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lunes, 19 de agosto de 2013

Jorge Varas: “Mi formación como escritor fue autodidacta”

Hace muchos años cogió su maleta de sueños y enrumbó hacia Barcelona. Tenía un camino hecho en Lima, pero las oportunidades no se podían desaprovechar. Y es que el escritor Jorge Varas es un hombre de retos, mentalidad permeable y que ha sabido siempre aprovechar sus cambios de residencia para explorar sus emociones, observar las ajenas, y transformarlas fundamentalmente en poemas.
“La poesía es pura cuando es poesía en sí misma, sin disfraces ideológicos ni posturas religiosas. Y ella es influyente cuando remueve conciencias y trasciende en el desarrollo cultural de un pueblo”, nos dice.

De un tiempo a esta parte, nos llega abundante información sobre la gran actividad literaria que se está registrando en el norte de su país. Se habla de un resurgimiento en la producción poética y narrativa, donde autores consagrados y noveles confluyen en perfecta armonía y los anima la causa de dar a conocer su obra a quién esté dispuesto a leer, usted que nació en Chicama, por tanto, es también un hijo de la provincia, ¿este es un fenómeno reciente o se viene gestando desde tiempo atrás?

El repunte de la actividad literaria en el Perú es buen indicio de que la gente está ávida de cultura. En el Norte, de donde provengo, pronto asimilamos el legado poético de César Vallejo. Recuerdo que yo recitaba los versos del gran vate en las actuaciones del colegio San Juan. Fue una etapa de aprendizaje, en la que también me nutrí de la narrativa de Ciro Alegría y de otros escritores locales que me ayudaron en mis inicios literarios.
El renacimiento de la producción poética y narrativa, en el Norte del país, se viene gestando desde tiempo atrás, lo demuestran las creaciones literarias de José Watanabe Varas, Julio Chiroque, Eduardo Gonzalez Viaña, Carlos Garrido Chalén, Mariana Llano y otros muchos escritores. Me alegro que haya autores, consagrados y noveles, dispuestos a promocionar sus obras y a expandir el fenómeno literario por todo el país.

Sin  desmerecer a los poetas capitalinos, ¿es cierto que la poesía más sentida, pura y
Presentación de su primera novela.
ANEA 1987
trascendente fue la que nació de la pluma de los provincianos? Si coincide con esta aseveración, explíquenos las razones.

La poesía es inherente al alma del poeta. Con independencia de su tierra de origen. Los provincianos sienten y versifican a su peculiar modo por las vicisitudes vividas en el proceso de migración. Pero esto no significa que su poesía sea más pura y trascendente que la de los limeños. La poesía no tiene etiquetas ni fronteras. Otra cosa son los tipos de poesía, que pueden ser de compromiso social o político, erótica o surrealista, de amor o exaltación del paisaje rural. La poesía es pura cuando es poesía en sí misma, sin disfraces ideológicos ni posturas religiosas. Y ella es influyente cuando remueve conciencias y trasciende en el desarrollo cultural de un pueblo.

Es un autor que escribe poesía, narrativa y artículos, ¿en qué momento exacto aparece la inspiración que lo conduce a plasmar en versos, relatos y notas sus pensamientos y emociones?

Sin trabajo literario, no hay inspiración. Otra cosa es el momento estelar en que un espíritu, movido por el cosquilleo de las musas, anhela dejar su  impronta. El poeta es un ser original y para expresar lo que siente debe recogerse, sentarse a escribir, a hilvanar frases y hacer rimar versos. La inspiración, fuerza motriz que nos transporta de un lugar a otro mientras trabajamos dentro un espacio literario, fluye como el agua.

¿Asistió a talleres o lo suyo es algo espontáneo que fue puliendo con el tiempo?

De muy joven descubrí el fascinante mundo de las letras a través de las grandes obras de la literatura universal. Llegaba a identificarme con los autores y me preguntaba qué fuerza invisible los había movido a escribir tanto y tan con excelentes estilos. Entre mis favoritos estaban Cervantes y Dante Alighieri. Nunca asistí a un taller literario, y  cuando esbozaba algún relato lo iba puliendo con tiempo y dedicación, por lo que mi formación como escritor fue autodidacta.

En su vida hay dos momentos claves que tienen que ver con el viaje, el primero cuando abandona su tierra en 1980 y el de 1991, en que cruza el océano rumbo a Barcelona, ¿qué sueños lo impulsaron a alejarse de su entorno? ¿Los cumplió?

Cuando salí de Trujillo mi anhelo era obtener éxito económico en Lima. Fue un giro importante en mi vida. Descubrí una ciudad multiforme, con sus calles saturadas de vendedores ambulantes, sus extensas barriadas y asentamientos humanos, su ambiente movido e inseguro agudizado por las bombas de los que promovían la lucha armada como vía para transformar la sociedad. El Perú de entonces se hallaba en una etapa de transición hacia otro estadio y pensaba que alguien debía dejar constancia de ese proceso histórico, patente en los fenómenos sociales que inundaban Lima. “¿Y si fuera yo?”, me preguntaba. “¿Cómo lo haría?” Necesitaba un medio literario útil para este cometido. Entonces, empecé a frecuentar la Biblioteca Nacional del Perú ubicada en la avenida Abancay. Y mientras Lima retumbaba con su vertiginosa actividad, yo devoraba decenas de libros de Historia, Filosofía y Literatura, buscando en ellos algo que me ayudase a interpretar lo que sucedía afuera. Hasta que un día, tras leer  las obras de Víctor Hugo quedé compenetrado con la forma tan sutil como el gran romántico francés describía las aventuras de su irrisorio Quasimodo y los amores, afanes y sufrimientos de sus otros personajes. Pronto decidí recalar mi intención literaria en la novela, que era la vía más a mi alcance para interpretar aquellos cambios de nuestra sociedad. Así, empecé a garabatear un relato sobre aquellos, emigrados del interior, que se ganaban el pan laborando en las calles, es decir los vendedores ambulantes.
Escribiendo en su vieja máquina de escribir
(Barcelona, 1995)
Mi traslado a España obedece a una oportunidad de viaje que no quise desaprovechar. Partí con mis sueños literarios que, a pesar del tiempo, permanecen intactos. Pensaba repulir y publicar todo lo escrito hasta entonces. Me instalé en Barcelona, en 1991, y pronto entré en contacto con los poetas locales. Me afilié a la Asociación de Poetas y Escritores de Cataluña (APEC). Los asociados celebrábamos tertulias y realizábamos romerías a lugares donde estaban enterrados poetas famosos. Con ellos visité la tumba de Antonio Machado, en Colliure-Francia. Mientras participaba en la APEC, iba revisando y extendiendo mis obras traídas del Perú. Durante la década de los 90 publiqué algunos relatos en la revista “Alquitrabe” que editaba esta asociación. Mis sueños se cumplían a medias, por lo que persistía en el afán de terminar otra obra y publicarla.

Del relato corto “Amor bajo la alameda” (1984) saltó a la novela con “Los vendedores callejeros (1984) ¿Cómo efectuó esta transición? ¿Tuvo dificultades?

 En 1984 publiqué “Amor bajo la alameda”, con mi propio peculio. Es una historieta de cinco páginas que muestra a dos jóvenes que se aman con ilusión pero que por desgracia concluye de modo fulminante cuando él se va al frente a luchar contra los chilenos que amenazaban invadir Perú. Tras este breve relato salté a la novela, porque tenía una considerable cantidad de apuntes sobre el tema  de los pequeños comerciantes. Sí, tuve dificultades para publicar: “Los vendedores callejeros”. Lo hice en una edición artesanal que, por el fondo y la forma, pasó desapercibida. Ante este revés reestructuré la novela completa con la idea de volver a publicarla con un título más sugestivo.

Luego, en el año 1987 publicó “Los trabajadores ambulantes”, sería el segundo con esta temática, ¿qué motivos lo condujeron a retornar a dicha historia?

La novela “Los Trabajadores ambulantes” fue presentada en 1987 en la Asociación Nacional de escritores y artistas de Lima (ANEA). Y con ella me gané un lugar entre los poetas y escritores que frecuentaban esta casa de la cultura. El argumento de esta novela, que es una versión renovada de “Los vendedores callejeros”, recae en la lucha que libran los trabajadores ambulantes contra las autoridades municipales por su reconocimiento como tales y por el puesto propio. En 1989 se editó la segunda edición de la novela con el auspicio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología CONCYTEC.

¿Qué tanto se identifica con Julián, el protagonista de su novela “El Migrante” (1990)? ¿Siempre es difícil ser un provinciano en la capital? ¿La adaptación es algo que pocos lo logran realmente?

Julián el personaje central de la novela “El Migrante” podría ser yo o cualquier provinciano que llega a la capital y debe encarar las dificultades que encuentra a su paso. A falta de trabajo se dedica al comercio callejero y a falta de vivienda toma un lote baldío. Julián narra sus peripecias de migrante, primero en solitario y luego con su familia. Habita en un tugurio del centro limeño del que es desalojado por el propietario y como no tiene adonde ir se convierte en invasor de tierras. Con su peculiar visión describe el esfuerzo de los pobladores por salir adelante en un lugar desértico donde no existen servicios básicos de agua, luz y teléfono. Adaptarse a vivir en tales condiciones, en el límite de la marginación social, siempre ha sido difícil para los millones de provincianos que llegaron a Lima con la esperanza del porvenir mejor. Pero al final, ellos han logrado transformar su invasión en una próspera comunidad urbana.

Años después, sale a la luz en Barcelona “Los Migrantes: Éxodo y Desafío” (2009)
Leyendo un relato en una
velada literaria
(Granada, 2003)
¿Considera que con la publicación de estas dos historias cierra un capítulo de su vida como el provinciano que llega a la capital y la conquista a fuerza de coraje y sacrificios?

“Los Migrantes: Éxodo y Desafío”, editada en Barcelona (en 2009) es una versión ampliada de “El Migrante” aunque con mayor proyección social. En ella, Julián describe la reforma de su vivienda, que deja de ser choza para convertirse en casa de ladrillos, como los cambios de su entorno. La genuina Asociación de Pobladores, por su extensión y densidad demográfica, se transmuta en flamante distrito. Sus habitantes han alcanzado un nivel de vida similar al resto de habitantes de Lima. Obtienen reconocimiento legal y su jurisdicción territorial se incorpora a la urbe limeña.  Los provincianos han conquistado la capital. Han construido su pueblo anhelado, a base de sacrificio y arduo trabajo mancomunado. Opino que esta novela, referente a la migración, está abierta. Siempre habrá algo que añadir a esta temática.

La poesía es algo que ha cultivado paralelamente a la narrativa, no ha publicado libros, pero sus poemas han aparecido en una serie de antologías norteamericanas y españolas, cuéntenos más al respecto

He cultivado la poesía desde mis inicios como escritor. Y mis versos los he recitado en diversas veladas literarias. Recuerdo las que organizábamos en la ANEA con Juan Benavente, Federico Torres, Ángel Izquierdo y otros poetas de mi generación. A veces nos íbamos a Comas, San Martín de Porres, Lince y otros distritos a obsequiar gratuitamente a la población festivales poéticos. De este grupo muy unido y activo, que prestaba un servicio cultural, nació los “Viernes Literarios” que hoy dirige Juan Benavente y realiza actividades en la Casa Mariátegui de Lima.
Tras salir del Perú, en un viaje que hice a Estados Unidos, publiqué el poema “Chasing de Wind” (Cazando al Viento), en una antología editada por la Nacional Library of Poetry. En Barcelona, salieron a la luz algunos poemas míos en la revista ““Karisma” de la Asociación Iberoamericana de Poetas y Escritores.

Podemos también leer sus artículos en varias publicaciones, tales como “Progrés” (editada por el Ayuntamiento de L’Hospitalet de Llobregat), en la revista “Alquitrabe” (editada por la Asociación de Poetas y Escritores de Cataluña (APEC), entre otros. Al respecto, ¿sobre qué temas le gusta escribir y qué otros prefiere dejar de lado?

 En la revista “Progrés” de Hospitalet de Llobregat publiqué algunos relatos, y otros tantos en “Alquitrabe” de la Asociación de Poetas y Escritores de Cataluña (APEC). He publicado además en la revista “Algarrobo” de la Asociación Cultural Scorza de la que fui socio fundador y dirigente.
Asimismo fui colaborador en el “Semanario Granada Costa”, con sede en Granada, donde he publicado biografías, novelas por entregas y numerosos artículos. Me gusta escribir sobre temas variados, incluso sobre Historia y Economía.

Declamando en la Casa de Andalucía
(Barcelona, 2003)
Comparta con los lectores su experiencia como inmigrante, ¿se resistió a los cambios o puso de su parte para que todo fluyera? ¿Fue víctima de algún tipo de discriminación?

En la Barcelona que encontré el año 1991 los peruanos éramos el contingente sudamericano más numeroso. Pero lo catalanes recelaban de nosotros, por culpa de unos malos compatriotas que asaltaban turistas en las carreteras. La policía nos detenía por la calle para inspeccionarnos. La comunidad de peruanos protestamos por esta requisa y tuvimos que bregar largo para demostrarles que éramos gente buena, que habíamos venido a trabajar honradamente para ganarnos la vida. Alguna vez sufrí discriminación racial pero supe afrontarla con valentía.
Estoy acostumbrado a los cambios por lo que no me afectan los traslados de residencia. Tampoco me he resistido a integrarme en la sociedad de acogida. Aunque soy crítico con ella cuando sus gobernantes imponen medidas injustas como recortes salariales, alzas de impuestos o vapulean a  los inmigrantes.

¿Qué es lo que más disfruta de vivir en Cataluña? ¿Habla catalán?

En estos tiempos de crisis las posibilidades de disfrutar se han reducido. Aún así, disfruto viendo una película en el cine, degustando un ceviche o una paella y  bañándome en la playa en verano. No hablo el catalán, pero sí entiendo cuando me hablan en esta lengua.

¿Cuándo la nostalgia por su patria se presenta a qué apela para aplacarla?
La primera edición de su novela
(Lima, 1987)

Llamo por teléfono a mis familiares y sintiéndolos cerca desaparece mi nostalgia por la tierra lejana. Otras veces busco noticias sobre la situación actual del Perú por internet, y luego las comento con algunos paisanos míos. Otras veces, escribo remembranzas o hechos sucedidos en Chicama, Trujillo, Lima u otros lugares donde pasé mi juventud.

¿Está preparando la salida de alguna nueva obra?

Ahora estoy metido en un relato que trata de un personaje que mora en una comunidad de vecinos, en Barcelona, donde reina el desorden y hay poca tranquilidad para vivir. Y él, impulsivo por naturaleza, asume el reto de imponerse sobre los vecinos ruidosos y restablecer el orden. Poco a poco y con valentía lo va consiguiendo. En la parte final del relato este personaje se abocará a la resolución de un crimen cometido en el vecindario. Espero terminarlo pronto, ponerle título y publicarlo.

 ¿Su compromiso con la literatura es de por vida?


Es un compromiso de honor y vitalicio. Durante la creación literaria me desahogo, libero energías, desato ideas e imaginación, y supero la noción del tiempo y el espacio. En este estado puedo atrapar incluso la realidad y sacudirla de sus impurezas o transformarla de cara a un mundo mejor. La literatura, junto con la música y la pintura, es un arte bello que nos orienta a ser mejores personas cada día. 

Si desean saber más del escritor
o su obra
pueden pinchar
en los siguientes enlaces:
http://www.jorgevaras.com/
http://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_Varas_V%C3%A1squez
http://www.youtube.com/watch?v=BMkDl10CHTw


5 comentarios:

  1. Destaco, tras leer la entrevista, el compromiso de Varas con la literatura, Literatura en mayúscula, si se me permite, por cuanto cultiva varios géneros. También el notable esfuerzo que ha tenido que imponer, a veces parece pasar desapercibido, desde ese 'Amor bajo la alameda'; la constancia, el tesón y el compromiso de Jorge Varas merecen mi sincero reconocimiento. Mucha suerte y éxitos, y felicitarte por la entrevista, Elga. Un saludo.

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    1. Gracias Ginés J. Vera. Ese compromiso con la madre de las artes literarias, está compartido contigo y con nuestra querida Elga, a quien agradezco por darme a conocer a otros públicos.
      Jorge Varas

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  2. Viajes literarios, y transatlánticos...

    Me imagino que cada migrante deja atrás una historia que hay que escribir.

    Un abrazo

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  3. Sí, muchas historias por compartir, mi estimado Ricardo Guadalupe. Un abrazo.

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  4. Celebro que te haya gustado, Ginés Vera. Gracias por visitarme. Un beso.

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