Es
un periodista que se deja la piel en su trabajo, apuesta por los valores, y su
estado de ánimo permanente es la felicidad. Así es el mexicano José Luis
Castillejos Ambrocio, un hombre de prensa que acaba de cumplir 23 años de
corresponsal internacional, y aunque lleva muchos más tras la noticia, no ha
perdido la fe y el entusiasmo por su carrera y quienes la ejercen.
Conozcamos
a este personaje que ama tanto su tierra que no tiene reparo alguno en
decirnos: “Ser mexicano es un motivo de orgullo para quienes hemos nacido en
México. Soy tres veces mexicano: por la tierra, por la sangre y por propia y
soberana voluntad”.
El periodismo es una profesión incomprendida, ingrata, y en donde uno
no es imprescindible, y es poco probable, hacer dinero (a la buena, escasas
veces), con todos esos ingredientes suena a poesía triste y desgarradora, de
esa que gusta mucho y cala tanto en el alma. ¿Qué le ha hecho seguir adelante
cuando todo parece ir en contra, y la credibilidad de la prensa y en los
periodistas está de capa caída?
Es
cierto cada vez el periodismo, el auténtico, se va convirtiendo en una
profesión incomprendida. Esta es una vocación de servicio, ya que va más allá
de la mera transmisión de noticias. Es en el periodismo donde realmente debe
ejercerse la libertad, la verdad, sin concesión alguna. Los periodistas somos
el eslabón primordial de la sociedad, somos los “notarios” de nuestros tiempos,
los “fedetarios” y debemos tener la capacidad de interpretar los hechos
cotidianos, analizarlos, contextualizarlos y que sea el público el que valore
esas informaciones.
Es un periodista todoterreno y ningún género se le resiste. Aquí entrevistando a la actriz Geraldine Chaplin |
Ha incursionado en casi todos los géneros del periodismo y ha escrito
sobre temas espinosos y controvertidos como lo son la migración, el
narcotráfico, la guerrilla y el indigenismo, teniendo en cuenta que escribe
sobre la realidad Latinoamericana para la lectoría fundamentalmente de estos
países, quizá es la persona más autorizada para hablar sobre nuestros defectos
y virtudes, y responder sobre el origen de nuestros problemas en común, tanto
económicos como sociales. Si hay que echarle la culpa a alguien, díganos: ¿a quién
responsabilizamos de todo?
Hay
una responsabilidad compartida: gobierno-partidos políticos-organizaciones-sociedad-prensa.
Siempre se quiere responsabilizar de todos los males a los gobiernos. La
pregunta se cae de madura: ¿Quién elige a esos gobiernos? Pues es el voto
ciudadano el que determina quien llega al poder y cómo lo ejerce. En
democracias avanzadas existe el mecanismo de revocatoria para echar, por la vía
del voto, a quienes no logran cumplir con el encargo que se les ha conferido.
En algunos países la relación prensa-poder se ha prostituido, es decir se van a
la cama los unos y los otros y el papel fiscalizador de los periodistas pasa a
un trabajo de relaciones públicas donde se le revientan cohetes a alcaldes,
gobernadores o al presidente de la República. El periodista no se debe casar con
nadie.
La
sociedad necesita saber de las leyes que hay en el país y el rol de la prensa
es la de informar y formar opinión. Cuando eso no ocurre no toman en serio al
periodista ni al medio que representa. El problema es que en ocasiones los
editores le dan manos libres a los periodistas para que hagan y deshagan, a su
antojo, y con la credencial en mano salen a asaltar.
Hay
ejemplos de buen periodismo en Perú, Colombia, Argentina, Brasil, donde se
ejerce una real fiscalización a las acciones de los tres poderes del Estado:
Ejecutivo, Legislativo y Judicial. A lo largo de mi carrera he visto cómo
algunos regímenes han caído tras las denuncias de la prensa. También he sido
testigo de cómo algunos periodistas han envilecido la profesión y se han
llenado los bolsillos de mucho dinero que les impide ver más allá de sus
cuentas bancarias y, por tanto, pierden toda objetividad.
Los
medios hispanos en general tienen mala fama, pero hay sus raras excepciones. Lo
que sucede es que se ha privilegiado lo comercial, la rentabilidad de los
medios por sobre su función social de ser garante de la sociedad. Como el
aspecto periodístico está supeditado a lo comercial, los ciudadanos reciben, de
parte de muchos medios, información sensacionalista y por eso existe la
necesidad de retomar el rumbo.
Los pueblos andinos presentan otras características, conflictos y
necesidades, y hasta ahora no
han podido ponerse de acuerdo los gobiernos que
los representan, ¿realmente es tan complicado llegar a un acuerdo, trazar un
plan de desarrollo y metas comunes? Cierto joven escritor sudamericano declaró
para un diario español hace un buen
tiempo que “que el avance de Chile
respondía a que no tenía que verse con poblaciones indígenas”. Usted que es
corresponsal de Notimex para Perú y Bolivia, ¿qué nos puede comentar?
Le preocupa la situación de los pueblos andinos, en especial, lo que ocurre en el altiplano boliviano. Imagen: En una Feria de artesanos en La Paz (Bolivia) |
Efectivamente
es difícil ponerse de acuerdo en países donde cada uno tiene una realidad
distinta. Son muy diferentes los problemas del altiplano boliviano a los del
área peruana o lo que sucede en el occidente de Bolivia con lo que pasa en la
zona norte de La Libertad
en Perú. Cada gobierno debe trazar un plan de gobierno de manera consensuada;
sin embargo, es la sociedad la última rueda del coche y por eso salta la
protesta social como ha ocurrido en Bolivia o en Perú donde los gobiernos están
urgidos de concretar pactos que les garanticen la gobernabilidad. Lo cierto es
que se está gobernando para el corto plazo, sin visión de futuro y eso genera
reclamos y más reclamos. Me parece que la visión de que Chile avanza porque no
tiene indígenas es sesgada. Como si los indígenas fueran lo malo y el resto de
la sociedad, “pituquitos” o “blanquitos, les llaman algunos fueran lo mejor.
Esa visión no la comparto. Lo que ha pasado en Chile es que se cortó de tajo la
corrupción, se cambió la visión de país y se inyectó en la gente la semilla de
que ellos eran la “suiza sudamericana”, y se la
creyeron. Hoy Chile es un país con un alto nivel de desarrollo, con un sistema
de seguridad que no excluye a nadie; con respeto a la jornada laboral, con
perspectivas de vida; mientras tanto, el resto de países andinos ven cada ciclo
gubernamental cómo se les va la vida porque sus administradores, o sea los
gobiernos, se pasan en temas menudos y no trascienden en lo social, en lo
político, en lo comercial. Recién se están dando cuenta que esa no es la vía.
Ha entrevistado a más de 30 jefes de estado latinoamericanos durante toda
su carrera e imaginamos que al final de estos encuentros, se formó un concepto
claro de sus capacidades y reales intenciones respecto a sus naciones, ¿estos
presidentes merecían realmente el cargo que ostentaban?
No
sé si merecían o no el cargo. Llegaron a ser presidentes por el respaldo
ciudadano y fueron legitimados en las urnas. Hay algunos, sin embargo, y cuyos
nombres me abstengo de precisar que les quedó demasiado grande el cargo, como
el de una señora en Centroamérica que no sabía administrar nada y que debió
mejor dedicarse a lo que sabía: el periodismo. Ella es periodista y heredó de
su esposo el apellido y se promovió así, pero sus méritos fueron muy cortos.
Conocí y me tomé el café o una copa con varios presidentes centroamericanos y
algunos tenían una visión muy aldeana. Sólo se circunscribían a su escenario y
les importaba poco a la sociedad.
A
un presidente salvadoreño lo encontré en una ocasión en el “Blue Hole Belize
Bar” y estaba en un rincón con su ministro de Defensa, lo saludé y me concedió
una entrevista. Él viajaba a ese lugar a tomarse sus tragos porque no lo podía
hacer en su país debido a que la gente no lo quería o su vida correría en
peligro, dado a que estaba por firmar los acuerdos de paz.
Otro gobernante de Panamá se dejó
deslumbrar por su mujer, una bella dama por quien perdió la cabeza. Nada hacía
si no lo consultaba con Ana Mae, así la llamaba. El creía que su mundo era ella
y al pueblo lo dejó de lado.
Así como este hay otros
gobernantes latinoamericanos que, efectivamente, llegaron por azares del
destino y la suerte, si es que esta existe, al menos para ellos, al poder. Hoy
son parte de la historia y la gente los recuerda de mil maneras, algunas no muy
gratas.
En plena entrevista con el 'excanciller' de las FARC, Raúl Reyes en Colombia |
Es natural de Chiapas, para ser más exactos, de Venecia, una comunidad
costera del estado de Tapachula, por tanto, usted más que nadie siente los
padecimientos de su gente y tierra. La realidad es muy compleja, pero ¿cuáles
son las alternativas de solución que propondría a tanta miseria y violencia?
Yo
nací efectivamente en una comunidad llamada Venecia. En ese lugar transcurrieron
mis primeros años de vida que se impregnaron mucho en mí. Provengo de una
familia de clase media acomodada y mi padre, que estudió contabilidad y
administración de empresas, tenía como pasatiempo favorito cultivar el campo.
Me llevaba en sus hombros, otras caminando y de allí salí a muchas partes. La
parte de la violencia a la que se refiere es en la zona norte, en la frontera
con Estados Unidos, a unos mil 500 kilómetros de distancia de donde nací. En
la zona norte y la parte del Pacífico mexicano los carteles del narcotráfico se
siguen disputando el territorio. El propio gobierno no ha hallado la solución
inmediata al conflicto. Un error en que incurrió fue haber sacado al Ejército y
a la Marina a
patrullar e involucrarlos en un tema netamente policial. Sin embargo tomó esa
decisión frente a los escandalosos casos de corrupción y la infiltración de las
policías.
El
combate a la miseria es generando fuentes de empleo, políticas de inclusión
social, canalizar mayores recursos a miles de comunidades para desactivar
brotes de inconformidad, respetar las demandas ciudadanas, de los maestros,
combatir la corrupción en todos los sindicatos y fomentar la meritocracia.
A propósito, ¿qué significa ser mexicano en estos tiempos que
corren? ¿Cómo cree que ve el mundo a
México?
En un helicóptero dirigiéndose a la zona de Quiché (Guatemala), donde combatía la guerrilla de la URNG con las tropas del ejército guatemalteco (1992) |
Ser
mexicano es un motivo de orgullo para quienes hemos nacido en México. Soy tres
veces mexicano: por la tierra, por la sangre y por propia y soberana voluntad.
Por la tierra porque fue en territorio mexicano donde mis padres decidieron
formar su hogar, por la sangre porque mis ancestros son mexicanos y por propia
y soberana voluntad porque la región a la que pertenezco, Chiapas, se anexó a
México.
¿El presidente Enrique Peña Nieto va por buen camino? ¿Un buen comienzo
fue el Pacto por México y el programa Cruzada nacional por el hambre? ¿Cuál es su opinión?
Todavía
es muy temprano para hacer un balance al gobierno de Enrique Peña Nieto. Él
está empeñado en una serie de reformas y asegura que estas son buenas, pero las protestas en las calles
opinan lo contrario. Aquí creo que ha faltado una real política de comunicación
social para transmitir el mensaje sobre en qué consisten esas reformas, ya que
la gente ve como un despojo que se pretenda abrir la estatal Petróleos
Mexicanos a capitales extranjeros y en el tema educativo existe la percepción
de que la educación será privatizada.
La violencia de género es otro de los temas le preocupan, y pese a lo
que la gente común y corriente pueda pensar, no es un problema de clases
sociales ni países subdesarrollados ni
emergentes, se da en todo el planeta, y en la mayoría de casos, con
impunidad. ¿Cómo deberíamos manejar este asunto? ¿Con educación, con represión?
¿Con las dos a la vez? Pero también
vayamos a los orígenes, ¿qué hacen mal los padres y madres a la hora de criar y
educar los niños?
Durante una entrevista donde habla de su pasión por el periodismo |
Educación.
Cuando una sociedad se educa cambian los horizontes. Todo viene desde la
educación que se imparte en casa. Qué ejemplo puede dar un padre o madre
desobligado que le enseña a mentir a su hijo desde niño al decirle: “Cuando
venga fulanito de tal dile que no estoy” o cuando le enseña que robarse la
señal de Internet para poder navegar es una cosa de “vivos”. Quienes no lo
hacen, según, esa percepción de los irresponsables, es un “quedado” o un
“tonto”.
Hay que acelerar las medidas para
frenar toda violencia de género (física o psicológica) porque estos actos
deleznables vienen causando demasiado daño a la sociedad, a las libertades de
la mujer, a sus formas de manifestación y desestructuran a toda nación. Es
lamentable la exacerbación de la violencia, golpes, maltratos, violaciones
sexuales, prostitución forzada, explotación laboral, aborto selectivo, o la
venta de niñas en algunas regiones de México, una aberrante práctica que muchos
lo ven como “usos y costumbres” de algunas comunidades.
Hay que trabajar por reeducar al
varón y enseñarles a las mujeres las herramientas de defensa. No podemos
quedarnos callados en momentos en que muchas mujeres son asesinadas por sus
parejas por innumerables motivos. Tenemos que alzar la voz desde la tribuna en
la que estemos y ver cómo comenzamos a cambiar desde nosotros mismos. No al
machismo, no a la violencia de género, no a la misoginia.
Por otro lado, ¿qué hacemos con las drogas en América Latina? ¿La solución sería legalizar su consumo como
lo plantean muchos intelectuales, entre ellos el escritor Mario Vargas Llosa?
Esa
es una idea trasnochada de Don Mario Vargas Llosa. Creo que es bueno que siga
escribiendo, que lo hace magníficamente y que sean las sociedades las que
decidan el camino a seguir. En México, el expresidente Vicente Fox va en esa
misma dirección que el autor de “Conversaciones en la catedral” y se ha ganado
la rechifla o silbatina de muchos. Latinoamérica no es Europa. Si se abre esa
puerta perderemos a nuestros jóvenes y niños.
¿Cómo proteger a América Latina de los gobiernos autoritarios y
populistas? Y ¿qué hacemos con
los que
ya están instalados? ¿La solución es sólo salir a protestar a las calles? ¿Qué
medidas puede tomar un ciudadano que ha metido la pata a la hora de votar o fue
engañado por falsas promesas?
Recibiendo el reconocimiento de la Universidad de la de Soconusco ( Tapachula, México) |
La
vía armada o violenta nunca ha sido buena consejera. Hay que luchar por cambios
desde las urnas, desde los medios de comunicación, pero no podemos fomentar
derrocamientos de gobiernos por la vía militar. Eso quedó y debe quedar en lo
que fue la década de los 60, 70 y algunos casos en los 90. Los vientos de
cambio apuntan al referéndum y desde las urnas decirles no, y que se vayan a
descansar a sus casas quienes no pueden gobernar en sus países. La protesta
ayuda, genera corriente de conciencia social y ayuda a los gobiernos ya
instalados a rectificar. Las redes sociales han contribuido mucho a variar los
rumbos pero hay gobiernos de corte autoritario donde por más que la gente salga
a protestar no quieren dejar el poder.
Dicen que también debemos aprender de los errores de los otros, ¿cree
que nuestra América está en condiciones
de aprender de lo sucedido en Europa?
Para ejemplo, un botón: ¿no está siguiendo Perú el ritmo loco de las
construcciones, tal como lo hizo España, sin medir las consecuencias?
Lo
sucedido en España y Estados Unidos deben ser lecciones a tomar en cuenta. Es
probable que en Perú haya a mediano plazo una burbuja hipotecaria. Aquí se
otorgan créditos con demasiada facilidad para adquirir departamentos y el
precio del terreno y la vivienda se ha ido por las nubes con precios
comparables a los de Miami o Nueva York. Cuando esto detone muchas
constructoras y bancos se irán a la quiebra y no habrá dinero suficiente para
un salvataje financiero. Hay un boom de la construcción en Perú y la
explicación de los expertos es que el país está bien, que crece la economía a
ritmos sostenibles del seis por ciento en promedio anual, pero ¿cuánto más va
aguantar esto? El tiempo nos dará la respuesta.
Entrevistando a Gastón Acurio, el impulsor de la gastronomía peruana en el mundo |
Usted que viaja tanto, ¿cómo ve
un ciudadano de otras latitudes a un latinoamericano? ¿Ha mejorado en algo nuestra imagen en los
últimos tiempos?
Sí.
Hay una mejora de la percepción al grado que ahora todos los españoles quieren
venirse a vivir a Lima. Todos quieren hacer negocios en este paraíso de las
inversiones. Hay un boom gastronómico. Perú está en boca de todos y se debe
aprovecha esta “viada” o racha de la fortuna para guardar pan para mayo y
engrosar las cuentas y reservas internacionales para los tiempos de “vacas
flacas”. Latinoamérica hoy por hoy es una
de las regiones en las que se puede vivir a gusto. Hay bajas tasas
inflacionarias, los alimentos, las casas y las rentas son baratas y se puede
hacer empresa y por tanto los modelos de “exportación” de España y Estados
Unidos no hay que imitarlos.
¿Es un hombre religioso? ¿Profesa el catolicismo? ¿Qué impresión le
causa el Papa Francisco?
Fui
bautizado católico pero no voy todos los domingos a darme golpes de pecho. Creo
mucho en la labor social, en el trabajo a favor de los niños y las mujeres
desprotegidas, en la misma ruta que anota el Papa Francisco, un hombre que ha
comenzado a revolucionar a la Iglesia Católica y a cimbrarla desde dentro. Se
vienen tiempos de cambio en el Vaticano y Francisco pasará a la historia como
el hombre que rompió viejos esquemas.
La poesía convive con usted día a día, ¿cuándo escribe más o mejor: en
sus ratos de tristeza o alegría? ¿En qué
momento aparece esa necesidad de escribir poemas?
El periodista en acción |
Por
cuestiones de trabajo casi escribo de madrugada. Mi mejor hora para escribir es
entre las 11 de la noche y las tres de la mañana. El trabajo periodístico que
llevo es de dedicación al ciento por ciento y por tanto tengo que andar aprisa
con muchos temas, reuniones, eventos, entrevistas, conferencias. Hago a veces
algunas anotaciones, en libreta, servilletas, o en cualquier papel, pero cuando
tengo el tiempo necesario me voy al computador y desde allí comienzo a escribir
mi prosa. Nunca corrijo lo que va saliendo y nunca memorizo un poema. Lo mío es
prosa poética. No le pongo corset a lo que escribo y dejo que fluya y fluya. Mi
formación a ese respecto es empírica. Escribo lo que siento y nada más y no le
rindo cuentas a ningún crítico.
Ha participado en una serie de publicaciones periodísticas importantes
y logrado significativas distinciones en una serie de concursos literarios,
¿cuándo se animará a publicar?
Sí
he ganado algunas distinciones en mi carrera como periodista. Como poeta nunca
he participado en ningún concurso. Pues yo publico muchas cosas. Hay cientos de
poemas en la red. Tengo más de 660,000 visitas en mi blog de gente que busca
poesías o crónicas. Eso rebasa en mucho a la versión de papel. Muchos de los
que escriben publican sus poemas en unos 1,000 o 3,500 libros. Yo voy en camino
hacia el millón de visitas en mi página personal. Estoy trabajando un diario
digital. Creo mucho en las plataformas digitales, el futuro y hay que seguir
apostando a ello.
Tras la entrevista a la polémica conductora de televisión, Laura Bozzo |
Otra de sus pasiones es la cocina. Quienes han probado su sazón no
pueden evitar repetir. ¿De dónde viene este talento?
Cocinar
es un placer. Cocino para agradar a mis amigos, lo hago con pasión. La cocina, como bien lo dice el chef Gastón
Acurio, debe ser un espacio de libertad y fiesta donde el crepitar de brasas,
ruidos de sartenes y cacerolas o un lomo derritiéndose al fuego y un ceviche de
lenguado o una causa de cangrejo, sea un su jolgorio, un suspiro limeño.
Me
gusta el sabor a vinos, calamares, pescados, langostinos, carnes friéndose,
chillando en la sartén. Para cocinar hay que entregarse y aprovechar la
bendición de nuestra tierra: su riqueza natural y buscar que la casa sea una
fiesta. Qué mejor que un país en vez de pobreza o cantinas, o lugares donde
vendan drogas esté lleno de chifas (comida china) de barrio, pollerías,
anticucherías, picanterías, cevicherías y sangucherías.
¿Qué tienen en común el periodismo, la poesía y la cocina?
Un fragmento de un poema de su autoría en una de las paredes del Museo de Sitio en Chiapas |
Creo
que mucho porque los que nos dedicamos auténticamente al periodismo estamos
siempre cocinando, haciendo nuestro mejor platillo periodístico, nuestra mejor
carta con un reportaje o una crónica, el mejor cóctel con un artículo y la
poesía esta fluye mucho cuando el corazón está contento. La felicidad es un
signo que ayuda mucho a poder entrar a las ollas y sartenes o cuando escribes
una crónica o cuando haces un poema. Si no eres feliz sencillamente eso no se
da. Y yo soy un hombre extremadamente feliz. La felicidad es un estado de
ánimo y hay que estar siempre alegres por todo lo que se venga.
Ha dictado una infinidad de
conferencias en Perú y México, ¿qué es lo más extraño que le han preguntado
y cómo respondió?
Lo
más extraño y recurrente que preguntan los jóvenes universitarios que quieren
ser periodistas es: ¿Se gana bien? ¿Qué necesito para ser famoso? Esas dos
respuestas nos reflejan que hay urgencia por llegar al éxito al precio que sea
y conseguir ser famoso como sea. Yo les respondo que nadie llega ni antes, ni
después. Todo es producto de una preparación constante, de un sacrificio
cotidiano, de leer mucho, de dormir poco y meterse a la biblioteca y preguntar
demasiado. Lo más extraño que me ha pasado, también con estudiantes de
periodismo, es ver a una chica limándose las uñas mientras yo dictaba una
conferencia. Eso motivó que suspendiera por unos minutos mi intervención y le
pidiera que mejor se saliera del auditorio. No hay nada más desagradable que
gente que no les interese esto del periodismo y que crean que porque tienen
bonita cara ya tienen todo asegurado para ganar bien y ser famoso.
Si desean saber más del trabajo o la obra
del periodista y escritor, pueden pinchar
los siguientes enlaces:
O si prefieren seguirle o escribirle
pueden hacerlo a:
Nacer en Chiapas tiene que marcar carácter.
ResponderEliminarUn beso
Hola Elgita, me encanto leer al invitado de tu blog, comparto con el muchos puntos de su vision de mundo como que el papa Francisco I esta rompiendo viejos esquemas, que la educacion es la unica via para el desarrollo, que tanto el escribir como el cocinar son actividades que producen felicidad y se hacen sin rendirle cuentas a los criticos, que quien va hacer periodismo es solo por pura pasion y no para volverse millonario.Estuve disfrutando de la lectura hasta que vi la foto con Laura Bozzo.....hice un alto a mi lectura y tuve que retomar hasta terminar mi lectura. En fin,son partes de nuestras libertades de expresion en la que se puede estar o no de acuerdo con los contenidos que leemos y vemos,saludos,Carlo Bedoya
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que comenta José Luis Castillejos, máxime en el valor de la educación frente a esa gran lacra de la violencia de género. Enhorabuena a ambos, un saludo Elga.
ResponderEliminarTe nominé para un premio en mi blog. date una vuelta a
ResponderEliminarhttp://vivirdelibros.blogspot.com
saludos
Muchas gracias por la nominación. Saludos.
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