Todo sobre mi actividad literaria como escritora, periodista y promotora cultural en la Revista digital y club de lectura La ardilla literaria ( https://laardillaliteraria.com/)

domingo, 14 de agosto de 2011

Carlos Chávez Toro: “Soñar es agotador, por eso, trato de hacerlo con cuidado”

Foto: Dominique Favre
Tiene como protectora a Dios Madre y su religión es la ternura. Abandonó el periodismo porque no quería morir pobre como le ocurrió a un colega suyo, pero de vez en cuando, le saca la vuelta a su empresa de páginas web para entregarse de lleno a su verdadero oficio: escribir. Y es que cuando está frente a su entrevistado sabe sacarle el jugo formulando preguntas inesperadas y audaces y cuando redacta sus musas lo ayudan a jugar armoniosamente con las palabras para deleite de nosotros sus lectores.
Este es Carlos Chávez Toro, Charlie a secas para sus amigos, un hombre que disfruta de la compañía de sí mismo, que escribe ‘para asegurarse de que está vivo’ y que se niega a bailar, pues teme encontrar a alguien que vibre a su ritmo y no acepte a hacerlo en otro sitio y de forma horizontal.
A parte de dedicarse a su empresa  Acceso- Perú, hacer periodismo esporádicamente, y publicar libros cuando le viene la aspiración- o le pagan bien- compone canciones y canta acompañado de su vieja guitarra. Incluso ha hecho vídeos de  algunas de ellas, las que, por supuesto,   pueden verse y escucharse en Youtube.
Olvidaba mencionar que también posee un blog que lleva su nombre.

¿En verdad escribe algunas cosas para asegurarse de que aún está vivo?  Y ¿qué pasa cuando deja de hacerlo?  ¿Entra en una especie de agonía?

Cuando dejo de escribir es porque ya la vida no me produce ninguna emoción. Y esa es una de las peores variantes de la muerte. Una vida sin emoción es para los que ya fallecieron. Y sin embargo, hay días en que despierto cadáver. Me miro al espejo mientras me afeito y me digo a mí mismo, “hoy tienes salir a cazar una emoción”. Un aroma en el viento que me recuerde algo, una sonrisa… que oculte algo, un beso que revele algo. Creo que si dejo de escribir mucho tiempo, puede que me muera de verdad.

Dejó el periodismo, una carrera donde se le obligaba a escribir diariamente, ¿fue duro abandonarlo? ¿Por qué se fue? Si nadie le echó. ¿Extraña ese mundo?

 Sí, fue duro dejar el periodismo. Era un ambiente en el que ya había logrado un espacio y en el que me sentía muy cómodo. ¿Por qué me fui? Un amigo mío, talentoso periodista, excelente escritor, murió, joven aún, solo y abandonado, en un hospital del estado. Yo pensé, si él, que era extraordinario en lo que hacía, murió en la pobreza, ¿dónde voy a acabar yo, que no le llegó ni a las suelas de los zapatos? Eso me asustó mucho. Y decidí buscar una ocupación menos ingrata.

Se llegó a afirmar que el diario se vendía más los viernes debido al suplemento donde escribía. La gente esperaba con ansiedad sus entrevistas, ¿era consciente de eso?

No era consciente de eso. Escribir es una ocupación solitaria y yo, un sujeto un tanto tímido. Así que interactuar con la gente no era, ni es aún, mi fuerte. Ahora, sí sé que los viernes eran un buen día para el diario y eso me alegró siempre.


Afirma que la ternura lo cura casi todo

Eso de la gente es relativo,  pues siempre se llevó bien con las mujeres…

Ah, ja, ja. ¿Mi lectoría era mayormente femenina? Me parece que si hubiese sabido eso en su momento, mi vida hubiese sido menos solitaria. Aunque… no te puedo negar, que alguna entrevista del viernes me ayudó a acercarme a alguna dulce jovencita. 

Sus entrevistas no dejaban indiferente a nadie y según entiendo, los personajes fueron de lo más disímiles. Se alternaban políticos, escritores, deportistas o bailarinas. ¿Le exigía mucha preparación estos cambios?

Un poco. Por suerte el diario dónde trabajaba tenía un buen archivo y gente muy amable que siempre me ayudaba a recopilar todo la información disponible de los futuros entrevistados. Creo que lo más difícil, en realidad, era cambiar el estado de ánimo y el tono de la entrevista. Porque se requiere crear un ambiente muy relajado para capturar la
personalidad de un actor desenfadado y coqueto y otro totalmente distinto para lograr lo mismo con un político curtido y lleno de cosas que ocultar.

Entonces, la estrategia a utilizar tenía que cambiar con cada personaje.
Exacto. Pero hay algo que creo que es fundamental cuando se entrevista. Es el rosto imperturbable. La “cara de poker”. Es decir, una persona sólo te va a contar su verdadera historia si no la juzgas, si la escuchas atentamente y te interesas realmente en ella. En el momento que alguien te diga que se droga con cocaína y levantes una sola ceja de reprobación, dejará de hablar. Y te habrás perdido una historia fascinante.

Luego publicó “Cíclopes y pigmeos”, una selección de sus mejores entrevistas. ¿Cuéntenos con qué criterio las reunió?

Francamente, lo que hice fue llamar a mis amigos y preguntarles cuales entrevistas recordaban más. De todas ellas, seleccioné las que podían ser más útiles para un hipotético lector de entrevistas.

Su primera novela narra la historia de una vedette que se convirtió en congresista. Levantó mucho polvo con “Susy Díaz. Anatomía  de una democracia” ¿no es así?

Fue muy divertido hacer ese libro. Susy Díaz tenía una vida suculenta y llena fábulas de las que sacar enseñanzas. Y además, su candidatura era un reflejo del tipo de democracia con la que soñaban el Presidente Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos. Ambos presos hoy. Es decir, una democracia que consuele y distraiga a las mayorías, pero que no tenga capacidad de hacer ningún tipo de control. Y ese libro, con la nalga de Susy Díaz en portada, era una manera irónica de criticar todo eso.

También tuvo una columna de sexo que, por cierto, fue un rotundo éxito, ¿fue suya la idea de adentrarte en ese tema? Nos cuentan que hasta sus propios colegas le consultaban.

La verdad no recuerdo de quién fue la idea. Pero escribir esa columna fue un de las cosas más enriquecedoras que me pasó en la vida. Primero porque aprendí muchísimo sobre el tema y luego porque eso me resultó muy útil en la vida.
Efectivamente, mucha gente me contaba sus historias con la esperanza de que les pudiera decir algo que los orientará. De todos esos relatos, llegué a una conclusión un tanto perturbadora. Que sobre este tema los hombres son muy simples: únicamente les preocupa que el sexo sea constante, que no les nieguen el sexo oral, anal y cualquier otra variante que produzca placer. Y que, en cambio, a las mujeres, del sexo sólo les interesa lo que no es sexual. Que las quieran, que las escuchen y si es posible que las amen. Desafortunadamente, creo que fue ese conocimiento el que me convirtió en un solitario absoluto, por lo menos hasta hoy.

“Con mucho tacto. Manual para hacer el amor” tuvo su versión libro, y pese a que no se publicó en el exterior, mucha gente de otros países se interesó y se sigue por dicho libro. ¿Cómo se explica esta reacción?

Hacer el amor es un acto universal. Pon “sex” en un chat multilingüe y todos te prestarán atención en el acto. Je, je. Es por eso supongo.


Nos une una amistad de muchos años

¿Todavía se resistes a bailar? Siempre se le escuchó decir que era un preámbulo para el sexo. ¿Tiene miedo de caer en la tentación o meterse en problemas?

Definitivamente, la gente baila como parte de su cacería sexual o sentimental. Y es porque existe cierta sincronía que los cuerpos requieren para disfrutar. Nadie hace el amor con alguien con quien se anda tropezando en la cama. Hay un ritmo interior, distinto para cada ser humano, y el baile es una de esas formas antediluvianas de detectar quienes vibran a tu ritmo.
Y, claro, me produce temor bailar, porque si detecto que alguien vibra a mi ritmo, seguro terminaré queriendo lo mismo que todos. Que… seguro no será lo mismo que ella quiere. Problemas de género. Plop!

¿Por qué cree que cualquier cosa que huela a sexo capte tanto atención e interés?

Tal vez porque para los hombres el sexo es la máxima expresión del placer. Y para las mujeres, el sexo es la máxima expresión del amor. Ambos coinciden en que es la más profunda emoción que se puede obtener de la vida.

Es propietario de http://accesoperu.com/, ¿cómo fue la transformación de periodista en empresario?

Por suerte para mí, ser empresario requiere cualidades que un periodista entrenado ya posee. Una brutal disciplina para cumplir con los plazos y las metas sin quejarse, la obligación de documentarse profundamente sobre cualquier tema que se quiera tratar, la precisión milimétrica cuando se afirma algo y un cierto temple para recuperarse de cualquier fracaso transitorio. Lo difícil fue perder ese mágico encanto de ser un obrero de cosas hermosas y pasar a ocuparse sólo de cosas rentables. Pero también, lograr que la prosperidad llegue y que las personas que te rodean cada vez tengan mejores salarios, es algo gratificante y que termina llenándote de orgullo.

Manifiesta en su blog que además escribe para no aburrirse, imagino que siendo el dueño de la empresa tiene poco tiempo para entrar en ese estado, supongo.

Bueno, mi pequeña empresa ya cumplió 12 años y, pues, ya camina sola. Es más, y al igual cualquier jovenzuelo a veces se resiste a mi autoridad. Lo que me parece muy bien. Creo que, como pasa con los hijos, cuando las empresas crecen empiezan a tener más conocimientos del presente que quienes las trajeron al mundo. Y hay que respetar eso. Lo que, ¡yeee!, me ha dado en los últimos años un poco más de tiempo libre. Aunque, no tanto como para aburrirme.

Otras de sus aficiones es componer y cantar, y ha colgado algunos vídeos de sus temas en Youtube, ¿en qué se inspira? ¿A qué le canta?

Mientras escribir llegó a ser un empleo, cantar siempre fue un hobbie. Entre otras cosas porque no tuve la suerte de estudiar música. Y ahora, que toda la música del mundo está a un click de distancia, me doy unos banquetes musicales pantagruélicos. Y casi siempre termino convencido que para ser músico se requiere un talento casi divino y conocimientos profundos. Por ejemplo Stefany Angelina (alias Lady Gaga, je,je), toca el piano desde los cuatro años y a los diecisiete ya estudiaba en la Escuela de Arte Tisch de la Universidad de Nueva York. Así es que, lo único que hago es escuchar a los expertos y tratar humildemente de imitarlos.

Hay un tema que conmovió a muchos en su blog. Fue el referente al Dios Madre. Según entiendo no es creyente, pero le gusta ver al ‘creador’ con la figura femenina.

Si Dios existe en alguna parte, tiene que ser mujer. Sólo en un mundo desquiciadamente machista, se le puede ocurrir a alguien que un hombre da vida. Si los judíos hubieran sido menos machistas Yahvé hubiera sido una dulce señora de pelo largo y Eva no hubiera salido de una costilla de Adán sino que hubiera sido creada del barro como él. Por tanto, iguales. Yo creo en Dios Madre. Cuyo único mandamiento es la ternura.


Entrevistado por sus colegas

La ternura de la cual eres partidario, en verdad ¿lo cura todo?

Hay dolores de cabeza que sólo la ternura puede curar. Hay miedos profundos, traumas infantiles, rencores que únicamente con ternura se atenúan. Algunas heridas, que todos llevamos ocultas dentro del pecho, sólo podrán cicatrizar bien con grandes y regulares aplicaciones de amor y ternura. No, no lo cura todo, pero hay cosas que únicamente podrás curar con ternura.

Es un tipo de retos, y su última novela trata sobre el asesinato de una cantante del folclore andino-peruano,  ¿qué le llevó a escribir sobre un hecho de sangre?  ¿Fue un arrebato de periodista o la curiosidad del escritor?

Soy un curioso. Quiero ir a ver las cosas con mis propios ojos. Esa fue la razón por la que me hice periodista. Pero también soy una persona que ama los verbos, los adjetivos, la oración feliz que de pronto te deja sin respiración o te retumba en las vísceras. Y esta era una historia que requería de un periodista que amara escribir. Y bueno, tampoco te voy a negar que la Editorial Planeta me ofreció una buena remuneración.

A propósito, hace algún tiempo estaba obsesionado con escribir sobre el suicidio, ¿es algo que ya ha desechado o sigue reposando a la espera del momento adecuado?

Je, je. Llegué a la conclusión que para hacer bien ese libro, había que suicidarse al final. Así es que por ahora lo tengo en espera.

Estuvo haciendo colaboraciones para un diario, ¿esto es signo de un retorno definitivo al periodismo?

Me da pena, pero no. Mi pequeña empresa se resiente con las infidelidades. Acepta que me vaya por allí cada vez que se me calienta la cabeza, pero exige cierta discreción y que regrese al hogar todas las noches.

Afirma también en su blog que otra de sus ocupaciones es tener sueños y tratar de cumplirlos, ¿se le han cumplido muchos?  Porque me cuentan que es un hombre con mucha suerte.

Alguien me dijo una vez: “Tú eres cómo el gato, siempre caes de pie”. Creo que es cierto. Yo creo que Dios madre me protege. Que la vida me ama. Y creo que es porque he tratado, dentro de lo posible, de no ser un rufián ni un imbécil ni un malvado. A veces no he podido evitarlo, pero casi siempre he pagado por ello sin quejarme. Y ciertamente, ahora mi feliz ocupación cotidiana es tener sueños y tratar de realizarlos. Pero, cómo digo en mi blog: “Es un poco agotador. Así es que trato de soñar con cuidado”. 
 Si desean saber más del autor o su obra pueden pinchar los siguieentes enlaces:
http://chaveztoro.blogspot.com/ 
http://accesoperu.com/

5 comentarios:

  1. La combinacion de la ternura y la madre religion hace que el escritor Carlos Chavez tenga talvez en sus obras literarias y entrevistas un matiz muy humano. La ternura es una emocion motivadora que sirve para explorar los sentimientos mas profundos de una persona cuando es entrevistada. Carlos tiene esa habilidad de internalizar su voz en el entrevistado que sufre o que tiene traumas. Estoy de acuerdo con Carlos cuando dice la ternura cura pero no del todo. Por otro lado, los consejeros para rehabilitar a las personas que tienen dependencia de drogas usan esa habilidad para los pacientes. La entrevista con ellos tiene que ser motivacional y con ternura porque estos pacientes son dificiles de abrirse a una comunicacion honesta y poder dar paso a la recuperacion de ellos. Elga una vez mas excelente entrevista. Mirella

    ResponderEliminar
  2. Querida Mirella: Gracias por alentar mi trabajo y por brindarme la alegría de saber que estos aportes no caen en saco roto; que hay lectoras (res) como tú que lo saben aprovechar. ¡Qué viva la ternura! Un beso, Elga.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por esta encantadora entrevista, Elga! Quienes conocemos a Carlos, sabemos que todo esto es cierto. Has sabido formular las preguntas adecuadas para tener este resultado. Felicitaciones! Claudia

    ResponderEliminar
  4. Claudia: Gracias por la gentileza de escribir. Intenté pintar de cuerpo entero ( y dejar también expuestos el pensamiento y el alma de nuestro común amigo), y espero haberlo logrado un poquitín. Y por lo que me cuentas, veo que he logrado más de lo pretendía. Cariños, Elga.

    ResponderEliminar
  5. Me encantó. Genial entrevista y genial entrevistado. No podía ser de otra manera.

    ResponderEliminar