Tiene claro que siempre hay formas de salir adelante y apostó por ser empresaria siendo una indocumentada. Lo pasó fatal y, aun recuerda que se daba ánimos diciéndose que no podía ir peor. La recién llegada, Mariela Dabbah trabajaba más de 15 horas diarias junto al que entonces era su marido apartando los malos augurios, y al cabo de algunos años, pudo ver los frutos de su inquebrantable fe y esfuerzo: levantar una editorial quebrada y convertirla en rentable y famosa. “Vivíamos en el mismo lugar donde teníamos la compañía así que realmente trabajábamos día y noche. No era una home based business sino una business based home”, señala.
Conozcamos a esta empresaria, escritora, conferencista y comunicadora argentina que escribió el popular libro “Cómo conseguir trabajo en Estados Unidos. Guía para latinos”, brindó asesoría educativa a empresas de la talla de Citigroup, American Express, McDonald’s Corporation, a instituciones dedicadas al enseñanza como Harvard, Columbia, o Yale y que en actualidad promociona su obra “Poder de mujer”, en la que expone su experiencia vida, la de grandes divas de origen latino, sin dejar de lado, por supuesto, el testimonio de mujeres anónimas que lucharon por alcanzar su particular sueño americano.
Cierta vez dijo el cantante y músico panameño Rubén Blades que uno sólo experimenta ser latinoamericano cuando sale de su tierra y marcha a otro lugar que no forma parte de Latinoamérica, tomando en cuenta esto, ¿qué significa exactamente ser latinoamericano, teniendo en cuenta que si bien venimos ‘del mismo sitio’ no hablamos igual, nuestras costumbres son distintas e incluso nuestros valores? ¿Es que este concepto se reduce tan solo a una demarcación geográfica? ¿Cómo nos globalizamos sin poner en peligro nuestra identidad?
La identidad se construye con muchos aspectos. Cuando le preguntas a los hispanos que viven en Estados Unidos con qué se identifican más, la mayoría dice que con el país de origen. No con la región. Sin embargo, tenemos varios rasgos en común por venir de esta región y en ese sentido, compartimos parte de nuestra identidad. La idea para mí es aprovechar las características propias y aprender aquellas de otras culturas que te sirvan para lograr tus propósitos. Siempre que te respetes como persona, no creo que por adquirir algunas características valiosas vayas a perder tu identidad.
La gran mayoría de españoles no distingue un latinoamericano de otro, es más, fracasan a la hora de ubicar un país latinoamericano en el hemisferio que le corresponde, pero no se hacen problema, pues han resuelto denominar a todos ‘suramericanos’. Por ejemplo es frecuente escucharles afirmar que un mexicano es ‘suramericano’, y cuando intentas sacarlos de su error, te responden con displicencia: “Da igual”. ¿Esto sucede también en Estados Unidos? ¿Cuál es su experiencia?
En muchos lugares de los Estados Unidos existe la tendencia a creer que todos los hispanos son mexicanos ya que éstos constituyen una amplia mayoría de latinoamericanos en este país. A veces, poner a personas que vienen de países distintos en un mismo grupo sirve para entender características comunes de ese grupo, pero a la vez tiene sus complicaciones porque puede ser una buena manera de expresar (subliminalmente) sentimientos antiinmigrante.
Es habitual en los platós de televisión |
Su preocupación, una vez que se asentó en Nueva York, fue ayudar a los grupos de inmigrantes latinoamericanos a entender el sistema americano, formar parte de él, y así aprovechar las ventajas que puede ofrecerles a todo nivel, porque, según entiendo, sigue pensando que USA es todavía el país de las grandes oportunidades, cuéntenos sobre ese libro guía que primero escribió en inglés y luego tradujo al castellano, y que más tarde, dio origen a los talleres de capacitación
El primer libro que publiqué en Estados Unidos fue: “Cómo conseguir trabajo en los Estados Unidos” y lo escribí en inglés porque Sourcebooks, la editorial que lo publicaba, no tenía editores que pudieran editarlo en castellano. Una vez que lo hicieron, lo traduje al castellano y sólo se publicó en este idioma. Fue un proyecto interesante porque no había nada así en el mercado y en un par de meses me convertí en la experta sobre estos temas en los medios en castellano en los Estados Unidos.
Su libro “Cómo conseguir trabajo en Estados Unidos. Guía para latinos”, estuvo –y está orientado– a inmigrantes de un amplio espectro: gente sin estudios, que han terminado la secundaria, con títulos profesionales, de post grado e incluso, contiene sugerencias y recomendaciones específicas para los documentados y sin papeles. Por cierto, a estos últimos, les anima a abrir sus propios negocios o empresas, ¿es viable? ¿Están en condiciones de hacerlo?
En muchas ocasiones, la única salida para personas indocumentadas es efectivamente, abrir sus propias empresas. Yo estuve indocumentada por tres años y eso fue lo que hice. Las cosas son mucho más difíciles ahora, pero siempre hay maneras de salir adelante.
Su historia de éxito empezó al poco tiempo de pisar suelo norteamericano, tras tres años de arduo trabajo llegó a ser dueña junto con su esposo de la empresa donde laboraba. La asumió en su peor momento, cuando estaba al borde de la quiebra, pero desplegando el mayor de sus esfuerzos, la salvó no sólo del desastre sino que la hizo próspera, ¿qué le hizo pensar que lograría sus objetivos cuando todo pintaba tan mal?
Como diría mi mamá: “El ‘no’ ya lo tenía”, es decir, las cosas estaban tan mal que peor no podían ir. Trabajamos quince horas al día con quien en ese momento era mi esposo para levantarla. Creamos programas de participación de padres y yo daba talleres para padres y maestros en todo el país. Fue una cuestión de perseverancia y de dedicación. Además, vivíamos en el mismo lugar donde teníamos la compañía así que realmente trabajábamos día y noche. No era una home based business sino una business based home.
Su afamada obra |
Si bien en Flame, su ex empresa, ya ofrecía talleres a padres y maestros y ponía al alcance de éstos un programa de bibliotecas para ser instaladas en los colegios, fue con Consultare que el panorama se amplió aún más, tanto que, al poco tiempo, recibió el llamado de importantes empresas interesadas en la asesoría educativa, tales como, Citigroup, American Express, McDonald’s Corporation, etc., e instituciones dedicadas a la enseñanza, entre las que podemos mencionar: Harvard, Columbia, o Yale, ¿en qué puntos básicos sustenta sus propuestas para hacerlas tan atractivas? O tal vez, ¿qué ideas innovadoras captan la atención de éstos?
Cuando me divorcié vendí mi parte en Flame y me empecé a enfocar en mi escritura. Mientras trabajaba con una editora para lograr escribir mi ficción en inglés al mismo nivel que escribía en castellano, empecé a dar clases de español en corporaciones. Cuando llegó la propuesta de publicar mi primer libro y enseguida empecé a contribuir con los medios, comencé también a dar presentaciones acerca de los temas sobre los que escribía. Una cosa fue llevando a la otra y en una conferencia conocí a la gente de McDonald’s que me ofreció un contrato como portavoz de su programa de educación para latinos. Justo salía mi libro “Ayude a sus hijos a triunfar en la escuela secundaria y llegar a la universidad”. Desarrollé unos talleres para padres que di para McDonald’s por todo el país y ellos regalaban mi libro a los participantes. El concepto es siempre partir de la base que los latinos vienen a este país a triunfar y que a menudo el problema es que desconocen cómo funcionan los códigos. Tengo la fortuna de ser buena comunicadora y que las compañías que buscan ayudar a sus empleados o clientes, aprecien mi talento.
Usted puso en práctica desde un inicio lo que hoy por hoy repite incansablemente: “los latinos deben aprender los códigos de este país, esforzarse por aprender inglés y expandir su campo laboral y profesional”. Son muchos los que se automarginan y pasan a engrosar los guetos. Es increíble comprobar que grupos familiares enteros pertenecientes a generaciones diversas no hablan inglés, viven como los hacían en sus países y sólo se relacionan con sus connacionales, ¿qué conduce a estas persona actuar de esta manera? ¿Podríamos atribuir como causa el miedo a lo desconocido o al rechazo? ¿Cómo pueden lograr los más jóvenes salir de ese círculo vicioso que no les deja avanzar?
Como lo más normal es que cuando un inmigrante llega se instale cerca de otros inmigrantes del mismo país –de esa manera tienen un grupo de apoyo–muchos se quedan en esos barrios y nunca salen de allí. Para algunos es muy difícil aprender el idioma, sobre todo si llegan de adultos. A veces, cuando no tienen papeles o tienen poca educación, se sienten más seguros entre las personas que conocen. Lo cierto es que la única manera de salir es educándose, estudiando inglés y aprendiendo a funcionar en el mercado general. Vivimos en un mundo muy globalizado y aquellos que se quedan encerrados en esos guetos de los que tú hablas, tienen muy limitadas sus oportunidades.
Cuando se refiere a ‘los códigos americanos’, ¿qué es lo fundamental que debemos entender y aprender de estos?
Me refiero al conjunto de formas que establecen cómo funciona una sociedad. Hay códigos de diferente índole: de búsqueda laboral y de comportamiento dentro de una empresa. También hay códigos sobre cómo aprovechar todo lo que te ofrece el sistema para educar a tus hijos y otros de cómo socializar, etc. No te puedo dar una lista completa de éstos porque sería interminable. Lo que sí es importante saber es qué es lo que uno no sabe para poder buscar respuestas. Por ejemplo, si estás buscando trabajo, averigua de qué manera se presenta un currículum vitae en Estados Unidos ya que es muy distinta a la manera en que se lo hace en Latinoamérica.
La reputación de nuestra gente no es la mejor y, en ese sentido, un significativo número de trabajadores y profesionales de alta calidad son descartados antes de demostrar su valía o puestos a prueba con un montón ojos desconfiados encima, usted que ha tenido la oportunidad de conocer y tratar a un sinfín de latinos, ¿sigue siendo la constante de su comportamiento el incumplimiento, la impuntualidad, la inconstancia, entre otros?
Para nada. El latino aquí es conocido por trabajar duro, por ser alguien de confianza. Hay ciertos ajustes que aún quedan por hacer ya que nuestro concepto del tiempo es diferente del concepto en Estados Unidos y a veces no somos conscientes de que una fecha límite es eso: un límite. Y que no puedes traer a tus hijos a la escuela después de la fecha de inicio de clases o llevártelos de vacaciones antes de que termine el ciclo lectivo. Pero en general, no veo que aquí descarten personas valiosas por ser latinas.
Por otro lado, usted manifiesta que Estados Unidos es el país de las especializaciones, y que, por tanto, no se puede estar saltando de una cosa a otra, amplíenos más este concepto, por favor.
Esto era mucho más cierto antes de la gran crisis del 2008. Ahora, cuantas más cosas sepas hacer, mejores oportunidades tendrás de que te conserven en el puesto a ti y echen a alguien que no puede hacer el trabajo de varios empleados por un mismo salario. Sin embargo, sigue existiendo una valorización por personas que se especializan en un área, por eso, la idea de ir a una entrevista laboral y decir: “Puedo hacer de todo” no sirve, porque el entrevistador interpreta que en realidad no eres bueno en nada. Pero si logras hablar de tu especialidad y agregas que además traes destrezas adicionales a la mesa, seguramente eso será una ventaja.
Entrevistada por la popular periodista María Celeste Arrarás |
Sostiene, y es algo que tampoco se cansa de repetir, que el latino tiene todavía mucho aportar a la cultura americana, y esta teoría se evidencia en la explosión latina registrada en los últimos tiempos con las figuras de destacados cantantes, deportistas, comunicadores, escritores, etc., que han llegado a la cumbre mostrando su dones y talentos dándole ese toque especial y diferente que sólo ellos pueden imprimirle a su trabajo, pero, explíquenos, ¿cómo definimos ‘eso’ tan peculiar que tanto gusta y que puede incorporarse perfectamente a la sistema americano?
Los latinos somos muy sociables, tenemos un estilo de comunicación ameno, somos creativos, tenemos una habilidad para resolver problemas de forma muy particular. Son todas características muy positivas para insertarse en cualquier país. Al norteamericano le gusta nuestra música, nuestra pasión, y también que somos vistos como trabajadores y como personas que valoran la familia. Muchos de nuestros valores son paralelos a los valores norteamericanos.
En 2009 lanzó una campaña nacional orientada a que más alumnos latinos logren culminar sus estudios universitarios, luego esta iniciativa se convirtió en una organización en 2011, ¿cuál es el balance de “Latinos in college” hasta la fecha?
Recibimos mil visitas diarias al foro de preguntas de latinosincollege.com y estamos afectando a cientos de miles de familias. Entre nuestra presencia en Facebook.com/latinosincollege y Twitter/latinosincolleg (sin “e”) y nuestras actividades en escuelas y universidades, estamos ayudando a que muchos latinos descubran la mejor manera de entrar a la universidad y graduarse. El balance es muy positivo.
Pero usted además de ser consultora, conferenciante, colaborar con los medios de comunicación, y escribir libros dirigidos a mejorar las condiciones de vida de los latinos en USA, también se da un espacio para crear obras de ficción, ¿cómo concibió, por ejemplo, “Cuentos de Nuevos Aires y Buena York”?
Escribo ficción desde los nueve años. Empecé con poesía, cuento y novela. Ese fue mi primer libro de cuentos y lo publicó en Argentina la editorial Metafrasta. Yo ya había publicado ficción en revistas literarias como la misma revista Metafrasta, que era el medio literario del iconoclasta taller literario de la Escuela del Sol, conducido por dos grandes de la literatura argentina Carlos Caron y Bettina Caron. Yo asistía de adolescente con Kevin Johansen, Javier Calamaro, Charlie Rodríguez Gesualdi y Gilberta Caron. Todos reconocidos músicos, cantantes, escritores. La ficción fue siempre mi gran pasión y lo que me ayuda a mantenerme cuerda. Ya tengo otro libro de cuentos listo y acabo de terminar una novela, que va a ser la primera que publico.
Se considera una buena comunicadora |
En este momento, se halla promocionando su libro “Poder de mujer”, una obra que anima a las lectoras a descubrirse a sí mismas con el objetivo de alcanzar sus metas y sueños. Su libro resulta creíble e inspirador, pues pone de ejemplo su experiencia y, además, relata las vivencias se otras mujeres latinas de éxito como, María Celeste Arrarás o Cristina Saralegui, ¿cuál es el denominador común entre estas divas del arte y las comunicaciones y usted? ¿Cuáles fueron sus armas y dónde reposan los cimientos de sus éxitos?
Entrevisté a esas celebridades para darle una textura adicional al libro. Ya había entrevistado a docenas de mujeres exitosas cada una en su sector y quería ver si las celebridades tenían rasgos particulares. La realidad es que no, que lo que tienen es el deseo puesto en la cosa más pública pero suelen tener características similares a las de esas otras mujeres: son perseverantes, asumen riesgos, consideran que sus circunstancias no son fijan sino que ellas las pueden modificar, no necesitan estar cien por ciento listas antes de aceptar el próximo desafío, saben rodearse de las personas apropiadas, saben pedir ayuda… Y yo comparto muchas de esas mismas características. Me considero exitosa porque estoy muy satisfecha con lo que hago. Y esto se logra alineando la pasión, con el talento y la preparación. Y también porque entiendo que esta satisfacción es algo vivo que cambia todo el tiempo y que uno debe estar alerta para cambiar de rumbo cuando lo que estás haciendo te deja de satisfacer.
Los mensajes a los que está expuesta la mujer son abrumadores, sino estresantes. Siempre hay ‘un buen o buena samaritana’ recomendándole cómo tiene pensar, sentir y actuar y estos se encuentran en el entorno familiar, en los círculos de amigos, en el trabajo, en la prensa y en la publicidad. ¿Cómo sobrevivir ante tantas intromisiones? ¿La mujer latina es más vulnerable a estos mensajes frente a la anglosajona? ¿Cómo hizo una mujer como usted para hacerle frente a los paternalismos e injerencias machistas?
Por eso este libro “Poder de Mujer”, que acaba de publicar Penguin, no es otro libro más de autoayuda que te da recetas sobre lo que debes hacer, sino más bien una invitación a que te tomes un tiempo y evalúes a dónde estás parada, cuáles de esos mensajes que vienes escuchando y absorbiendo inconscientemente; desde chica te están afectando tu capacidad de desarrollo profesional. Sólo identificando esos mensajes podrás ‘desidentificarte’ y crear otros nuevos. Creo que todas las mujeres somos vulnerables a esos mensajes y debemos estar alertas. También por eso, la invitación del libro es a que lo leas con un grupo de amigas o colegas para que se puedan ayudar mutuamente. De ahí que lancé el movimiento de zapatos rojos, el Red Shoe Movement (facebook.com/redshoemovement) para inspirar a que las mujeres vayan los martes al trabajo con zapatos rojos para demostrar su apoyo por el crecimiento laboral de otras mujeres.
Han transcurrido más de 20 años desde que dejó su Argentina querida y se estableció en Nueva York, ¿qué queda de esa niña que iba con su mamá a la Biblioteca Alemana y regresaba a casa con cuatro voluminosos libros que ella sacaba para leer en una semana, o de aquella que escribía historias en numerosos folios, que luego ilustraba y cosía pacientemente hoja por hoja, hasta convertirlas en un ‘auténtico libro’? O quizá, mejor pregunto por esa adolescente que soñaba con conocer Alaska, y que años después tuvo la oportunidad de visitarla gracias a una charla de bibliotecarios en esa región.
Siempre cultivo las ilusiones de la niña que llevo adentro. Su sueño de ser una conocida escritora, de recorrer el mundo, de ayudar a gente menos afortunada. Uno nunca pierde del todo la niña o la adolescente que fue. Sigue regresando a sus ideas, a sus fantasías, a sus pasiones. Estar en contacto con esa parte mía me da continuidad y consistencia como ser humano.
Una curiosidad, ¿se sigue sintiendo inmigrante? ¿Nunca se deja de serlo?
No me siento inmigrante en el sentido de sentirme extranjera. Nueva York es mi casa y cuando estoy fuera un par de semanas quiero volver. Pero haberme criado en Argentina hace que tenga una perspectiva diferente de las cosas que un norteamericano que nació y se crió aquí con padres norteamericanos. Eso es así. Creo que me da la ventaja de poder tener una visión distinta, un poco desde afuera y un poco desde adentro de los Estados Unidos. Y ese lugar me da mucha satisfacción.
Si desean comunicarse con la autora o conocer de más sus talleres o libros pueden pinchar el siguiente enlace: http://www.marieladabbah.com/ http://www.amazon.com/poder-mujer-Power-Woman-Spanish/dp/0983139083/ref=sr_1_11?ie=UTF8&qid=1311076589&sr=8-11 |
De nuevo una cuidada entrevista por tu parte Elga desde la doble óptica que Mariela Dabbah nos muestra. Polifacética y comprometida, destaco su coraje, dedicación y la emotividad de esa frase: Siempre cultivo las ilusiones de la niña que llevo adentro.
ResponderEliminarCreo que los escritores compartimos eso al escribir, el jugar a escribir, el conectar nuestra infancia con la madurez a través del sendero de las letras.
Gracias y enhorabuena.