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domingo, 2 de octubre de 2011

Pablo Garrido Bravo: “No soy escritor profesional ni me obsesiona vender”

Lleva un largo recorrido como escritor, promotor cultural, asesor de publicaciones, editor, educador, entre otras actividades. Es chileno, pero su amor por la literatura y todo lo que tenga que ver con ella, nació en Argentina donde publicó sus primeros libros y realizó sus pinitos en la promoción y difusión de la cultura.
Pablo Garrido Bravo es un hombre generoso y sencillo y está siempre dispuesto ayudar en su carrera de escritor a otros, sea a través de su web, dándoles su opinión experta o invitándolos a participar en sus veladas literarias.
Hoy por hoy está promocionando su novela de título El dolor de ya no ser, la cual  ha sido publicada por la editorial digital portuguesa Emooby. Al respecto nos dice: “El formato digital, las librerías digitales y las editoriales digitales abren un abanico más grande de posibilidades a escritores que sin esta posibilidad nunca se llegarían a publicar”.
¿Cómo es que un  técnico agrícola se llega a apasionar por la literatura? ¿Cuándo se ve inclinado a poner por escrito sus inquietudes?
Se puede ser técnico agrícola o no y sin embargo apasionarse por la literatura o la pintura o el deporte. En fin, son cosas de los seres humanos, ¿verdad? Cuando era pequeño  me gustaba leer de todo, revistas de dibujitos, libros de cuentos y en la escuela disfrutaba mucho de la clase de Castellano y el tema “composición”. Me gustaba inventar algunos cuentos. Los años sesenta y setenta fueron años muy importantes en la historia de Chile y me tocó vivirlos muy de cerca. Mi trabajo en la Reforma Agraria me enseñó muchísimas cosas sociales como el drama campesino. Mi participación en política junto a la llamada “Unidad Popular” también me enseñó; tanto la victoria electoral, las dificultades para ser consecuente con el programa de reformas estructurales, como la derrota por parte de militares anticonstitucionales y después, aunque a algunos no les guste o no estén de acuerdo con esta afirmación,  se violentó en forma inmisericorde a una parte de los chilenos con torturas, muertes, exilios, cárcel para después imponer una política económica que terminó vendiendo el país, haciendo muy ricos a unos pocos y muy pobres a la mayoría.

Pero también entendemos que otros de sus temas preferidos son la educación y las nuevas tecnologías, ¿cómo nacen esos intereses en usted? 
La educación es el tema prioritario en el desarrollo social y a mi me importa desde siempre. Cuando joven participé en campañas de alfabetización campesina y más adelante cuando trabajé en la Reforma Agraria chilena tuve la oportunidad de asistir a un hermoso curso con un profesor brasilero en ese tiempo exiliado en Chile. Ese profesor maravilloso se llamaba Paulo Freire y su método psicosocial, que también enseña a leer y escribir, me ha alumbrado para entender la educación como la entiendo, en donde es el alumno el principal protagonista de su formación y el profesor es un tutor que orienta y enseña a aprender. Porque la educación no es un tema de unos años sino que es permanente y es toda la vida. Las nuevas tecnologías vienen a ayudar a este método de aprender a aprender. Internet es la más increíble biblioteca abierta a todos y que contiene de todo. Hay que aprender a usarla para obtener la información y esa información transformarla en conocimiento. Es la tarea del nuevo profesor.

A propósito, ¿cómo ve la educación en Latinoamérica? ¿Estamos tan mal como arrojan algunas encuestas?
Conozco de cerca la educación chilena y la argentina, he leído sobre otros países. Pero en general, los países estamos como haya sido la educación y a Latinoamérica le falta mucha justicia, mejor salud, mejor distribución del ingreso producido; le falta todavía mucha dignidad. De allí que exista la corrupción tan generalizada. Nos falta solidaridad, nos falta equidad, nos falta cooperación entre todos. Pero, al mismo tiempo, hay intentos serios de superación. Por eso, la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y otros organismos regionales  quieren poner el tema de la cooperación como algo de primer orden entre los países.

¿Es realmente factible educar a través de las nuevas tecnologías?  No estamos, tal vez, ¿sobreestimando sus bondades?
 Es factible, pero no es lo único. Hay que ir combinando los actuales y ya casi antiguos métodos con los nuevos que se apoyan en las nuevas tecnologías. Se debe poner mucha más atención en la capacitación de los actuales profesores en los nuevos métodos, para que sean ellos quienes impulsen esta nueva etapa; son ellos, los profesores, quienes deben entender  el nuevo rol que les corresponde. No debe ser al revés. De lo contrario, se entenderá mal el uso de  Internet en la educación. Se trata de mejorar la calidad junto a una buena estructura educacional (con oportunidades para todos) y en esta etapa, el rol del profesor es el más importante. No debemos sobreestimar ni infravalorar el uso de las nuevas tecnologías. Debemos entender el nuevo rol del profesor y con estas herramientas conseguir “enseñar a aprender”.

Usted posee un espíritu inquieto, de allí tras realizar una carrera notable como escritor en Chile quiso expandir sus horizontes y se marchó a Argentina donde hizo una importante  labor de promotor cultural, cuéntenos su experiencia.

Contar la experiencia puede resultar muy largo y aburrido. La verdad es que en su pregunta hay algo inexacto. Yo no fui en Chile un escritor notable, ni mucho menos. Simplemente todavía no escribía;  leía mucho, eso si. Salí de mi país exiliado a Holanda en junio de 1974. Después de varias vueltas regresé a Sudamérica- a Argentina- en donde viví casi 14 años. Fue en Argentina en donde escribí y publiqué varios libros. Los primeros sobre informática para la educación, después uno de poemas, una novela, y otro muy especial en donde junté los editoriales de cinco años de la revista “Arlequín” que yo escribía. Lo más valioso de mi estadía en Argentina fue conocer a muchas y muchos ciudadanos de ese hermoso país, de los cuales aprendí y que todavía recuerdo con mucho agrado. Aprendí a valorar la literatura, a sentir pasión por ella. Es decir,  por el cuento, la novela, el poema, en fin. Tuvimos un Centro de Artes y Letras en donde participaron cientos de escritores, cientos de pintores de pequeño formato y vivimos momentos inolvidables en encuentros culturales con la solidaridad de algún sindicato (el petrolero).

¿Por qué si le fue también en Argentina, nuevamente alzó vuelo y se estableció como su residencia Holanda? ¿Por qué este país?

La crisis…muy seria que vivió Argentina, por herencia de políticas económicas neoliberales, causó mucho daño en la llamada clase media. De rebote la sentí también. Mi esposa es argentina-holandesa y decidió volver al país de sus padres (en Holanda la conocía a ella en 1974). Un año después el 2002, arreglé mis maletas y volé a Holanda. Comenzaba un nuevo ciclo en mi vida y curiosamente en el país que en 1974 me había recibido como exiliado político, triste por mi país y con una pequeña maleta con lo más mínimo. Ahora en Holanda me esperaba la familia y la maleta no era tan chica (con libros escritos por mí, y el recuerdo de una bella obra con el Centro de Artes y Letras San Telmo).

¿Cree que es fácil para un escritor latinoamericano captar la atención del público europeo con el tipo de literatura que suele cultivar?

Hay maravillosos escritores latinoamericanos y sus escritos pueden captar cualquier atención. El tema está en cómo llegar y de qué manera una gran editorial puede facilitar esa llegada.


Le guían los principios de pluralismo, solidaridad, cooperación.


¿Existen escritores latinoamericanos nuevos que despierten el interés de lectores europeos?  Y  aprovechando en su caso, ¿cómo ve esto en Holanda? ¿Puede atreverse a citar algunos nombres?

 Sé que existen algunos escritores que venden y por lo tanto son leídos, pues Holanda es un país que todavía lee. Hay una gran cultura en este país. Existen Centros Hispánicos de holandeses que son amantes del español. Repito que el tema está en “el negocio del libro”, y por lo tanto, sólo llegan las grandes editoriales (como en todas partes).

Usted realiza gestión cultural en Holanda, en ese sentido, ¿cómo hace para llevar a cabo su proyecto? ¿Lo realiza por cuenta propia o recibe algún tipo de apoyo estatal o particular?

 Yo lo hago todo por cuenta propia, pero en Holanda existen las posibilidades de subsidios para actividades culturales, aunque en este momento, se están restringiendo, pues hay una coalición de gobierno que tradicionalmente no apoya este tipo de actividades.

¿Ha incursionado con éxito en la narrativa y en la poesía? ¿Con cuál de estos géneros considera que se expresa mejor?

Depende de lo que entendamos por éxito. No soy un escritor profesional ni me obsesiona la venta. Pero seguramente estaría muy alegre si eso ocurriera, ja, ja, ja. He tenido algunas críticas en que me dicen que mi poesía es mejor que mis cuentos o la novela; también otras en que me dicen lo contrario. Intento darle siempre un sentido determinado a lo que escribo y trato que quede bien, que se entienda, no solo por los buenos lectores, sino por cualquiera que se atreva a leer.

¿Cuál es el mejor momento para escribir?  ¿Es un escritor de horarios establecidos?

No tengo horarios, porque no me dedico a esto. No soy un profesional de la escritura. Lo hago porque me gusta, porque quiero enviar un mensaje.

¿Su repertorio es variable o tiene temas recurrentes?

 Intento dejar un mensaje siempre, ojalá de amor. De amor al prójimo, de amor a todo.

Tiene a su cargo un espacio literario mensual en Ámsterdam, ¿cuéntenos sobre su aparición,  cómo lo gestiona y quiénes pueden participar?

 Es una linda experiencia que lleva un par de años ya. La participación es abierta y más o menos siempre hay un grupo que siempre asiste. No sólo hablamos de cuento o poesía, también de anécdotas, etc., junto a un café, pan amasado y muy buena onda. Es gratis, y lo desarrollamos en un lugar que la municipalidad otorga a turcos, marroquíes, chinos, italianos, hispanohablante, etc. Como contaba anteriormente, estas facilidades se terminan a fin de año. La municipalidad seguramente verá como hacer un mejor negocio con este local.

También asesora a escritores que desean publicar, ¿qué lo primero que les dice cuando se aproximan a usted con esta intención?

Esta es una experiencia que viene desde el tiempo de Buenos Aires y que en lo personal, me da mucha satisfacción. Algunos vienen con sus escritos a mano, otros a máquina (casi en su mayoría desconocen o no quieren utilizar la computadora y el procesador de textos). Normalmente me piden leerlo para entregarles una opinión. Después, poco a poco, vamos trabajando juntos y hago mis observaciones, hasta que llegamos a un buen final. No toco ni me meto en el contenido que es sagrado para quien escribe, únicamente doy observaciones de forma, de redacción, etc. Son varios los libros en que he podido participar como coordinador de ellos, y eso, repito, me da una bella satisfacción personal. En algunos de estos libros y, a petición del autor, he escrito la contraportada  o el prólogo. Desde el comienzo hasta el final es una tarea de creación muy interesante; pareciera que el producto tiene un sabor más dulce.

Su portal http://www.todosjuntos.com/  es otro de sus logros y en él deja en claro que es un portal plural, solidario y cooperativo, ¿nos puede ampliar estos conceptos?

Es poco lo que hay que ampliar, son palabras de mucho significado, casi principios que me guían en todo: pluralismo, solidaridad, cooperación.

Su labor fue premiada en 1999 con la medalla al mérito cultural, ¿cómo recibió esta distinción?

Fue en Buenos Aires en la Feria del Libro, una sorpresa increíble. No podía creer que junto a dos famosos actores chilenos en Argentina, Franklin Caicedo y Patricio Contreras, yo también recibiera dicha medalla. Fue por el Centro de Artes y Letras y por la Revista Arlequín.

En este momento está promocionando su novela  El dolor de ya no ser, publicado digitalmente con la editorial portuguesa Emooby, ¿qué nos puede decir sobre el contenido de su obra y de la modalidad que ha escogido para darla a conocer a sus lectores?

Es una novela en que se mezclan la ficción con la realidad. Desde que me enteré de uno de los hechos que ahí novelo (principios del siglo XX en Chile), tenía la casi preocupación que era algo que se debía saber en todo mi país que lo sufrió y en todo el mundo, como ejemplo, de cosas que no deben ocurrir nunca…pero que ocurren.  La modalidad está con los tiempos que ya están llegando y por eso me alegra estar. El libro no va a desparecer, quizás sí el formato en un tiempo más, porque los nuevos hábitos así lo indican. Siempre tendrá que haber personas que escriban, sea el formato que sea. El formato digital, las librerías digitales y las editoriales digitales abren un abanico más grande de posibilidades a escritores que sin esta posibilidad nunca se llegarían a publicar. Junto a esto hay que incentivar la lectura, tarea de las escuelas y de los padres.

¿Qué le falta al escritor Pablo Garrido por realizar?  Se lo pregunto teniendo en cuenta  no sólo sus esfuerzos por dar a conocer su trabajo, sino la labor que ha efectuado a favor de otros.

Me falta por realizar, seguir haciendo lo mismo cada día y ojalá mejor. En lo práctico contar que estoy empeñado en terminar un libro de cuentos (casi listo) y una novela que abarca los tiempos de los años sesenta a la fecha. Es como una larga caminata a través de tiempos convulsionados.  Gracias por permitirme participar en tu blog y dejar en él un poco de mí.

Su desean saber más del autor o su obra pueden pinchar:
http://www.todosjuntos.com/

1 comentario:

  1. Hola, leí la entrevista y quería felicitarte por ella así como desearle muchos éxitos al entrevistado. Me ha gustado especialmente que haya apostado por la edición digital en la medida cree en el potencial de las nuevas tecnológías aplicadas a la literatura.
    Gracias y un saludo a ambos.
    Ginés

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