Frieda Holler cree en
lo que hace. Y desde hace años el tema de la educación es su prioridad. Lo suyo no es una
pose ni una moda. Su trabajo salta a la vista. Lo demuestran sus libros,
conferencias y las clases que imparte en su centro de desarrollo integral.
La escritora en esta ocasión nos cuenta sobre Sin etiquetas,
en un mundo al revés, una obra gestada en plena pandemia.
Cuesta un poco definir o clasificar tu nuevo libro Sin etiquetas, en un mundo al revés, no sé si es un libro de autoayuda, crecimiento espiritual, desarrollo personal, esotérico, religioso, o valores, pues abordas esos temas entre muchos otros, entonces, ¿qué es y no es tu obra? ¿Adónde querías llegar?
Si eres una escritora y lectora como tú, Elga, sé que cuestionarías la obra preguntando qué es y que no es. Pero lo que yo quería, en la época que lo escribí -que fue el inicio de la pandemia- era que mis palabras llegaran a la lectora como un libro con valores y la ayudara en su crecimiento y desarrollo personal, espiritual, esotérico, como un ser maravilloso que tenía que ver su vida con optimismo porque así, podía crear un destino optimista.
¿Por qué tú libro empieza al revés? Créeme que a primera vista pensé que me había tocado un ejemplar fallado.
Me imagino que le debe haber sucedido a todas las lectoras (risas). De eso se trataba. Quería que se sintieran extrañas leyéndolo así y que volvieran al título. Porque eso era lo que estábamos viviendo: 'En un mundo al revés'. De allí que el libro empieza así…
Afirma que siempre hay que estar aprendiendo |
Obviamente no es nada fácil escapar de las etiquetas impuestas, pero tienes que estar consciente con cuáles te quedas: las que se ajusten a tu carácter, personalidad, funciones, educación, cultura. Por ejemplo, las de la etiqueta y buenos modales son necesarias en la cultura, educación y trato con las demás personas del entorno, porque son de respeto, consideración y hasta de amor.
Una de tus grandes preocupaciones es la educación, y en tu obra afirmas rotunda que es un compromiso individual, ¿cómo llegaste a esa conclusión?
La población que ha tenido acceso a algún tipo de educación -que no practica ni le da importancia- tendrá que atenerse a las consecuencias, porque las tendrá en algún momento de su vida. Es necesario crear conciencia de que ‘siempre tiene que aprender’. No hay edad alguna para dejar de hacerlo. Pero aprender para cambiar y mejorar como persona, no solo para llenar la cabeza de información.
Somos unos seres muy sufridores, tanto por causas internas como externas, sin embargo, tú reduces el sufrimiento a una sola razón: la falta de conocimiento, explícanos, por favor.
Pienso que el ser humano es totalmente responsable de sus pensamientos, sueños, deseos, actitudes, lágrimas, sonrisas, de su mente y de todo lo que le sucede. Si no tiene conocimiento de quién es, a dónde va, cuáles son sus sueños, qué desea en su vida; de buscar lo bueno que hay en sí mismo, nunca encontrará el camino a seguir. Si no aprende y carece de conocimiento de sus propias experiencias en la escuela de la vida, no podrá realizarse como el ser único e irrepetible que creó Dios.
Son muchas las personas de tu entorno que no cesan en decirte que “estás arando en el desierto con el tema de la educación y los buenos modales”, ¿qué sientes al escuchar estos comentarios, una y otra vez?
Cree en la importancia de vivir día a día |
Le das un estimable valor a la actitud, ¿nos salva o eleva, aunque, seamos unos completos ignorantes o poco talentosos? Como se ve muy seguido en ciertos programas de televisión o en las redes sociales, por ejemplo.
Creo firmemente que todo depende de la actitud que tenga cada persona ante lo que está viviendo. Si no aprende a disfrutar cada día, tendrá culpas, negatividades, miedos, perderá el ánimo que es la esencia de la vida. Por eso se dice que “si pierdes el dinero no has perdido nada, si pierdes el amor has perdido algo, pero si pierdes el ánimo lo has perdido todo”. Y eso tiene que ver con la actitud que se tome, siempre con responsabilidad y compromiso consigo misma, sin buscar víctimas a su alrededor.
Aseguras que "a las personas que valen, tienen buena imagen y que son educadas se las respetará, se les dará atención", ¿eso crees? Porque estamos viviendo unos tiempos en que lo vulgar, morboso y zafio acapara la atención y se premia.
Así tendría que ser porque representan dignidad, respeto, buena autoestima, confianza: considerando además que su rostro es su tarjeta de presentación, su cuerpo un reflejo de sus pensamientos, de su educación y de su cultura. Lo que se vive es penoso, degenera al ser humano y lo convierte en un ser común y vulgar.
Has señalado la importancia de escuchar, no solo a la gente de tu entorno, sino a las voces más sutiles, ¿a qué te refieres exactamente?
Es una mujer muy creyente |
Sé que tenías en mente otra obra para publicar, pero decidiste buscar el consejo de unos ‘amigos especiales’ y ellos supieron guiarte adecuadamente, ¿me equivoco o estoy en lo cierto?
Así fue, Elga. Creo en los mensajeros de Dios, sé que están a mi lado y los escucho, a veces soñándolo; otras con situaciones que se me presentan, con frases que me llegan, siempre con fe estoy alerta a las señales, hasta de una pluma que cae sin razón alguna, como me ha sucedido.
Ya no te afectan los comentarios de la gente que hace mofa de tu relación con seres celestiales. ¿Has superado estos prejuicios o nunca te importaron?
Hace años me atreví a comentar en una entrevista que creía en los ángeles. Era una época en que “lo que no se tocaba o se veía no existía”, nadie creía en la metafísica ni en la importancia del mundo espiritual. Muy pocos libros se editaban al respecto en mi país (Perú), cuando salió Un ángel en mi vida. Fue milagroso, se evaporó la edición como por arte de magia. La editorial Planeta, que había dudado en editarlo, me pidió otro y escribí El susurro de los ángeles. Desde hace años los menciono en las conferencias, los diálogos y los conversatorios. Siempre los tengo presentes porque son indispensables en mi vida diaria.
Destacas el valor e importancia de la gratitud y la sonrisa,
¿crees que todavía siguen abriendo corazones?
¡Nunca dejaré de creerlo! La sonrisa, el amor y la gratitud serán siempre aceites lubricantes en una vida, son dones gratuitos que se encuentran dentro del corazón de cada persona. Y cuando se vive con ellos no solo abren corazones, sino que también suavizan la mente desapareciendo las insatisfacciones, problemas y conflictos entre las personas.
Tu nieta suele decir que eres una metiche, ¿cuándo lo eres?
Isabella me lo decía cuando, de algún modo, yo comentaba sobre los malos modales de alguna persona, la forma de comportarse en las entrevistas en televisión, risas con volumen alto en lugares públicos, mozos que no tenían idea por dónde entraban o salían los platos en la mesa; mujeres con vestuario de jóvenes siendo mayores, y podría seguir con los ejemplos, pero con una salvedad: que por respeto jamás podría decírselos (directamente) a esas personas; solo lo comentaba con ella (risas).
Si desean saber más de la autora, sus obras o actividades pueden pinchar los siguientes enlaces: https://www.friedaholler.com.pe/ https://www.instagram.com/friedaholler/?hl=es https://biblioteca-virtual.fandom.com/es/wiki/Frieda_Holler_Figallo |