Foto: Santi Burgos |
Vive soñando en que llegue el día de su jubilación para ser dueño de su tiempo y leer y escribir lo que le dé la gana. Mientras tanto, se resigna a lo que hay y toma su guitarra para ayudarse a pensar. Ella le ofrece la música inspiradora a sus creaciones literarias y periodísticas. Pero no se rompe mucho la cabeza (¡Qué envidia!), pues afirma que siempre tiene ideas y son tantas que incluso, no tiene ningún reparo en tomar algunas de ellas y proponérselas a sus colegas columnistas a fin de que las aprovechen.
Este es Fernando Iwasaki Cauti, escritor indisciplinado, investigador acucioso y notable historiador peruano afincado en Sevilla desde hace muchos años, que se define a sí mismo como pesimista, pero de esos que quieren que las cosas salgan bien.
Captó la atención de los lectores españoles con “El libro de mal amor” donde relata sus desventuras sentimentales con una gran dosis de humor, y desde allí no ha dejado de estar en boca de la gente para bien o para mal. Es que siempre él va con ‘su verdad’ por delante.
En la siguiente entrevista nos habla un poquito de todo, en especial, se refiere al valor de la amistad, su postura frente a las críticas, los premios literarios, y la peculiar forma de pensar que tienen los escritores que recién dan sus primeros pasos.
La mayoría de la gente prefiere no decir lo que piensa por temor a la crítica, ¿considera que sus opiniones gozan de gran consenso o, más bien, es impopular?
Mis opiniones siempre han sido impopulares y ojalá sigan siendo así. El día que todo el mundo me felicite por lo que pienso será que estaré reblandecido.
¿Cómo cree que lo ven sus compatriotas? Lo digo, por su cercanía a don Mario Vargas Llosa y esa especie de antipatía que algunos sienten por el destacado escritor.
La opinión de los compatriotas sólo porque son compatriotas no debería condicionarnos. Otra cosa muy distinta es la opinión de las personas que me quieren o las que yo quiero. Y en esa segunda categoría hay tantos peruanos como no peruanos. Ahora bien, quien me malquiera por ser amigo de Vargas Llosa me trae sin cuidado.
¿Se puede decir que usted sabe ser amigo de sus amigos? ¿Qué estaría dispuesto a hacer por proteger una amistad?
Por ejemplo, no consentir que nadie hable mal de un amigo delante mío. La amistad no se demuestra contándole al amigo quién «raja» a sus espaldas, sino cortando los «rajes» de raíz y después quedándose uno calladito.
Es un escritor lleno de ideas Caricatura: Fernando Vicente |
Algunos de sus detractores manifiestan que es una persona tímida y pesimista, ¿cree lo contrario o certifica ese punto de vista?
No soy tímido aunque sí pesimista. En todo caso, soy un pesimista que quiere que las cosas salgan bien. Pero tengo una curiosidad: ¿mis detractores no deberían pensar que soy temerario y sinvergüenza? Tímido y pesimista no es suficiente para tener detractores. ¿O será que también he decepcionado a mis detractores?
¿Se considera un escritor disciplinado y de horarios establecidos?
Por desgracia, no. Soy un escritor indisciplinado, aunque capaz de trabajar más horas extras que nadie (¿será mi gen japonés?).
¿Sigue algún método o rutina a la hora de ponerse escribir?
No puedo escribir ficción lejos de casa y toco la guitarra mientras pienso.
Dicen sus críticos que ningún género se le resiste, ¿está de acuerdo con esa aseveración?
Por supuesto que no, ya que no soy ni poeta ni autor de teatro. Y si pudiera elegir entre uno de los dos, elegiría la escritura dramática. Oiga, qué amables esos críticos, ¿no? Deben de ser amigos de mis detractores.
Ya suman muchos los que no creen en los concursos literarios. Usted que ha sido juez de varios, ¿puede garantizarnos la igualdad de condiciones?
En los que yo he sido jurado –como el Alfaguara- claro que sí. También me consta que el premio de novela de Tusquets es limpio y transparente. Y la mayoría de premios de poesía o ensayo también lo son.
Desde que llegó a España se estableció en Sevilla, ¿qué lo liga a esta tierra?
Mi esposa, mis hijos, mi casa, mi pueblo, los amigos, la ciudad, el humor, la música, el Betis... ¿quiere que siga?
Hubo un tiempo en que se dedicó a la cátedra universitaria, ¿por qué se alejó de la enseñanza?
Porque tardé casi diez años en convalidar mis títulos peruanos y tenía que llevar comida, pañales, jabón y sapolio a mi casa. Por lo tanto, el arroz de la universidad se me pasó.
¿Cómo elige el tema para sus temas y para sus artículos periodísticos? ¿Se quedó alguna vez sin ideas?
Siempre tengo ideas. Cuando escribía en «Diario 16» tenía una columna diaria y me acostumbré a cazar los temas de cualquier parte. Ahora, como sólo escribo dos veces por semana y llamo a otros columnistas amigos para sugerirles argumentos.
No permite que 'rajen' de sus amigos delante suyo Foto: Daniel Mordzinski |
¿Hay en cantera jóvenes escritores o no tan jóvenes pero aún inéditos (en Perú)- que puedan destacar fuera de las fronteras como lo hicieron Vargas Llosa, Ribeyro, Bryce, entre otros?
Si fueran inéditos no los conocería, pero puedo mencionar a Enrique Planas, Carlos Herrera, Lorenzo Helguero, Claudia Ulloa, Camilo Torres, María Luisa del Río y Julie de Trazegnies, entre otros.
Cierta vez don Mario Vargas Llosa dijo que el Perú es el país de los «casi» y que en esta categoría también entran los escritores; esos que estuvieron «ad portas» de lograr algo y les faltó valor, usted, ¿coincide con él?
Todos conocemos casos de personas que no colmaron las expectativas que suscitaron. Me da igual que se trate de escritores o futbolistas, aunque comprendo que Vargas Llosa haya reparado más en los escritores. En cambio, yo soy más consciente de los futbolistas.
«El libro de mal amor» se está convirtiendo en lectura obligatoria en numerosos colegios peruanos, ¿cómo lo asume?
Es un privilegio y un motivo de satisfacción. Cuando cursaba quinto de media llevé un libro de literatura de Mirko Lauer y José Miguel Oviedo, que me descubrió lo mejor de la literatura peruana. Ojalá que mi novela le sirva a otros adolescentes como me sirvió a mí aquel maravilloso manual de Lauer y Oviedo.
¿Cree que el poseer buen sentido del humor es fundamental a la hora de escribir?
Para escribir libros como los de Borges, Bryce o Cabrera Infante, sí. Para escribir libros como los de Sabato, Arguedas o Lezama Lima, no. Tener humor no te convierte en un escritor mejor que otros y por eso cito a escritores que me gustan, aunque no tengan sentido del humor.
Después de tantos años viviendo en España, ¿ha logrado adaptarse del todo? O quizá, ¿se sigue sintiendo un extranjero?
Hace más de quince años que dejé de sentirme un extranjero en España, porque España es otro de mis países. La verdad es que tengo como cinco países: Perú, España, Japón, Ecuador e Italia.
Viaja mucho a Latinoamérica, ¿encuentra algún aspecto, en especial, que distinga a un escritor de esas tierras a un europeo? En este caso, me refiero a los que recién hacen sus pinitos.
Los escritores latinoamericanos –sobre todo si recién están haciendo sus pinitos- tienden a pensar que sólo publican en España quienes tienen contactos. Si ya publican en España tienden a pensar que sólo son reseñados quienes tienen contactos. Y si ya son reseñados tienden a pensar que sólo son traducidos quienes tienen contactos. A quienes tienden a pensar así, alguien debería explicarles que escribir desde Buenos Aires, México, Lima o Santiago es mejor que hacerlo desde Murcia, Praga, Sevilla o Ginebra.
Usted, que es un veterano en las letras y ha logrado un envidiable éxito y prestigio, supongo que no ha dejado de soñar y plantearse metas, ¿qué es lo que más desea alcanzar dentro de su carrera?
Lo que más deseo es alcanzar la edad de la jubilación para poder ser dueño de mi tiempo y leer y escribir lo que me dé la gana. ¿Quiere decir que ahora mismo no leo ni escribo lo que me da la gana? Pues no. Ni leo ni escribo lo que me da la gana. Por lo tanto, no me considero digno de ninguna envidia.
Finalmente, la mejor combinación que existió para Jorge Luis Borges fue el café con leche, ¿cuál es la suya?
Café con Borges.
Si desean saber más del autor o su obra pueden pinchar el siguiente enlace: http://www.fernandoiwasaki.com/ Foto: Nicolás Haro |
Elga:
ResponderEliminarFelicitaciones por tu entrevista al escritor Fernando Iwasaki. Me gusta su autenticidad con que expresa sus pensamientos y emociones. Me encanto cuando dijo que no le gustan que"rajen" de sus amigos delante de el. Estoy de acuerdo con su honestidad. Lo que me quedo pensando porque le demoraron 10 anos la convalidacion de sus titulos en Espana a un escritor and historiador talentoso. Me parece que el gobierno del Peru tiene el deber de respaldar los peruanos que estan en el Peru. Aqui, en Estados Unidos no es asi. Gracias...Que sigan los exitos para ti y Fernando Iwasaki. Gracias Mirella
Querida Mirella: A lo mejor en ese tiempo demoraba o más, o no pudo hacerlo de inmediato, debido a sus obligaciones personales-laborales-familiares. En mi caso, tuve la homologación de mis títulos en dos años.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios. Cariños, Elga.
Te aseguro que con su jubilación, nos veríamos beneficiados los lectores. El mayor tiempo disponible permitiría a FI incrementar su, ya generosa, producción literaria.
ResponderEliminar"Café con Borges"!!!...Muy buena.
Saludos, querida Elga.
Johnny López
Johnny: Estoy completamente de acuerdo contigo. Nosotros, sus lectores, saldríamos ganando. Un beso y gracias por participar, Elga.
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