Supe de su
trabajo literario y artístico a través de las redes. Me impresionó apreciar tanto
derroche de talento en un solo ser y sus variadas formas de expresarlo. Cuando
le escribí para solicitarle una entrevista, me respondió así: "Practico la
vagancia productiva, el caribeñismo poético y el sensualismo existencial".
Al instante me di cuenta que tenía mucho que contar y que su historia no solo
podría servir de inspiración en quienes se hallan perdidos o no saben por dónde
ir sino también a aquellos que conocen
sus demandas internas, pero dudan de sus posibilidades. Les invito a descubrir
a Lilián Pallares, una poeta, narradora y artista en toda la extensión de la
palabra, que un día se despidió de su alegre Barranquilla para emprender viaje
a Madrid con la idea de crecer como persona y desarrollar aún más su
creatividad.
Su entorno familiar alimentó el talento que ya tenía dentro |
Eres una fuente inagotable de
creación y tus dones son numerosos y variados. Te expresas con la palabra
escrita y con tu cuerpo a través del baile. Eso en resumen, sin embargo, declaras
que también posees talento para no hacer nada y que es difícil, ¿cómo descubriste cada una de tus facetas?
¿Recuerdas cuál fue tu primer medio de expresión?
Desde muy pequeña me gustó bailar, vengo de Barranquilla, una ciudad
donde uno nace bailando. Recuerdo que no había fiesta, carnaval, concurso de
baile, desfile, reinado en el que mis pies se quedaran quietos, además tenía un
vecino que se llamaba el señor Rodolfo, un gran coleccionista de música
tropical, que todos los domingos ponía el picó (enormes altavoces que suenan a
todo volumen) en la puerta de su casa. Yo desde muy temprano esperaba con
ansias a que lo encendiera para ponerme a bailar. Por otro lado, mi padre
Romelías Pallares era un apasionado de las rancheras y muchas veces yo era su
DJ y acompañante en sus noches de nostalgia. Al escuchar esas letras tan
desgarradoras y sentidas, y ver el sentimiento con el que mi papá las escuchaba
y tarareaba se despertó en mí una fascinación por la lírica. A partir de allí
me entraron ganas de escribir mis propias canciones, que a la vez interpretaba
sola frente al espejo con un cepillo de peinar el pelo como micrófono,
maquillada y vestida con la ropa de mi mamá Rocío Campo, de quien secretamente
heredé el talento interpretativo y el gusto por la belleza. Yo misma me hacía
el styling y creaba el escenario.
También las Barbies fueron decisivas, ya que solo tenía cinco y un Ken hawaiano,
y como era la época de las telenovelas, sobretodo venezolanas y mexicanas, me
di cuenta de que también podía crear mis propias historias de amor. Con ellas
desarrollé toda una pasión por la narrativa, sumado a las historias que escuchaba en boca de mi abuelo Antonio
Campo, un narrador natural que le gustaba ir al mercado a contar cuentos.
¿Cómo hallaste tu voz poética y qué caminos a seguir te sugirió tu instinto? Hablas de caribeñismo
poético y sensualismo existencial, ¿de
qué manera los podemos percibir en tus libros?
El caribeñismo póetico está presente en toda su obra |
Mi voz poética siempre estuvo, digamos que es una voz curiosa e
inocente que desde muy pequeña me hablaba e incitaba a crear, se manifestó de
manera natural. La escuchaba a través del juego, el baile y la música. Nació
conmigo. El camino se fue dibujando solo, sin pretensiones, y yo intuitivamente
la fui siguiendo hasta llegar a España. Esa misma voz era la que por las noches
me decía: “Vete allí, hazlo” y mi amor por la palabra es tan fuerte que decidí
dejarlo todo. Esa fue una dura prueba para mí y mi familia. Sin riesgo no hay
vida. En ese sentido el caribeñismo poético me aporta la frescura, la alegría
de vivir, la sonrisa y la cheveridad, ya que ante todo somos color, ritmo y sabor,
puro sensualismo existencial que por supuesto está presente en mi obra.
Barranquilla es tierra de artistas
por excelencia y dicen que cuando sus hijos nacen con talento llegan lejos,
¿asumiste tu talento como un destino trazado o barajaste otras opciones? ¿Se
puede desoír el llamado del espíritu? ¿Existe esa opción?
Barranquilla es una ciudad ardiente. El talento brota por las
esquinas, se respira sensualismo, una locura saludable que incita a la
creatividad, hay demasiada originalidad y la gente aunque es apasionada y
explosiva, vive en una nota optimista, en el presente, sin tanto drama y no
porque no haya problemas. Ni el sistema ni la crisis ha podido tumbar la alegría
del barranquillero. En eso somos artistas. Yo lo asumí desde pequeña, supe que
había nacido para esto, no es casual que haya crecido en una ciudad como la
mía. Todo lo que he hecho ha estado relacionado con mi talento. Estudié
comunicación social y producción audiovisual, pero siempre supe que no quería
ser periodista ni trabajar en un noticiero y mucho menos escribir noticias, me
parecía demasiado monótono y a mí lo que me gusta es la aventura. De hecho, la
carrera ha sido una gran complemento. En Madrid tuve una época difícil, ya que
durante tres años trabajé de cajera en una tienda de piercings y tatuajes, y veía que me estaba quedando allí,
acomodada, y que lo que realmente quería hacer había pasado a un segundo plano.
Una noche cuadrando la caja al final de la jornada mi voz me dijo: ¿“Tú qué
haces aquí contando billetes cuando lo que quieres es contar historias?” Entonces le hice caso y renuncié. Desde ese
instante me liberé del trabajo y el sueldo seguro. Ahora vivo para mis
creaciones confiando en lo que la vida me de.
Escuchó su voz interna en un momento crucial de su vida |
¿Diseñaste tu camino como escritora
y artista? ¿Hubo una estrategia a llevar a cabo o fuiste improvisando según se
te daban las cosas?
Simplemente lo deseé y me puse en marcha, el resto fluyó. Cuando uno
sigue su camino y escucha su intuición tarde o temprano las cosas se dan. No
todo se puede planear, vivir tiene mucho de improvisación.
¿Dejar Colombia supuso un primer
paso para crecer como artista? ¿Cómo te recibió España? ¿Te fue complicado hallar tu espacio y lanzar
tus propuestas?
Todos han sido pasos hacia mi destino como artista y ser humano, hago
el ejercicio de hilar mi vida y me doy cuenta de que así es. La renuncias son
parte de quien soy. Dejar Colombia y lo bien que vivía a cambio de nada certero
no ha sido fácil, pero vital para mi crecimiento. España me ha recibido con el
mismo cariño que yo a ella, me siento muy afortunada y agradecida con todo lo
bueno y no tan bueno que me ha sucedido, es parte del aprendizaje. Ahora me
siento una mujer con la garra suficiente para sortear la incertidumbre. El
espacio lo luché y lo encontré, y lo sigo luchando, tiene que ver con lo
dispuesto que estás a ello, el tiempo que le dediques y por supuesto, el
talento. Pienso que mi espíritu barranquillero, el legado Pallares Campo y mi propia
fuerza interior han ayudado a que mi propuesta artística viera la luz en este
país.
¿Qué tipo de poeta es Lilián? ¿Lo
es a tiempo completo? ¿Crees que el mundo de los poetas es distinto al del
común de los mortales? ¿De qué se ocupan los poetas?
Soy poeta desde que me levanto hasta que me acuesto. Estoy entregada a
la causa y vivo para ella. No puedo afirmar que el mundo de los poetas es
distinto al resto de los mortales, no conozco a todos los poetas ni a todos los
mortales, y tampoco sé de que se ocupan
los poetas. Lo que sí puedo decir con plena certeza es que la poesía es
inevitable.
Su primera obra |
Tu primera obra Ciudad sonámbula, un libro de crónicas y
relatos que tiene como escenario Madrid y que concitó la atención de la
crítica, ¿qué quisiste compartir con los lectores? ¿Cuál fue la intención que
te planteaste al publicarla?
Ciudad sonámbula nació de la necesidad de contar como
inmigrante la Madrid apasionante y multicultural que estaba descubriendo. Sentí
que era importante una literatura hecha por nosotros, desde alguien que haya
vivido la inmigración en sus propias carnes. Estás crónicas y relatos, contados
a viva voz desde un espíritu detectivesco de barrio popular, narran historias
de personajes cotidianos y anónimos que encontré en mis andares por la ciudad.
Ha sido el resultado de leer, recorrer, observar, vivir y escribir las calles.
Luego vino Voces
mudas, celebrado poemario donde no te callaste nada y sentaste las bases
del prestigio del cual gozas en la actualidad, ¿conectaste de inmediato con la
sensibilidad de los lectores? ¿Cuál crees fue el ingrediente fundamental de tu
poesía que les hizo empatizar contigo?
Voces mudas es un libro muy especial, el título nació de
una canción heavy metal que mi
hermana Margarita y yo escribimos en plena adolescencia. Yo recuerdo que le
dije: “Ese será el nombre de mi libro”, y así fue. Para mí es un homenaje a
nuestra conexión creativa en ese entonces. Los poemas que lo componen fueron
naciendo poco a poco, desde que estaba en la universidad hasta el 2010 cuando
fue publicado. Yo no tenía ni idea del rumbo que tomarían, pero estaban llenos
de autenticidad y frescura, y creo que esa ha sido la clave para conectar con
los lectores. Son las voces que me habitan y me hablan desde niña. Decidí
complementar el libro con un CD con mis poemas musicalizados a ritmo de tambor,
porque siempre la música ha hecho parte de mi creación.
Con Pájaro, vértigo, escritores de la talla de Carmen Posadas, Plinio
Apuleyo y Santiago Roncagliolo se rindieron a tus pies al igual que lectores
poco habituados a la poesía. Muchos han llegado a afirmar que has creado una
nueva estética poética en España, sin duda un enorme elogio, Lilián.
La crítica y afamados escritores elogiaron su segundo libro |
Estoy muy contenta con el resultado y la acogida que ha tenido. Pájaro, vértigo es un canto a la libertad,
al deseo. Es el peligro que supone el vuelo ante la posibilidad de la caída. Mi
intención nunca ha sido crear una nueva estética, pienso que son cosas que se
van dando. Lo que realmente me importa es que la expresión de mi verdad
favorezca a otros.
Eres una escritora acostumbrada a
los premios y reconocimientos, los recibiste en tu tierra y, aquí en España,
sin embargo creo que hay dos a los
cuales les tienes especial cariño: haber sido seleccionada entre los diez
mejores escritores jóvenes de Latinoamérica por About.com (New York, 2011) y la
XIV distinción ‘Poetas de otros mundos’ concedida por el Fondo Poético
Internacional en reconocimiento a la alta calidad de tu poesía, obtenido este
año, ¿a qué atribuyes tanto éxito? ¿Haber estado en el momento y lugar adecuados o al trabajo puro y
duro?
Para mí un momento decisivo fue cuando gané el certamen de poesía
inédita en la Universidad del Norte en Barranquilla. Allí reconfirmé que
escribir era lo mío. Ni siquiera mi familia sabía de mi inclinación por las
letras, ya que mas bien fue un acto
solitario que mantuve casi en secreto, solo lo sabían mi hermana y amigos muy
cercanos. Cuando fui seleccionada por About.com en Nueva York casi me da algo,
no podía creer que mi trabajo estuviera teniendo tal repercusión. Te juro que
me dieron ganas de llorar, rebobiné el casete y se me vino a la cabeza mi
familia, mis amigos, el estar lejos de mis raíces; entonces respiré hondo y
sentí una enorme gratitud. Y con la distinción Poetas de otros mundos, que
también recibió mi esposo el artista y poeta neozelandés Charles Olsen, fue
doblemente maravilloso, ya que es el reconocimiento a un camino juntos y por
separado. Solo puedo decir que la tenacidad te hace estar en el lugar y momento
indicado.
Entregada a la danza en Afrolyrics |
Tu pasión por la palabra no conoce
límites y eso se ve reflejado también en
tus estudios de Periodismo y Producción
Audiovisual, medios que te han servido para mostrar quién eres y comunicar tu
verdad, ¿qué temas atraen tu atención y cómo los trabajas al momento de darlos
a conocer? ¿Cómo trabajas la poesía teniendo como elementos las imágenes
sonoras y visuales?
Mis estudios son imprescindibles para hacer lo que hago, de hecho
están al servicio de mi poética. Hay una labor periodística cuando escribo, una
indagación profunda de la realidad, un seguimiento de las circunstancias y de
la gente que me rodea; es vivir en contacto con la fuente, donde emana mi
inspiración, entrar en mí y perderme, lo que llamo el goce del misterio. Los
temas son todos, no tengo preferencias, estoy viva y tomo lo que llega. Me
gusta la sorpresa, el estado no mental. Luego me pongo a escribir y lo dejo salir todo hasta
dejarlo en reposo. Los enamoramientos son peligrosos. Cuando llega el momento
de corregir soy muy perfeccionista, no te imaginas cuanto, los leo y los releo
en voz alta hasta encontrarles su propio ritmo. En cuanto a las imágenes,
procuro no excederme, prefiero la potencia de una buena imagen y la sencillez
de la palabra alrededor. Allí encuentro una gran vitalidad.
Actualmente codiriges con el poeta
y artista neozelandés Charles Olsen la productora audiovisual artística y
literaria Antenablue, ¿cómo nació este proyecto? ¿Cuál es su público objetivo?
¿Qué tipo de proyectos acogen?
Lilián confiesa que el encuentro con sus raíces ha sido un proceso que se dio en España |
Como siempre he dicho, yo soy la antena y Charles el blue, juntos
somos un equipo amoroso y creativo, nos apasiona el lenguaje audiovisual, la
música y la poesía. Ambos vinimos a España en busca de nuestros sueños, somos
inquietos, arriesgados y nos fascina crear. Nuestro primer video (a los veinte
días de conocernos) Llanto congelado
surgió una mañana en la cocina de su casa, decidimos coger los elementos que
allí estaban e inventar una historia de animación con su cámara de fotos. No
teníamos guión ni nada preconcebido, simplemente ganas de volar con nuestra
imaginación. Así nació nuestra productora, como un juego de niños. Llevamos
ocho años y la creatividad y el amor nos une. Hacemos video poemas, book trailers, video arte, videos
musicales, documental, visuales para espectáculos, todo dentro del lenguaje
artístico. Nuestro público es todo aquel que se atreva a sentir.
Tu genuino amor por tus raíces afro
te condujo a crear el espectáculo escénico, Afrolyrics,
una
historia de amor y tambor. Sé que en él
fusionas tu poesía con la narración oral, la danza y los tambores
afrocolombianos, es una manera de rendir tributo a tus ancestros y dar a
conocer a la Colombia negra, ¿no es así?
Mi encuentro con mis raíces ha sido un proceso. En Colombia no la
había explorado ni vivido totalmente, pero cuando llegué a España y comencé a
bailar en un grupo de danzas afrocolombianas- con el que estuve diez años-
sentí la fuerza del tambor y su llamado. Entonces me di cuenta de que mi poesía
tenía ese ritmo que corría por mi sangre negra heredada de mi padre y fue
cuando decidí crear Afrolyrics como una manera de expresar el sentir de mis
ancestros, el latido de la tierra. Ahora
somos una compañía y también una familia. En este camino me acompañan los
percusionistas Álvaro Llerena Martínez y Shango Dely, Denisse Ariza en la percusión menor y Daniel
Aguirre en la dirección y dramaturgia. En estos años hemos crecido hasta llegar
a lo que hoy es nuestro espectáculo escénico Afrolyrics una historia de amor y tambor donde la poesía, la narración oral,
los tambores y la danza se entretejen en un ritual ancestral donde el
espectador participa con su imaginación.
Con sus compañeros de Tan tan poético |
También tienes un espectáculo
dedicado a los niños que lleva por título Tan
tan poético, donde les conectas con
la música de la Madre Tierra y la Naturaleza, e incluso les propones escuchar
el ritmo de sus cuerpos, ¿cómo se te ocurrió esta propuesta tan original que
tiene mucho de espiritual y de conexión con lo que somos y fuimos?
Tan Tan poético la historia del
pequeño tambor que quería ser piano surgió porque sentimos que los niños,
independientemente del lugar donde nazcan o vivan, necesitan conectar con su
origen, con ese poder original ligado al espíritu. Al igual que yo descubrí mi
propio ritmo quiero que ellos encuentren el suyo. Este espectáculo que hace parte de la
compañía Afrolyrics aboga por la búsqueda de la identidad y nuestras raíces.
Concibes la vida como un baile y tu
cuerpo sigue los sonidos del tambor, ¿será que todos estamos hechos de música?
¿Es verdad que el baile es una forma de escritura?
Por supuesto, la vida es un baile que se baila de muchas maneras, el
cuerpo es un instrumento y hay que ponerlo a sonar. En mi caso el tambor es lo
que me sacude. Desde hace dos años estoy asistiendo a clases de danza africana
tradicional con la bailarina guineana Marisa Camara como parte de una
investigación artística y personal que me hace conectar y ahondar en mi raíz.
Yo cuando bailo siento que escribo desde otro estado de conciencia, las ideas
se remueven, la mente se aquieta y las palabras se liberan de su jaula y bailan
conmigo.
Te apasiona además barrer la casa,
comer frutas, coquetear, hablar con la gente en la calle, las ciencias ocultas y el psicoanálisis, ¿cómo entender a Lilián si
es todo eso? ¿Dónde hallarla realmente?
Barrer me relaja, la fruta me seduce, coquetear me arrebata, hablar
con la gente me enviaja, las ciencias ocultas y el psicoanálisis me enloquecen.
Entenderme no sé si sea fácil, pero fijo me encuentran en lo que escribo.
Si desean saber más de la escritora y artista pueden pinchar los siguientes enlaces: http://www.lilianpallares.com/ http://www.antenablue.com/ https://www.facebook.com/lilianpallarespoeta https://twitter.com/lilianauta?lang=es https://vimeo.com/149825891 https://vimeo.com/95678813 https://vimeo.com/105277554 https://vimeo.com/7639789 https://vimeo.com/168997007 https://www.youtube.com/watch?v=zJdfOD9Jjbc |