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martes, 15 de abril de 2014

Christian Gálvez: “Dentro de la literatura me consideran advenedizo”

Es un hombre que vive agradecido de sus fracasos porque le condujeron al éxito y que cree firmemente en el karma mas no en la buena suerte, ese es el presentador de televisión y escritor Christian Gálvez, quien incursiona en la novela histórica con su obra Matar a Leonardo da Vinci, donde nos descubre a otro Leonardo: el ser humano que fue capaz de superar sus limitaciones y hacerse a sí mismo.

Su vida está ligada al mundo del espectáculo, por tanto, ha desarrollado diversas actividades artísticas a lo largo de su trayectoria profesional, y valga decirlo con mucho éxito, e incluso ya había publicado otras obras,  ¿qué le conduce a escribir? ¿Este es el medio que le faltaba para completar su rol de comunicador?

Esta es mi primera novela histórica, pero ya es mi cuarto libro, el primero se debió a una apuesta con un compañero en la etapa en que estaba en el programa Caiga quien caiga. Apostamos a ver si éramos capaces de publicar un libro con todas nuestras anécdotas, de esas cosas que no salían por televisión. Como lo que sucedía en un reportaje de tres minutos, donde para ello tenías que rodar 14 horas y hacer un viaje de 15 mil kilómetros. Tuvimos mucho éxito, y en ese sentido ya me había picado la curiosidad y como defiendo siempre, la curiosidad es la primera cualidad de un genio, como es el caso de Leonardo da Vinci. A partir de ahí escribía por encargos. El último libro que publiqué fue Tienes talento, una obra sobre coaching y Leonardo. En ese momento, supe que tenía que escribir sobre él.  Me impuse la idea y es en este libro donde tuve libertad para todo. Fue la primera vez que escribí con verdadera pasión.

Asegura que el mejor  taller de
escritura es la lectura
¿Se preparó para ser escritor?

No tuve ninguna preparación. Yo creo que el mejor taller es la lectura. Y si tienes verdad y pasión para narrar una historia es más fácil. Pero tampoco me formé para salir en televisión. Yo estudié  magisterio. Son las cosas en las que me veo equiparado, y esto puede sonar a prepotencia, pero creo que la autoformación y la pasión son dos elementos fundamentales en la educación de cualquier persona. Y no me refiero solamente la reglada. Cuando tienes respeto por ti, respeto por las cosas que haces, y respeto por aquella persona que va a consumir el producto que vas a vender, ya tienes mucho camino avanzado

De una manera u otra, vuelve a la enseñanza, ¿no es así?

Ahora que estoy en Pasapalabra enseño como me hubiese gustado que me enseñaran. La cultura y el entretenimiento no son temas que debieran estar desligados, se puede disfrutar enseñando y aprendiendo.

Ahora aparece en escena  con una novela  sobre Leonardo da Vinci, ¿qué aspectos inéditos de su personalidad y de su vida, en general, nos revela sobre él?

Después de cinco años de investigación le quito la coraza de genio, que es una palabra que tiene una perspectiva de 500 años. Sus coetáneos nunca le vieron así. Nos han contado tantas cosas de Leonardo que por eso siempre digo que la mejor manera de conocer a alguien es leerlo y no leer sobre él. Eso pasa con Leonardo. Lo que lo hace brillante es, creo yo, sus fracasos. Conocemos sus obras maestras, sus éxitos, pero no se conoce al hombre de verdad. Leonardo era ilegítimo, iletrado, disléxico, bipolar, con déficit de atención, y a pesar de todo esto, fue una de las mentes más brillantes. Lo bonito de Leonardo es que fue un hombre que se hizo a sí mismo.


¿En qué momento nace su afición, o mejor sería decir, su pasión por Leonardo da Vinci?  ¿Cuál fue el hecho o situación que le motivó a investigar sobre él o entregar parte de su tiempo en su búsqueda?

Te diré que fue una situación muy especial. Se dio en Santa María de las Gracias (Milán). No tenía cupo para visitar al cenáculo, donde se halla La última cena, pero llegué a entrar gracias a un grupo de niños con Síndrome de Down. Fue una experiencia kármica.

Una apuesta lo condujo a escribir
¿Por qué dice eso?

Creo que todo lo que haces, bueno o malo, se ve recompensado.

¿De veras?

Absolutamente. No creo en la suerte pero sí en las buenas acciones.

 ¿Cuánto invierte en revisar bibliografía y en el trabajo de campo, por decirlo de alguna forma?

¡Mucho tiempo! He vivido a caballo entre Madrid y La Toscana. Cierta gente piensa que cuando me traslado es para pasarlo bien. Me voy a currar. Sobre todo para conocer los itinerarios que se describen de la Florencia del siglo XV. Para situarte es ese entonces, debes conocer la Florencia actual; tienes que estar allí y vivirlo.


¿Qué diferencias sustanciales ha encontrado entre preparar material para sus conferencias y recopilar información para su novela? ¿Es riguroso y exhaustivo en ambos casos? 

Hay una diferencia entre el ídolo y el referente. El ídolo no tiene fallos. Se supone que no los tiene, y si existen se los tapas. El referente tiene fallos  y, sin embargo, le admiras o le amas. Es una relación de pareja. Como cuando dices: “Te amo a pesar de ellos, y acepto estar contigo en este viaje que es la vida”. Yo quiero a Leonardo con sus fallos.

¿Cuánto tiempo ha invertido en investigar y redactar su novela? ¿En qué momento lo hacía teniendo en cuenta sus compromisos laborales en la televisión, con su productora, entre otras actividades?

Hay mucho de perseverancia, sacrificio y pasión. Hago lo que me encanta, y la gente lo podrá ver y respirar en cada página. Lógicamente tengo que dejar de lado algunas cosas. La televisión me demanda muchas horas. Mi mujer quiere que me ocupe de ella.  Leonardo me emplea ‘mogollón’ de tiempo. Tengo que sacrificar otras cosas. No recuerdo la última vez que salí a tomar unos tragos por la noche. Prefiero esto, no porque sea ‘cultureta’, sino porque generalmente escribo por las noches, y ya te digo, es algo que me apasiona.


Con Pasalabra ha hallado una forma
divertida de enseñar
Foto cortesía: 20 minutos
¿En su investigación hubo algún hecho o personaje que le impresionó descubrir?

He descubierto a través de la investigación que hay dos tipos de inteligencia cuando se trata de las grandes mentes de la historia de la humanidad. Están la inteligencia expansiva y la concentrada. Sus máximos exponentes son Leonardo y Miguel Ángel respectivamente. ¿Cual de ellas es la mejor?  Ninguna. Las dos son válidas. Mientras Miguel Ángel sabe de muchas cosas y se concentra en una, como cuando, por ejemplo, exalta la fortaleza en el David;  la inteligencia expansiva de Leonardo busca la sincronía de los elementos, por eso, estudiaba los movimientos de las olas para expresarlo en la forma y caída de los cabellos de sus personajes. Yo me decanto por la expansiva, aunque resalto la concentrada, porque es también una buena forma para alcanzar logros.  Ahí ves a Miguel Ángel.

¿Fue sencillo escribir la novela? ¿Cómo planteó su redacción?

A la hora de enfrentarte a un  referente y no a un ídolo  es, qué no voy a contar Creo que la mejor manera de expresar a mi Leonardo es mediante una novela. A través de un mundo ficticio inspirado en hechos reales.


¿Ha respetado el marco histórico? ¿Cuál ha sido el tratamiento que le ha dado? ¿Más ficción que realidad o viceversa? O quizá, ¿se ha permitido una serie de licencias?

Me he tomado alguna licencia en cuanto a que soy consumidor de literatura histórica. Entonces me gusta pensar que quienes consumen este tipo de obra son gente exigente y siempre busca aprender algo. Leonardo no es un personaje, es una persona que nació y murió en fechas precisas, por lo que no se puede forzar nada.

Una obra que le dio muchas
satisfacciones
En estos tiempos  que corren ¿cuál es valor que se le da al talento y la autoformación?

Desgraciadamente hace 500 años Leonardo fue también una victima de la fuga de cerebros. Vivió 67 años y a los 64 parte a Francia a la corte de Francisco I. Y allí es donde, por primera vez es tratado como un genio, como un gran maestro de la historia del arte. Hasta ese momento no lo habían tratado así. Como ves, tuvo que salir de su país para ser reconocido y ahora pasa lo mismo. La fuga de cerebros es una obligación y no una opción. Recuerdo en la época de estudiante cuando me decían mis padres “estudia una carrera porque tendrás el futuro asegurado”. Finalmente,  nos hemos dado cuenta que era una mentira;  no es una vergüenza, pero tener una carrera no te asegura absolutamente nada.

Poco o nada ha cambiado el pensamiento y la conducta humana, en otras palabras, la sociedad, ¿estamos muy lejos aún de mejorar en todo sentido?

Mucho. Hablemos de nuestro país, la multidisciplina no está aceptada. Nos hace falta el renacimiento de las ideas. Esa vieja manera de pensar de que un fotógrafo pueda pintar o que un presentador pueda escribir una novela, o que un exdeportista, que se ha retirado a los 33 años, pueda dedicarse a otra cosa. A esa edad no puede jubilarse ni él ni nadie. Estamos acostumbrados a aquello de que ‘tal persona hace eso  y no puede hacer otra cosa’. Yo creo que pasamos muchas horas criticando y limitando a los demás. Desperdiciamos ese tiempo y esa energía en otros por no pensar en nosotros mismos.

¿La gente ha criticado su incursión en la literatura?

Dentro de la literatura me consideran advenedizo, es decir, que saco provecho de mi situación. En todo caso si es así, me aprovecho de mi tiempo, de mi pasión. Y si alguien me puede echar en cara de que me estoy aprovechando de algo o de alguien,  ese es  Leonardo que en paz descanse. ¿Por qué no puedo escribir?  El que tiene la última palabra es el lector. Él será, al fin de cuentas,  quien me dirá si lo he respetado como tal. Porque como presentador de televisión, me aprueba  pulsando  un botón u otro. Sé que hay, y no te digo nombres, quienes han criticado a los escritores mediáticos.  Si estamos, ¿no será  porque el público es quien demanda este tipo de escritores? En cuanto a mí, si he llegado a publicar el cuarto  libro por algo será.

¿Sale a responder a estas críticas o pasa de ellas?
Con la autora de la nota


¿Quieres que te diga lo que en verdad siento? Me resbala absolutamente. Siempre digo que los profesionales de la literatura o no antes de  perder el tiempo criticando sin tomarse el mínimo esfuerzo de leer la novela, deberían estar pensando en la siguiente trama de su obra.

Según sus investigaciones, ¿cómo era Leonardo? ¿Dónde radicaba realmente su genialidad?

 Yo antes que genio, lo veo como un gran hombre. Destaco en él su observación, curiosidad, pasión y perseverancia. Nos han enseñado de Leonardo  solo sus éxitos y no sus fracasos. Él aprendió de los suyos. Por esa razón,  deberían enseñarnos el arte del fracaso. El arte del aprendizaje.


Pero duele mucho fracasar, Christian…

Porque nos han enseñado que fracasar es malo. Yo aprendí de él, cuando años atrás tuve que dejar la televisión, después de ganar premios,  y tener  eso que llaman éxito. De repente llegó un día en que nadie me llamó. Hasta ese entonces,  pensaba que tenía el futuro asegurado, y tuve que cambiar de vida. Nos tienen que enseñar los fracasos. No son malos. Tampoco el irse fuera. En los países nórdicos, y en otros tantos, el hecho de que salgas a trabajar al extranjero es sinónimo de éxito porque la gente da por hecho que vas a triunfar. Salen  en busca de sus sueños, luchan por ellos. Sin embargo, en España solo el 20 por ciento está dispuesto a irse. Lo contrario ocurre  en Estados Unidos donde un 80 por ciento de su gente se desplaza de costa a costa con tal de conseguir su sueño. Nos sacan muchos años de ventaja. Y únicamente  tienen 300
años de historia.  El fracaso es un camino inexorable hacia el éxito. Yo estoy orgulloso de todos mis fracasos, tanto a nivel televisivo como a nivel personal. Todas y cada una de mis relaciones sentimentales han sido un fracaso,  pero me han asegurado el éxito, si volviera a nacer repetiría todo de igual forma porque así es como conseguí  a mi mujer.

¿Considera que alguien como Leonardo da Vinci sería aceptado en este siglo?

Lo extraordinario es peligroso. Leonardo sería un incomprendido.

Si tuviera la oportunidad de viajar al pasado y hablar con Leonardo, ¿qué le preguntaría y qué le contaría sobre nuestro mundo?

De contarle nada. Le diría: ¡Lo conseguimos! Volamos. Tú fuiste el primero en hacerlo. Volaste con la imaginación.

¿Con qué sueña, Christian?

Yo vivo mis sueños.


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6 comentarios:

  1. "si volviera a nacer repetiría todo de igual forma porque así es como conseguí a mi mujer". Romántico. Y merecido, Almudena Cid, sin conocerla, me parece una mujer extraordinaria.

    Felicidades como siempre, Elga.

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  2. Gracias, Ricardo. Celebro que te haya gustado. Un abrazo.

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  3. Preciosa entrevista.Enhorabuena!!

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  4. Muchas gracias por el comentario. Saludos.

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  5. Celebro que haya sido de tu agrado. Muchas gracias. Saludos.

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