Afirma que se ha enamorado de casi todos los lugares que ha visitado, y que le gustaría vivir lo suficiente para conocer
todo el mundo. Aprendió a leer a los
cuatro años, y cuando empezó a escribir no hubo nadie que pudiera detenerla.
Con ella aprendimos a ver la novela histórica bajo otro prisma, pues desde el
primer instante, nos aclaró que no sirve para entender la historia sino para
despertar curiosidad sobre ella. Esta es a grandes pinceladas, Montserrat Cano, una escritora que se estrena con lo que
se suele llamar hoy en día novela juvenil, clasificación con la que discrepa
porque considera que Los Hijos del Ocaso
es una novela de aventuras apta para todos los públicos.
Retornas con Los Hijos del Ocaso, novela que por
criterios de identificación debe decirse que está dirigido al público juvenil,
entiendo que no te gusta este tipo de clasificaciones, ¿por qué? ¿Te resulta
artificial?
Afirma que los libros le han concedido incalculables momentos de felicidad |
En efecto,
no me gustan las clasificaciones en literatura, excepto cuando se trata de
didáctica y, obviamente, es necesario sistematizar de alguna manera. La
lectura no tiene edad o, al menos, no una edad impuesta. Creo que para los
jóvenes, más que para nadie, leer ha de tener algo de transgresión, ha
de ser una acercamiento a lo desconocido y prohibido, una especie de rebelión en busca de lo que no se encuentra en las
escuelas, ni en las familias, ni en otros medios de comunicación, ni en la
calle. Sin eso, se convierte en una obligación y pierde todo atractivo. En
cuanto a mi novela, y partiendo de este principio, me gusta considerarla una
novela de aventuras, apta para todos los públicos.
Hay
algunos escritores, como Víctor del Árbol, que creen en el mestizaje narrativo,
incluir varios géneros en una misma historia, ¿algo parecido se podría hacer
con los lectores, en este caso, unir al público juvenil con el adulto?
Estoy
absolutamente de acuerdo con Víctor del Árbol. Es más, creo que el mestizaje es tan indispensable para
la creación literaria como para cualquier otro arte y para la vida. Por otra
parte, la división entre lectores adultos y jóvenes nunca había existido de una
manera radical hasta que el mercado editorial la impuso. El sentido común
siempre ha señalado que algunos temas y algunas formas de narrar no podían ser
comprendidos por niños pero de ahí a compartimentar las lecturas en función de
la edad, hay una enorme diferencia. Y sobre todo, no podemos olvidar que joven
no es sinónimo de tonto -más bien todo lo contrario- y que la exagerada
simplicidad que parece que hoy se quiere imponer en esa literatura llamada
juvenil no hace lectores sino que aburre.
¿Concebiste
este proyecto por tu cuenta o responde a una solicitud expresa? ¿Por qué
buscaste como
marco histórico el tiempo de los visigodos? ¿Qué de atractivo o
ventajoso te aportaba escenificarlo en esa época?
Apuesta por la existencia plenamente vivida |
Hijos
del ocaso parte
de un acuerdo entre Micomicona Ediciones y yo. Ellos querían una novela para distribuir en
institutos y yo me comprometí a escribirla pero advirtiendo que sería un poco
diferente a la mayoría. Ellos la leyeron, les gustó y me han apoyado en todo.
Quizá es una apuesta arriesgada puesto que tanto en el tema como en las
dimensiones se salen un poco de la norma pero ese puede ser también el mayor
atractivo. En cuanto al marco histórico, responde, en primer lugar, a una preferencia personal,
porque soy una amante de la literatura medieval, y en segundo, a la idea de
que, ya que va destinada principalmente a estudiantes, puede ser interesante
despertar su curiosidad acerca de una época apasionante que aparece muy
someramente en los libros de texto.
Sé
que realizaste una investigación minuciosa sobre el terreno, fauna y flora de
ese entonces, dijiste en la presentación de tu libro "Para no meter tanto
la pata". Es común, por ejemplo, que muchos escritores describan usos y costumbres
actuales haciéndolos pasar como de tiempos remotos, como si todo hubiese sido
siempre igual, negando por completo al paso de los años, el cambio...
Me parece
que, en lo que refiere a usos y costumbres, todos los autores suelen ser
cuidadosos. Donde a menudo aparece un problema en es la atribución de conductas o ideas de nuestra época a personajes de
otra. Esto se da mucho, sobre todo, en los personajes femeninos, a los que, por
razones muy legítimas, se presenta con reivindicaciones y actitudes imposibles
en otros siglos. Es fácil que ocurra esto porque una de las cosas que hace la narrativa histórica es, precisamente, incorporar la
visión del autor a los acontecimientos pasados. La novela histórica no es una
crónica sino mirada crítica al pasado, de manera que hay que controlar mucho
para mantener el equilibrio entre nuestra idiosincrasia, que no puede por menos
que aparecer de algún modo, y la de los personajes de otro contexto temporal y
cultural.
Durante la presentación de su novela en Valencia junto a su entrañable amiga Mila Villanueva |
Tu
preocupación ha sido siempre lograr un historia creíble, ¿con qué obstáculos
tuviste que luchar teniendo en cuenta que sobre el pueblo visigodo se manejan
varias teorías en cuanto a su origen y es escasa la información fidedigna
referida a su idiosincrasia?
La novela
permite crear mundos imaginarios en los que lo único imprescindible es la
verosimilitud. Partiendo de ahí, cuanta menos información hay acerca de una
época más fácil es para quien escribe rellenar esos huecos con fantasía. Lo que
yo he intentado es que todo el escenario histórico sea real y que el fantástico
responda a otra verdad, a la verdad literaria que podemos encontrar en las
leyendas, las tradiciones y la literatura medieval. No hay que olvidar que la
novela histórica no sirve aprender historia sino para despertar la curiosidad
sobre ella.
El
argumento de Los Hijos del Ocaso se mueve entre la realidad y la ficción, y
además de eso haces uso de una mitología propia de la época sobre la
cual efectuaste una recreación, hiciste uso de tu creatividad, ¿lo hiciste
justo a la medida de lo pretendías contar o un poco jugando con la
imaginación para darle algo de magia al tema?
La literatura se nutre, entre otras cosas pero mucho, de la propia literatura. En
nuestra cultura occidental existen unos pocos mitos que se han reutilizado
durante siglos y de los que seguimos valiéndonos para narrar. Elementos mágicos como la espada, el anillo, el
dragón, la invisibilidad o la inmortalidad forman parte de la narrativa de todos los tiempos.
Lo que cambia es la manera de darles forma, de modernizarlos. En Los Hijos del Ocaso se encuentran los temas y objetos de siempre pero expresados
de otra manera para crear una aventura que sea totalmente diferente aunque esté construida con materiales eternos. Los lectores que carezcan de
referentes pueden hallar interés en una historia nueva, mientras que a quienes
los posean les puede divertir ir identificándolos.
Le gusta hablar de mestizaje en la literatura |
Algunos
lectores han hallado poesía en tu narrativa, ¿esto es algo hecho adrede o siempre ha
estado, y que hoy con esta historia ha sido más evidente?
Yo creo que
el elemento poético es imprescindible en cualquier literatura que pretenda
alcanzar un mínimo nivel de calidad, independiente de cuál sea el género.
Cuando digo "elemento poético" me refiero a ese efecto sutil que
tienen las palabras para conmovernos. No creo que en esta novela esté más
presente que otros escritos míos pero quizá sí es más llamativo por lo
inesperado, porque hay una cierta tendencia a reducir la narrativa de aventuras
a la relación de hechos.
La
historia tiene muchos personajes con nombres raros, ¿consideras, como he
escuchado comentar por ahí, que ese punto podría convertirse en una enorme
desventaja a la hora de su lectura? A los jóvenes les gusta todo masticado,
argumentan.
Como dije
antes, los jóvenes son de todo menos simples. En principio, muchos nombres y
muy raros pueden ser un inconveniente, pero si la novela interesa o no, gusta o no gusta, será culpa mía por no haber sabido
crear una trama y un mundo atractivos. No sé de dónde ha salido la máxima
de que los jóvenes solo pueden leer libros que tengan pocos personajes y muy
reconocibles por estar próximos a su realidad cotidiana. Además, la realidad
nos dice lo contrario: las sagas literarias y cinematográficas que más éxito
tienen entre los jóvenes son fantásticas y contienen decenas de personajes con
nombres complicados. Si aceptáramos estas simplificaciones que el mercado de literatura juvenil intenta
imponer, y que rebajan la inteligencia de los autores y los lectores hasta
extremos ridículos, ningún chico de hoy en día podría leer El Señor de los Anillos, Cien años de soledad y Olvidado Rey Gudú,
por poner solo algunos ejemplos. Y que conste que no me estoy comparando con ninguno de mis
admiradísimos autores.
A
cierto sector que cultiva literatura juvenil le interesa crear historias sencillas,
fácilmente digeribles, con el vocabulario justo, y las polaridades bien establecidas,
indudablemente, tú esto no lo has tomado en cuenta, has hecho lo tuyo, ¿ahora que tanto
te repiten estas pautas has llegado a inquietarte ante la posibilidad de que no
se entienda tu historia?
Es admiradora de la obra de su amigo Juan Ramón Barat |
¿A
quiénes hace alusión el título? ¿Quiénes son Los Hijos del Ocaso?
Los
Hijos del Ocaso son un pueblo imaginario que reúne muchas de las características de
los personajes mágicos de la literatura de todos los tiempos: duendes, hadas,
ogros... Con esos materiales he intentado crear unos personajes y unas formas
de vida que resulten originales, que resulten verosímiles y con los que sea
fácil identificarse sentimentalmente.
Se
habla de una historia por entregas o trilogía, ¿ya tienes escritas las que
completarán esta anunciada saga? ¿Qué contarían las otras?
Estoy
trabajando ya en la segunda parte de la trilogía. La acción saldrá de Hispania
y una parte de ella transcurrirá en los reinos francos de Austrasia y Neustria. Habrá amores, guerras y crímenes, porque en realidad los hubo, y
también descubrimientos personales y sentimientos delicados. La historia
verdadera de las reinas Brunequilda y Galsuinda servirá de marco para las aventuras de Valarico y Elia.
Supongo
que has leído a los autores más destacados de la literatura juvenil actual,
¿qué rescatas o condenas de aquellas historias tan populares? ¿Te gusta o
valoras algo de lo que ha llegado a tus manos?
Hay grandes
autores que escriben para jóvenes. No daré nombres por si me olvido de alguno, aunque sí
tengo que citar a mi gran amigo Juan Ramón Barat. Las únicas obras que no me gustan son aquellas en las que,
supongo que por imposiciones editoriales, se rebaja el nivel literario en aras de esa supuesta ignorancia de los
jóvenes a la que me he referido antes.
La portada de su página oficial |
Una
de tus preocupaciones ha sido y es la lucha por los derechos de la mujer,
tú que conoces mejor su vida y el trato que le han dado a través de los años,
¿qué puedes decir sobre su situación real en el pasado y se ha avanzado tanto,
como queremos creer, en sus reivindicaciones sociales en los tiempos actuales?
¿Se la desprestigia más en la literatura que en la realidad o exactamente lo
mismo?
La
literatura es siempre, por su propia naturaleza y se quiera o no, un reflejo de su
época. No hay escritura que no sea contextual incluso si se pretende lo
contrario, porque los autores somos producto de nuestro tiempo y no podemos
evitarlo. Muchos tampoco querríamos aunque pudiéramos. Las imágenes literarias
que se dan hoy de la mujer responden a las distintas maneras en que la sociedad
de enfrenta a la revolución que las mujeres estamos llevando a cabo. Así,
encontramos obras que, aunque parezcan muy diferentes, tienen en común hacer
retratos reivindicativos del papel de la mujer; y otras en las que se potencia el rol tradicional de lo femenino. Es natural que así
sea, porque en nuestra sociedad conviven las dos realidades. Lo que me parece
peligroso y poco digno es que la opción conservadora se disfrace de modernidad
con demasiada frecuencia, confundiendo precisamente a las personas más jóvenes.
Pocos
temas se te resisten, pero ¿ha habido alguno que no puedas llevarlo al papel
por su crudeza o porque las emociones te lo impidan?
Creo que no
hay temas crudos sino realidades reales, y las personas que escribimos sentimos
casi siempre la necesidad de describir lo que vemos. Otra cosa es que lo
hagamos con mayor o menor crudeza, pero el fondo siempre está ahí. En Los Hijos del Ocaso, el hecho de que me la planteara como novela de aventuras y
destinada principalmente a estudiantes me ha obligado a adoptar un cierto tono
pero aún así, los grandes asuntos, el poder, la ambición, la crueldad, la
inocencia, la justicia, el amor, están presentes en el texto.
Sé
que te apasiona viajar, conocer territorios e interactuar con gente distinta,
pero qué me cuentas de tus viajes internos, ¿has llegado a conocer todos los
confines de Montse Cano? ¿Es aún una asignatura pendiente?
Supongo que
una persona nunca se conoce del todo a sí misma. Quizá la gran aventura de la
vida consista precisamente en eso, en intentar saber quiénes somos y de qué
somos capaces. Me parece que mi vida sería muy aburrida si pudiera afirmar que
he llegado a todos mis confines, que ya me conozco completamente.
Afortunadamente no es así y espero que todos los viajes externos que espero
poder hacer me abran nuevas puertas hacia todo lo que desconozco, fuera y
dentro de mí.
Si desean saber más de la autora y su obra pueden pinchar los siguientes enlaces: http://www.montserratcano.es/ http://edicionesmicomicona.es/portfolio-item/los-hijos-del-ocaso/ |
ResponderEliminarDebo de decir,,que admiro a esta señora autora por su,
propia personalidad, y que estoy de acuerdo con lo que dice, que los jóvenes no son tontos..
Y por otro lado su valentía de crear y publicar algo propio....
Muy buena entrevista Elga...tanto las preguntas como respuestas...
Un abrazo....
Gracias por estar ahí. Muchas gracias por tus comentarios. Saludos.
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