos que trata más centralmente ese tema y otros tipos de violencia. La
novela tardará más de un año en salir, según mis cálculos, pero creo que dará
mucho que hablar por el contenido tan duro y real como he querido reflejar.
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La India le parece impactante, dura, tierna, alegre y dramática |
Raquel, tu protagonista,
pertenece al mundo en que te desenvuelves, ¿hasta qué punto un profesional
sanitario puede o debe involucrarse con sus pacientes? ¿Es dañino para el que
cuida ir más allá de sus obligaciones?
Es una pregunta muy interesante, como todas...Raquel es el nombre de
una de las protagonistas femeninas de la novela. Es una persona sufridora, la
vida la ha llevado a sus circunstancias actuales. El libro arranca con ella y
con el horrible estado que sufre en medio de la noche, en el silencio de su
casa. Vive en la concurrida plaza de Bib-Rambla –concurrida, al menos de día–.
Ella se siente muy infeliz. He querido reflejar su estado desde mis
conocimientos y desde mi experiencia como psicólogo. Hay otros muchos
personajes, cada uno de ellos refleja un tipo de personalidad.
Casi veinte años de experiencia como psicólogo clínico en consulta
privada han sido suficientes para capacitarme en hablar de rasgos psicológicos,
de terribles pensamientos, de ansiedad, de conductas poco acertadas o
inadecuadas, de sentimientos de depresión, de abandono, de culpa, de fobias…
Aunque es verdad que al principio tienes que adaptarte a este trabajo en el que
se trata con todo tipo de problemas personales, de pareja, sexuales,
familiares, etc…, no es menos cierto que no empecé a trabajar hasta tener la
suficiente preparación formativa y práctica para ejercer. La formación en dos
másteres de gran intensidad me respalda a la hora de llevar a cabo mi trabajo,
así como la dedicación plena que he venido desarrollando durante todos estos
años.
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El autor dice que prefiere viajar con la mente abierta,
aunque a veces le resulte difícil |
¿Implicación? Al máximo,
siempre en la consulta, y fuera cuando hay que preparar, reorientar y
estructurar las correspondientes sesiones. He procurado desde el principio que
no me afectara más de lo necesario. Aunque es cierto que los problemas son
siempre muy serios para el paciente, y por supuesto, lo debe ser para el
terapeuta, mi preocupación siempre va a orientarse en el sentido de ayuda al
máximo hacia la persona que confía en mí, o en nuestro centro –he de recordar
que somos dos compañeros en la consulta, igualmente formados, y me gustaría
citar el nombre de Mª Carmen Ruiz Barranco, eterna compañera, amiga y excelente
profesional, cuya profesión y amistad venimos compartiendo a lo largo de todos
estos años–.
¿Cuánto de ti podemos hallar en
tu novela? ¿Los lectores podrán conocerte un poco a través de ella?
Pienso que sí. El hecho de haber elegido la ciudad de Granada da indirectamente
mucha información de mí; al menos, de mis aficiones, de mis gustos, de mis
inquietudes. Podría haber centrado la historia exclusivamente en Valencia, pero
he preferido dar rienda suelta a mi imaginación y escribir sobre un lugar por
el que siento predilección. Por esa razón, he visitado varias veces la ciudad y
aprendido de ella.
Otra característica que se refleja y que tiene que ver conmigo como
psicólogo es la necesidad de conocer la naturaleza de los problemas personales
(individuales, de pareja, traumas, etc.) que aparecen en la novela y el deseo
de que las personas que de verdad lo sufran sepan que existen vías de solución
al alcance de todos; aunque para ello deba permitírselo la misma persona,
aceptar que tiene un problema y ponerse en marcha. Algunos personajes de la
novela lo hacen, se enfrentan a su problema y es lo mejor que pueden hacer para
vivir mucho mejor. Tengo esa inquietud, me produce admiración la persona que
decide enfrentarse a sus problemas, a sus miedos, aunque sepa que vaya a ser
doloroso. Con esfuerzo, pero los resultados positivos llegan.
¿Cuál es el lugar que le has
dado a la escritura? ¿Qué parte de ti la necesita?
Necesitaba hacerlo, sin ninguna duda. Era algo que pugnaba por salir
desde hace tiempo, pero no encontraba su momento. Quizás la experiencia laboral
y personal me ha permitido dedicarle el tiempo que se necesita, y que es mucho.
La parte de mí que la necesitaba es, sin duda, muy auténtica y que
tiene que ver con cómo soy yo. Desde muy joven, escribía. Luego lo abandoné
para ocuparme de mi trayectoria profesional. Ahora es el momento y ha llegado
de una forma que ha sido totalmente bien recibida. Deseo escribir en estos
momentos de mi vida. Para mí es increíble ver cómo han podido salir de mi mente
cientos de miles de palabras que crean una historia y se reflejan en una novela
que está llegando a emocionar a tantas personas. Eso es, en realidad, lo más
gratificante.
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Afirma que viajar de diversos países árabes
le han ayudado a quererlos mucho más |
Has viajado y mucho. Conoces
gran parte de Europa y has recorrido buena parte del mundo árabe, y no menciono
los demás sitios que conoces, ¿Cuánto cambia tu visión de unos y otros al
verlos de cerca?
Como bien dices, Elga, he viajado bastante. Es una de mis grandes
aficiones. Para mí es una gran recompensa después de un largo año de trabajo.
Es una necesidad de conocer, de dejarme llevar, de sorprenderme con otras
culturas, de descubrir otros pueblos y gentes. Aprender. Creo que podemos
aprender de cualquier parte del mundo. Prefiero viajar con la mente abierta,
aunque no siempre sea fácil. Hay culturas que nos puede costar más aceptar,
porque en realidad somos diferentes, pero creo que es bueno conocerlas, saber
cuáles son sus creencias, sus inquietudes, y que nos hace distintos. Hace solo
unos meses estuve en India. Diecisiete días de viaje pueden ser muchos o muy
pocos para visitar este país. Tenía tanta curiosidad en saber cómo se sentían.
India es impactante, dura, tierna, alegre, dramática, distinta a cualquier otro
país que yo haya visitado. No deja indiferente. Al menos, no ocurrió conmigo.
Desde que estuve allí y regresé, he arrastrado momentos de tristeza, de
indefensión, de incomprensión, de infinita ternura. No la aparto de mi
conciencia. Era un sueño de años, tal vez por esa razón todavía arrastre el
impacto de su visita. El viaje valió la pena, sin ninguna duda. Lo recomiendo.
Mis viajes por los diferentes países árabes me han ayudado a quererlos
mucho más. Una combinación que rozaba la perfección para mí fue el viaje a
Egipto hace unos cuantos años. Tener ante mí una de mis civilizaciones
predilectas, después de haber leído tanto sobre este país, era realmente
emocionante. Su historia casi viva, el intenso recorrido de norte a sur, incluso
al Sinaí, me producía un excepcional estado de ánimo. Quizás el magnetismo del
Nilo, siempre presente, se encargaba de ello.
Te gusta la música étnica,
¿cuánto se puede saber o descubrir del pensamiento de un grupo humano o cultura
a través de estos ritmos? ¿Cuál ha sido tu experiencia?
Desde hace muchos años, siento una enorme predilección por las músicas
que me llegan desde cualquier parte del mundo. Hablo de música étnica, de
raíces, de instrumentos autóctonos en los diferentes rincones del mundo y que
me emociona escucharlos. También, las voces; hay tantas buenas voces en Grecia,
en Turquía, en Noruega, Japón, Croacia, Portugal, India… y tantos otros países
del mundo, que no me puedo conformar con la música más comercial. También la
escucho, pero el sentimiento se me va hacia cualquier parte del planeta donde
encuentre una voz que me llegue, unos instrumentos que me hagan sentir.
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Señala que se puede aprender de cualquier
parte del mundo |
La teatralidad de las voces griegas, el sentir de los fados
portugueses, la interioridad de la música noruega, el exotismo de las músicas
turcas, la profundidad de la guitarra flamenca, los sonidos de los bosques de
Norteamérica, o la suavidad del bosa brasileño, el misticismo de India…, etc,
me aportan tantísima información de las características culturales de cada
país, que me enriquece y me hace abril mucho más la mente.
Eres admirador de la música
barroca y el cines francés, ¿por qué?
¿Cuál es el encanto que ves en estos géneros?
Podría pasarme horas escuchando música barroca. Para mí es muy
inspiradora, a la vez que me produce una fuerte conexión con el interior. Me
abandono fácilmente a ella, tanto que, en ocasiones, no hago nada más, solo
escucho y me calma. También me transporta a la época, a los estilos
arquitectónicos, a las pinturas de Vermeer –pintor holandés que me fascina,
realicé un viaje exclusivo a Bilbao para ver una exposición temporal de su
cuadro de “El geógrafo”
El cine francés, en concreto, me gusta desde siempre. No sé si por la
influencia que tengo de mi familia francesa o por la de mi hermano, que es un
gran cinéfilo con gran preferencia por el cine del país vecino, pero la
realidad es que me gustan sus guiones e interpretaciones, de gran carácter
social. Es un cine que siempre cuenta algo, que me aporta y me hace
reflexionar.
Se dice que hoy más que nunca
estamos comunicados, algunos las 24 horas del día a través de redes sociales,
si es así, ¿por qué algunos se sienten tan solos y aislados? E incluso he escuchado decir algo así como
esto "no entiendo, a través de Facebook me habla a diario y es majísimo,
pero cuando nos encontramos en la calle no me dirige la palabra, es como si no
me conociera".
Estoy a favor de las redes sociales, yo mismo me muevo mucho en ellas,
y desde hace años. Es una forma hábil y rápida de contactar con amigos, con
conocidos y con gente con la que te relacionabas hace ellos. Pero no acepto el
abuso que muchas veces se hace de la red. Podemos tener cientos de amigos y
nadie con quién salir. Creo que podríamos cuidar más las amistades, quedar con
ellos, hablar, y sin móviles, por supuesto. Quedar para seguir mirando un móvil
o que nuestras vidas dependan de ello es triste. Es lamentable ver a parejas
–adolescentes o adultos– que han quedado supuestamente para verse, pero no lo
hacen, siguen viendo la pantalla del móvil; en ocasiones, ni hablan. Ya he
empezado a tener consultas por adicciones a móviles y redes sociales. Es un
tipo de trastorno con el que tenemos que tener cuidado. Como en todo, es
saludable la dosificación, y que la tecnología no ocupe un porcentaje demasiado
alto en nuestras vidas. Hay tantas actividades que se pueden hacer. A mí me
apasiona leer (sigo teniendo predilección por el papel), suelo hacer deporte
con cierta frecuencia, he incluido el yoga en mi vida, que lo recomiendo a todo
el mundo. Me gusta caminar, veo cine, escribo. Disfruto saliendo a cenar con mi
pareja y con amigos, necesito verlos con frecuencia.
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Con Inma Solbes, su gran amiga |
¿Qué esperas de la literatura?
¿Quieres hacerte un hueco dentro de ella? ¿Cuáles son tus expectativas?
Como lector siempre tuve el sueño de escribir una novela que tuviera
cierta repercusión, pero sobre todo que me permitiera explorar mi propia
imaginación, la creatividad de las palabras, el extenso léxico español; y crear
historias, que parecieran reales o no, y transmitirlas a los demás.
Me satisface hacerme un hueco entre mis amigos a través de la
escritura. Me siento muy orgulloso de ellos. Me han ayudado enormemente en este
nuevo recorrido. Podría citar a tantos, pero no me atrevo, no sea que me deje a
alguno/a fuera, y sería yo quien no me lo perdonara. Ellos ya saben
perfectamente quienes son. Reconozco que gran parte del trabajo de apoyo,
difusión, emoción y colaboración incluso en las presentaciones de la novela, ha
sido debido a ellos. Tengo muy buenos amigos. Y he de añadir a incontables personas
y buena gente que he empezado a conocer a través de mis libros. He recibido
tantas palabras maravillosas de ellos, que desde aquí aprovecho la ocasión para
enviarles un sólido abrazo y mi enorme gratitud.
Que tenga más o menos repercusión mi obra, el tiempo lo dirá. Voy
despacio, y con los pies en la tierra. Mi profesión es la de psicólogo y, a
temporadas, combino con la de docente en diferentes centros. Ahora he añadido
un ingrediente más, la escritura, que además me nutre mucho como persona. Puedo
decir que, en ese sentido, me siento realizado. Hago lo que me satisface.
Quiero seguir en esta línea.
Para terminar, ¿nos puedes adelantar algo de tu nueva novela? Sé que
está a punto de salir.
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Su novela ha sorprendido también porque
toca el tema de la violencia de género |
Sí, Elga. A punto está de ver la luz. Será este otoño. La novela se
llama La vida partida en dos. Es
novela histórica. No he querido dejar más tiempo sin escribir sobre un género
del que he leído muchísimo y que a mí, particularmente, me apasiona.
Ariadna es la protagonista de esta inquietante historia. Se ubica en
la época de principios de los años 30 en Valencia. El personaje femenino
principal es una mujer luchadora, fuerte, que se mueve como puede en la época
que le ha tocado vivir, donde además tiene un futuro previsible. Pero ella no
es así, es una mujer de carácter, alguien que no se achicará ante el destino
que supuestamente se ha construido para ella. Ariadna tiene un sueño y desea
cumplirlo, aunque para ello tenga que tomar decisiones muy vitales.
Recomiendo al lector y lectora que se dejen de llevar por este intenso
personaje hasta donde nos lleve el propio sueño de una mujer cautivadora. Y
viajaremos, ya lo creo, hasta donde le lleguen sus propias fuerzas. Es una
historia y un viaje que podríamos considerar personal, iniciático en cierto
modo. Son esas decisiones que a veces tomamos en la vida, a pesar de intuir que
tendremos mucho en contra, pero seguimos adelante. Cuando invertimos al máximo
en un proyecto, en un viaje personal, en una decisión vital, aunque sabemos que
dejamos mucho atrás, puede ocurrir que la balanza se decante por un futuro
desconocido e incierto, pero ¿qué puede pasar ni nos atrevemos…?