Es totalmente libre cuando escribe. Lo hace a su ritmo. Sin presiones. Haciendo
suyos los sentimientos de sus personajes, saboreando cada palabra. Sobre todo cuando cuenta los avatares y
padecimientos de quienes pueblan su mundo de ficción. Porque aunque se define como una mujer optimista por
naturaleza, le llama la atención las historias de tristeza, melancolía y
desamor. No puede evitarlo, admite.
Les invito a conocer a Desirée
Ruiz, una abogada de profesión que vive
enamora de la docencia, y que presenta en sociedad su primera novela de título Ofelia descalza.
Escribes desde que tienes uso de razón, casi siempre cuento, pero un
día te decidiste a escribir una novela. Tenías 13 años, sin embargo,
abandonaste el proyecto. Luego con 18 años lo volviste a intentar pero no se
consolidó. Tras muchos años, esta vez fue posible, ¿cómo planteaste el proyecto
y de dónde sacaste fuerza y empeño para sacarlo adelante?
Cuando comencé mi primera
historia era solo una niña; recuerdo que se trataba de las aventuras de un
grupo de niños en un mundo fantástico, y la iba escribiendo en un cuaderno de
espiral y hojas cuadriculadas.
Es una escritora que le da mucha importancia a los detalles |
Ya algo mayor empecé a escribir
una novela “de verdad”, con un argumento que a mí en ese momento me parecía muy
atractivo. Sin embargo, supongo que todavía no tenía la madurez suficiente como
para embarcarme en un proyecto así. De esa historia inconclusa conservo un
bonito recuerdo y el nombre que en su momento elegí para la protagonista de la
historia, un nombre poco común que muchos años después decidimos poner a
nuestra hija pequeña.
Ofelia descalza la comencé siendo
ya adulta; supongo que la historia tenía mucha más consistencia y los
personajes más profundidad. En realidad no planifiqué nada; fui escribiendo la
historia de un modo algo caótico, y a lo largo de los años abandoné el proyecto
en varias ocasiones. Cuando lo retomaba siempre tenía ideas nuevas que
modificaban la trama, o personajes que aparecían sin haber estado previstos con
anterioridad. Llegó un momento en el que me metí tanto en la historia que
comencé a estructurarla con mucho más orden, y poco a poco todo el trabajo se
fue desarrollando y la historia fluyó hasta llegar al resultado final. No tengo
la sensación de haber tenido que esforzarme, ha sido un camino del que he
disfrutado muchísimo sin ningún tipo de presión.
¿Cuánto exige una novela de su autor? ¿Hubo momentos en que estuviste a
punto de tirar la toalla o simplemente la creación fluyó?
Nunca estuve a punto de tirar la
toalla porque simplemente nunca tuve la sensación de estar desbordada,
o cansada, o no poder con la novela. El único problema es que cuando escribo a
menudo la historia me absorbe de tal forma que me es difícil desconectar. Eso
es complicado cuando tienes una vida absolutamente ajena a la escritura, con
compromisos profesionales de otro tipo o con una familia con la que deseas
compartir el tiempo. ¡Y no digamos si tienes hijos pequeños! Supongo que esa
exigencia la he sentido, pero afortunadamente para mí, he tenido que
desconectar y lo he hecho. Creo que eso también me equilibra, en caso contrario
podría correr el riesgo de dejar que esta faceta me absorbiera demasiado, y eso
tampoco me gustaría.
Durante una de sus presentaciones |
Eres licenciada en derecho y profesora de educación secundaria, ¿en qué
momento estas carreras le quitan protagonismo a tu creación literaria? Si siempre viviste rodeada de libros y lo
tuyo era escribir, lo lógico era que optaras por la Literatura, ¿qué pasó?
Es cierto que no recuerdo mi vida
sin los libros. En casa siempre se leyó muchísimo y había libros por todas
partes, igual que ahora. Y siempre me gustó escribir, es verdad. Pero nunca
sentí que fuera “lo mío” en un sentido absoluto. Tenía claro que no quería dedicarme
solo a escribir, y por eso opté por el Derecho. Me gustó mucho estudiar esa
carrera, nunca me he arrepentido, y la docencia me apasiona. Verdaderamente
disfruto dando clases; ante todo, soy profesora. Escribir es algo distinto,
algo que en mi caso no puedo concebir como un trabajo o como una profesión.
Escribo cuando quiero, sin presiones. Me siento libre cuando lo hago, y de
algún modo al escribir mi vida se vuelve más intensa, me siento más anclada al
mundo, a mi propia sensibilidad… Pero creo que para mí esta situación es la
perfecta.
Sé que tus ocupaciones abarcan casi todo tu tiempo, sin embargo, eso no
ha sido obstáculo para hallar un espacio para escribir, de allí, que muchos de
tus cuentos y microrrelatos han sido premiados en diversos certámenes
literarios, ¿sobre qué te gusta escribir y dónde hallas inspiración?
Observo. Soy una buena
observadora, y le doy una gran importancia a los pequeños detalles, detrás de
los cuales creo que pueden esconderse increíbles historias. Es sobre todo eso tan
común y al mismo tiempo tan extraordinario sobre lo que me gusta escribir:
esos mundos interiores que todos
cobijamos y que son tan complejos que a menudo cuesta entenderlos. Historias
sobre personas normales, en lugares cotidianos, que pueden encerrar misterios,
emociones, desgarro, soledad, traición… No suelo escribir sobre historias
felices, es cierto. Y yo soy una persona bastante positiva, pero esos
sentimientos que se tejen alrededor de la tristeza, la melancolía, el desamor…,
me llaman mucho la atención.
Disfrutando el gran momento que está viviendo con su novela |
¿Cuándo te dices que es momento de poner por escrito una idea o
historia? ¿En qué horarios escribes? ¿Cuál es sitio preferido o adecuado para
hacerlo?
No tengo un horario fijo. ¡Ojalá!
Supongo que si hubiera sido más disciplinada hubiera terminado Ofelia descalza
mucho antes, por ejemplo. Escribo en cualquier sitio: en una servilleta en una
cafetería mientras espero a alguna amiga, en uno de los múltiples cuadernos que
suelo llevar encima cuando algo me llama la atención… Normalmente, mi época más
productiva es el verano, por la tarde o por la noche, y mi lugar preferido algún sitio cómodo desde donde vea el mar.
¿A quién o a quiénes das a leer tus escritos? ¿Aceptas los consejos o
sugerencias o mantienes tu postura firme sobre tus creaciones?
Siempre a mi familia, y no solo
acepto sus sugerencias, sino que se las pido. ¡Y casi siempre les hago caso!
Confío mucho en el criterio de todos ellos.
¿Dónde buscaste inspiración para escribir Ofelia descalza? Sin ser una novela autobiográfica, ¿qué aspectos
tuyos o de las mujeres podemos encontrar en ella?
La historia de Ofelia descalza fue una especie de
rompecabezas que fui armando poco a poco. Hay muchas escenas o rasgos de los
personajes para los que me inspiré en mi realidad. El primer personaje que
parece, por ejemplo, es Lluvia, una chica con las cejas rasuradas con la que
una observadora ocasional comparte vagón en un tren. Siempre pongo este
ejemplo, pero es que yo era esa observadora ocasional, y la chica con la que
viajé era tal y como describo a Lluvia. Hay muchos otros episodios que aparecen
en el libro que son reales, como por ejemplo una pequeña anécdota que ocurre en
un autobús urbano.
Respecto a los aspectos de los
personajes femeninos, prácticamente todos ellos tienen algún rasgo mío, o de
mujeres que conozco. Pero, efectivamente, no tiene nada de autobiográfico, ni
hay ningún personaje basado en su totalidad en un persona real.
Firmando ejemplares de su libro tras una acto en Zaragoza |
¿Cuánto tiempo te demandó concebir la historia y la construcción de tu
novela? ¿Tuviste claro que querías una historia actual donde la gente pudiera
reconocerse?
Mucho tiempo. Pero porque, tal y
como te he comentado antes, no escribí la novela de un tirón. La dejaba, la
retomaba… y podía estar perfectamente largos períodos de tiempo (incluso un
año), con la novela en el cajón. Hubo momentos en los que yo tenía otras
prioridades que demandaban toda mi atención.
Eso sí, desde el principio quería
que el lector pudiera sentirse identificado con alguno de los personajes o
incluso con la misma historia. Por una parte, el abanico de personajes
femeninos es tan amplio, que es difícil no empatizar con alguno de ellos.
Muchas lectoras me han comentado que se han sentido identificadas con uno u
otro personaje, y eso es estupendo, pues han vivido la historia de Marcela y el
resto de mujeres con mayor intensidad. Por otra parte, la historia no acontece
en ningún lugar exótico ni en momentos históricos pasados; al contrario, sucede
en lugares cotidianos, en la época actual, cualquiera puede reconocerse en
alguna de las situaciones que se narran. Y eso es sin duda lo que pretendía.
Ofelia descalza es una novela que
explora el mundo interior, que apela a las emociones y sentimientos,
¿existe algún humano dispuesto a mostrar sin avergonzarse sus miserias y
debilidades?
Creo que todos y cada uno de
nosotros escondemos en nuestro interior un universo muy complejo. Hay quien se
muestra más, se expone al resto; hay quien es más celoso de esa intimidad y
solo la comparte con unos pocos… Pero creo que todos podemos guardar secretos,
más o menos importantes, que nos queremos reservar.
Asegura que su novela no es solo para mujeres |
Muchos han afirmado que es una novela de y para mujeres, ¿tiene acaso
un fondo reivindicativo o feminista? ¿Cuál es tu posición al respecto?
En mi opinión Ofelia descalza no es una novela para
mujeres. Es una novela para hombres y mujeres. Es cierto, y por eso supongo que
se ha calificado de ese modo, que salvo el personaje de Jaime, el resto de los
personajes masculinos son secundarios y, por contra, el abanico de los
personajes femeninos es muy amplio, además de que aparecen descritos con
bastante profundidad. También es cierto que, precisamente por lo anterior, es
más fácil que las mujeres puedan empatizar con estos personajes que además
ofrecen una sensibilidad que puede calificarse como “más femenina”. Pero en realidad la novela es una historia de
misterio, que puede enganchar por igual a hombres y mujeres. Y de emociones. Y
el sentimiento no es patrimonio femenino. Las emociones son universales.
Tras culminar la redacción de tu novela, ¿con qué sensación te quedaste?
¿Fue difícil afrontar este final? ¿Tus personajes se resistieron a dejarte ir?
Recuerdo perfectamente el día que
la terminé, el momento en que escribí la última palabra. Fue emocionante. Y al
mismo tiempo sí que me dio un poco de pena. Había estado tanto tiempo
permitiendo que Marcela, Victoria, Alma y las demás me acompañaran, que me dio
lástima acabar allí. Pero el final estaba en mi cabeza hacía tiempo, y fue
hermoso plasmarlo tal y como lo había pensado.
¿De qué manera han estado presentes la música y la pintura, tus otras
pasiones, en tu proceso creativo o en el contenido de tu novela? ¿Qué colores y
ritmos encontramos en Ofelia descalza?
En este caso ha estado presente
fundamentalmente la pintura, y con una estética muy prerrafaelista. Una reproducción
del cuadro de Ofelia de Millais, uno de mis favoritos, preside el anticuario
que da título a la novela, y de algún modo es esa atmósfera misteriosa,
romántica, algo mágica, la que he querido recrear en ella.
Desde siempre los libros fueron sus más fieles amigos |
Creo que hasta ahora solo has recibido buenas críticas, ¿estás
preparada para las del otro tipo?
A
nadie le gusta recibir malas críticas, ¿verdad? Pero sí, por supuesto
que estoy preparada. Soy perfectamente consciente de que eso es lo normal, y no
me importa.
La portada de tu novela no deja indiferente a nadie, ¿fue tuya la idea?
José Luis Victoria, mi editor, me
dijo que pensara qué tipo de portada me gustaría para la novela. Yo al
principio no lo tenía nada claro, pero una amiga vio una foto en la que salía una
chica de espaldas por un camino y me lo comentó. Pensé que podía ser una buena
idea, así que se lo dije a él. Me mandó diferentes opciones con las que el
maquetador podía trabajar, tanto en este sentido como en algún otro. Al final,
mi familia y yo elegimos esta portada; nos gustó mucho, tiene ese toque
misterioso y romántico, muy simbólico también. De algún modo muchos de los
personajes de la novela son frágiles, o aunque sean fuertes esconden en su
pasado historia duras; esos pies desnudos caminando sobre la hojarasca, casi
levitando sobre ella, representan de algún modo esa fragilidad, el estar
expuestas.
¿Qué han hecho por ti en lo personal y en el enfoque de tu historia
Virginia Woolf y Marcela Serrano? ¿Son tus escritoras de cabecera?
Son dos de mis escritoras
favoritas. Cuando leí Al faro y Antigua vida mía, no puede evitar
subrayar las frases que luego elegí como citas para la novela. Reflejaban muy
bien algunos aspectos de la misma.
Confiesa que le gusta vivir un poco "hacia dentro" |
¿Qué valoras más de tu novela? ¿Con qué te gustaría que los lectores se
quedarán?
En mi opinión, un punto fuerte de
la historia es que engancha desde el primer momento, muchos lectores me han
comentado que no podían dejar de leer. Para mí como lectora eso es primordial.
Lo que me gustaría sería que
cuando el lector terminara la novela le quedara un cierto poso de sentimientos,
que no olvidara fácilmente a los personajes. Que se emocionara.
Sé que disfrutas de tu labor de docente, ¿cuándo ves tanta juventud
junta qué es lo primero que se te viene a la cabeza?
Esperanza. Creo que a pesar del
pesimismo imperante muchas veces, los jóvenes están llenos de potencial. Es una
época tan especial e importante que me gusta mucho trabajar con ellos.
Eres una mujer de placeres sencillos: te gustan los paseos por la playa
y estar en contacto con la naturaleza, ¿eres una mujer espiritual? ¿En qué
crees?
Sin duda. Creo que cultivar el
interior siempre es más enriquecedor que cualquier aspecto externo. Me gusta
vivir un poco “hacia dentro”; valoro la soledad y el silencio, esas cosas de
las que mucha gente huye hoy en día pero que yo entiendo como necesarias para
vivir verdaderamente, y hacerlo de un modo consciente, no solo dejándose
llevar. Sin un sentido de la trascendencia la vida me resultaría mucho menos
luminosa.
Si gustan saber más de la autora o su obra pueden pinchar los siguientes enlaces: http://www.argot.es/ofelia-descalza http://www.casadellibro.com/libro-ofelia-descalza/9788494347931/252125 1http://www.amazon.es/Ofelia-Descalza-Desir%C3%A9e-Ruiz-P%C3%A9rez-ebook/dp/B00VYLMY08 |