Todo sobre mi actividad literaria como escritora, periodista y promotora cultural en la Revista digital y club de lectura La ardilla literaria ( https://laardillaliteraria.com/)

viernes, 23 de febrero de 2024

Rául Aguilar Gargurevich: « La vida es un viaje en el que soñamos pero también jugamos »

 


Raúl Aguilar Gargurevich es un veterano en el mundo de los relatos cortos.  Empezó su andadura literaria, a la par que sus estudios de Periodismo, en la Universidad Inca Garcilaso de la capital peruana. Al joven aspirante a escritor, se le advertía de continuo, recluido en sus pensamientos, quizá imaginando historias, que luego plasmaría  aquella libreta de anotaciones que llevaba debajo el brazo como devota cómplice. No lo comentaba, pero muchos intuían su vocación de artista de la palabra. Era indiscutible que había aterrizado en este plano para crear y compartir historias. Su amor por la escritura saltaba a la vista tanto como la casaca negra, recubierta por decenas de chapas alusivas a grupos de rock, que vestía para asistir a clases. De allí, su bien ganado apodo: «Chapita».

Fue el primero en publicar un libro, y todavía estaba en las aulas, aprendiendo a redactar noticias. Más tarde, lo emularon otros siguiendo su marcada huella. Era evidente que Aguilar iba por delante de su promoción sin pretenderlo, pero en su camino no solo abría puertas para sí mismo sino también para el resto. De ese modo lo dejó patente en su incursión como guionista de cine, televisión y radio.  E incluso, se dio el lujo de ejercer de profesor de redacción en la casa de estudios que lo formó como periodista. Cerca de 20 años desempeñó dicha labor en la Escuela de Periodismo de ‘La Garcilaso’, en los cuales tuvo que hacer malabares para no descuidar sus quehaceres de reportero local y, aprovechar, al máximo, los minutos que le quedaban- después de cumplir con esas actividades serias y remuneradas-para jugar con su imaginación y alumbrar otras narraciones.

El famoso Chapita de las épocas universitarias hoy nos presenta su libro de relatos Saca a Conejo de la galera.

Sé que el origen de Saca a Conejo de la galera es un relato que le envías a una amiga y queda encantada. Luego motivado por esta favorable respuesta, te pones a escribir sin parar. Cuéntame.

Es cierto, le envío el texto y motivado e inspirado por la buena recepción comienzo a escribir más relatos. No pensé inicialmente en un libro solo en crear las historias, jugar con el personaje, entretenerme. Meses después fui capturado por Conejo y ya no pude detenerme.

¿Existe alguna razón especial para que hayas escogido como protagonista a un conejo y no otro animal? ¿Acaso te identificas con él?

El personaje en cuestión surge porque a mi amiga le digo conejo de cariño. A partir de esto comienza todo. Luego se transforma en una suerte de alter ego mío

Conejo es la figura central de los relatos, aunque no aparece en todos, ¿en función de qué razones lo incluyes o no?

Conejo, el personaje de la historia

Hay varias razones. Conejo no aparece en todos los relatos por cuestiones creativas. Decidí no incluirlo en todos pues podría saturar al lector. También para darle mayor variedad al conjunto. En un punto, cuando tenía la certeza de que podía convertirse en un libro apelé a todo lo que tuviera relación con este tierno animal.

Defines tu libro como un juego literario  donde tienen cabida los grandes y pequeños, ¿es algo que te propusiste desde el comienzo o se fue dando de modo espontáneo?

Buena pregunta. Considero a Saca a Conejo de la galera como un juego literario, un divertimento, pequeñas historias de emociones y sensaciones que combinan la fantasía con la realidad. Pienso que no fue planeado, los relatos iniciales surgieron así y sin querer formaron el estilo de la obra aunque el libro es diverso, hay de todo: relatos reflexivos y serios y otros de corte más ligero y juguetón.

Señalaste que Conejo explora la parte amable de la vida, ¿compartes la filosofía de tu personaje?

Es un libro que transita el lado amable de la vida, un volumen de luz opuesto a Trance agónico, mi publicación anterior. Comparto la filosofía de mi personaje. Como dije antes es una suerte de alter ego. Con el tiempo me he dado cuenta que la vida, a la manera de Calderón de la Barca, es sueño, pero también juego. La vida es un viaje en el que soñamos pero también jugamos. Ello está presente desde la infancia y sigue con nosotros toda la vida. Lo que ocurre es que con el tiempo algunos ocultan a su niño y se olvidan de jugar. Cuando pensaba a qué público se dirige mi obra tuve la certeza de que se orienta al adulto, al niño del adulto que todos llevamos dentro.

Le pusiste mucho esfuerzo a Saca a Conejo de la galera, tanto al proceso de escritura como el de redacción. ¿Eres muy perfeccionista en tu labor literaria?

Yo le pongo mi esfuerzo, alma y corazón a todo lo que escribo. Es mi manera de ser. Soy perfeccionista, a veces demasiado, creo que hay que corregir hasta que las palabras y signos encajen perfecto. No sé si lo logro pero lo intento. Pienso que una de las razones por las que cultivo el relato breve es porque se puede alcanzar la perfección del texto, que no le falte ni le sobre nada. El perfeccionismo como todo tiene virtudes y defectos pero hay un punto en el que hay que dejar de corregir, de lo contrario no acabas nunca o destruyes lo que habías planteado inicialmente. Como dice Paul Valery, los libros no se terminan se abandonan.

El libro contiene ilustraciones de Luis Morocho, ¿qué me puedes contar sobre su participación en la obra?

La obra apela a la ternura

Luis Morocho me fue sugerido por el editor. La idea fue que acompañe los textos con sus ilustraciones. Cuando Emilio Dumas me envió el primer boceto de Conejo me emocioné al verlo cobrar vida; el personaje existía pero solo de manera literaria. Sin embargo, al principio me opuse a ilustrar el libro por una suerte de fundamentalismo literario, luego acepté felizmente, pues la propuesta se enriqueció. Ambos se complementan. El dibujo llama a la lectura y viceversa. Luis Morocho es un gran talento, un ilustrador de primera que ha dibujado el Hombre-Araña para Marvel, nada más y nada menos. Estoy orgulloso y muy agradecido de que haya participado en el libro.

El relato corto es un género que conoces bien, lo cultivas hace mucho  y vuelves a él, una y otra vez, ¿qué te seduce de este tipo de narración?

Cultivo el relato breve desde hace mucho. En 2001 publiqué Taxi ando, un volumen con textos cortos de todo tipo: historias, sentencias, reflexiones. Debo haber iniciado su práctica en los 90. Mi referente principal es Julio Ramón Ribeyro. Coincido con él. Cuando recién comenzaba escribí unos textos que no sabía a qué género atribuir; al leer Prosas apátridas me di cuenta de que se asemejaba a lo que proponía. Ribeyro equivale al maestro que me enseña el camino. Me gusta lo breve porque es preciso, va al punto sin pérdida de tiempo. Con poco se puede decir mucho. La brevedad es el alma del ingenio dijo Shakespeare. Quizá sea una cuestión de personalidad, algo vinculado con la ansiedad pero también al perfeccionismo.

Según sé, tus anteriores libros te han dejado un aprendizaje, pero, en particular, ¿qué te ha aportado Saca a Conejo de la galera?

Todo hecho siempre deja una enseñanza y escribir y publicar un libro no es la excepción. Escribir requiere de práctica por lo que pergeñar cada relato ha sido instructivo. Se requiere de paciencia y perseverancia, hay que enfrentar no solo la ansiedad de la página en blanco sino los momentos de sequía e insatisfacción, también los de incertidumbre, de modo que ello también supone una lección. Por último, está el asunto de la publicación. No conseguía un sello que quisiera editar mi libro, toqué muchas puertas pero solo se abrió una, por lo que estoy agradecido con Acuedi y su director Héctor Huerto. Me he divertido de principio a fin con el personaje y las historias. Es maravilloso imaginar y fantasear. Tener tiempo de escribir es un privilegio de pocos. Es bastante. Publicar es la gloria y tener lectores, lo máximo.

    

Si deseas  saber más del autor o el libro
pincha en los siguientes enlaces:
https://www.instagram.com/aguilargargurevich/?hl=es
https://www.elvirrey.com/libro/saca-a-conejo-de-la-galera_70137592





 


miércoles, 10 de enero de 2024

Oswaldo Estrada: «Tal vez escribo porque quisiera alargar mi tiempo en este mundo»

 

Oswaldo Estrada se define en sus redes sociales como escritor, cantante de barrio y cocinero por vocación, sin embargo, este autor de orígenes peruanos, es un experto en la llamada literatura de la inmigración, no solo porque en su obra concentre la  nostalgia e idealización de la tierra abandonada, sino porque, por experiencia propia, conoce las mil y una peripecias de un extranjero en el intento de hallar su sitio en lugar extraño y amoldarse a las nuevas costumbres. En suma, reinventarse y salir adelante como objetivos fundamentales.

Estrada se alzó con un International Latino Book Awards, Best Collection of Short Stories in Spanish Gold Medal por su libro de relatos Las guerras perdidas en 2021.  Y ahora se encuentra en plena promoción de su novela Tus pequeñas huellas (Suburbano Ediciones, 2023). 

Tus pequeñas huellas es tu primera novela, sin embargo, abordas temas que te son conocidos, no solo porque los tocaste en forma de relato en anteriores libros sino por tu condición de inmigrante, la cual forma parte de tu identidad y desenvolvimiento social, ¿cuándo surge la idea de contar la historia de Andrés y Marena, una pareja que abandona su país en una época de extrema violencia terrorista para forjarse una vida más amable?

"Jamás  pensé que viviría una vida errante",
revela el autor californiano.

No sé exactamente cuándo me di cuenta que estaba escribiendo una novela. Lo que sí te puedo decir es que hace unos diez años comencé a escribir las primeras notas, los primeros diálogos o monólogos de estos personajes, cuyas historias me han perseguido constantemente, en distintos viajes, en casa, en el trabajo. Como profesor de literatura latina y latinoamericana, estoy siempre en contacto con cuentos y novelas que tienen que ver con la migración mexicana, centroamericana, caribeña. Y tenía muchas ganas de explorar algo quizás poco trabajado desde los Estados Unidos, en español: la migración peruana durante los años de la violencia. Como bien dices, yo he trabajado la condición de ser inmigrante en varios cuentos, en muchos ensayos. Y quería contar las experiencias migratorias de Andrés y Marena, dos peruanos que se encuentran, por casualidades de la vida, en Nueva York.

A muchos inmigrantes les ha pasado que logrado el sueño de viajar y establecidos en su nuevo hogar, de repente, se dan cuenta -como es obvio-, que todo es distinto y se les termina alojando en el corazón un sentimiento de permanente nostalgia.

Todos los que nos vamos tarde o temprano extrañamos ese mundo que dejamos atrás. Incluso la gente que dice no extrañar nada, en el momento menos pensado vuelve mentalmente al barrio, a la casa. No significa que no puedas llegar a ser feliz en tu hogar de adopción. Uno aprende a vivir con esa nostalgia que a lo mejor solo te visita de vez en cuando, cuando extrañas alguna de tus comidas, cuando te acuerdas de esa canción que escuchaste hace años, cuando pertenecías, sin saberlo, sin cuestionarlo, a ese lugar. Todos vuelven a la tierra en que nacieron, dice la letra de uno de nuestros valses más conocidos, al embrujo incomparable de su sol.  Todos vuelven al rincón donde vivieron, donde acaso floreció más de un amor. El retorno no siempre es físico, eso lo sé ahora, pero uno vuelve, uno vuelve siempre, aunque solo sea de corazón.

Hay un pensamiento unánime que no se pronuncia, pero se siente y es que cuando dejamos nuestro país, por los motivos que sean, terminamos perdiendo 'algo' que no solemos identificar con exactitud.  ¿Eres consciente de eso?

Le costó mucho aprender a vivir 
entre dos orillas.

Los que salimos de nuestros países de origen ganamos mejores oportunidades laborales, estudios, una vida más segura tal vez, otras opciones, vivencias, experiencias diversas… pero perdemos algo importante: nuestra raíz, el sentir que pertenecemos a un lugar, incuestionablemente.

Lo triste, que a su vez se puede percibir como un sentimiento de desubicación total, es cuando vuelves a tu tierra -como les sucede a tus protagonistas-, y te encuentres con que nada es igual, ni tu barrio, ni tu gente ni tu país. Y, es entonces, cuando se te meten en la cabeza pensamientos de culpa o traición por haberte ido.

A veces me pregunto cómo hubiera sido la vida si no hubiéramos abandonado el Perú a principios de los noventa. Era la época de la violencia, ¿te acuerdas? Yo tenía trece o catorce años cuando comencé a atormentar a mi mamá para mudarnos a Estados Unidos. Tenía un pasaporte americano que podía darme otras posibilidades de vida. Y no quité el dedo del renglón hasta que lo conseguí. Creo que en situaciones tan violentas como las que vivimos en aquellos años, uno crece más rápido que otras personas. Y a esa tierna edad estaba convencido de que debíamos irnos. Jamás imaginé que a partir de entonces viviría una vida errante, que me sentiría, como dices, “desubicado” en Estados Unidos y también al volver a mi tierra. En Estados Unidos me sentía muy peruano. Por mi manera de hablar, por mis costumbres, nuestras comidas, nuestra música y tantas cosas más. Pero cuando volvía al Perú a visitar a mis abuelos, la gente me percibía como extranjero. En algún momento cambió mi acento, cambiaron mis palabras. Y no solo eso: mi modo de ver la vida. Ahora vivo feliz con un pie aquí y otro allá. Abrazo mi condición de ser y no ser, de pertenecer y estar en el limbo. Pero me tomó mucho tiempo aceptarme en el puente mismo de mis dos mundos.  

El volver a veces no es una opción viable por una serie de motivos, entre ellos, porque allá no hay una sensación de pertenencia o pocas posibilidades de adaptación o porque donde resides, a pesar de todo, te encuentras seguro y estable, y es lo que perseguías dejando tu terruño. Sin embargo, lo cierto es que vives idealizando lo que dejaste y aferrándote a lo conseguido, ¿lo ves así?

Tus pequeñas huellas: la historia de Andrés
y Marena.

Totalmente. Eso nos pasa a muchos inmigrantes. Idealizamos todo lo que quedó atrás. Para el peruano que vive fuera del Perú no hay nada como la papa amarilla de antaño. Y la chicha morada. Y el cebiche. Y las causas. Los tiraditos. O saludarnos de beso y abrazo. Tomar lonche. Ponernos a bailar en cualquier reunión familiar, arrimando las mesitas a un costado de la sala. O celebrar lo que sea con coctelitos de pisco y algarrobina. Todo eso lo idealizamos en mayor o menor grado. Porque esos recuerdos nos unen en el país de adopción, aunque en el fondo sepamos que ese mundo quedó atrás. Y hay que mirar hacia adelante. Te sacudes las nostalgias, te arreglas para ir al trabajo y sales a la calle convencido de que hiciste bien en dejar la casa, el hogar. Porque ahora tienes mayores oportunidades, porque te va bien económicamente… es la película que imaginamos para hacernos la vida más agradable. Porque sabemos que el retorno no es, en muchos casos, una posibilidad. 

Por otro lado también cuando retornamos, aunque sea de visita o paseo, la gente, llámese familia o amigos, ya no te ve como antes, e incluso pasan a denominarte 'extranjero', lo que profundiza tu confusión: el no ser de aquí ni de allá.

Antes me molestaba que la gente me preguntara de dónde era cada vez que volvía al Perú. Ahora me río. Es lógico que sea diferente a los que nunca dejaron el suelo patrio. Que hable con otro acento y camine con otros pasos. Que utilice otras palabras. Que esté hecho de otras vivencias, si salí del Perú hace más de treinta años. Y me pasa en todas partes. En la Ciudad de México me preguntan de qué parte de la república soy, pensando tal vez que soy mexicano. En California, soy un latino más, sobre todo cuando paso del inglés al español en una misma oración, como aprendí a hacerlo en la adolescencia y en la universidad, para crear, junto a otras minorías de origen latinoamericano, cierto sentimiento de comunidad. En la universidad, uso un español bastante estándar para comunicarme con mis alumnos. Y aunque hablo el inglés con la misma fluidez que el español, hay palabras que nunca podré pronunciar en esa lengua.  

Mucha gente afirma, con aparente convicción, que se siente ciudadana del mundo, que no tiene el menor arraigo con su tierra de origen ni con ningún sitio del mundo, ¿crees que esto sea realmente posible? ¿Que sea cierto?

Estrada es profesor de Literatura latinoamericana 
en la Universidad de Carolina del Norte.

Yo no lo veo así. Uno es del lugar donde creció. La infancia, la adolescencia, la juventud nos marcan para siempre, aunque la gente nos perciba de manera distinta. Las primeras amistades en el colegio, el entorno familiar, la primera vez que te enamoraste te marcan para el resto de tu vida. Y esos recuerdos, esa formación, esas vivencias compartidas, experimentadas en comunidad, se convierten en tu verdadera patria. Eso no quita, claro, que más adelante te nutras de otras experiencias, que la vida te lleve por otros rumbos y te cambie, incluso sin que te des cuenta.

Tus pequeñas huellas es una novela de pérdidas absolutas y a medias, no solo de una identidad que se tambalea sino también por la ausencia de unos seres queridos. En tu historia, además, la pareja protagónica se enfrenta al dolor que acarrea la desaparición física de sus hijos. Aquí muestras que las madres y los padres no afrontan este tipo de luto de manera semejante.

Correcto. Debido al machismo en nuestras sociedades latinas, latinoamericanas, o a nuestras marcadas divisiones de género (si queremos ser más amables), por lo regular se piensa que los hijos, la crianza de los hijos, es una cuestión de mujeres. Por eso mismo, cuando una pareja pierde a un hijo, a medio embarazo o al nacer, la gente siempre se preocupa por ella, por la madre, pero casi nunca se piensa en el padre que debe vivir esa pérdida de manera solitaria, silente. La mujer que pierde a un hijo incomoda a la gente de su entorno. La gente no sabe qué decirle. Porque no parece natural que se te muera un bebé, aunque ocurre con más frecuencia de la que pensamos. Si ese estigma acompaña a la mujer que pierde a un hijo, el hombre que vive este trauma de manera paralela no existe. Nadie lo toma en cuenta.

Las ganas de un hombre por ser padre es un punto que, raras veces, se desarrolla en una novela. Tampoco la frustración de no ser tomado en cuenta a la hora de apostar por la vida de un hijo o no por parte de la pareja de turno. A Andrés lo dejan fuera, en un par de ocasiones, sin voz ni voto en este aspecto. Ocurre a menudo, ¿no?

Durante la presentación de uno de sus libros en la
Feria del Libro de Guadalajara 2023.

Debido al sexismo en nuestras sociedades, y a causa de nuestras absurdas divisiones de género, le adjudicamos el deseo de tener hijos casi exclusivamente a las mujeres, como si los hombres no fuéramos capaces de desearlo con la misma intensidad. Yo creo en el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, a que decidan tener hijos o no, pero es verdad que Andrés siente que lo dejan fuera de toda decisión al menos en un par de ocasiones. Así es la vida. Todo no se puede tener. En demasiadas ocasiones, la sociedad decide por la mujer. Hablo de la presión social, de la familia, de la pareja y un largo etcétera. Es justo que una mujer decida por sí misma, porque es su cuerpo, porque es ella la que va a cargar a esa criatura en su vientre a lo largo de nueve meses, aunque su pareja (como sucede con Andrés en la novela), tal vez quisiera que lo tomaran en cuenta. 

Eres de orígenes peruanos, sin embargo, naciste en California. Luego volviste a Perú, para después, en plena adolescencia, retornar a los Estados Unidos, donde radicas hasta la actualidad.  ¿Cuál es la tierra que sientes como tu verdadero hogar?

Qué pregunta más difícil. Yo seguiré siendo peruano hasta la muerte. Peruanos son mis padres. Y peruanos fueron mis abuelos, mis bisabuelos. Mi hija de ocho años lo sabe y nos reímos juntos cuando preparo algún plato típico y concluimos que es lo máximo porque es peruano. Ya sea una causa, un arroz chaufa, un escabeche, un pollo a la brasa. El Perú es y seguirá siendo la tierra de mi corazón. Pero ya no imagino el retorno, menos si tomo en cuenta que mi madre y mis hermanos viven también en Estados Unidos. Los inmigrantes nos acostumbramos a vivir entre el mundo que dejamos atrás y el lugar de adopción. Y ese intersticio, esa cuerda floja, ese puente, se convierte, aunque no lo busquemos conscientemente, en el verdadero hogar.

Escribes en reposo y en movimiento; entre el ruido y el silencio. Sin importar el soporte ni la hora, según tú lo haces: «Para que mi mundo de fantasías no se desarme». ¿Lo puedes explicar?

Se pregunta a menudo qué hubiese sido de él 
de no haber inmigrado. 

Desde chico me acostumbré a imaginar historias distintas a las de mi vida cotidiana, en el Perú, en los Estados Unidos. Imagino que todo escritor vive algo parecido. Porque la vida es monótona, predecible. Y las historias que uno imagina nos dan otras posibilidades, algo que no siempre hallamos en la cotidianidad. Yo me paso la vida imaginando escenarios, diálogos, posibles desenlaces que sólo existen en mi mente y que sólo a veces pasan a mis cuadernos, a mi teléfono, a mi computadora. Son totalmente ficticios. Sin embargo, esas fantasías forman también parte de mi mundo real. Escribo en todas partes, a todas horas, porque tengo miedo de no volver a hacerlo. Y si eso pasara, siento que mi vida no sería igual.

Y por último, afirmas también en tu biografía que aspiras vivir de la escritura. Subrayas...«cuando la función se acabe ». ¿Qué debemos entender por esto?

La vida pasa muy rápido. ¿No te parece? Tal vez escribo porque quisiera alargar mi tiempo en este mundo, llenarlo de otras voces y experiencias que me ayudan a vivir de múltiples maneras. O porque quisiera que quedara algo de mí cuando ya no esté en la tierra.   

Si desean saber más del autor
y/o su obra
pueden pinchar el siguiente enlace: 
https://oswaldoestradaescritor.com/


lunes, 6 de noviembre de 2023

Nieves Vargas: «La familia es única sin importar en qué nivel de clase social se ubique»

 

Nieves Vargas es una creadora nata. Su necesidad de comunicar y conectar con la gente la condujo a expresarse de diversas formas. Y una de ellas es la escritura. Lleva años publicando poemarios y novelas, con el objetivo claro de contar una historia que conmueva y conduzca a la reflexión. Hasta hace poco solo había escrito para adultos, sin embargo, hoy nos presenta  El mundo de Lucía, que si bien es cierto, está orientado al público infantil, no excluye a los más grandes de la casa, pues es un libro con el cual podremos volver a mirar nuestro entorno con ojos de inocente sorpresa.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Declaraste, hace algún tiempo, que en todos tus libros, hayan sido en prosa o verso,  e incluso en tu rol de actriz, te ha gustado contar una historia, y tu última creación no podía ser distinta.

En primer lugar, déjame agradecerte por permitirme dar a  conocer mi trabajo literario,  y, en segundo término, saludar a tus seguidores que son parte fundamental de los trabajos de todo escritor/escritora. Efectivamente, un trabajo literario, en gran parte, son experiencias vividas, historias que dejan enseñanzas positivas y El mundo de Lucía no es ajeno en sus objetivos. Los niños son pequeñas esponjas que absorben todo lo que se les da, por ello, nosotros, los adultos, debemos darles las herramientas necesarias para ser felices y enfrentar con valentía las adversidades futuras.

En El mundo de Lucía pones de manifiesto el papel de la familia en la crianza de los niños. La pequeña protagonista descubre su entorno de la mano  no solo de sus padres sino también de sus abuelos.

La también actriz destaca la importancia
de los abuelos en la vida de sus nietos. 

La familia juega un papel fundamental para hacer de sus hijos buenos ciudadanos, la enseñanza de buenos valores, desde el ejemplo con amor y comprensión. Como bien sabemos  la familia no solo son el padre y la madre, también están los abuelos, ellos por supuesto con su infinita ternura y comprensión son los pilares sólidos llenos de bondad.

Asimismo, aunque parezca obvio, destacas la enorme importancia que la dedicación y el amor que los padres deben prodigar a sus hijos, teniendo en cuenta que serán los ciudadanos -que en un futuro- tomarán el timón de este mundo.

Desde mi punto de vista, las bases principales están: en enseñar la solidaridad, la gratitud, la valentía, la confianza en sí mismos para enfrentar y lograr solucionar los posibles problemas que surjan.

Has aclarado que debido al rango de edades, al que está dirigido tu libro, no existe la intención de invitar a la reflexión, sin embargo, evidencia una mirada amorosa, alegre e inocente de la vida,  ¿consideras que se les está arrebatando el mundo de la fantasía y ternura que se merecen  nuestros niños?

Desde luego que sí, vivimos rodeado de toda clase de adelantos que están al alcance de todos, y, en muchos casos, no dejan que vuele la imaginación creadora de los pequeños. Y por otro lado, es bien sabido que el capitalismo nos domina. Hoy en día trabajan el padre y la madre, por tanto,  su tiempo es más limitado. Es ahí donde los abuelos juegan un papel fundamental en la vida de sus nietos.

Tengo entendido que para desarrollar el entorno familiar de Lucía no pensaste en una ubicación precisa, sólo te interesó que fuese un hogar común y corriente, ¿cuáles fueron tus razones?

A Vargas le preocupa el futuro 
de la niñez. 

Porque la familia es única, sin importar en qué nivel de clase social se ubique, cuando se habla de ella. La sociedad juega un papel importante también.

El mundo de Lucía también se ha traducido al inglés, ¿qué me puedes contar de esta experiencia?

Efectivamente, así es. El uso de una lengua adicional será importante para ayudar en el desarrollo de los niños. La experiencia de ir creciendo al ritmo de Lucía, con quien aprenderemos a descubrir un mundo lleno de amor e ilusión.

  que imaginaste a tu protagonista Lucía en su adultez, y pensabas en el tipo de ser humano en que se convertiría, ¿crees que seguiría conservando los valores que le inculcaron?

Los niños con valores siempre tendrán las herramientas morales para salir a delante, pero aún así, se avizoran tiempos difíciles y, quizá muchos eventos serán ajenos a la voluntad humana. El cambio climático y la falta de agua alteran la vida de los seres y, no sabes cómo me gustaría tener una bolita mágica que me permitiera ver el nuevo mundo de Lucía; el coraje y la valentía de esa futura sociedad.

Si desean saber más
 de la autora y su obra 
pueden 
pinchar los siguientes 
enlaces:
https://vallesucchuran.blogspot.com/
https://www.facebook.com/Nieves.Vargas.6


 

 




viernes, 6 de octubre de 2023

Lluïsa Lladó: «Es fundamental que las mujeres se unan en la promoción de la sororidad»

 


Lluïsa Lladó es una poeta que habla fuerte y practica lo que evidencia en sus libros. Le preocupa la superficialidad en la poesía y ha efectuado denodados esfuerzos para que sus libros sean un legado para sus hijas y el resto de féminas: un testimonio honesto  de las vivencias de las ancestras, el presente la generación femenina actual e incluso se atreve a visualizar los cambios que podrían  lograr las mujeres  aplicando una sincera sororidad.

En Etiqueta roja, Lladó  reflexiona enérgica sobre los cánones de belleza, el culto a la juventud y la menstruación, que también tiene mucho que ver con el título de la obra.

El silencio es un tema muy presente en tu poemario, hay mucho por decir por parte de las mujeres, sin embargo, se da una especie de autocensura que juega en contra.  ¿Los miedos siguen siendo igual de fuertes que nos paralizan a la hora de manifestarnos? ¿Qué nos detiene?

El miedo al rechazo y a la crítica puede ser un factor importante. Las mujeres pueden preocuparse por cómo serán percibidas por los demás, especialmente en entornos en línea donde los comentarios negativos pueden ser virales.

A lo largo de la historia, las mujeres han sido educadas para ser "calladas" o "modestas". Las expectativas sociales y las normas tradicionales pueden influir en que las mujeres se sientan incómodas o reacias a expresar sus opiniones y experiencias de manera abierta.

La denominada sororidad aún está en ciernes, ¿opinas lo mismo? No es raro observar la  crítica devastadora de una mujer contra otra, sobre todo cuando proviene de una jovencita hacia una fémina madura.  La gente joven cree que jamás va a envejecer.

Algunas personas jóvenes pueden no tener una comprensión completa de las luchas y desafíos que enfrentan las mujeres más maduras. Esto puede contribuir a la falta de empatía y críticas injustas.
La poeta es consecuente con sus ideas

Sin embargo, es importante destacar que la sororidad es un ideal que muchas personas están trabajando activamente para promover. La educación, la conciencia y el diálogo son herramientas importantes para fomentar la comprensión y el apoyo mutuo entre mujeres de diferentes edades.

Es fundamental que las mujeres, independientemente de su edad, se unan en la promoción de la sororidad y se esfuercen por comprender y apoyar las experiencias y desafíos de las demás. A medida que más personas tomen conciencia de la importancia de la cooperación, es posible que veamos un aumento en la solidaridad y el apoyo en todas las etapas de la vida.

Otras ideas que desarrollas -con absoluta crudeza y honestidad-  son las  de la edad y el paso del tiempo, hablas del uso del esparadrapo en el cuello de nuestras mayores para alisarlo y aparentar ser todavía joven, hoy en día son los filtros y Photoshop los que obran  verdaderos milagros de juventud y belleza, tanto que las mujeres se crean apariencias que contrastan con sus realidades. ¿Exigencias del libreto social?

Los medios de comunicación y las redes sociales a menudo promueven estándares de belleza poco realistas que son difíciles de alcanzar para la mayoría de las personas. Esto puede llevar a la presión para "parecer perfecta", lo que a su vez puede crear una brecha entre la apariencia en línea y la realidad.

La regla desde que aparece en nuestras vidas nos condiciona (o nos ha condicionado), sea cual fuere la sociedad en que hemos nacido o criado, los prejuicios y los condicionamientos son semejantes, en el poema homónimo te refieres a ella con una interrogante. ¿Has descubierto el por qué del dichoso nombre?

Apuesta por la poesía como terapia

El término "la regla" se utiliza comúnmente para referirse a la menstruación, pero también puede evocar una serie de asociaciones culturales y sociales relacionadas con la feminidad y el control del cuerpo de las mujeres.

El origen etimológico de la palabra "regla" proviene del latín y se asociaba a la presencia regular y puntual de un fenómeno orgánico, que no necesariamente está presente ni es periódico en todas las mujeres. Por otro lado, la palabra "menstruación", también de etimología latina, se derivaba de la sinergia de los ciclos lunares con el periodo, y curiosamente solo se mantiene en el calendario de gestación en algunas culturas o entre matronas.

La palabra regla, que es polisémica,  tiene una gran connotación social porque se asocia a la norma o a la imposición de un precepto, y en este poema he querido precisamente enfatizar este significado.

¿Qué objetivo personal has cumplido con la creación y la salida a luz de este poemario?

Mi meta es invitar a la reflexión no solo desde una perspectiva femenina, sino humana en general. Mi objetivo es poner palabras a sentimientos y situaciones que algunas personas pueden no atreverse o no tener la oportunidad de verbalizar. Aspiro a que mi poesía tenga una finalidad terapéutica, pero también social y cultural.

Deseo que el arte, en este caso la poesía, no se limite a la superficialidad del 'Carpe Diem', sino que fomente valores internos como la lectura, el estudio y la revaloración del pensamiento. Quiero que mi obra sea un testimonio y un consejo que he extrapolado a las nuevas generaciones, y en particular, a mis propias hijas. Quiero que conozcan el legado femenino asociado a la menstruación y sus prejuicios, y que no basen su fuerza únicamente en lo efímero.

Si desean saber más
sobre la autora y sus obras
pueden pinchar aquí:
https://www.instagram.com/lluisa_llado/
https://www.facebook.com/marialuiisa.pinallado






lunes, 11 de septiembre de 2023

Desirée Ruiz: «Los secretos familiares son el eje fundamental de mis novelas»

 


La escritora Desirée Ruiz retorna a la publicación con una novela que narra la historia de una familia marcada por la misteriosa muerte de una mujer  y el empeño de una de sus descendientes por conocer la verdad. 

En  la novela Villa Melania podremos apreciar con nitidez cuán complejos somos de modo individual, así como cuando socializamos. No es fácil interactuar con el otro, sea cual sea el papel que nos ha tocado desempeñar, más aún, cuando albergamos inseguridades, traumas o baja autoestima.

Desde su inicios, Ruiz nos ha planteado desvelar secretos de familia, sin embargo, esta nueva propuesta de lectura nos invita a ser empáticos y tolerantes con aquel que falla, es malvado o egoísta.

Como bien apunta la autora: «…los monstruos no lo son tanto si los miramos con compasión». 

Los secretos familiares se preservan con mucho celo por muchos motivos, en tu novela Villa Melania, encierran la trama central de la historia, ¿crees, en este caso, que Cloe quedó satisfecha con su descubrimiento? ¿Qué realmente valió la pena?

Los secretos familiares son el eje fundamental de mis novelas; Villa Melania no es una excepción. Sin embargo, en este caso hay secretos del pasado que ninguno de los personajes llegará a conocer y que tan solo se desvelarán a los lectores.

Me preguntas en concreto por Cloe: indaga en la figura oculta de Melania y creo que lo que descubre es importante para ella, le da una visión nueva de su historia familiar e incluso le proporciona un vínculo estrecho con la villa.

Las enfermedades mentales, pese a que se les pretende dar visibilidad y quitarles el estigma que arrastran, aún no se ha conseguido, ¿por qué existe esa resistencia a afrontar dicha situación cuando el afectado es un ser querido? Tal como se observa en tu novela.

Muchos de los secretos de la historia sólo
 lo descubrirán los lectores

Es un tema muy complejo, supongo que múltiples factores explican esta resistencia. Desafortunadamente, como tú bien dices, a pesar de la tendencia a visibilizar las enfermedades mentales, se siguen callando y a menudo se ocultan cuando se dan en el ámbito familiar. Puede que exista el temor al estigma social y a la incomprensión, muchas veces acentuado por el desconocimiento o por una visión distorsionada de este tipo de enfermedades.

Otro aspecto a destacar en Villa Melania es el de las familias recicladas, cuando la nueva pareja se niega a aceptar a la criatura del compromiso anterior de la pareja y se desentiende de ella. En lo que respecta a la novela, hay muchas Camila padeciendo el rechazo de sus madrastras. Se eterniza el genio y figura de este arquetipo malvado, ¿no es así?

En este caso me temo que sí. Paloma es el prototipo de “madrastra malvada”, aunque esa sería una lectura superficial del personaje. En realidad, no sólo es mala madrastra, también es mala madre, es alguien destruido por unos celos exacerbados, con una autoestima enferma. Entiendo que resulte un personaje tremendamente antipático, pero también es digno de lástima.

En tu novela están representados casi la totalidad de tipos de madre: desde las disfuncionales hasta las, más o menos, entregadas, por tanto, podemos observar el resultado de su desempeño. Sin duda, existe mucha carencia de amor maternal en esos hijos de tu Villa Melania. ¿Que nos puedes contar, Desirée?

La relación materno-filial es una de las más importantes de la vida de una persona; la figura de la madre, su amor, su apoyo, resulta determinante en muchos aspectos. Sin embargo, no podemos olvidar que las madres son mujeres con sus limitaciones, sus miedos, imperfecciones y errores. Salvo en un caso del que no me gustaría hablar para no desvelar demasiado, yo no creo que haya carencia de amor maternal en Villa Melania, aunque sí madres obsesivas o egoístas, que no son capaces de soportar la frustración o de interactuar con sus hijas de un modo adecuado o de demostrarles su cariño.

Existe una frontera muy delgada entre la admiración y la envidia, y en función de lo que nos haga esa persona en cuestión, nuestras emociones o afectos pueden cambiar, como le pasó a Cecilia. ¿Estás de acuerdo?

La autora admite que se puede pasar de la admiración
a la envidia, y caer en el sufrimiento. 

Sin duda. Las personas somos seres muy complejos y nuestras emociones también lo son. A veces hablamos de envidia sana refiriéndonos a admiración, aunque son sentimientos muy distintos; sin embargo, igual que se puede pasar del amor al odio, se puede pasar de la admiración a la envidia, y caer en una espiral de sufrimiento y de emociones negativas.

Un personaje que destaca por su resiliencia es Lucas. No es nada fácil reponerse a una perdida tan grande y decidir un cambio radical en su forma de vivir.

Lucas es un personaje maravilloso, pero al mismo tiempo su forma de actuar puede resultar extraña para alguien de su edad. Lo que le ocurrió en el pasado explica esa decisión de vivir de un modo determinado, de disfrutar de cada uno de los momentos que la vida le brinda, pero con serenidad, mirando hacia lo alto cuando pasea, despacio…

Otro punto a destacar es el tema de la autoestima, la importancia de que las personas aprendan a quererse (y a valorarse), a pesar de su familia y sus circunstancias. Cloe logra salvarse de una forma casi intuitiva, ¿no crees?

Los celos y la envidia están muy presentes en Villa Melania y en la vida de casi todos los personajes que transitan por ella. Pero no de todos; uno de los que se libran de este tipo de emociones es precisamente Cloe. Ella, la más joven, es una persona luminosa, clara, el personaje que sirve de contrapunto a la oscuridad de la historia. Y esa forma de afrontar la vida resulta sanadora, superando todo lo externo, incluso la relación con su madre.

Los diarios casi no se estilan en la actualidad (o quizá me equivoque y solo hayan cambiado de formato), pero en Villa Melania cobran una vital importancia para que las personas arriben a descubrimientos relevantes.

Los diarios le parecen un recurso literario fantástico

Soy una gran amante de los diarios. Comencé muy pequeña a escribirlos y los fui guardando en un baúl hasta que fueron más de veinte. Continúo con esa costumbre, aunque con anotaciones más breves, más anecdóticas quizá, pero siempre en papel. Creo que es una terapia magnífica, se la recomiendo a todo el mundo. Ahora se habla mucho de los diarios de gratitud: sea como sea, ayudarte de la escritura (y si puede ser a mano, mejor) para detenerte, centrarte en el momento presente y dedicar un tiempo a trabajar tu interior y tus emociones resulta muy gratificante.

Como recurso literario los diarios me parecen un elemento fantástico. Me encanta todo aquello que permite desempolvar relaciones o historias familiares que de otro modo caerían en el olvido: diarios, cartas manuscritas, notas ocultas en escritorios antiguos o en desvanes polvorientos, pequeñas llaves que abren compartimentos secretos. Son enlaces entre los tiempos y poseen en halo romántico y antiguo fascinante. Además, cómo bien dices, en Villa Melania resultan decisivos para desvelar parte de los secretos silenciados.

Melania fue víctima y, a la vez, victimaria, sin duda un niño roto puede convertirse en un monstruo para su entorno.

No me gustaría desvelar demasiado del personaje de Melania. De todos modos, sin duda  lo que vivimos va configurando nuestra forma de ser, y que en ciertos casos los monstruos no lo son tanto si los miramos con compasión.

Si quieren saber más sobre la autora y su obra 
pueden pinchar 
en los siguientes enlaces. 
https://www.hanska.es/es/autores/desiree-ruiz/



 

 

 

 

jueves, 29 de junio de 2023

Isabel Barceló: «De que la gente buena predomine depende el futuro de la humanidad y del planeta»

 


Isabel Barceló ha sorprendido a sus lectores con la publicación del libro de cuentos infantil Elena, Pipa y el dragón. Nos tenía acostumbrados a una literatura distinta como son los ensayos y novelas históricas, que jamás pensamos en la posibilidad de que escribiera una obra dedicada a los más pequeños. Sin embargo la escritora valenciana revela que lleva algún tiempo creando obras para niños y jóvenes, pero que no se animaba a publicarlas. Barceló considera que cada libro elige el momento adecuado para darse a conocer.

Has sorprendido a tus lectores con tu incursión en la literatura infantil, nadie se esperaba la publicación Elena, Pipa y el dragón, aunque tengo entendido que no es el primer cuento para niños que escribes, ¿no es verdad?

Estás en lo cierto. He escrito otras obras para niños y jóvenes, pero este es el primero que publico.

Elena y Pipa existen en la vida real, aunque sus nombres, en parte, han sido cambiados, ¿nos puedes desvelar sus identidades?

Por vez primera la autora publica una obra infantil 

Sí, sus nombres son Helena y Kima y se corresponden con mi nieta y su perrita foxterrier. Como es natural, tanto la historia como los caracteres de sus protagonistas son ficción, pero sí tienen algo en común con los reales: la naturalidad y la sinceridad con que se acercan al que es distinto, al que parece y es, socialmente, más débil. 

Tu cuento toca temas muy importantes, aunque a simple vista no lo parezca: la discriminación, los prejuicios y las etiquetas están presentes a la hora de contar esta historia, ¿había una intención clara en abordar estos aspectos en tu cuento?

Me gusta contar historias. En mi proceso creativo la historia es una chispa previa a pensar en los valores o los temas que se tocarán. Ellos vienen solos a medida que se desarrollan los acontecimientos, los impulsos y los sentimientos que mueven —o paralizan— a los protagonistas. En cierto modo, es una imitación de la vida. La realidad no tiene intenciones: somos nosotros, los seres humanos, quienes buscamos dar orden, sentido y valor a lo que acontece.  Así que la respuesta a tu pregunta es no, no me planteé previamente qué valores quería transmitir ni qué temas tocar.

Declaraste en la entrevista previa que, de una manera u otra, querías darle visibilidad al otro, por favor, cuéntanos más al respecto.

Con mucha frecuencia el otro, el que es diferente, nos es presentado como una amenaza o como un ser inferior por el hecho de tener características distintas a las que creemos más comunes: por el color de su piel, por su tamaño o su peso, por ser muy estudioso, por ser poco hábil en un deporte o una actividad, por haber nacido aquí o allá, en resumen, por cualquier cosa. Son prejuicios que, lamentablemente, con demasiada frecuencia nutren el acoso escolar. Los acosadores —y quienes agreden a los demás— no le reconocen a su víctima virtudes, ni sentimientos, ni ninguna cualidad humana, la «cosifican» y así pueden ejercer contra ella la violencia, a veces con extraordinaria crueldad. La empatía, en cambio, nos ayuda a ponernos en el lugar de otra persona/otro ser, a reconocer sus virtudes, sus singularidades, sin juzgarlas. El otro —y todos somos potencialmente el otro para los demás—, no es necesariamente un enemigo y merece respeto.

En esta historia Barceló hace hincapié 'en el otro'

En este cuento, el otro es el dragón, a quien la población considera dañino desde el principio y no le da la menor oportunidad de mostrar sus cualidades. El efecto es muy negativo para todos: para el dragón, apartado de toda relación social, se traduce en infelicidad y soledad; la sociedad que lo ha rechazado, por su parte, se ha privado a sí misma de la ayuda y la amistad de un ser muy valioso. El desarrollo del cuento pondrá fin a todo lo negativo.  

También abordas el mundo de las emociones y sentimientos, en este caso, te adentras en el tema valiéndote de Elena, tu protagonista, quien vive llamando la atención de su familia y sus amigos con actitudes y comportamientos caprichosos.

Todas las personas necesitamos aprender a identificar y a canalizar nuestras emociones, y no siempre es fácil. Si ya nos cuesta a veces, siendo adultos, aún es más complejo durante la infancia. Para que le presten atención, Elena, como muy bien señalas, se comporta de manera desconsiderada hacia los demás y obtiene un resultado contrario al que ella desea: no se siente más querida, sino más rechazada. Su experiencia de amistad con el dragón le mostrará que aquel no era el camino correcto. El otro, si nos acercarnos a él sin prejuicios, puede enseñarnos muchas cosas.

El encuentro de almas entre Elena y el dragón, es un instante de gran emoción, porque se dan cuenta de que ambos sufren carencia de amor e incomprensión por parte de su entorno  Se perciben hermanados de ese modo, ¿no te parece?

Sí, es un descubrimiento muy reconfortante para ambos, se reconocen el uno en la otra y viceversa. Ha sido precisamente la percepción de la debilidad del otro y el deseo de ayudarlo lo que les ha movido a entablar una relación sin dejarse influir por los prejuicios. Ayudarse mutuamente les proporciona un vínculo profundo que hace aflorar lo mejor de cada uno de ellos. El resultado es benéfico para ambos y para la sociedad en la que viven. Y, desde luego, para ellos es también muy divertido.

La escritora y la autora de la nota 

Otro momento revelador es cuando Elena le pregunta al dragón  por su nombre y él le contesta que 'Depende'. Ella se sorprende al descubrir que carece de uno. Aquí subrayas la importancia de poseer una identidad. El nombre es fundamental, Isabel.

Así es, Elga. El nombre es el primer regalo de bienvenida que nos ofrecen al nacer, nos identifica en la sociedad que nos acoge, nos singulariza; nos dirá a nosotros mismos y a los demás quienes somos. Sustituir el nombre por un número o por un mote despectivo es el primer paso para negar no solo la identidad, sino los propios atributos que caracterizan a un ser viviente, ya sea humano o animal. Lo que no se nombra, no existe. Si no tienes nombre, no eres nadie. Elena, que entiende esto de manera intuitiva, le da un nombre al dragón y, con él, le abre la puerta de entrada a la vida social, al reconocimiento, a los futuros afectos.

Destacas también la importancia de la solidaridad, la cooperación y, por supuesto, del amor. A pesar de todo, ¿la gente sigue siendo buena?

La naturaleza ha dotado a los seres vivientes de instintos y de mecanismos para preservar la especie. La singularidad de los seres humanos es que, a lo largo de los milenios, hemos desarrollado una potentísima cultura de cooperación que nos ha permitido llegar hasta aquí y no solo a causa de los imperativos de la naturaleza, sino de una manera consciente, voluntaria, ya sea movidos por el afecto, por el interés o por la razón.  Somos capaces de la mayor generosidad y de la mayor abyección y de todo el abanico que se abre entre un extremo y el otro. Es una responsabilidad nuestra, individual, familiar y social, educar a la gente menuda para que preserven y transmitan a su vez esas cualidades de cooperación, solidaridad, cuidado del planeta y conciencia social que hacen de nosotros seres benéficos. De que la gente buena predomine depende el futuro de la humanidad y del planeta.

 

Si quieren saber más sobre la autora y su obra
pueden pinchar
en el siguiente enlace:
http://mujeresderoma.blogspot.com/
http://editorialsargantana.com/?s=isabel+barcelo