Foto por Roberto Alvade Palacios
Para algunos 30 años no son nada, pero para Juan Benavente es toda una vida al servicio de la literatura y los escritores. Su obra cumbre, Viernes Literarios, ha cumplido tres décadas convertida en un referente nacional e incluso internacional. El profesor Benavente, poeta y promotor cultural, tuvo que lidiar con incomprensiones y gestos de indiferencia de las autoridades e incluso colegas por su terco empeño de sacar adelante este espacio de promoción de libros y autores. Fue víctima de engaños y desalojos, pero ha sabido salir adelante, postergando sus quehaceres propios, y de la mano de la gente que siempre creyó en él y sus Viernes Literarios: los escritores y artistas.
Eres el artífice de Viernes Literarios, un espacio, por excelencia, literario que acaba de cumplir
30 años de existencia, ¿qué balance haces de estas tres décadas al servicio de
escritores y artistas?
El poeta frente a su obra
Foto por Rodolfo Moreno
Los Viernes Literarios
eres tú, lo creaste y sigues ocupándote de todo en cuanto a su producción, al
respecto, varios se atreven a afirmar que te has casado con tu espacio, porque
te has entregado al íntegro a él, ¿lo confirmas u opinas que es una
exageración?
Será porque me encuentro plenamente identificado con la
actividad semanal. Además, el evento semanal lo asumí de manera militante, a
modo de respuesta, entre otras cosas, como el de sacudir la conciencia de una
sociedad adormilada, alienada e indiferente ante una situación crítica de corte
social, económico y político. Soy consciente de que el camino es largo y
tedioso. A la postre, percibí el sistemático crecimiento que se fue dando en
función de la aceptación de escritores y el selecto público que, semana a
semana, acompaña, y también porque se convierte en protagonista al participar
con sus respectivas preguntas, cosa que antes culminaba en una velada literaria
con el vino de honor. En Viernes Literarios, lo reemplazamos con la
participación del público asistente.
Me consta, como a
muchos, que pasaste por una serie de dificultades y obstáculos en tu afán por
mantener y potenciar Viernes Literarios, entre ellas la indiferencia o
desdén de las autoridades competentes, ¿a qué atribuyes este tipo de actitudes
o comportamientos?
Creo que es parte de mi naturaleza, la cual reacciona cuando
la situación se pone difícil; es cuando
hay que actuar de forma inmediata para ver la forma de buscar la solución. En
lo que respecta a Viernes Literarios, por supuesto, desde que se inició se ha
desarrollado imparablemente a pesar de piedras en el camino, que sí las hubo, y
encima la indiferencia de las autoridades que, en su mayoría, no apuesta por la
cultura y muy por el contrario, le conviene una población sumisa, conformista y
hasta mediocre. Debo decir que también hay excepciones. Como lo fue la gestión
de don Alberto Andrade, alcalde de Lima (1996-2002), quien apoyó difusión de la cultura y hasta aprobó la construcción del Auditorio Vallejo en el local de Quilca, Claro, era parte de su programa erradicar el
trabajo ambulatorio de las calles creando galerías para ordenar el comercio, y justo lo que era una playa de
estacionamiento, al final se convirtió en la Feria Permanente del Libro
Boulevard Quilca, donde permanecimos casi diez años.
A sus actos concurren importantes escritores
Foto por Marco Guerrero Caballero
¿Cuál es el origen de
tu espacio? ¿En qué circunstancias se gesta? ¿Quiénes fueron tus primeros
invitados?
Surgió en la fenecida Asociación Nacional de Escritores y
Artistas (ANEA), en su momento, una de
las principales instituciones culturales más conocidas a nivel nacional e
internacional, y que tuvo vigencia desde 1938 hasta 1996. Lamentablemente se
dio una crisis institucional ocasionada por mezquinos intereses de un individuo
que sorprendió a todos; porque sin ser escritor ni artista se hizo elegir
presidente y usó la institución para otros intereses conduciéndola inexorable
al descalabro. Estos sucesos contaron con el
auspicio de la dictadura
fujimorista, que se ocupó de desmantelar a las instituciones culturales. Se
produjo una crisis que no se pudo superar.
Ya habíamos empezado a realizar la actividad con mucha
alegría cada viernes y no había cuándo darle término debido a que, en el
camino, fuimos descubriendo una buena cantidad de escritores que necesitaban
difundir sus publicaciones. Se fue extendiendo y sin darnos cuenta, pasó el
año, y otro y otro, así sucesivamente. En enero pasado, ha cumplido 30 años y
continuamos, aunque ahora de manera
virtual por el asunto de la pandemia. Cuando me preguntas sobre las
circunstancias de cómo surgió el evento, pues te diré que fueron por
circunstancias atípicas, que surgió en tiempos donde a la orden del día estaban
los apagones y las explosiones, porque aún continuaba la violencia terrorista.
El primer programa empezó el viernes 18 de enero de 1991 con la presentación de
Elí Martín en poesía y Carlos Augusto Rivas en narrativa.
Juan Benavente y sus invitados
Por Viernes Literarios han pasado un sinnúmero de poetas, narradores y dramaturgos, quienes muestran su publicación y con derecho piden la tribuna. Es el procedimiento, inclusive se convoca a quienes silenciosamente publican. Se les hace una visita y se les invita de una manera formal. Dicha labor se continúa haciendo desde siempre, porque hay escritores que tienen la capacidad de publicitarse, pero también existen muchos que tienen un perfil bajo.
En tu espacio tienen cabida todos: convocaste desde escritores amateurs hasta autores consagrados. Has mantenido firme esa filosofía. ¿Bajo qué premisas eliges a tus invitados?
Desde el instante que se conoció cómo se manejaba la difusión
cultural en los principales medios de comunicación del país, lo tuvimos
claro. Daba la impresión que solo una
decena eran los escritores. Con el agravante que entre ellos se escribían
halagüeñamente y sin tomar en cuenta a tantos que en silencio y sin mucho
aspaviento escribían y publicaban. Los medios aún siguen con esa postura, por
supuesto que antes era más. Por ese motivo se asumió con mucha fuerza el
desarrollo de una actividad que realmente democratizara esta valiosa actividad,
la de escribir y publicar. Permanece la filosofía de invitar o aceptar la solicitud
de participar, si el autor muestra alguna publicación. Porque el solo hecho de
publicar es todo un mérito. Puedo decir que asumo la actividad literaria como un oficio y ya no más como un simple hobby. De igual forma acepto la intervención
de quienes están involucrados en la literatura por su tarea de editores plaquetas. Ellos también son convocados
teniendo en cuenta la calidad de sus trabajos. Lo importante, creo yo, es la
oportunidad brindada, la cual sirve de estímulo para que continúen en la brega.
En cuanto a la programación, es todo un reto. Se asemeja a un juego de ajedrez,
pues debo mover fichas en función de la temática, generación, estilo, en fin…
De tal manera que se establezca una línea uniforme entre los invitados y brille
la coherencia correspondiente. No olvidemos que el público asistente está
siempre atento a lo que se ofrece en cada programa.
Viernes Literarios
es, sin temor a equivocarme, el único espacio de literatura en vivo en la capital limeña, que cada semana da la
oportunidad a escritores de presentar sus obras, ¿pensaste que se convertiría
en un referente en este campo?
Benavente lleva la poesía adonde sea.
Aquí en una actividad promovida por la agrupación
Poetas Resistencia en Carabayllo (Lima, Perú)
Juan Benavente colocó
en segunda instancia al poeta para darle primer plano al promotor cultural, ha
sido una gran prueba de amor a la literatura, ¿no es así?
Ese es un tema que me he planteado en numerosas ocasiones.
Cierto, ya no volví a escribir con la frecuencia que lo hacía, lo mismo que
publicar o presentarme a premios
literarios. Por supuesto que continúo escribiendo y publicando cuando puedo. La
vena literaria está intacta y con la misma dinámica. A estas alturas, las
actividades que desarrollo de manera regular son la de escritor, editor y
promotor cultural. También intento no
fallar a la gente que me solicita el espacio para leer o para presentar un
libro. Respeto mucho la creación literaria y al escritor, por supuesto; amén de todas las manifestaciones artísticas
afines, las cuales no faltan en el programa,
como son la música, el corto teatral, la declamación y de cuando en
cuando, una muestra pictórica que forma el marco del recital.Foto por Ginre Guevara Díaz
¿Podrías confirmar que Viernes Literarios es tu gran obra?
Considero que es una gran obra porque ha logrado propósitos
múltiples en favor del escritor. Sí, es como uno de mis mejores libros. De
repente porque fluyen con mayor naturalidad los afectos, la encendida
sensibilidad, el pensamiento enarbolado y la idea luminosa. La intención es que
cada escritor ofrezca su mensaje seguro de que contribuye en el desarrollo
cultural del lugar donde se encuentra.
Si desean saber más del poeta Juan Benavente
y los Viernes Literarios
pueden pinchar
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