Todo sobre mi actividad literaria como escritora, periodista y promotora cultural en la Revista digital y club de lectura La ardilla literaria ( https://laardillaliteraria.com/)

viernes, 14 de julio de 2017

Silvana Velasco San Martín: “Creo que se puede hablar de manera culta sin ser rebuscado”

No las tenía todas consigo, pero su carácter ‘bravo’  la condujo a no seguir las pautas familiares, hacerle frente a la pobreza y salir indemne de un barrio conflictivo.  Esta es parte de la historia de Silvana Velasco San Martín, una periodista y escritora, que tras una década de intenso trabajo creativo y de corrección, acaba de publicar su libro Escritos para ti…relatos íntimos, un conjunto de cuentos erótico-románticos sobre las fantasías o experiencias que “muchos vivimos pero que difícilmente revelaremos”, enfatiza la autora.  
Provienes de un hogar humilde ubicado en una zona complicada, y creciste y educaste en el seno de una familia patriarcal y machista, pero desde pequeña deseaste salir de ese lugar y ser otra persona. Destacaste por tu rebeldía, ambiciones y capacidad de lucha, Silvana.
Una mujer que peleó por sus sueños y los consiguió 
Sí, siempre he sido luchadora, nunca me conformé con la realidad que me rodeaba, anhelaba más y aunque las privaciones muchas veces primaron en mi juventud, sabía que en algún momento prosperaría y dejaría atrás todas las limitaciones en mi vida. Siempre tuve tres metas: superar mi pobreza, convertirme en profesional y trabajar y vivir independiente, y lo he logrado. Me ha costado muchas lágrimas y caídas, pero han valido la alegría de vivir. Yo tenía doce años cuando el conflicto interno de Sendero Luminoso y el MRTA asoló nuestro país, y ni aún ese miedo me hizo claudicar en mis metas y sueños. La vida no es fácil, pero es hermosa.  La vida es un instante que no se repite,  por eso  la amo y valoro muchísimo.
Fuiste una niña que se salió del modelo femenino imperante en su hogar, imagino los dolores de cabeza que le diste a tus padres, ¿te riñeron o recibiste castigos por no ceñirte a lo establecido?
Mi mamá varias veces me ha dado buenas ‘tandas’ por desobediente, rebelde o ‘contestona’. Nunca acepté todo con facilidad porque veía un padre muy machista con sus hijas y un marido castrador con su esposa. Una forma de decirle que ese estilo estaba lejos de ser  bueno o justo era rebelándome, peleando, discutiendo y cuestionando su sistema de creencia u órdenes.  No por maldad. Deseaba  que mi madre comprendiera que debía abrir los ojos.  No tuve mucho éxito.  Así que un día dejé de protestar,  y empecé a pensar en mí y en cómo salir adelante, convirtiendo todos esos aspectos negativos en positivos. Al crecer y hacerme mayor de edad decidí irme de casa. Me tomó varios años dar el paso final. A los treinta años fue posible. Para algunas personas quizá era ‘muy vieja’,  pero logré hacerlo.  Me costó salir antes porque soy muy pegada a mi mamá, pero si quería paz y tener mi propio espacio grande o chico, tenía que emanciparme
Tiene otras metas por cumplir, y una de ellas es convertirse en psicóloga 
Se dan casos aislados de gente que se cría y crece en un entorno peligroso sin dejarse arrastrar por el vicio y la delincuencia, o por lo menos sin salir con serias cicatrices en el  alma, ¿de qué manera te protegiste para no terminar como tantos niños o jóvenes? ¿De qué herramientas o sueños echaste mano?
En realidad siempre tuve claro que no me sentía parte del barrio en el que vivía. Siempre me mantuve al margen de los acontecimientos que daban en la zona. Mientras fui niña o hasta los doce años, salía a jugar, pero al ir creciendo y concluir la etapa escolar, decidí que ese no era un ambiente adecuado ni positivo para mí.  Yo quería más, siempre quiero más (risas), soñaba con surgir, vivir mejor. En el barrio donde crecí era común la venta de drogas, y me aterraba la sola idea de probarlas. Debo decir que tengo una madre muy amorosa,  que siempre estuvo cerca, y hasta hoy se encuentra  a mi  lado cuidándome y protegiéndome de peligros diversos. Siempre he sido muy comunicativa, por eso mantuve una estrecha relación con mi madre.  Le contaba todo y ella me aconsejaba. Somos muy unidas.  Es mi confidente.  Mi gran amor.   Ese sentimiento sumado la unión familiar  fueron los mejores escudos para evitar caer en  las drogas o en la delincuencia. Asimismo mis hermanas y yo  nos queremos mucho y  toda la vida nos hemos protegido mutuamente.
No ser la primogénita ni tampoco la menor, ¿de qué manera ha marcado tu vida?  ¿Cómo es eso de la hermana ‘sándwich’?
La ONG que fundó por vocación de servicio
Ubicarte en medio te libera de la etiqueta de ‘ser la mejor porque eres la hermana mayor’ o ‘reencarnar la perfección para el resto’. Mi condición es más relajada, más informal. No tengo necesariamente que cumplir el papel  de ‘ejemplo de nadie’,  y eso me da la libertad de vivir sin cargas, de ser como quiero en realidad. Existe mucho prejuicio positivo con la hermana mayor: ella es la mejor que los demás hermanos, la que cuida, la que marca la pauta, y realmente no siempre es así.  Sé de casos que los hijos menores son muchas veces más maduros que los mayores y  los que sacan adelante a su familia. En mi experiencia todas hemos aportado de una u otra manera. Por ejemplo,   mi hermana mayor es una mujer muy buena, tan o más luchadora que yo.  Tenemos mucho en común aunque también somos distintas. Como debe ser, porque cada hermano es diferente y valioso en su estilo.
Divides tu manera de ser en dos mitades: Silvana linda y Silvana brava, ¿actúan siempre de modo independiente  o  se combinan en algún momento o circunstancia?  ¿En qué te han ayudado dichas ‘personalidades’ o la unión de ambas?
El colegio que se beneficia de su proyecto social 
La verdad es que las dos forman un equipo fantástico (risas). Siempre estoy en modo ‘Silvana linda’. Los años y las experiencias me han enseñado a no perder los papeles por cualquier motivo, a que no todo me afecte, a que no todo me irrite en forma superlativa. Una gran amiga y colega bausatina siempre me decía “Silvana, que te joda el que puede no el que quiere”.  He ahí la clave de la serenidad y la estabilidad: que no hay que otorgarle poder a cualquiera para que nos mortifique. Sin embargo, en el caso de injusticias o abusos me es imposible no involucrarme, antes lo hacía airadamente, hoy utilizo mis herramientas espirituales para mantener la ecuanimidad y que no me domine la ira. Siempre seré brava, pero he aprendido a distinguir claramente en qué momentos serlo o no.
Por convicción resolviste mantener tu soltería, imagino el revuelo que se desató en tu entorno, ¿A qué sector de los tuyos le costó asumir tu decisión? ¿A tu familia o amigos?
Con los niños del colegio Ángeles de San Pedro 
En este país (Perú) como en muchos, supongo, siempre critican todo: “¿Por qué te casas?” “¿Por qué no  te casas?” Si quieres tener hijos luego de casarte: “¿Por qué no es esperas un tiempo más?” O si tienes hijos  siendo soltera… En fin, si eres gorda, si eres flaca, si eres gay… Todo es motivo de cuestionamiento.  Pero,  como gracias a Dios, tengo un carácter fuerte y así nomás no me doblego, he salido airosa de todo aquello. En realidad no me interesa el qué dirán. Eso es darle poder a gente que solo se dedica a hablar mas no a construir. Yo estoy muy ocupada construyendo un mundo mejor, haciendo absolutamente todo lo que está a mi alcance para mejorar mi entorno. Primero decidí encontrarme a mí misma, enfrentar y superar mis miedos y traumas, curarme porque sin una buena salud mental no es posible vivir feliz. Con respecto a mis padres, ellos siempre respetaron mis decisiones, deduzco que en el fondo hubieran preferido que me case y que tenga un compañero, pero la verdad no es algo que me haya nacido hacer. Amo mi libertad, mi soltería y si llega un hombre que me ame,  lo recibiré con todo amor. Eso no se fuerza, ocurre espontáneamente. Yo soy feliz con mi decisión, caso contrario, ya me hubiera casado con quien sea (risas).
¿Por qué decidiste estudiar periodismo cuando podías haber escogido otra carrera vinculada a la ayuda a los demás debido a tu notoria vocación de servicio?
Cuando terminé la secundaria quería ser actriz, abogada o psicóloga, pero no teníamos muchos recursos. Me pasé un año en una academia de medio pelo preparándome para postular a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pero no ingresé. En ese entonces mi tío estudiaba en la Universidad Jaime Bausate y Meza y le dijo a mi mamá que me inscriba. A mí me gustó la idea.  Decidí estudiar periodismo para ser una mujer culta. Esa fue mi meta y la cumplí. Pero, ahora a mis casi cincuenta años y habiéndome desarrollado como docente de educación superior, que es otra de mis pasiones, quiero postular a la universidad para estudiar psicología. Es una de mis mayores ilusiones y deseo que se materialice.
Una zona de la Ciudadela Pachacútec, lugar de trabajo de la periodista 
Manifiestas que eres una buena persona y que siempre estás presta a dar tu apoyo a la gente, y esa  cualidad tuya la vemos hecha realidad en la Asociación DAR: desarrollo, autoestima, responsabilidad, una ONG que fundaste, diriges y  en la que desarrollas  todos los roles: desde la dirección ejecutiva hasta la limpieza.  ¿Cómo nació esta iniciativa y en qué proyecto te encuentras volcada en este momento?
Siempre me ha gustado hacer trabajo voluntario. En gran medida para agradecer a Dios el que me haya enviado a un hogar donde crecí con papá y mamá, quienes siempre me han amado y cuidado. Porque a pesar de las limitaciones y carencias económicas existentes en nuestro hogar siempre hemos estado y continuamos unidos por amor; cuidándonos mutuamente.  Además, me nace ayudar, me gusta, me hace feliz. De allí  el eslogan de la Asociación DAR: ¡Porque DAR me hace muy feliz!  Con esta expresión resumo lo que siento cuando voy a la Ciudadela Pachacútec en Ventanilla (Provincia Constitucional del Callao), lugar en el que desarrollo mi proyecto. La merienda complementaria que consiste en llevar una alimentación saludable, darles útiles escolares y ayudar en sus tareas a un grupo de alumnos del colegio Ángeles de San Pedro.  Son niños en situación de pobreza extrema, pero lindos, inteligentes y con muchas ganas de materializar sus sueños. La idea es acompañarlos hasta que concluyan la secundaria y ayudarlos a que se ubiquen en un instituto o universidad, según su vocación y habilidades. Es un proyecto joven y con recursos muy escasos. No me canso de tocar puertas en busca de apoyo, y quizá mediante esta entrevista consiga gente que se una a nosotros para sacar adelante esta iniciativa.
En plena charla sobre sexualidad
Además de ejercer el periodismo, eres docente por vocación: enseñas comunicaciones y psicología social.  Mantienes excelentes relaciones con tus alumnos, tanto así que te confían sus secretos y comparten su intimidad. ¿Cómo lo conseguiste?
Hace diez años una amiga colega, también bausatina, me preguntó si poseía mi licenciatura, pues ella por falta de tiempo no podía dictar clases y debía dejarlas. Me presentó a la coordinadora, y como mi amiga tenía excelentes referencias, fue suficiente para que me confiaran de inmediato los cursos, “Si te recomienda Katia es perfecto”, concluyó la jefa de la carrera. Al inicio tuve un poco de temor, pero luego me despojé de él y dejé fluir mi vocación que estaba dormida, porque siempre me gustó enseñar, comunicar, interactuar con los alumnos. Así poco a poco y con el paso de los años, me he ganado la confianza de mis estudiantes. Los pilares de mi conducta para lograrlo fueron preparar mis clases, ser puntual, dedicada y profesional. No hablar de lo que no sé, y sobre todo permitir que el aula de clases sea el espacio perfecto para que los alumnos aprendan en un ambiente de armonía, respeto, equidad, y se valore lo que se conoce como “saberes previos”, porque todos saben algo. Hay que aumentar ese saber, no disminuirlo o ignorarlo. Les doy confianza a mis alumnos  basándome en el respeto mutuo. Me gusta que todas las personas se sientan bien a mi lado, eso genera empatía y confianza. De ahí que los chicos me cuenten sus penas, sus alegrías, sus sueños y proyectos. Yo siempre les doy ánimo, cariño y  consejo. Les reprendo solo si es necesario.
También eres orientadora en sexualidad humana, obtuviste el diplomado respectivo en el  Instituto Peruano de Paternidad Responsable (INPPARES), y a la hora de hablar de sexo declaras que lo  haces  con soltura y naturalidad matizando la información con bromas hot pero con elegancia y dominio del idioma. ¿Es complicado no caer en lo soez o chabacano? El tacto y la prudencia deben ir de la mano para no ofender o ensuciar más el tema.   
Vive a plenitud su espiritualidad
Complicado no es, lo que considero esencial es mantener el equilibrio en la forma de expresarse.  Es divertido matizar con una broma de ‘doble sentido’, y que tu auditorio de ría a carcajadas.  Así se relajan y divierten, pero toda tu charla no puede ser una broma porque caes pesada y se pierde seriedad, y hablar de sexo es un tema serio. Lo que hago es generar un ambiente de cordialidad y confianza, en el cual las personas pregunten con libertad y la seguridad de que no serán juzgadas. De que si alguien despeja una duda despejará la de todos. Miles de personas viven con esas mismas incertidumbres, y por  vergüenza no  las exteriorizan. No es justo. Debemos vivir una sexualidad libre, segura, espontánea y responsable. Utilizo palabras sencillas y mi conducta es jovial. Por eso, se propicia un espacio de confianza en el cual no ha tabúes, no hay vergüenzas y todos participan.  Todos queremos aprender, y me incluyo, porque un error es pensar que el orientador lo sabe todo. Eso aleja a los consultantes. Hay que dar confianza y respetar sus preguntas.  Muchas veces conllevan un enorme sufrimiento, por tanto, es necesario tratarlos con amor y comprensión
Refieres que padeciste  la crisis de los 40, y que esa experiencia te condujo a la espiritualidad. Hoy pintas mandalas, meditas y practicas Ley de la Asunción del Deseo Cumplido. Ahonda sobre todo en esto último.
Así es,  caí en una depresión porque conviví con un hombre que pensé que era el amor de mi vida, pero me equivoqué absolutamente.  Fue muy duro despegarme de esa relación tan tóxica que yo pensaba que era amor. Me deprimí mucho y hubo días en no deseaba ni levantarme de la cama. Sin embargo no recuerdo por qué razón  un día salí a caminar un rato y me encontré un con una amiga entrañable que es psicóloga y sanadora.  Ella me vio tan mal que me dijo que vaya a su casa ipso facto. Empezamos a hacer terapia (EMDR específicamente), y al cabo de un mes, yo ya estaba haciendo mi vida completamente normal. Acudí a terapia durante un año y simultáneamente ella me introdujo en la espiritualidad, específicamente a la Ley de la Asunción del Deseo Cumplido, cuyo principal representante es Neville Goddard.  Es algo  sencillo y a la vez profundo: tiene que vivir y vibrar en la sensación del deseo cumplido. Sea lo que sea que anhelas, tienes que actuar como si ya lo tuvieras y se materializará.  Las cosas no vienen de adentro hacia afuera sino todo lo contrario. Asimismo, hay que tener claro que todo lo que haces regresa, haz el bien sin mirar a quién y no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti. Vivir en la espiritualidad me ha renovado y convertido en un ser que es más productivo y servicial para los demás. Es decir, en una mejor persona.
Junto a Patty, su hermana mayor. 
Escribir es otra tus pasiones, ¿estuvo siempre en ti o se gestó con el tiempo?  ¿O quizá apareció cuando estudiaste corrección de textos?
Amo escribir, siempre me ha gustado, pero he ido puliendo mi estilo con los años. Me considero una narradora de crónicas, me encanta contar cosas, situaciones o historias reales o ficticias. Si bien es cierto, la Crónica es un género periodístico de no ficción, pienso que lo mío se inclina más hacia la Crónica Literaria. En mi Facebook he publicado diversas crónicas de las experiencias que he vivido en mi reciente viaje a Europa entre enero y marzo de 2017. Escribir me libera, me encanta, me transporta a situaciones que me gustaría vivir. Soy una mujer imaginativa y creativa, y eso me fascina. Como correctora, trabajo revisando los textos de otros, los oriento para que queden excelentes, pero escribir lo mío es crear mundos diversos.
Acabas de publicar en digital el libro de relatos Escritos para ti…relatos íntimos, una colección de diez cuentos erótico-románticos. Te costó años sacar adelante esta obra. Reescribir, borrar y descartar. ¿Ahora que es una realidad cómo evalúas el trabajo realizado? ¿Satisfecha del todo o irás a por más?
Le encanta que la gente se quede con lo mejor de ella
Es mi primer ‘hijo literario’ (risas). Tengo más de treinta historias escritas y he seleccionado solo diez.  Estoy feliz de publicar por primera vez. Estos relatos nacen a partir de los intercambios epistolares que tuve hace diez años con un caballero español, una linda persona, pero lamentablemente falleció de un infarto fulminante a los 53 años en Valencia (España). Recuerdo que nos conocimos por Internet, nos hicimos amigos, y cuando le conté que era periodista me propuso escribir historias con un contenido adulto y accedí.  Se convirtió en mi ‘editor online’. Era un hombre muy agradable.  Mi libro está dedicado a él.
Volviendo al libro en sí, es una primera experiencia, quiero escribir más, publicar una novela. La verdad es que quiero erigirme como la escritora de historias adultas más leída en el mundo, que mis libros se traduzcan, quiero que las personas se identifiquen con mis relatos. Están hechos con  un lenguaje sencillo, coloquial, y como lo dice el título son Escritos para ti
Declaras que en tu libro de cuentos se grafican las fantasías o experiencias que muchos vivimos pero que difícilmente revelaremos, ¿todavía tenemos mucho que aprender de nuestra sexualidad? ¿Por qué le tememos o somos tan irrespetuosos con ella? Extremadamente inocentes o burdos, o vulgares o groseros. ¿Alcanzaremos el equilibrio y el disfrute en algún momento?
Durante su viaje a Berlín 
El sexo, la sexualidad son actividades tan normales y naturales como comer, dormir o bañarse. La gran diferencia es que otorgan un placer indescriptible y, claro,  también se puede procrear.  Centrándonos en lo primero (placer), muchas veces se ha condenado, se ha prohibido y juzgado a quienes quieren ejercerlo libremente y gozarlo, pero simplemente por prejuicio o ignorancia.  Porque el sexo no es malo, nosotros lo ensuciamos. Le tememos, pienso yo, porque tener sexo abarca niveles de excitación tan grandes que implica perderse entregarse y eso gozo (no sé por qué), se condena. Es necesario hablar de sexo con naturalidad, con sencillez con claridad, con respeto.  Llamar a cada órgano genital por su nombre, sin ponerle sobrenombres que los degradan. Enseñar a los niños a conocer su cuerpo y respetarlo, fortalecer su autoestima que es la base de todas las relaciones (la base de una vida feliz), saber amarse plenamente para poder amar a los demás, desarrollar el apego seguro también ayuda a una sexualidad feliz. Si sabemos amarnos, si conocemos nuestro cuerpo, si aprendemos a vivir nuestra sexualidad sin tabúes pero teniendo claro que podemos y tenemos derecho a poner límites, entonces disfrutaremos del placer y goce que nos merecemos.
¿Cómo conversar o debatir con alguien que ama las palabras y es casi un diccionario ambulante, y  en cualquier momento (y a su antojo) puede soltarte una que ignoras  y no saber si te insulta o se burla de ti?
Ampliar tu repertorio de palabras (risas). Hay más de cien mil voces en nuestro idioma y dudo que alguien los domine todos, ni remotamente. Sin embargo, si conversas con alguien que maneja un amplio vocabulario la idea es charlar amenamente, y en cada duda haces un alto y le pides que defina lo que dijo, así de simple. Lo que pasa es que hay una intencionalidad, es decir, si por alguna razón la persona que sabe quiere minimizar o ridiculizar a su interlocutor o quiere demostrar superioridad, quizá quiera impresionar. Creo que se puede hablar en forma culta sin ser rebuscado. Pienso como periodista y docente que mi público, mis alumnos o mis lectores, se pueden divertir o entretenerse conmigo, pero también aprender, obtener un valor agregado luego de conocerme. Yo amo las palabras, uso algunas ‘raras’ o no muy comunes, y me fascina cuando las personas me piden la etimología, se las doy, pongo ejemplos… En fin, amo enseñar, y que cada persona que me conozca se lleve lo mejor de mí.
Si desean saber más de la autora o su obra
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