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miércoles, 20 de mayo de 2020

Sandra Díaz: «Hay cosas que solo puede explicar el destino»







Sandra Díaz es médica. También escritora. Pero sobre todo artista. Empezó trazando dibujos en la más absoluta intimidad. Luego vinieron las historias que creyó no importarían a nadie. Más tarde por otras razones, que mantiene en reserva, escogió la medicina.  Y su especialidad en cirugía mamaria es un compromiso con Laura, su amiga que falleció víctima del cáncer, y las pacientes oncológicas.


Miremos en retrospectiva ¿qué fue primero tu amor por la escritura o la medicina? ¿O quizá nacieron en paralelo?

Primero, sin duda, mi amor por el arte. He escrito y dibujado desde que me alcanza la memoria. Recuerdo que mi vocación de médico surgió en un momento dado, como de la nada, de una forma inesperada. En aquel instante, tal vez, podría haber decidido ser periodista. Pero algo inexplicable por aquel entonces me llevó a escoger la Medicina. Años más tarde, creando Nadie dijo desde dónde, me daría cuenta de que hay cosas que solo puede explicar el destino.

Su opera prima: Nadie dijo desde dónde 
Posees escritos guardados en un cajón, sin embargo las que has publicado,  no formaron parte de esos, ¿por qué no les diste una oportunidad de salir a la luz?

Porque la locura de publicar comenzó con Nadie dijo desde dónde. Antes, ni siquiera pensé que lo que yo escribía podía tener trascendencia. Cuando fui consciente de las fronteras que traspasó mi primer libro fue cuando empecé a creer que, quizá, tenía muchas cosas que decir y, lo más impresionante, que había mucha gente que las quería escuchar.

Tu primer libro Nadie dijo desde dónde es una historia  autobiográfica, que escribiste tras vivir la experiencia del cáncer de tu amiga. Lo hiciste para ella, pero también para el resto de mujeres que padecen esta enfermedad y sus familias. ¿Es complicado escribir desde el dolor, de inmediato, o dejaste que pasara un tiempo para tocar el tema?

Mientras Laura vivía le escribí cartas muy frecuentemente. Hasta llegué a escribirle un libro a mano del que no guardo ninguna copia —se lo entregué a ella y ahora lo guarda su madre— que titulé “Retales de un año imperfecto”, cuando hizo un año de su diagnóstico inicial. Cuando murió, intenté contar nuestra historia de mil maneras diferentes pero en todas tropezaba con una inmensa pared blanca y me bloqueaba. Pasaron seis años hasta que, de repente, un día, empecé a dibujar —hacía años que no lo hacía— una especie de fotogramas que parecían contar nuestra vida. Me gustaron. Me hicieron sentir cómoda. Después me di cuenta de dos cosas: una, que como la historia ya estaba escrita solo tenía que contarla lo mejor que supiese y, dos, que todo había empezado dibujando porque una experta ilustradora, sita en una dimensión que yo no alcanzaba a ver pero sí a sentir, había guiado mis manos para que así fuera.

Nadie dijo desde dónde está concebido para romper los prejuicios respecto al cáncer, pues muchas no sabemos cómo tratar a quien lo padece ni de qué manera ordenar la vida familiar a partir de ese suceso, ¿no es así, Sandra?

Sí. De hecho, este libro está concebido para acompañar a los que acompañan. En este proceso es tan importante el enfermo como las personas que tiene (realmente) a su alrededor. El cáncer, como antiguos estigmas del pasado, no es más que otra condición que la vida nos pone delante y a la que hay que mirar de frente. Y, es más, me atrevería a decir que nos sirve en bandeja un gran aprendizaje que podemos considerar en su parte positiva.

Durante una de las presentaciones de su libro
Laura cambió tu vida en muchos sentidos, no solo porque te inspiró a escribir este libro sino también en cuanto a la elección de tu especialidad, porque eres cirujana mamaria, ¿qué te condujo realmente a decidirte? ¿Qué idea se apoderó de ti?  

Desde que supe el diagnóstico de Laura quise saber más sobre su enfermedad, el cáncer de mama. Me informé sobre qué especialidad médica se dedicaba a su diagnóstico y tratamiento, busqué el hospital que mejor podía satisfacer mis necesidades como futura especialista e hice la residencia allí. Le prometí a mi amiga muchas veces que dedicaría mi vida profesional a acompañar a pacientes con su misma enfermedad.

 ¿Ese ‘dónde’  del título qué lugar exacto es?

Ese “dónde” hace referencia, en mi caso, a la Tierra, el lugar en el que he habitado siempre y, gracias a Laura, se convirtió en un lugar mejor y, en el caso de ella, se refiere a un lugar especial que solo puedo describirte si cierro los ojos. Se trata de un sitio que ella, antes de partir, me definió como “un lugar infinitamente mejor al que conocemos”, donde cada noche, en sueños, nos volvemos a encontrar. Dejaría de ser mágico si pudiese situarlo en un mapa.

Luego publicaste Cayetana y el guardián de las estrellas, un libro dirigido al público infantil con la finalidad de ayudar a los niños a afrontar la muerte. ¿En el fondo seguimos sin aceptar ese proceso y se lo queremos transmitir a nuestros hijos? Lo peor es que la vemos con violencia en la tele, sin embargo la negamos en la realidad.

Lo que Sandra es y hace
La muerte es un proceso que no se acepta nunca. Solo pasa el tiempo y aprendes a vivir con esa circunstancia que un día te trajo la vida. Tanto con mi primer libro como con el segundo, he pretendido dejar ver que cada cosa que nos pasa se convierte en esencial si aprendemos de ella. Yo he aprendido mucho de la enfermedad y de la muerte y así he querido transmitirlo a quien quiera leerme. Dirigirme a los niños, en especial a mi hija Cayetana, responde a una necesidad y a ser consciente de que cuanto antes integre algo tan inherente a la vida como es la muerte, más fácil será toparse con ella en el camino cuando quiera aparecer.

Eres también diseñadora de carteles, portadas de libros y revistas para terceros, pero desde el anonimato, ¿por qué te negabas a mostrar tu identidad?

Como he dicho, nunca pensé —antes de Nadie dijo desde dónde— que lo que yo era capaz de crear podía tener trascendencia. Así que, simplemente, me dejaba llevar por los trabajos como algo natural, algo que disfrutaba muchísimo, pero no los reivindicaba.

Su participación en una mesa de autores 
Tengo entendido que, en estos momentos, te encuentras preparando tu primera novela que será de naturaleza gráfica, ¿qué nos puedes adelantar al respecto?

Sí, estoy preparando mi próxima novela. Es un proyecto al que estoy dando forma desde hace ahora un año, aunque llevaba mucho más tiempo con él en la cabeza. Cuento la historia de cinco mujeres con vidas separadas y un denominador común, que las entrelazará sin ellas saberlo. Hace relativamente poco, además, decidí ilustrarla para que la potencia de las imágenes fuese vector de transmisión de todos los sentimientos que se cuecen en sus páginas. Son historias reales, de mujeres reales, que merecen que alguien les dé voz.

Has manifestado que se dejan huellas solo cuando se pisa fuerte, ¿las estás dejando, Sandra?

Ésta es una pregunta que, quizá, no debería contestar yo sino las personas por las que han pasado mis obras. Pero lo cierto es que haber dado el paso de publicarlas me hace sentir muy satisfecha. Conmigo misma y con el compromiso que he adquirido, porque he querido, con el resto del mundo: dejarles un ratito mis ojos, por si quieren asomarse.

Si quieres saber más de la autora y sus creaciones
puedes pinchar aquí:
https://www.sandradiazsierra.com/