A los 14 años conoció a su padre, descubrió su descendencia inca y aprendió a amar su cultura. Le costó defender su legado, sobre todo, su nombre: Tupaj Amaru en un entorno prejuicioso y racista. Sin embargo, lo peor fue luchar contra su familia materna que se resistía a llamarlo así y renegaba al ver su apellido junto a ese “nombre de indios y cholos”.
Pero Braulio Rubén Tupaj Amaru Grajeda Fuentes, supo encarar su realidad, unir sus dos sangres y asumir su nuevo yo, pues ya llevaba dentro de sí la semilla del poeta Leo Zelada, ese espíritu apasionado que a los cinco años le dedicó sus primeros versos al mar.
Zelada es un hombre al que preocupa su autoconocimiento, se halla en constante cuestionamiento y le interesa estar conectado a su esencia creadora. Estas razones lo motivaron a emprender un viaje que duró cinco largos años. Mochila al hombro recorrió buena parte de Sudamérica, América Central hasta llegar a Los Ángeles. Destacamos que tuvo sortear la Cordillera de Los Andes, la selva amazónica e incluso la zona peligrosa de Chiapas. De esa aventura nacería la novela American death of life (Ediciones Altazor, 2004).
Les presentamos a este vate que no se calla nada, ama profundamente Madrid, es dueño de una editorial, escribe Haikus, está en contra de los Best Sellers y que considera que la mejor literatura del mundo es la que se hace en castellano.
Desciende por línea paterna de la dinastía inca, ¿cuándo lo supo qué pensó? ¿Se sintió diferente, especial o con una gran responsabilidad a cuestas?
Yo fui educado por vía materna en una familia de cultura criolla en Lima, por ello, el conocer a mi padre a los 14 años supuso un choque cultural para mí. Él durante toda su vida difundió el idioma de los incas que es el quechua, aunque le gustaba llamarlo “Runa simi”. Mi padre me hizo ver la realidad de la cultura andina y enorgullecerme de mi pasado. Me dijo que éramos una de las pocas familias que descendíamos de la estirpe inca, y que nuestro primer ancestro fue el general Cosme Damián de Grajeda, quien se casó con una princesa inca, llamada Rosa Huamantika. Desde ese momento, llamarme Tupaj Amaru no significó un motivo de vergüenza, sino de orgullo. Todos sabemos que el Perú, aparte de ser un país clasista, tiene una sociedad donde se ejerce con impunidad el racismo. Desde niño, pese a que era bajito y delgado, tuve que defender la herencia de mi nombre; me vi obligado a pelearme cotidianamente a puño limpio en un barrio marginal del puerto de El Callao. Me enfrentaba con los intolerantes para que no me humillaran y aprendieran a respetarme. Sin embargo, al mismo tiempo también tenía que luchar contra los miembros de mi familia criolla. Esos que querían borrarme un nombre tan feo de sus apellidos. “Un nombre de indios y cholos”, decían. Porque lo hacían-según ellos- por mi bien.
¿De qué manera o cómo se manifiestan sus raíces incas a la hora escribir?
A diferencia de mi padre y todos mis hermanos de rama paterna que se comunican en quechua, yo me crié en un ambiente donde se hablaba el castellano, así que más que en la lengua, la influencia se da, en mi forma de sentir el mundo. Mi comunión con la naturaleza del campo y la ciudad. Mi amor por la tierra, las montañas, los árboles, el mar; el sentirlos no como objetos, sino como hermanos. Es largo de explicar.
"No creo en generaciones, grupos o nacionalidades", expresa. |
¿En qué momento sintió el llamado de la poesía? ¿Recuerda qué fue lo que le inspiró la primera vez?
Fue mi primer encuentro con el mar, cuando tenía cinco años, lo que me motivó a escribir unos versos, que luego metí en una botella y lancé a las aguas de Cantolao. Conocer el mar me hizo no sentirme solo. Por ello, como agradecimiento, le dediqué mi primer poema.
¿Qué autores le conmovieron en sus inicios? Y hoy en día, ¿qué poetas y escritores son de su agrado?
En mis inicios me fascinaban Vallejo, Rimbaud, Ginsberg, Blake, pero ahora me gusta sorprenderme con autores como Tomas Transtormer, Yunus Emre, Eunice Odio, Ibn Zaydun. Pero los que consulto casi como oráculos son Baudelaire, Santoka y Keats.
La prensa de Latinoamérica lo ha llamado ‘el último poeta maldito’, puede explicarnos ¿por qué?
No sólo en Latinoamérica. Para mi sorpresa esa afirmación se está volviendo un tópico en algunas entrevistas que me hacen en España y Estados Unidos. De joven quería ser un poeta maldito. Lo veía como algo puro y radical. Pero pasado el tiempo, soy un murciélago que ansía volar a la luz.
Sus adeptos manifiestan que es un escritor que no se calla nada y que siempre resulta polémico a la hora de opinar o expresar una crítica, ¿está de acuerdo?
Yo sólo soy como soy. Digo lo que pienso. En esta época ser sincero se ha vuelto un defecto y no una virtud.
A propósito, ¿encaja de buen agrado los comentarios adversos respecto a su obra?
Estoy seguro de lo que hago. Me he ganado mis galones a pulso. Me molesta la hipocresía: gente que habla mal y luego te pide favores. Cada quien tiene la libertad de decir lo que piensa, pero también la de ignorar lo escuchado.
Realizó estudios de Filosofía en la Universidad Mayor de San Marcos en Lima, ¿hay lugar en este mundo para los filósofos? Y ¿para los poetas?
El mundo no tiene un lugar para los poetas y pensadores, pero el mundo sin poesía no es mundo. Esa es la paradoja de nuestra especie.
Fue miembro del Grupo poético Neón de notable presencia en los años 90 ¿qué recuerdos tiene de esa época?
Buenas y malas sensaciones. Afirmé mi vocación para escribir cuando fundé Neón. Pero a su vez, entendí que el camino solitario es la ruta irremediable del creador. No creo en generaciones, grupos o nacionalidades.
¿Cuándo se decide crear el Taller de Narrativa y Poesía Carpe Diem? ¿Es cierto que en la actualidad se dicta por Internet?
Empezó en la Casa Museo José Carlos Mariátegui en Perú, y fue a solicitud de algunos amigos que me pidieron realizar un taller de creación literaria. También he dictado talleres similares en Costa Rica y España. Y sí, es verdad, ahora también lo realizo vía Internet.
Durante uno de sus paseos nocturnos por las calles de Madrid |
Del año 1993 al 1998 realizó toda una aventura mochila al hombro atravesando América del Sur, Central hasta llegar a Los Ángeles. Resaltamos que tuvo que sortear la Cordillera de los Andes, la selva amazónica e incluso la zona peligrosa de Chiapas. Esas experiencias están plasmadas en su novela American death of life, ¿qué lo condujo a embarcarse en eso que algunos denominarían ‘locura’?
Quería ser como Rimbaud, Gauguin y los Beatnick. Pero en ese viaje- que me pasó de todo- entendí que no hay lugares vírgenes, que en la aldea indígena más remota de la selva amazónica hay una radio o un pastor evangélico destruyendo sus mitos ancestrales. Quería demostrarme que no era como cualquier otro jovencito universitario que quería ser un poeta vanguardista de salón o de ciudad, quería probar la aventura pura, sin simulaciones, sin pausas, sin dinero, sin saber donde dormir, sin conocer a nadie, sin saber cuanto tiempo quedarme en un lugar; solitario, ‘mochileando’ cuatro años seguidos, sin marcha atrás. Fue una locura, verdad. Me salvé muchas veces de la muerte. Fue tan maravilloso e infernal a la vez, que casi no hablo de ese viaje. Por eso, para quitármelo de la mente, escribí esa novela.
Dijo en una oportunidad que "La literatura escrita en castellano es la más importante del mundo", ¿se reafirma en esa aseveración? Si es así, ¿en qué lugar ubica a la que se cultiva en Perú?
Mantengo mi opinión que la literatura escrita en castellano es la mejor del mundo y agregaría que Madrid es su metrópolis. Más aún, después del 15M, que me parece el poema más bello que he visto en el siglo XXI.
A ese respecto, ¿qué poetas y narradores jóvenes peruanos podrían hacerse de un lugar importante en la escena literaria mundial?
No creo en la literatura peruana, como no creo en ninguna literatura nacional. No soy de dar consejos, pero puestos en el tema, sólo les diría que viajen y se preocupen más en encontrar su voz que el reconocimiento.
Es compilador de la Antología de la Poesía Peruana Contemporánea y de la Antología de la Nueva Poesía Hispanoamericana, ¿con qué criterio hizo la selección? ¿Hubo alguien que quedó fuera y reclamó?
Toda antología es un poco arbitraria y se basa en el criterio y gusto de su compilador, más allá de la falsa objetividad que se pretender vender con este tipo de publicaciones. Los poemas seleccionados son los que hablan de la calidad de estas antologías.
¿Cómo ve el futuro de los escritores que se autoeditan? ¿Existe un camino al triunfo literario sin una editorial poderosa?
Estamos en una era de crisis y eso afecta el mundo editorial. Por lo tanto, no hay apuestas por autores jóvenes, sino por libros que vendan, salvo honrosas excepciones. En ese sentido que autores se autopubliquen, no me parece mal. Es más, la utopía sería que todos los autores que quieren publicar y no tienen oportunidades, se autoediten. Así se acabaría de una vez con el universo elitista literario. En cierta manera, eso ya está pasando con los blogs y e-books.
Departiendo con el director de cine, Pedro Almodóvar |
¿Cuándo funda Lord Byron Editores? Tenemos entendido que están publicando a escritores españoles y latinoamericanos bajo su colección Prometeo desencadenado.
Sí, es un proyecto que se afianza con el tiempo. Soy un poeta que lleva una editorial. Quizás, por eso, no me siento poco cómodo hablando como editor.
Escribe también Haikus, ¿en qué momento se interesó por esta forma de poesía tradicional japonesa?
Me interesó desde que leí a Bashio. Han pasado 20 años. Hasta ahora sigo aprendiendo.
Hace poco se pronunció en contra de los autores de Best Sellers como Coelho, Larsson, Ruiz Zafón o Auster manifestando que carecen de ‘calidad literaria’. Pero fue más allá, y también se refirió a los escritores de culto como Enrique Vila-Matas o Michel Houellebecq, de quienes dijo ‘su literatura es aburrida y poco original’, ¿tan ingenuos son los lectores que no se dan cuenta? ¿Son impresionables o se dejan llevar por la publicidad? O simplemente, ¿debemos aceptar que hay para todos los gustos?
La literatura se ha vuelto un nuevo nicho de entretenimiento. Se va al supermercado y a la par de adquirir tomates, se compra un libro que da la casualidad no es Virgilio o Novalis, sino una novela que buscar hacerte pasar el rato levemente. La literatura se ha vuelto circo y esos autores de Best Sellers son víctimas de ese mercado insaciable.
Por otro lado, están los autores que se asumen cultos y quieren diferenciarse. Por tanto, creen en la estupidez que mientras más oscura es su obra, más interesante es. Esto esconde un problema de fondo: su poco talento para expresarse. En la complejidad de lo simple, está la gran literatura.
Minimal poética es su último poemario publicado, y, según tenemos noticias, los ejemplares se agotaron en un abrir y cerrar de ojos.
Estoy contento de haber publicado en una editorial como Vaso Roto, al lado de grandes maestros de la poesía clásica y contemporánea. Me emocioné como un pequeño cuando se presentó dentro del museo Reina Sofía, donde se exponen las obras de Picasso. Minimal poética ha sido y es, un punto de inflexión en mi vida como poeta.
Declaró para una publicación de Miami que se siente más madrileño que limeño, esto puede sentarle muy mal a sus compatriotas, ¿no?
No deben sentirse mal. Yo amo el centro de Lima, pero tu ciudad es donde está la gente que quieres. Y mis amigos, están ahora en Madrid. Por eso es que me siento madrileño.
Sin embargo, a la hora hablar y escribir es muy latinoamericano (ya no digo peruano), ¿llegará al día que se exprese como un español?
El futuro es una patria sin fronteras. El futuro es un lenguaje híbrido. El futuro lo veo como un arco iris.
Si desean saber más del autor o su obra pueden pinchar: http://leozeladabrauliograjeda.blogspot.com/ |
Hola, la verdad es que esta entrevista es harto interesante. Tu entrevistado, Leo Zelada, tiene frases demoledoras y no sé con cuál qudarme. Gracias y mucha suerte a ambos (seguro que él me diría que no es cuestión de suerte si no de trabajo y mérito, con toda razón).
ResponderEliminarMe voy a atrever a destacar: "En la complejidad de lo simple, está la gran literatura".
Saludos.
Me ha gustado conocer a Leo, los poemas que he leido suyos siempre me han tocado el alma... espero seguir descubriendo a este gran poeta Inca.
ResponderEliminarBesos!
Cristina Betancourth
Así es Cristina, Leo es un poeta con una sensibilidad muy particular. Gracias por tus comentarios. Saludos.
ResponderEliminarLeo Zelada es auténtico, es él, sin más. Cuando escribe no tiene imposturas, para bien o para mal, se muestra sin disfraces ni poses interesantes. Es un gran artista y un gran ser humano y eso se nota en su obra.
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