Un libro que reivindica autores y
obras poco valorados u olvidados es lo que ha conseguido el escritor Santiago
Posteguillo con su nueva obra La sangre
de los libros, treinta relatos que lindan con el ensayo, pero donde además
se atreve a incursionar en otros géneros como el negro, romántico, ciencia
ficción, entre otros. Cabe destacar que el carismático escritor valenciano y
profesor de la Universitat Jaume I de Castellón hace poco ha obtenido el Premio
Internacional de Novela Histórica Barcino en reconocimiento al conjunto de su
obra.
Nos sorprende con un nuevo libro de relatos en el que pasa de todo:
duelos, suicidios, guerras, asesinatos, entre otros, que va desde los discursos
de Cicerón hasta las obras de Isaac Asimov, ¿cuál es el objetivo de La Sangre de los libros, y en qué tipo
de público lector pensó al momento de escribirlo?
Está dirigido a dos tipos de
público diferente, pero que se complementan. Por un lado, hacia aquellos jóvenes o lectores que creen
que nunca los clásicos les van interesar, con la intención de que se acerquen
a través de los misterios y los enigmas. Es decir, conseguir que las partes más
sorprendes de la vida de los escritores
de todos los tiempos capten su atención, y que de ahí, pasen a
interesarse por los personajes y sus obras.
Luego está escrito de forma que el otro extremo, el lector que tiene un
gran bagaje literario, que sabe mucho de autores, pueda entrar en el juego de
la intriga de cada relato. Porque estos relatos cortos están escritos buscando
eso que tanto Edgar Alan Poe o Julio Cortázar decían que era muy eficaz en la
narración que es la intriga, pues yo nunca te desvelo desde el principio de qué
personaje estoy hablando, porque así estos grandes lectores pueden jugar a
desentrañar su identidad. Yo espero que
muchos tengan la satisfacción de descubrirlos. Va a haber algunos que les va a
sorprender. Tiene ese doble juego La sangre de los libros.
Con La sangre de los libros quiere captar la atención de otro público lector |
¿En qué circunstancia concibe la idea de escribir un libro de esta
naturaleza? ¿Había en usted una necesidad de contar sobre gente, hechos y
situaciones pendientes, y que valían la
pena ser expuestos?
Llevo 23 años dando clases de
lengua y literatura en la universidad, y buscando estrategias para que la
literatura clásica resulte muy entretenida. Entonces lo que he hecho es novelar
mis clases. En lugar de darlas, las novelo. De tal forma que La Sangre de los libros se convierte en
una especie de historia alternativa de la literatura.
¿Bajo qué criterios seleccionó los personajes y las historias? ¿Fue muy
complicado este proceso? ¿Tuvo que desechar mucho material valioso que no se ajustaba
a lo que pretendía?
Criterios de selección:
Autores que me gustan. Autores canónicos, indiscutibles. Autores que me da igual que no lo sean (de
culto) pero me gustan, y los pongo porque valen la pena. Que
hubiese novelistas, dramaturgos, poetas, y autores de relato corto, que nos
solemos olvidar de ellos injustamente. Autores
y autoras de distintas tradiciones literarias: inglesa, francesa, rusa,
italiana, portuguesa, y clásica latina.
En cierta forma ha reivindicado con su obra a todos esos autores y su obra, ¿no es así?
Totalmente. Es una obra de
reivindicación del pasado literario, de recuerdo, de homenaje a estos grandes
escritores.
La segunda parte de una trilogía que está a punto de culminar |
Tomando en cuenta el título de su libro, ha corrido mucha sangre en la
historia de la humanidad, y aún hoy
ocurren hechos de ese tipo. ¿Estamos
lejos de que ese panorama cambie a futuro?
Sí, porque basta sintonizar
cualquier telediario para ver la gran cantidad de guerras que hay en el mundo.
Países donde impera la injusticia, donde
habiendo democracia, existe una justicia para ricos, y otras para pobres. Y no hay que salir de España para verlo,
incluso. Parece que se intenta ser más
justos, por lo menos, aquí, pero falta mucho camino por recorrer. Lamentablemente el ser humano evoluciona sólo
tecnológicamente, pero no en su naturaleza. En ella arrastra enormes cantidades
de perversión, odio, y miseria.
Pero imagino que intenta ser
optimista respecto a una evolución hacia la solidaridad y el amor universal…
Intento ser optimista, pero
reconozco que me cuesta. Era Sartre el que decía “Un pesimista era un optimista
bien informado. Procuro no escuchar las noticias para mantener mi optimismo.
Hace falta serlo, sino para qué vivir…
¿Qué hechos le resultaron más sencillos de recrear, y con cuáles gozó
escribiéndolas? Y, a la inversa, ¿qué
relatos le costaron más trabajo y menos
placer?
La verdad es que si un relato no
me hubiese sido placentero escribir, no estaría considerado en el libro. No te
puedo decir que haya habido relatos escritos en contra a mis deseos o con
desánimo, por decirlo de alguna forma. A los 30 relatos, de forma diferente,
les tengo enorme cariño.
Usted es muy exhaustivo en sus investigaciones, a la hora de recolectar
información, pero ¿también va a los sitios materia de su historia? ¿Le gusta
ver de cerca aquello de lo que escribe?
Sí, lo considero absolutamente
fundamental. Por ejemplo, para el relato de Bram Stoker sobre la biblioteca del
Conde Drácula, aunque él nunca fue, yo sí fui a Rumanía a ver los Cárpatos para
sorprenderme como con la imaginación y una buena documentación en la Biblioteca
Británica compuso muy bien su historia. Eso dice de su gran capacidad. Siempre que puedo viajo a los lugares que
tengo que recrear. A veces no es posible, pero lo intento. Precisamente, este
verano he estado viajando Turquía para recopilar información para la última
entrega de la Trilogía de Trajano. Quise
estar el día de la muerte de mi
personaje: Trajano, el 9 de agosto, y teniendo en cuenta el cambio de
calendario, estuve allí, en Selinos (Gazipasa), el día 29 de julio. Hay que
hilar fino. Me gustan esas cosas.
Nos dice que su nueva obra es una reivindicación del pasado literario |
¿Se ha encontrado con historias
mal contadas o inexactas, y con
personajes maltratados por el falso recuerdo? ¿Había mucho por reivindicar?
Sí, Emilio Salgari, por ejemplo,
podría ser la reivindicación de un autor que merece mucho la pena. Lo he metido
entre los clásicos, pero cuyas obras ahora son difíciles de encontrar en las
estanterías de las librerías. Muchos piensan que solo era un escritor de
novelas de aventuras, discúlpenme, era un gran narrador de novelas, de
historias, que curiosamente muchas tenían lugar en los mares y entre piratas.
Pero eso no resta, suma.
El hecho de que sea profesor y escriba, ayuda a que sus libros sean más
fáciles de leer y a su vez entretenidos, ¿es ese en gran parte el secreto de su
éxito?
No sé si es el secreto de la
mayor o menor popularidad que puedan tener mis novelas, pero que sí es parte
consustancial de cómo yo hago la literatura y asumo. No quiere esto decir que
una buena obra literaria tenga que ser necesariamente didáctica. Pero sí
entiendo y reivindico la capacidad didáctica de la literatura, y me gusta que
la mía sea así. En la novela histórica pura y dura, por ejemplo, de la Antigua
Roma, lo que he intentado recrear grandes períodos históricos y explicar cómo
era aquello y qué relación puede tener
con lo que nos pasa ahora. Y en estos pasajes literarios intento hacer
ver cuánto de importantes, universales y actuales siguen teniendo los clásicos.
Usted escribe libros de género histórico, ¿los prefiere al resto de
literatura? ¿Solo consume lo que tiene que ver con lo suyo?
No, en absoluto. Si haces un repaso
por La Sangre de los libros podrás
encontrar ciencia ficción, crimen, de género romántico, etc. Es decir, hay mucho más que novela histórica.
Soy muy ecléctico y me encantan las novelas de distintos géneros. Recuerdo
cuando hacía mi tesis doctoral, para entretenerme, me leí toda la obra de
Cortázar. La pasaba como un enano con este
contrapunto. Me gustan muchísimos géneros diferentes, insisto, pero como uno
tiene una vida solo, y no alcanza el tiempo para hacer 28 cosas a la vez, he
optado por hacer novela histórica por el momento, pero esto no quiere decir que
luego no haga otra cosa, como hoy estos relatos que lindan con el ensayo. Lo
importante es que tenga mi tiempo ocupado de manera útil y satisfactoria.
Le motiva mucho leer a Cortázar. |
Cortázar. Es una cosa fuera de serie. Me motiva mucho
¿Sabes lo que estoy leyendo sobre Cortázar y lo estoy pasando como un auténtico
enano? Las clases que dictó en la universidad californiana de Berkeley. Es un libro divertidísimo, porque ves la
relación con sus alumnos, y todo lo que
cuenta sobre el relato fantástico, su estructura, entre otros aspectos.
Y de los actuales, ¿con cuáles se queda?
Ángeles Mastretta. Justamente La sangre de los Libros le dedica un
capítulo, Literatura en coma, que va sobre Mujeres
de ojos grandes, su libro de relatos.
No sé si sabes que los escribió cuando su hija estaba en coma; cada día
le leía unos de estos. Luego los unió, y
salió el libro. Ese principio de relato que dice “Ella se enamoró como se
enamoran las mujeres inteligentes, es decir, como una idiota”. Eso me parece
brillante, y claro, eso también les pasa a los hombres inteligentes. Es una
autora que me gusta mucho.
Se desenvuelve entre dos mundos: el de la universidad y el de los
libros, ¿son tan incompatibles como nos quieren hacer creer? ¿Cómo ocurre en su caso?
Son perfectamente compatibles y
complementarios, solo tienen un único problema es el tiempo. Hay muchas veces
que llego a la universidad con una maleta porque doy mis clases, y salgo como
un tren a cualquier punto de España, o
cuando no, de Latinoamérica. Mi
universidad me ha dado facilidades para hacer ambas cosas. Voy a seguir
cohabitando en estos dos medios.
Usted que estudió literatura creativa en Estados Unidos y es una
autoridad al respecto, ¿qué opina de la proliferación de talleres de escritura
en nuestro medio? ¿Quiénes están al frente son los más idóneos? ¿En qué debemos
fijarnos a la hora de escoger un taller o un maestro?
Existe algo absurdo en España, si
quieres ser músico tienes el conservatorio, si por el contrario, si quieres
escultor o pintor, vas a Bellas Artes, e incluso los que quieren hacer cine
tienen adónde ir, pero si deseas ser escritor, búscate la vida. No existe una escuela
de escritura. Hay una disfunción. Ocurre distinto en el mundo anglosajón, pues
existe un máster en todas las universidades sobre Periodismo y Literatura
creativa. Son cosas que van ligadas. No indica que todos los periodistas vayan
a convertirse en escritores, pero quienes quieren ir por ese lado, ya tiene algo
a qué aferrarse.
En Estados Unidos, en efecto, hay cursos de escritura creativa
incorporadas a las filologías nuestras, de eso, me beneficié cuando estuve ahí.
Eso no existe en España. A partir de eso, surgen los talleres alternativos que
pueden ser útiles o terribles, porque existe gente que está impartiéndolos
diciendo barbaridades. Lo importante es seleccionar uno donde los nombres de
los profesores te ofrezcan algún tipo de garantía. Puede haber gente que no
haya publicado y estar haciéndolo bien. Puede ocurrir. Lo que intento decir es
que no puedes saberlo por ósmosis o intuición divina. Indudablemente un
escritor que ha publicado algo y ha tenido más o menos éxito, tiene qué decir o
enseñar. Pero lo que es absurdo es ver un anuncio que te dice “¿Cómo escribir
un Lees quien lo imparte, y exclamas
“¿Y ese quién es?”. Ken Follet puede dar un curso de este tipo contándote sobre
su éxito, por supuesto, tendrá mucho sentido acudir a su clase, y será muy
interesante lo que diga.
El autor asegura que muchos talleres de escritura están enseñando barbaridades |
En breve, dictará un taller de novela histórica en Valencia, para asistir
¿es necesario tener conocimientos en escritura creativa? ¿Cuáles son los requisitos?
Yo creo que para lo que hago y
hacen los compañeros no hace falta ningún conocimiento previo, evidentemente
cuanto más lleves tú a un aula de este tipo, más provecho le vas a sacar. Esto es como cuando viajas de au pair al extranjero para aprender un
idioma, si cuentas con mayor nivel, creces más rápido. Porque tienes una base
más sólida, pero, incluso, sin saber, aprenderás.
Y algo más, ¿usted sería capaz de decirle a un alumno que carece de
talento para escribir?
(Queda en silencio unos minutos) No me he encontrado
nunca con esa circunstancia. No he
encontrado a nadie que haya hecho tal desastre, que diga esto no tiene ni por
dónde cogerlo. Esto puede ser porque en
los talleres no evaluamos novelas completas. Es difícil si tiene capacidad para
articular un trabajo más completo.
Yo creo que… tendría que verlo
muy completo. Te podría contar la anécdota de J.K Rowling con su editor.
Pero quién eres tú para decirle a alguien que lo que está haciendo no
vale. A lo mejor luego va y vende millones. Lo que puede ocurrir es que no te
guste nada, pero le agrade a otros. Es raro que algo así se pueda encontrar en
los talleres porque la gente que concurre lee mucho, ya está habituada a
escribir, ha escrito cosas, y tiene mucha pasión por lo que hace.
¿Se va acostumbrando a ser galardonado continuamente? ¿Qué sensación le
ha dejado alzarse con el Premio Internacional de Novela histórica Barcino?
Eso de ‘continuamente’ es subjetivo
porque a un escritor le pueden estar dando un premio cada día, y parecerle poco
(risas). No me puedo quejar con respecto
a la crítica y a los jurados en los últimos tiempos, y este premio, en
especial, me emociona porque, por un lado,
Barcelona es un lugar de referencia de prestigio cultural, y, por otro,
que allí piensen que me merezco este premio sin escribir en catalán, es todo un
reconocimiento. Lo tomo como un gran estímulo.
Volviendo al tema de sus libros, ¿dejará en algún momento de escribir
sobre Roma? ¿Se atrevería a hacer algún
día una trilogía sobre la conquista de América?
La conquista de América es
realmente algo muy importante. Da qué pensar. Respecto a Roma, va desde la
legendaria 753 a.C hasta 1453 cuando cae Constantinopla, con lo cual el margen
que te abro es muy amplio para madurar; hay mucho material. A parte de eso, sí,
algo sobre América tengo en mente…
Si quieren conocer más del autor o de su obra pueden pinchar en siguiente enlace: http://www.santiagoposteguillo.es/ |